—¿Billy? ¿De verdad? ¿Realmente te refieres a mi primo?— pregunta el asombrado. —Si Brandon, ese Baby que aparece en mi celular es Billy, tu primo, nos decimos así desde hace tiempo, tú sabes como es él con la forma de hablar y como trata a los demás y...— digo en serio, pero él me interrumpe. —¿Billy? El mismo que dijiste que no tenías nada con él, ninguna relación… ¿Lo tienes guardado como Baby? ¿De verdad Adelaida?— se escucha muy molesto y está usando mi nombre completo, nada de Ady, ni princesa, ni amor, ni cariño. Yo no puedo creerlo, pero en realidad él está que me quema con la mirada. —Brandon, por favor…— empiezo yo decirle, pero él levanta los brazos en una actitud desesperada, cómo si no quisiera ni escucharme hablar. —¿Tú de verdad crees que soy tonto? ¿Por quién me tomas Adelaida?— me empieza a hablar levantando la voz a modo de regaño. —Brandon ¡Es Billy de quien hablamos!— digo en voz alta respondiendo a sus acusaciones, señalando en el aire como sea mi lado existi
Brandon realmente se había superado, antes cuando discutíamos se pasaba por la oficina y me daba miradas molesta y extrañas, pero esta vez eso ni siquiera eso, parece que se hubiese desaparecido de la faz de la tierra. Para hacer francamente sincera yo ya me estaba hartando. Yo sé que no me había comportado como la persona más madura del mundo y que muchas veces le había rehuido. Tenía mis razones y entiendo que ahora quizás no eran bien fundadas, pero una vez que él se mostró atento conmigo y con buena predisposición yo misma me di cuenta de que él siempre me había ayudado y empecé a darle una oportunidad. Pero esta actitud de Brandon había sido una completa niñería. Es decir, no es que yo me haya portado mal con él todo el tiempo, sino que él, arbitrariamente, había decidido que lo que habíamos compartido en todos estos meses simplemente no valía la pena. Cómo si todo este tiempo compartido, merecía echarse a la basura. Aun con todo y eso cuando me llegó la invitación para el cu
—¿Qué demonios tengo que ver yo en esto entre ustedes? — dice Billy apareciendo de la nada, con un tono sorprendido, veo en sus manos qué trae un par de copas de champaña, supongo que nos perdimos algún brindis y él venía a buscarme, y las coloca en un banco cerca. —¿Qué haces tú aquí es la verdadera pregunta? ¿Acaso no puedes dejarla sola un segundo? ¿No basta con que ella saliera corriendo cada momento que tú se lo pides? ¡Dejando absolutamente todo detrás sin importarle nada! — dice a su primo en voz bastante alta, y yo rezo que nada de esto se escuchara y confiando en que la música opaque todo.—¿De qué demonios hablas? ¡Cómo si yo fuera a obligar Ady hacer lo que yo quiero! ¡Y francamente tú no eres nadie para estarme hablando así!— responde mi amigo con bastante carácter, pareciera que ya ha llegado la nota que colmo el vaso. — Chicos, por favor... No tienen por qué hablarse así... Pensémoslos por un momento y veamos alguna forma de... — digo, pero es inútil. Es como si ellos
Supongo que todo eso salió un poco mejor de lo esperado. Fueron unos minutos realmente emocionantes, una especie de reconciliación, aun cuando no había habido algo realmente serio para separarnos, me parece a mí que era algo como una enemistad sin sentido. Puesto que en realidad, además de ser primos y pertenecer a una familia muy unida, Billy y Brandon realmente tenía muchas cosas en común, además de gente que ellos querían y que los querían a ellos. Ambos eran realmente buenas personas, trabajaban en exceso y le gustaba el éxito, y yo creía que podían aprender uno del otro. Por supuesto que la fiesta tomo otra dirección, Billy se sintió empoderado y aprovechó la ocasión, motivado por su primo salir del clóset frente a toda su familia. Un momento realmente importante, lleno de abrazos y lágrimas, especialmente de parte de mi amigo, quien creo que nunca pensó tener el recibimiento que tuvo. Decir que todos estaban felices de que él confiara en ellos, algo así era quedarse corto. L
