PHOEBEVerlos a ambos como dos príncipes esperando por mí en casa y que tuvieran todo listo para mi cuando llegué de mi día de trabajo fue muy tierno. Andaba muy sentimental y lo atribuía a las hormonas del embarazo, aunque cualquiera en mi lugar se sentiria así al ser recibida en su casa de esta manera. Disfruté mucho del agua ligeramente tibia por unos minutos y luego comencé a prepararme para ir al cumpleaños del futuro abuelo de mi bebé. Que extraño se sentía, pero era algo a lo que me tenía que acostumbrar. Sin importar lo que pasara entre Omar y yo, sabía que mi bebé tendría una muy buena familia que cuidara de él o ella.Me miré en el espejo y esperaba que mi vientre no comenzara a crecer hasta que todo esto se termine. Esperaba que en uno o dos meses más, todo volvería hacer como antes. Una parte de mi quería creer en que Steven verdaderamente quiera lo mejor para el niño y que no siga con su demanda. Yo estaba dispuesta a permitir visitas, pero veríamos que sucia artimaña te
PHOEBESteven me miró y negué creyendo que podría ver la manera en cómo suplicaba con tan solo una mirada, de inmediato él se abocó a la jueza.—Si, no creo que mi hijo esté bien o seguro en ese lugar.—No… ¡no! —grité.—Tranquila, mamá. Estás soñando. —dijo mi Noah, tocando mi mejilla con su mano. Tomé su mano para traerlo a mi cuerpo. Abrazarlo con fuerza y repartir besos en su rostro.Si, eso último había sido una pesadilla. Steven dijo que no, que estaba bien que el niño estuviera conmigo hasta que se finalizara el proceso. Luz me motivó diciendo que esa decisión podría ser un punto a mi favor.—Y es la única cosa buena que ha podido hacer tu padre. —dije y él me miró con curiosidad.—¿Me dirás que pasó? —preguntó y negué.—No, y es mejor que no sepas. No quiero que te involucres, y esa cabecita tuya, comience a maquinar cosas que no necesita. Lo único que te pido es que sigamos nuestra vida como siempre la hemos llevado.—De acuerdo, ¿y has sabido de Omar? Hace un rato le llamé y
OMAROdiaba el hecho de dejar sola a mi Bombón, un día antes de la primera mediación legal. Me tranquilizaba saber que se encontraba en buenas manos con mi tía Luz.Las grabaciones para la campaña comenzaría ese mismo día y era un contrato que no podíamos perder. A parte que cancelarlo no beneficiaría mi imagen y nos podría costar varios miles de euros.—Un día o dos que no pases con esa mujer y su hijo, no será el fin de mundo. —dijo Alexis y no pude aguantarme. Lo sujeté del cuello de su camisa y me acerqué a su rostro.—Te lo dije una vez, Phoebe no es cualquier mujer, es la mujer, mi mujer, la que quiero en mi vida. No me interesa lo que quieras y pienses sobre eso. Te recuerdo que eres mi representante y te considero mi amigo así que aprende a distinguir cuál es tu lugar y tus límites sobre hasta dónde debes y puedes meterte. Su nombre es Phoebe y su hijo se llama Noah. Recuérdalo para la próxima vez que la menciones, porque de lo contrario, se me olvidará quién eres. —Lo solté y
OMARNo supe cuántos golpes le di. Solo fui consciente que Sonia me empujó al suelo para evitar que siguiera golpeándolo.—¡¡Omar!! ¡Ya déjalo, lo vas a matar! —dijo Sonia cayendo encima de mí.—Estas despedido maldito imbécil, Phoebe en ningún momento se ha metido contigo, como para que le hagas esto. No soy estúpido, sé muy bien que esto lo hiciste para molestarla. —Sonia va hasta donde él para ayudarlo.—Si, lo hice, porque esa mujer no te conviene.—¡No! Ella no es el problema. El problema eres tú que siempre quieres el trabajo fácil y sin problemas. Lo mismo le hiciste a ese chico… y recuerda hasta donde llegaron tus acciones. Pero yo no soy él y te di la oportunidad de ser mi representante porque eras mi amigo; sin embargo, ya vi que contigo la amistad no vale nada. Por qué un amigo estaría feliz de ver a el otro feliz. Todos tenemos un pasado y aunque nos gustaría desaparecerlo, tenemos que aprender a vivir con él. Phoebe no tiene, ni tuvo culpa de tener los padres que tuvo. Te
OMARComo lo dije, no me iba a dar por vencido tan rápido, pero me era muy difícil tener acceso a ella y a Noah.Les hacía llegar presentes que eran devueltos y cada vez que eso pasaba me dolía más porque sabía que no me darían la oportunidad de explicarme de nuevo. Cuando tristemente yo no había hecho nada para merecer este trato.Como mi madre me dijo ese día que llegue a su casa. Este era el precio de la fama, algo tan minúsculo era capaz de lastimar a todos a mi alrededor. Los días fueron pasando y Sonia vino a Zaragoza, se sentía muy mal por mi ante lo que había pasado. Se ofreció hasta a hablar con Phoebe, pero yo me negué. Había aprendido que los errores no se corrigen señalando a otros, este problema no lo creo yo, pero si me involucra a mí, por lo que no quería que nadie más interviniera.Alexis me llamaba sin parar, pero no recibía respuesta de mi parte, cuando era algo referido al trabajo, lo hacía por correo y si, por intervención de mi padre sigue siendo mi representante.
