Cap. 28.3

Avanzaron más en el tiempo, adolescentes otra vez, Mónica le contó su amorío con un joven que fue a cantarle una serenata a mitad de la noche, estaba algo ebrio y su mamá le echó un balde de agua fría por la ventana de su cuarto, ambas rieron, tanto la Mónica y la Paola de aquel recuerdo como la Paola y la Mónica testigos, fueron momentos hermosos. Los días de invierno de paseo junto al río en las afueras de la ciudad, horas de caminata y sin parar de cotorrear, de reír o juguetear, perseguirse lanzándose hojas secas, los días de campo con la familia, Mónica sumergida en una lectura mientras que Paola dibujaba.

Paola apretó su mano en gesto de advertencia, su rostro no mostraba nada, solo miraba, Mónica entendió, fue el momento donde Dragnan apareció por segunda vez, el hombre de cabello blanco y ojos azul-plata, Mónica lo reconoció y dijo su nombre en voz baja, Paola asiente, fueron los mismos días que Paola había sido seleccionada para ir Forli, a una academia de arte, y f
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