OMARMe esperaba que me dijera cualquier cosa, menos que se trataba de algo como eso; sin embargo, esa información a quien podría interesarle era a mi tío Iván. Esa familia había sido responsable de lastimar su carrera, su vida y a su familia, bajo amenazas y chantajes.No lo dudé y al comentarle lo que me narró Phoebe. Me dijo que ya les habían avisado y que el problema era más grande de lo que esperaban. Pues ahora descubrieron que esa organización ha seguido operando bajo las sombras y bajo nuevos líderes. Esperando que los últimos eventos los lleven a dar con los culpables o los líderes de dicho nido de delincuentes y asesinos. Colgué la llamada y me acerqué a Phoebe, no me imagino lo difícil que debió ser vivir algo como eso, aunque ya lo había dicho, escucharla mencionar los detalles hasta a mí me causaron impresión. —¿Por eso estás así? Tus ojos brillan diciendo que estás mejor que nunca, pero tus ojeras me dicen que no la has pasado bien. —Es todo lo que ha pasado en los úl
OMARMe di la vuelta cuando lo vi con la intención de levantar la mirada. No creo que me viera, pues me desvié para subir las escaleras. Lo que menos necesitaba era crearle un problema a mi bombón. Esperé unos minutos hasta que logré bajar al estacionamiento. No miré nada más que me pareciera sospechoso. Lo único que podía hacer era llamar a Alexis, necesitaba refuerzos para saber un poco más sobre lo que acaba de pasar.No quería crear problemas si no era necesario.—Con razón se está cayendo el cielo de Madrid sobre mi cabeza en este momento. —dijo Alexis—. Que milagro que me estés llamando tu y cuando más a esta hora. ¿Qué hiciste? —preguntó, viré mis ojos al escucharlo.—Te necesito aquí. —dije poniendo mi auto en marcha.—Mi vuelo sale en un par de horas. Ya lo tenía arreglado para estar en la fiesta de tu padre, pero si es algo urgente me voy, ya.—Se me olvidaba que venías y sí, yo te espero por la tarde.—Me dejaras con la duda… —fue lo último que escuché que dijo antes de cor
PHOEBEVerlos a ambos como dos príncipes esperando por mí en casa y que tuvieran todo listo para mi cuando llegué de mi día de trabajo fue muy tierno. Andaba muy sentimental y lo atribuía a las hormonas del embarazo, aunque cualquiera en mi lugar se sentiria así al ser recibida en su casa de esta manera. Disfruté mucho del agua ligeramente tibia por unos minutos y luego comencé a prepararme para ir al cumpleaños del futuro abuelo de mi bebé. Que extraño se sentía, pero era algo a lo que me tenía que acostumbrar. Sin importar lo que pasara entre Omar y yo, sabía que mi bebé tendría una muy buena familia que cuidara de él o ella.Me miré en el espejo y esperaba que mi vientre no comenzara a crecer hasta que todo esto se termine. Esperaba que en uno o dos meses más, todo volvería hacer como antes. Una parte de mi quería creer en que Steven verdaderamente quiera lo mejor para el niño y que no siga con su demanda. Yo estaba dispuesta a permitir visitas, pero veríamos que sucia artimaña te
PHOEBESteven me miró y negué creyendo que podría ver la manera en cómo suplicaba con tan solo una mirada, de inmediato él se abocó a la jueza.—Si, no creo que mi hijo esté bien o seguro en ese lugar.—No… ¡no! —grité.—Tranquila, mamá. Estás soñando. —dijo mi Noah, tocando mi mejilla con su mano. Tomé su mano para traerlo a mi cuerpo. Abrazarlo con fuerza y repartir besos en su rostro.Si, eso último había sido una pesadilla. Steven dijo que no, que estaba bien que el niño estuviera conmigo hasta que se finalizara el proceso. Luz me motivó diciendo que esa decisión podría ser un punto a mi favor.—Y es la única cosa buena que ha podido hacer tu padre. —dije y él me miró con curiosidad.—¿Me dirás que pasó? —preguntó y negué.—No, y es mejor que no sepas. No quiero que te involucres, y esa cabecita tuya, comience a maquinar cosas que no necesita. Lo único que te pido es que sigamos nuestra vida como siempre la hemos llevado.—De acuerdo, ¿y has sabido de Omar? Hace un rato le llamé y