PhoebeEl teléfono no dejaba de vibrar y sabía que debía actuar antes de que todo se saliera de control. No necesitaba a Omar en mi puerta todo el tiempo. Necesitaba tiempo, definitivamente estar con él sería un error. Nosotros no encajamos en su vida y era mejor alejarlo antes de otra cosa. Eventualmente debía decirle de mi embarazo, pero esperaría a que todo esté solucionado con Steven.—Phoebe, ¿en qué puedo ayudarte? —dijo el señor Ernesto, encargado del mantenimiento del edificio.—Buenos días, señor Neto. Quería molestarle con una cosa. —dije tratando de escucharme lo más tranquila posible.—Si, claro, si está en mi poder con mucho gusto. —dijo el hombre con amabilidad.—Me gustaría poder cambiar mi número de acceso —dije, Omar lo sabía y tendría acceso a entrar al edificio.—Claro que sí, envíame por mensaje de texto el código actual y te enviaré uno nuevo.—Muchas gracias, señor Neto. Es un sol.—Tú lo eres más y te mereces algo mejor. No te desanimes, a veces las cosas pasan
PhoebeZaragoza, España—No me puedes hacer esto, Steven. Dejé a Alan por ti. He hecho cada cosa que me has pedido. No me puedes dejar sola con esto. —Pedí al idiota enfrente de mí que se negaba a aceptar su paternidad. —No trates de culparme por tus estupideces. Querías dinero para ayudar a tus padres, te lo dí. Ahora no quieras venir con ese jueguito de que estás embarazada y que es hijo mío, cuando todos aquí sabemos que te has acostado con media colegio. —Eres el único con el que he estado que no ha usado preservativo. —Sus palabras me dolían porque me daba cuenta que llevaba una vida muy alocada.—Es decir que admites que te has metido con todos, por lo que cualquiera puede ser el padre de esa cosa. —dijo, viéndome mi cuerpo de pies a cabeza con repulsión—. La verdad es que, debí estar bien dr0gad0 cuando me metí contigo. —Apreté mi puño y cobró vida en mi mano, porque al segundo después se impactó en su mejilla, haciendo que se tambaleara. El fuego en sus ojos caló mis huesos,
PhoebeMadrid, España7 años después.—Mamá, mamá. Despierta, hay alguien tocando la puerta. —dijo mi pequeño Noah, golpeando mi mejilla. Miré mi teléfono y eran las 7:30 de la mañana. —Tranquilo cariño, ahorita voy. —Él se fue de la habitación y me dejó cambiar mi ropa. Tenía un par de horas de haber regresado de mi turno en el hospital. Gracias a mi tía Salomé me logré graduar y estudiar enfermería. Durante ese viaje de tren que nos trajo aquí, una señora se puso de parto y ver como mi tía la ayudó a traer a esa nueva vida al mundo me hizo enamorarme de la labor médica. La carrera como médico era muy costosa, y mi tía ya me ayudaba suficiente al cuidar de Noah y de mí, mientras me dedicaba a estudiar.Dos semanas después de comenzar mi labor en el hospital. Mi tía sufrió un accidente que me la arrebató para siempre, al ser atropellada afuera del hospital por culpa de un automovilista ebrio. Noah tenía 3 años y a pesar de que era pequeño, él siempre me preguntaba todos los días