OmarNunca había disfrutado de una reunión familiar como esa vez. Ese juego de miradas que teníamos con ese riquísimo bombón me ponía a mil por hora.Esa timidez, inocencia y hasta deseo en su mirada no hacía más que cautivarme. Era como si con una sola mirada me robara la existencia por completo. Si, aquí estaba yo de nuevo intenso por una mujer, pero lo que ella me hacía sentir; era diferente.Era como una historia de hombres lobo cuando encuentran a su pareja destinada; a su luna, con quien pasarán el resto de su vida juntos. En mi caso era un apetecible y exquisito bombón rosa como su vestido.Ella se despide de todos en la mesa y me sentía inquieto. No era el santo de la familia, pero tampoco el mujeriego y quería hablar con ella, pero que no hubiera tantos ojos encima de nosotros, para no incomodarla, especialmente los de su hijo.Ella comenzó a caminar hacia la salida y mi madre me dijo que fuera tras ella. No hubo necesidad de que lo dijera, de igual manera tenía la intención
PHOEBEMis piernas temblaban con tan solo recordar lo que pasó en la fiesta. La vergüenza que sentí por la pregunta del señor Guzmán, no tenía explicación. A eso sumarle las manos del jugador en mi espalda, su manera de decirme que calmara utilizando la palabra “Bombón” fue una bola de fuego hubiera golpeado mi cuerpo. Mi cuerpo entero se quemaba, pero no de la misma manera en cómo lo hacían mis mejillas.Como si eso no fuera lo suficientemente vergonzoso, tener un hijo muy voluntarioso contestando por mí, fue la cereza al postre de mi vergüenza. Le agradecí la intervención de la señora Guzmán y de la señora Jimena, sin embargo, estar entre mi hijo y Omar Guzmán no hacía nada fácil la situación. Trataba de no verlo, pero mi hijo y su “¿Verdad?” hacía que eso fuera inevitablemente.Al despedirnos nuevamente no espere que ese hombre fuera capaz de ir detrás de nosotros y ofrecerse a llevarnos al departamento. Me daba temor, porque él al ser una persona pública lo más probable es que se
PHOEBE—¡Aah! —Gemí y no de dolor si no de placer cuando el señor meloso apretó mi pezón con sus labios.—Si, bombón, no reprimas ningún gemido, quiero escucharte gritar en todas las frecuencias posibles. —dijo para luego hacer lo mismo del otro lado. Omar se puso de pie conmigo rodeando su cadera. Sin el mayor esfuerzo, mis ojos no dejaron los suyos en ningún momento—. ¿Cuál será el lugar perfecto para comer un postre como este? —dijo viendo hacia la puerta de la habitación o la cocina. —Mis postres los disfruto en mi cama viendo una película. —dije apretando mis dientes al sentir como la yema de sus dedos presionaba mi centro. Él sonrió y caminó hasta su habitación para dejar mi cuerpo con delicadeza sobre la cama con sábanas negras. Se separó de mí y comenzó a desabotonar su saco con lentitud. Sin dejar de mirarme con una sonrisa que me tenía disfrutando de la vista. El saco acabó en una esquina de la habitación. —Alexa, pon música para seducir un bombón. —dijo. —Lo siento, eso
OMARPhoebe me había cautivado un día antes de la boda de mi primo, pero su nuevo cambio de imagen, principalmente el nuevo color de cabello y ese vestido; hicieron estragos en mi pecho y entrepierna. La belleza que desborda esta mujer no tenía límites, no podía creer cómo era capaz de mezclar inocencia y sensualidad a la vez. Ella no lo sabía, pero me tenía a sus pies.La noche fue la mejor que he tenido en mi vida. Mi plan era regresar a su casa después de la fiesta, pero al llevarla a mi departamento me dediqué enteramente en disfrutar junto a mi bombón. La suavidad de su piel, sus labios carnosos, sus gemidos, lo maleable de sus pechos, su trasero rebotar contra mi pelvis en cada embestida que le deba en ciertas posiciones abrieron un apetito insaciable por ella.La amé durante toda la noche, casi hasta ver el amanecer.Recuerdo muy bien haberme acostado abrazando su cuerpo, pero amanecí solo sobre la cama y escuchando fuertes golpes en la puerta de mi departamento.Me levanté ráp