OMAROdiaba el hecho de dejar sola a mi Bombón, un día antes de la primera mediación legal. Me tranquilizaba saber que se encontraba en buenas manos con mi tía Luz.Las grabaciones para la campaña comenzaría ese mismo día y era un contrato que no podíamos perder. A parte que cancelarlo no beneficiaría mi imagen y nos podría costar varios miles de euros.—Un día o dos que no pases con esa mujer y su hijo, no será el fin de mundo. —dijo Alexis y no pude aguantarme. Lo sujeté del cuello de su camisa y me acerqué a su rostro.—Te lo dije una vez, Phoebe no es cualquier mujer, es la mujer, mi mujer, la que quiero en mi vida. No me interesa lo que quieras y pienses sobre eso. Te recuerdo que eres mi representante y te considero mi amigo así que aprende a distinguir cuál es tu lugar y tus límites sobre hasta dónde debes y puedes meterte. Su nombre es Phoebe y su hijo se llama Noah. Recuérdalo para la próxima vez que la menciones, porque de lo contrario, se me olvidará quién eres. —Lo solté y
OMARNo supe cuántos golpes le di. Solo fui consciente que Sonia me empujó al suelo para evitar que siguiera golpeándolo.—¡¡Omar!! ¡Ya déjalo, lo vas a matar! —dijo Sonia cayendo encima de mí.—Estas despedido maldito imbécil, Phoebe en ningún momento se ha metido contigo, como para que le hagas esto. No soy estúpido, sé muy bien que esto lo hiciste para molestarla. —Sonia va hasta donde él para ayudarlo.—Si, lo hice, porque esa mujer no te conviene.—¡No! Ella no es el problema. El problema eres tú que siempre quieres el trabajo fácil y sin problemas. Lo mismo le hiciste a ese chico… y recuerda hasta donde llegaron tus acciones. Pero yo no soy él y te di la oportunidad de ser mi representante porque eras mi amigo; sin embargo, ya vi que contigo la amistad no vale nada. Por qué un amigo estaría feliz de ver a el otro feliz. Todos tenemos un pasado y aunque nos gustaría desaparecerlo, tenemos que aprender a vivir con él. Phoebe no tiene, ni tuvo culpa de tener los padres que tuvo. Te
OMARComo lo dije, no me iba a dar por vencido tan rápido, pero me era muy difícil tener acceso a ella y a Noah.Les hacía llegar presentes que eran devueltos y cada vez que eso pasaba me dolía más porque sabía que no me darían la oportunidad de explicarme de nuevo. Cuando tristemente yo no había hecho nada para merecer este trato.Como mi madre me dijo ese día que llegue a su casa. Este era el precio de la fama, algo tan minúsculo era capaz de lastimar a todos a mi alrededor. Los días fueron pasando y Sonia vino a Zaragoza, se sentía muy mal por mi ante lo que había pasado. Se ofreció hasta a hablar con Phoebe, pero yo me negué. Había aprendido que los errores no se corrigen señalando a otros, este problema no lo creo yo, pero si me involucra a mí, por lo que no quería que nadie más interviniera.Alexis me llamaba sin parar, pero no recibía respuesta de mi parte, cuando era algo referido al trabajo, lo hacía por correo y si, por intervención de mi padre sigue siendo mi representante.
PhoebeEl teléfono no dejaba de vibrar y sabía que debía actuar antes de que todo se saliera de control. No necesitaba a Omar en mi puerta todo el tiempo. Necesitaba tiempo, definitivamente estar con él sería un error. Nosotros no encajamos en su vida y era mejor alejarlo antes de otra cosa. Eventualmente debía decirle de mi embarazo, pero esperaría a que todo esté solucionado con Steven.—Phoebe, ¿en qué puedo ayudarte? —dijo el señor Ernesto, encargado del mantenimiento del edificio.—Buenos días, señor Neto. Quería molestarle con una cosa. —dije tratando de escucharme lo más tranquila posible.—Si, claro, si está en mi poder con mucho gusto. —dijo el hombre con amabilidad.—Me gustaría poder cambiar mi número de acceso —dije, Omar lo sabía y tendría acceso a entrar al edificio.—Claro que sí, envíame por mensaje de texto el código actual y te enviaré uno nuevo.—Muchas gracias, señor Neto. Es un sol.—Tú lo eres más y te mereces algo mejor. No te desanimes, a veces las cosas pasan