70 MAMÁ Y PAPÁ SE OLVIDARON DE MIFARID ARAY—¡Cálmate Farid! Estás desatado. De seguro se le apagó el celular . Camil siempre ha sido despistada— musito Atenea tratando de calmarme con el pequeño Max en brazos y Athalia su hija de cuatro años sentada a su lado. — No nos adelantemos a los acontecimientos. Si bien debió procurar a la niña, es probable que esté trabajando en un quirófano.—Camil puede ser despistada para muchas cosas Atenea, pero nuestra hija no se incluye en eso. Ella es una excelente madre. Ella no se olvidaría de Emira. ¡Eso no! Algo grave tiene que estar pasando en Atlanta. Algo tan grande que le impidió recoger a la niña.Tan pronto la areonave se elevó en el aire, y pude volver a a conectar los dispositivos de comunicación continué llamando a Camil con desesperación.—¡Farid estas exagerando!— insistió Atenea que no conocía a mi mujer como lo hacía yo. Camil ya no era la irresponsable que me habían llevado a Riad. Camil era una madre preocupada y abnegada, su mayor
PANDEMINUM PARTE 1FARID ARAY —¡No llores! Tú papi solo estaba trabajado con mis papis—musitó con ternura y casi sentí deseos de romperme aún más cuado escuché a Athalia tratando de reconfortar a su prima. Emira era casi dos años completos mayor que su prima, la hija de Liam y Atenea. —¡Shhh!— acuné a mi pecho a Emira—Todo está bien Princesa Jazmín. Papi está aquí y no volverá a dejarte. Tú prima tiene razón, mamá y papá solo se excedieron un poco en el trabajo el día de hoy. A medida que el auto continuó avanzado en dirección a la mansión, la aprensión me continuó cubriendo el alma. Sabia, estaba casi seguro que Camil no estaría en casa, pero tenía que brindarle un poco de tranquilidad a mi hija. Bastante se había alterado con los sucesos de una jornada que al amanecer pareció ser la más común y corriente del mundo. La única diferencia en nuestra rutina habia sido Mara, y por supuesto mi viaje. «¡Maldito Viaje que no debí realizar nunca!» Cuando por fin el auto llegó a la casa,
PANDEMÓNIUM PARTE 2FARID ARAYElla retrocedió al verme dispuesto a golpearla incluso, si no cerraba esa boca asquerosa. En mi código de ética estaba nunca agredir a una mujer, pero Mara era un monstruo, así que hoy no me importaría sacarla de mi camino a patadas. —La única mancha en nuestras vidas, es usted Arpia. Además ya deje de ver Harry Potter… es evidente que le está afectando el cerebro. —Mancha o no—comentó burlesca—, pero te saqué una vez más de mi camino— dijo señalándome con su dedo y mirando a Emira con desprecio—¡Y a ti perra sucia!… también te sacaré— gritó volteándose a la esposa de tu hija. —Váyase de aquí Mara… antes de que pierda más que la dignidad aquí esta noche— amenazó Atenea —¿Pero de que hablas estúpida?¿Perder? El único que perdió aqui fue este musulman mugriento y recogido. Que a pesar de ser cornudo, tiene que mantener a su hija de por vida. Violar a Camil te saldrá muy caro…por que si—comenzó a atacar a la niña que llevaba en brazos—Tú mocosa mugrient
CAMIL ARAYUNA TERRIBLE SENSACIÓN Los fuertes truenos de una terrible tormenta me despiertan, me pesan los párpados y me cuesta despabilarme. Me extraña, no siento el cuerpo duro de mi Árabe bruto a mi lado y me muevo por la cama para encontrarlo tratando de acurrucarme contra su cuerpo. Tengo frío y aunque intento pensar, solo mi mente divaga sin lograr concentrarme, me siento exhausta y la fuerte soñolencia me gana, solo deseo seguir durmiendo. Finalmente desisto, al percatarme que estoy sola en la cama, Farid debe haber ido al baño, o quizás a Emira también la despertaron los estridentes relámpagos acompañados del fuerte estruendo que le sigue. Su padre debe estar con ella. Será mejor que vaya a ver, a Emira no le gustan los truenos. Finalmente abro los ojos y me sorprendo al encontrar las cortinas de la habitación abierta. A Farid no le gusta la luz para dormir, es algo así como una manía suya. Bajo los pies de la cama y apartó las cobijas y me sorprendo demasiado de mi
LA DROGA DEL VIOLADOR CAMIL DE LA FUENTE—¿¡Camil!? ¿¡Qué te ocurre bonita!?— preguntó Marta palideciendo al menos dos tonos al verme tan descompuesta, y desaliñada, con el rostro prácticamente verde por las nauseas, el mareo y un poco de deshidratación sumado al cóctel para completar el cuadro—¿Que demoni0s haces aquí a estas horas?¡Pero dime algo Camil!¡Dime algo!—¡Ayúdame! ¡Ayúdame Marta!, ¡Si!— pido casi entre hipidos y sollozos que no puedo contener al verme allí, después del sacrificio que resultó llegar. Con el dolor de haber sido ultrajada, y sin tener la más put@ idea de dónde está la persona más importante en mi vida; en los brazos de mi mejor amiga me permito desmoronarme en medio de aquella sala de urgencias, extrañamente calmada a esa hora de la madrugada. —¿Qué pasa Camil? ¿qué te hicieron?— insiste ella con verdadera preocupación en la voz. Me mira expectante y acaricia la maraña que es mi cabello, buscando consolarme.Yo muerdo mis labios, pero me es difícil hablar.
