—Gabriel —susurré atónita.
Quedé estática en mi lugar mientras me perdía al observar esos grisáceos que tanta alegría me daban… sentía que si dejaba de mirarlo Gabriel se irá y no lo podía permitir.
Diablos, lo había extrañado tanto.
—Emm, mi Emm —sus ojos se volvieron vidriosos; su mano derecha se dirigió a mi rostro tocándolo tan delicadamente, era como si tuviera miedo de romperme—. Perdona...
—No —lo interrumpí de inmediato—. No hay nada que perdonar…nada.
Negó acercándose.
Mis manos picaban por tocarlo, mis labios cosquilleaban por tener una mínima fricción con los suyos, mi corazón latía desmesuradamente y las lágrimas no dejaban de salir.
— ¿Por qué ere
CAPITULO 20—Tienes que aprender a controlarte y para eso Luci te ayudara —Comentó Gabriel. Asentí sin más, aunque no me gustara la idea.— ¿Y si no aprendo a controlarme? —pregunté en un susurro, manteniendo mi mirada en el suelo.Estaba demasiado confundida y asustada. No sabía que debía de hacer de ahora en adelante.—Acabarías con todo a tu alrededor —explicó Caleb, rápidamente alcé mi mirada hacia él.— ¿Acaso puedo hacer eso? —los miré horrorizada a ambos, me levanté de aquel sillón donde había permanecido por varios minutos después de que Caleb me dijera el cambio de color de mis ojos. Quería una explicación.—Eso y más mi Luna —Gabriel se acercó y me abrazó—. Pero tranquila, no dejar
Hace varios minutos había despertado, más sin embargo mis ojos aun seguían cerrados, no quería abrirlos.No quería saber quién era el dueño de aquellas caricias que estaba recibiendo justo en este momento.—Estas despierta, lo se Kalil —detuvo sus caricias y por un instante me vi extrañando su toque en mi piel.¿Kalil? Abrí mis ojos y lo primero que vi fue su rostro a milímetros del mío, ahogué un gemido.Me separé y me levanté lo más rápido posible.—Tres cosas —señalé, apuntándolo—. No me vuelvas a tocar Aren. Dos, mi nombre es Emma, no Kalil. Tres y más importante, déjame volver con mi prometido.No dijo nada, solo se quedó ahí sentado observándome por completa, me miraba como si fuera l
Todos planeamos nuestro futuro, tenemos grandes sueños y metas que con el tiempo batallamos para conseguirlos, la vida se trata de luchar por lo que te hace feliz, vivir por ello y ser quien quieres ser, eso hacia yo hasta aquel día en donde todo cambio , en el que me di cuenta que toda mi vida ya estaba planeada y mi decisión u opinión no contaban para nada. Antes de nacer, mi vida estaba escrita, mi cuerpo y alma le pertenecían, pero mi ser, junto con esa parte rebelde que todos tenemos se rehusaba a ello, era alguien libre y no dejaría de serlo, lucharía, aunque me enfrentara a un campo de guerra donde no tenía ni la mínima ventaja para salir victoriosa.
Anoche cuando Gabriel se fue, miles de pensamientos me saturaron, mandándome a pasar por diferentes cambios de humor en menos de dos minutos. Fue un récord total.No podía dejar que me afectara de esa forma.Hace más de media hora que estaba despierta, las ganas de querer levantarme eran igual a cero. No salir de la habitación y que la realidad terminara golpeándome en la cara más de lo que quería hacer al levantarme esta mañana, en una cama que no era la mía, que a pesar de ser muy cómoda preferiría mil veces mi antiguo lecho, mi antig
Desperté un poco agitada de aquel confuso y loco sueño. Desde que supe y estuve al tanto que existía este mundo sobrenatural, venían sucediéndome extraños sucesos en mis sueños. Recordaba como mi madre me decía que nunca debíamos de ignorarlos, pues estos nos avisaban cosas que pasarían o que estaban sucediendo.Derrotada y con un gran suspiro me levante de la cama. Una idea llego a mí haciéndome apurar para arreglarme. Hoy no era la excepción, hacia igual o aún más frio que ayer. Pero sabían quién me mantendría cálida.
¿Por qué tenían que tener ese instinto de protección tan elevado estos hombres? ¿Por qué me tenía que tocar un Alpha y no cualquier lobo normal? ¿Por qué ser una descendiente tuya Nalu? ¿Sería capaz de soportar todos los instintos de Gabriel?Solo quería lo mejor para él, no soportaría que algo malo le pasara por mi culpa, nunca me lo perdonaría.—Está bien —murmuré—. ¿Te puedes ir? Necesito descansar.
La persona que pensé que solo existía en mi mente, ahora estaba justo en frente de nosotros. Mi cuerpo se estremeció mientras sentía como mis piernas flaqueaban, amenazándome con caerme.Owen se dio cuenta de mi estado y me agarró fuertemente de la cintura.Sabía que tendría que verlo, lo sabía, pero no esperaba que ese momento llegara tan pronto, no estaba preparada y tal vez nunca lo estaría.—Solo diré una cosa
Habían pasado dos meses desde aquella noche donde Gabriel me propuso matrimonio, debía admitir que habían sido los mejores meses de mi vida, este tiempo nos había ayudado a conocernos más y a fortalecer nuestro vínculo. No obstante, teníamos altas y bajas en nuestra relación, pero lo superábamos con amor y compresión. Decidí que lo mejor sería casarnos cuando todos los problemas estuvieran arreglados, no quería ningún contratiempo en mi boda.Con el tema de mi madre, le exigí a mi padre que me revelara la verdad e igual que yo, pensó que estaba muerta. Gabriel había estado buscándola, pero aun sus búsquedas no daban fruto y empezaba a desesperarme. Caleb no se volvió a infiltrar en mis sueños y me causaba un poco de temor. Sabia con certeza que estaba planeando algo y por el tiempo que llevaba, debía de ser algo grande.