—No deberías haber venido con este clima, no se puede ni caminar ni ver, es un peligro… te dije que estaba bien, que nos podíamos ver en unos días— le digo yo entre cansada y molesta cruzando los brazos en mi pecho.—No te preocupes, no fue nada— dice él tranquilo, cómo si viviera al lado de mi casa y todo lo que hizo fue cruzar la calle. Nada más lejos de la realidad.—¿Cómo te sientes?— me pregunta él, con una amabilidad y una gentileza me sorprende. No es que él no lo haya sido antes, es simplemente que, hace días que no lo veía así, nuestro último encuentro, sin duda, debe quedar en el olvido. Pero pareciera que en la cabeza de él, nada de eso hubiese pasado. Él coloca su mochila en la mesa del comedor y me pregunto que hay adentro. Nunca lo he visto con una mochila. Por supuesto que detallo todo lo demás, y cuando digo todo lo demás, sin duda me refiero, a todo él, su look, su cuerpo, su innegable atractivo. Porque estaré enferma, cansada y amargada, pero no ciega. Brandon luce
—¿De qué se trata este show de nuevo?— me pregunta él de repente.—Es sobre unos hermanos, que se llevan generalmente muy bien, su madre había muerto a manos a parecer de un demonio, y su padre en venganza decide buscarlo y matarlo, pero en el camino van aprendiendo cosas sobre ese mundo y hay un montón de demonios, ángeles y ese tipo de cosas extrañas. Cada capítulo es una búsqueda, pero tiene una trama bien interesante— le explico yo lo más resumidamente posible, pero es claro que él parece aún perdido; sin embargo, no dice nada.Es evidente que no le gusta el show, para nada. Pero no me hace ningún comentario, lo cual me parece adorable. Al igual que con Annie, solo queda aquí acompañándome, estando para mi. Tenemos una cobija caliente encima de nosotros, acabamos con la mitad del pie y seguro nuestras lenguas están rojizas. Y si tuviera que definir mi lugar feliz… sería este, pie de cerezas, mi serie favorita, cobija y Brandon. Quizás debí ser un poquito más dura, resistente, y
—¿En serio estos eran tus planes para un sábado?— pregunto yo. Debo confesar que cuando pensaba en los planes de un fin de semana, me imaginaba alguna salida tranquila, un brunch, quizás ir a bailar en la noche, y hasta preferiblemente no hacer absolutamente nada y quedarnos en casa cocinando y viendo alguna película. Pero cuando él me pasó a buscar por mi casa en su auto hilo y vestido entre formal, pero a la vez deportivo me pareció algo raro. Cuando llegamos a un espacio verde y empecé a ver a varios hombres, y especialmente gente mayor saliendo, bien vestidos, mi idea de picnic salida de campo se había ido al garete. Yo le lanzaba miradas sospechosas y el parecía estar disfrutando la enormemente, con una sonrisa de oreja a oreja, viéndome completamente engañada. —¡Claro que si! ¿Por qué no lo serían?— pregunta él combos de sorprendido, pero es obvio que todo está absolutamente bajo su control. Estamos en su terreno cuándo exactamente lo que él quiere. Yo siento su respiración
Yo lo beso con locura, colando mis manos bajo su camisa, soñando con desnudarlo mientras sus manos están totalmente bajo mi falda. En segundos mi ropa interior baja por mis piernas hasta que él me las saca y se las coloca en su bolsillo de un solo movimiento. Juro que no puedo pensar, ni siquiera sé si hay alguien más aquí o si alguien puede vernos, mi cabeza está apagada, y mi cuerpo solo tiene una meta: tenerlo a él. Brandon sigue apretándome contra la mesada y su cuerpo hace fricción contra de mí de una forma deliciosa que me hace querer más. Luego de otro beso desesperado, baja por mi cuello, succiona fuerte y creo que me va a dejar marcas. Parece que está desesperado, pero al mismo tiempo, quería tomarse el tiempo de tocarme para hacerme sentir más, nuestros besos suenan y mi respiración está desbocada. Yo acaricio su pecho y su abdomen, pensando que no puedo desearlo más. Realmente creo que es imposible, pero él es capaz de demostrarme que estoy terriblemente equivocada. Ab