Capítulo 52: Estirar los minutos hasta que se vuelvan eternos

CRISTINE FERRERA

Me levanté de mi escritorio, pensando que no tenía niñera para mis hijos y recordando mi discusión con Eliot durante el desayuno del hotel. ¿Debía disculparme? Tal vez… ¿Debía de admitir que recordaba cada segundo de esa noche y que, así como él, yo también abrí mi pecho y le ofrecí no solo mi cuerpo sino también mi corazón? 

—¡Ahhh! —grité furiosa y sentí como mis ojos se humedecieron. Pateé el sofá con todas mis fuerzas y solo logré lastimarme la pierna. Caí con la habilidad de un osito panda sobre el mueble, tomé uno de los cojines y cubrí mi rostro antes de volver a gritar. ¡Estaba eufórica!, pero… también muy frustrada.  

<

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo