22

𝟼 𝚍𝚎 𝚖𝚊𝚛𝚣𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟼𝟾

𝙴𝚟𝚊𝚗𝚍𝚎𝚛

Escuché que todo, al final, retorna a su lugar. A donde debe estar.

Mi hermana yace acostada sobre la espesa hierba con un vestido azul marino sencillo, como un camisón. Con mangas abultadas y un delicado encaje en las puntas. Su cabello está sujeto en una coleta que rebela la gracia de su cuello delgado y largo. No me ha mirado desde el momento que entré en su exclusivo circulo, pero está consiente de mi presencia. Eso es seguro.

No está inquieta, eso me alivió. Más bien se ve impasible, como si lo que ves es solo el reflejo de su verdadero yo tras una pared de cristal.

El silencio nos acompaña, ya que no se me ocurre nada por decir. Pero eso es porque me basta con ver su pequeña figura con poca carne en las caderas.

—¿Cuándo fue la última vez que observast

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP