Hace varios minutos había despertado, más sin embargo mis ojos aun seguían cerrados, no quería abrirlos.
No quería saber quién era el dueño de aquellas caricias que estaba recibiendo justo en este momento.
—Estas despierta, lo se Kalil —detuvo sus caricias y por un instante me vi extrañando su toque en mi piel.
¿Kalil?
Abrí mis ojos y lo primero que vi fue su rostro a milímetros del mío, ahogué un gemido.
Me separé y me levanté lo más rápido posible.
—Tres cosas —señalé, apuntándolo—. No me vuelvas a tocar Aren. Dos, mi nombre es Emma, no Kalil. Tres y más importante, déjame volver con mi prometido.
No dijo nada, solo se quedó ahí sentado observándome por completa, me miraba como si fuera l
Todos planeamos nuestro futuro, tenemos grandes sueños y metas que con el tiempo batallamos para conseguirlos, la vida se trata de luchar por lo que te hace feliz, vivir por ello y ser quien quieres ser, eso hacia yo hasta aquel día en donde todo cambio , en el que me di cuenta que toda mi vida ya estaba planeada y mi decisión u opinión no contaban para nada. Antes de nacer, mi vida estaba escrita, mi cuerpo y alma le pertenecían, pero mi ser, junto con esa parte rebelde que todos tenemos se rehusaba a ello, era alguien libre y no dejaría de serlo, lucharía, aunque me enfrentara a un campo de guerra donde no tenía ni la mínima ventaja para salir victoriosa.
Anoche cuando Gabriel se fue, miles de pensamientos me saturaron, mandándome a pasar por diferentes cambios de humor en menos de dos minutos. Fue un récord total.No podía dejar que me afectara de esa forma.Hace más de media hora que estaba despierta, las ganas de querer levantarme eran igual a cero. No salir de la habitación y que la realidad terminara golpeándome en la cara más de lo que quería hacer al levantarme esta mañana, en una cama que no era la mía, que a pesar de ser muy cómoda preferiría mil veces mi antiguo lecho, mi antig
Desperté un poco agitada de aquel confuso y loco sueño. Desde que supe y estuve al tanto que existía este mundo sobrenatural, venían sucediéndome extraños sucesos en mis sueños. Recordaba como mi madre me decía que nunca debíamos de ignorarlos, pues estos nos avisaban cosas que pasarían o que estaban sucediendo.Derrotada y con un gran suspiro me levante de la cama. Una idea llego a mí haciéndome apurar para arreglarme. Hoy no era la excepción, hacia igual o aún más frio que ayer. Pero sabían quién me mantendría cálida.
¿Por qué tenían que tener ese instinto de protección tan elevado estos hombres? ¿Por qué me tenía que tocar un Alpha y no cualquier lobo normal? ¿Por qué ser una descendiente tuya Nalu? ¿Sería capaz de soportar todos los instintos de Gabriel?Solo quería lo mejor para él, no soportaría que algo malo le pasara por mi culpa, nunca me lo perdonaría.—Está bien —murmuré—. ¿Te puedes ir? Necesito descansar.
La persona que pensé que solo existía en mi mente, ahora estaba justo en frente de nosotros. Mi cuerpo se estremeció mientras sentía como mis piernas flaqueaban, amenazándome con caerme.Owen se dio cuenta de mi estado y me agarró fuertemente de la cintura.Sabía que tendría que verlo, lo sabía, pero no esperaba que ese momento llegara tan pronto, no estaba preparada y tal vez nunca lo estaría.—Solo diré una cosa
Habían pasado dos meses desde aquella noche donde Gabriel me propuso matrimonio, debía admitir que habían sido los mejores meses de mi vida, este tiempo nos había ayudado a conocernos más y a fortalecer nuestro vínculo. No obstante, teníamos altas y bajas en nuestra relación, pero lo superábamos con amor y compresión. Decidí que lo mejor sería casarnos cuando todos los problemas estuvieran arreglados, no quería ningún contratiempo en mi boda.Con el tema de mi madre, le exigí a mi padre que me revelara la verdad e igual que yo, pensó que estaba muerta. Gabriel había estado buscándola, pero aun sus búsquedas no daban fruto y empezaba a desesperarme. Caleb no se volvió a infiltrar en mis sueños y me causaba un poco de temor. Sabia con certeza que estaba planeando algo y por el tiempo que llevaba, debía de ser algo grande.
Un mes después. —Buenos días —saludé, entrando a la cocina.Fui hasta uno de los bancos que se encontraban junto a la isla y me senté.—Buenos días Emi —respondió Caleb, dándome un recorrido con su mirada.Carraspeé para llamar su atención, solo sonrió y siguió batiendo algunos huevos.Traía puesto unos pantalones de chándal, pero su torso estaba al descubierto, dejándome así, una magnifica vista de su gran espalda ancha.—Huele delicioso. Tengo mucha hambre —mi estómago dio un gran rugido de confirmación. Sentí como inmediatamente mi rostro ardía de la vergüenza.Caleb detuvo lo que estaba haciendo, y vino hasta mi con una sonrisa burlona plasmada en su rostro.—Tu estomago me l
—Buscaremos otra ayuda, tiene que haber otra solución…solo tenemos que investigar y la encontraremos.Habló Caleb, mientras trataba de convencerme. Estaba caminando de un lado a otro como un perro enjaulado.Quise reírme por mi pensamiento.—Esta es la única solución Caleb, además, no tengo tiempo —suspiré rendida—. Faltan nueve días.El negó con sus ojos vidriosos.—Si lo haces, te perderé…todos te perderemos Emmi. Entiende, será como si nunca hubieras existido. No te acordaras de nada, empezaras de cero.Se acercó hasta mí con una mirada completamente herida.—Hablas como si pensaras que esto no me duele —susurré—. Por más que apagué el botón de mis sentimientos aparentemente, es algo natural sentir y sí, me duele. Me du