75 VALOR Y PRUEBASCAMIL DE LA FUENTE Llegué a la casa, exhausta, casi al amanecer. Lo que eso si, el efecto del flunitrazepam iba desapareciendo poco a poco después que Marta me hidratara un poco mediante una vía intravenosa. Los molestos efectos secundarios como la soñolencia, el mareo, las nauseas iban desapareciendo también, solo por eso las chicas me dejaron marcharme sola del hospital y no insistieron en escoltarme ellas mismas. Conduje despacio el trayecto de regreso, y cuando por fin vi los enormes árboles del frente de la mansión, suspiré aliviada de estar de vuelta, sobre todo con la pruebas que necesitaba para aclarar este sucio enredo, y para que los culpables pagaran las consecuencias .Estaba molesta, dolida, y sobre todas las cosas muy confundida, pero sabía que la guerra de mi madre contra mi familia y contra mi, «antes fría y a discreción» , se había declarado abiertamente. Así que tenía que ser más fuerte que nunca, por Emira, y por el bebé que tenía en mi
RECIBIMIENTO EN ARABIA FARID ARAY El trayecto desde el areopuerto privado hacia la mansión de cuatro pisos del centro de Riad capital de Arabia Saudita, fue corto. El cansancio de las horas sin dormir ya me pasa factura, a cambio de Emira que parecía encantada a medida que el coche avanzaba a través de la tierra de sus antepasados. Es comprensible puesto que durmió durante todo el trayecto en avión. Yo sin embargo no hice otra cosa que atormentar e con los últimos sucesos vividos en Estados Unidos de America. Arabia Saudita siempre explota en el interior de mi pecho sentimientos encontrados: El pasado, mi niñez, mis padres… e incluso Camil., y ahora… también guarda un incierto futuro.Me volví a enamorar de la misma mujer … para ahora regresar aquí con el corazón destrozado. La misma mujer que vivió bajo mi techo, justamente en el mismo sitio al cielo me dirijo ahora. Y no fue ni un día ni dos, prácticamente casi seis meses estuvo aquí, y cuando se fue, se me hizo imposible estar
LLEGANDO A LOS ÁNGELES CAMIL ARAY Durante todo el vuelo de cuatro horas, desde Atlanta a Los Ángeles, solo rece por qué mi hija estuviera con sus tíos, y no del otro lado del mundo. Estaba muriendo de tanto extrañarla sin saber que había alcanzado a ver, o qué le había dicho su padre de esa forma tan extraña de partir a mitad de la noche a rumbo desconocido. Emira no era una niña tan apegada a mi, pues de pequeña se acostumbró a mi ausencia los días de guardia; pero nunca pasó tanto tiempo sin mi. Emira era demasiado inteligente, pero aún así era una niña pequeña. Me necesitaba, y Farid aunque buen padre, era totalmente primerizo. Si las cosas se ponían difíciles de un momento a otro él por supuesto no sabría calmar a la niña.Aunque me gustaría que la tuviera difícil por habérsela llevado de ese mood, era mejor que Emira no notara mi ausencia, o al menos que la notara lo más tarde posible cuando yo estuviera casi al llegar por ella.El aterrizaje en Los Ángeles, me mareo un