OMAR—¿Quién te crees al decir mi hijo? Noah es mi hijo. —dijo y pude reconocerlo. El tipo se puso de pie y se arregló el saco.—Steven, un hombre como tú no merece ser llamado padre. Nunca te has preocupado o interesado en tu hijo.—Eso no quita que lleve mi sangre y mis genes. No voy a permitir que estés cerca de él, y tu… ya sabes lo que tienes que hacer, no me importaría pelear y recuperar tu patria potestad si es necesario. Este golpe les saldrá muy caro.—Tu firmaste tu patria potestad no puedes quitarme a Noah.—Puede revocarse si un juez así lo cree conveniente para Noah. Tu eres una madre soltera, que lo deja solo o con tu vecina solo para ir a revolcarte con este, un hombre agresivo que fue capaz de golpearme enfrente de Noah. —giré mi cabeza hacia la puerta del departamento donde Noah miraba todo con temor—. ¿Ese es el mejor ejemplo para Noah? Afuera está lleno de reporteros listos para atacarte a ti y a Noah todo por tus malas decisiones. Yo le puedo dar un hogar, estoy ca
PHOEBE—¡Mamá! ¡mamá!. Aparecemos en las noticias. —dijo Noah, interrumpiendo mi siesta de una hora antes de irme a trabajar.—Lo sé, cariño. —dije sintiendo como se subía sobre la cama.—¿Eso quiere decir que Omar será mi papá? —preguntó, provocando que salga completamente de mi letargo.—No, Noah, Omar es un desconocido para nosotros.—Pero tú pasaste toda la noche con él. —«Ay, no. ¿Qué haré con este niño?»—Eso no significa nada, Noah.—Ahora así le dicen. —comentó virando sus ojos.—Lo que sea que esté maquinando tu cabeza; es imposible. —dije acariciando su cabello.—Pero es que yo… —Acaricie su mejilla y golpee mi hombro invitándolo a que se recostara.—Sé muy bien lo que estabas pensando, pero solo me invitó a salir. No significa que sea para toda la vida. ¿Qué tal si solo me quería para no ir solo a la boda y ya no me llamara más? —pregunté y él negó.—No, Omar te mira de una manera muy extraña. No sé, es como ver al gato con botas en la película de Shrek. Se nota que quiere
PHOEBENoah entró de nuevo al departamento y después de mirarme de mala manera se fue directo a su habitación.—¿Viste cómo me miró? —pregunté a Aida.—Yo si fuera él te miraría de la misma manera. —la miré con la ceja alzada—. El malo de su cuento vino de nuevo a arruinar lo que por primera vez podría ser una relación de verdad que te conoce. Sin importar si es un posible felices para siempre o un felices hasta nunca. Sabes que desde hace mucho tiempo Noah idolatra a Omar o la idea de tener un padre y vio una oportunidad de por fin tener lo que tanto ha deseado.—Sabes que no fue mi culpa el que no pudiera darle una familia o un padre como él lo ha querido. —dije sintiendo como mi nariz y mis ojos comenzaban a arder. Aida se acercó a mí y acaricio mi espalda.—Lo sé, pero en este momento debes de pensar en que es lo que quieres hacer tu por el bien de tu hijo. Ese bastardo de tu ex no será el primero ni el último en ser egoísta solo porque eres la madre de su hijo y no quiere verte c
OMAR—Creo que debes de olvidarte de esa mujer. Está claro que esto se podría volver un enorme problema, para ti, para ella y hasta para su hijo. —dijo Alexis cuando llegamos al auto, después de salir del departamento de Phoebe.—Con mayor razón no la voy a dejar ahora que le causé este problema y que se clavó profundamente en mí.—¿No fue al revés? —dijo cubriéndose la boca.—Muy gracioso, ¿Quieres quedarte sin trabajo? —dije poniendo el auto en marcha.—No… te recuerdo que tienes un contrato conmigo firmado por dos años más.—Que se puede cancelar si así lo quiero.—De acuerdo no te enojes, pero si esta situación se te sale de las manos deberás aprender a no engancharte con cualquier mujer. —estaba a nada de llevar mi mano a rodear su cuello, pero un mensaje se escuchó en mi teléfono.«Mi madre cree que eres bueno, pero que no te conoce.»Se leía en el mensaje que recibí de Noah.«Gracias por el dato, campeón. Lo tomaré en cuenta.»Respondí. Estaba claro que esto significaba una opo