Ay, amigo. Si pudiera despojarme ahora de esta piedra que llevo en el pecho y revelarte quién es tu padre, y quien es tu hermano…
-¿Al sur? ¿Todos?
Matute buscó el mate, luego de poner la pava al fuego en una cocina vieja.
-Es lo que dije.
Tu padre está liderando allá. Lo vas a encontrar nuevamente. Y Mario también. ¡Cuánto deseo contarte todo!
-Eso es algo inesperado. ¿Por qué Mario no me dijo nada?
-A lo mejor porque no se dio la oportunidad. Hermano, hace menos de 24 horas que estás acá. ¿No te parece demasiada información?
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Betiana logra ingresar al campamento. Engaña a su hermano pero no a Matute. Mario prepara a los soldados para el posible ataque de las Femen. Zafra y la Regente de la región discuten cómo acabar con los rebeldes. La Sacerdotisa ofrece renovar las fuerzas de las Persefones. La Sacerdotisa y Zafra planean hacerse con el poder eliminando a la Regente. Betiana filtra información para Hera, la segunda de Zafra. Atacan el campamento. Betiana huye llevando a Reynaldo en medio del combate. Matute los detiene. Zafra intenta matarlos pero huyen. -¿Ella es confiable?-preguntó Hera.
A una temprana edad las niñas reciben una enseñanza sistemática sobre la cosmovisión que deben abrazar.El principal principio de esa cosmovisión es un lema: “La raza fuerte es la raza femenina. Todo lo femenino tiene valor”.El Instituto de la Raza cuenta con tres niveles para su labor: Nivel Inicial, Nivel Medio, Nivel Superior.El horario de permanencia en el Instituto oscilaba entre las 08 a las 18 hs.Betiana comenzó a los 4 años a asistir al Nivel Inicial.Si bien no fue una alumna ejemplar, logró con creces asimilar su triste condición: tení
-Estuve a punto de contarle, Barba…¡a punto!-Pero…¿por qué hiciste eso?...sos un imprudente Matute.-¡Es mi amigo,Barba! ¿Cómo hago para guardarme esto? ¿Cómo lo miro a la cara sabiendo esto?Hubo silencio entre ambos.A unos 20 metros estaba la tienda en la que vigilaban a Betiana. Allí permanecía también Reynaldo, preocupado.Desde la tienda de Barba Blanca se podían ver solo sombras,pero los sonidos eran nítidos,por lo que se comunicaban en susurros.-¿Sabés muy bien que ahora tenés que esperar,no? Al menos hasta que se resuelva este asunto de su hermana.
La última vez que Zafra había estado en las Terrazas de la Matria fue cuando recibió la medalla de los honores,en reconocimiento por su insuperable labor como capitana de las Persefones al aniquilar un levantamiento de los "Gorilas" en el barrio Mercedes Sosa,el cual quedaba en la ladera de la montaña central."Una masacre. Las Persefones acabaron con los varones rebeldes, él último bastión de rebeldía que quedaba. Arrasaron a estos malditos, su sangre se derrama aún en las laderas rocosas." Titulaba uno de los diarios digitales."Volver a la normalidad. La capitana Zafra y su grupe de soldades liquidan a los pocos varones anti sistema que quedaban""Tal como la generala San Martina liber&oacut
Mario aceptó la advertencia de Matute, aunque notó cierto recelo en sus palabras. En los últimos años notaba ese odio interno que consumía a algunos de sus mejores compañeros, y mejores soldados.Un odio profundo, que se asemejaba a una llama interna, que flameaba y que siempre se avivaba en los momentos más inesperados.Esa llama de odio consumió a muchos, llevándolos a cometer alguna que otra tontería, como a Derticya, uno de los que falleció en la última batalla contra las Perséfones.Derticya odiaba a las Perséfones, pero lo que realmente lo consumía era su odio a las mujeres. Las veía como otra raza, como el enemigo. Hablaba cosas terribles de ellas.
Media hora después, Mario y los 5 mejores soldados, los capitanes, estaban reunidos, alrededor de una mesa con un plano extendido sobre ella.Sócrates, Barba Blanca, Josué, Arator y Cáceres.Todos mayores de 60 años.Cada uno de ellos está parado sobre una historia de sufrimiento,luchas y sacrificio. Duras cicatrices dibujan sus cuerpos, pero solo distraen de las verdaderas cicatrices, las que no se ven con los ojos. Las que más duelen. Desprecios, engaños, exilio, duelos.Todos padres. Todos habían perdido hijos e hijas gracias al Régimen.Sócrates, una columna de casi dos metros, de mirada tan dura como el fuego, músculos t
Aquella tarde el sol de verano elevó la temperatura por sobre los 40 grados centígradosUna verdadera locura.El ventilador de casa proporcionaba la única oportunidad de refrescarse, por lo que, tanto ella como su madre, estaban congregadas alrededor de él.Fue en esa misma tarde cuando se formó la tormenta.Y fue esa noche, cuando comenzó a caer con tal fuerza sobre la ciudad, que parecía que el fin de todas las cosas se manifestaba.El poder de los truenos retumbaba en cada rincón de la casa, sacudiendo incluso las paredes. La agresividad de los rayos que iluminaban la oscuridad con una luz que enceguecía, dibujaban venas el
-¿Y cómo pensás llevar a cabo tu plan?-Por empezar, cuento con vos. Es el inicio del plan.-Ay, Sacerdotisa…¿usted sabe que puedo detenerla por traición?-Mi querida Zafra, lo podrías haber hecho hace tiempo ya, cuando vos quieras lo podés hacer. Cuando salimos de Terrazas, e insinué lo que insinué. Lo que me motiva es el por qué no me detuviste, porque no reaccionaste con sentimiento matriota. ¿Sabés lo que pienso?Zafra pasó una mano por sobre la estatua de Asera.Se sentía intrigada, y hasta fascinada por las palabras que estaba escuchando.-¿Qu&eac