─ ¡Espera!, ¡no te vayas! ─. Rogó Darlen. ─ Mocoso de mierda ─. Farfulló Caroline. ─ Curioso, muy curioso ─. Dijo el demonio entornando la mirada. ─ (suspiro), ¿Ahora que Sherlock? ─. Preguntó Caroline rodando la mirada con la frustración corriendo a mil por su oscura sangre. ─ Sabe lo que somos y aun así nos ignoró ─ Ve al punto ─ Dos cosas─. Comenzó el demonio levantando dos dedos, recorrió la mirada de una a la otra. ─ Una: como dije sabe lo que somos… ─ Que obvio ─. Escupió la demonio colocando una mano en su cadera, encogiéndose ligeramente de hombros y apoyando se peso en una pierna. ─ Y dos: si nos ignoró es porque no importa lo que hagamos, no podremos cruzar ese paso sin arriesgar nuestras vidas a una muerte segura ─ ¿Qué hacemos entonces? ─ Que sigas llamando a tu reina, preciosa, antes de que tengamos que recoger trozos de arqueóloga a nuestros pies ─. Sugirió el demonio, esta vez fue el turno de Caroline de llamar por teléfono mientras que Darlen trataba de darle el a
Las gemelas esperaban en el gimnasio, Darién y Elenya hacen acto de presencia, Elenya con un nuevo conjunto deportivo, Darién vestía con un short playero y una franela ajustada deportiva de surfista, su cabello ajustado con una cola, solo dejando unos mechones sueltos, Renata se mordió el labio devorándolo con la mirada, Rosa enarcó una ceja, dando su aprobación por la vestimenta. ─ Bien, ya que estamos todos aquí, tenemos unos pocos días nada más para ver que tanto les enseñó Aracne ─. Anunció el Nefilim, Elenya miró sobre su hombro, una sonrisa casual hacia su amigo. ─ Aracne, ¿Tendrías el honor…? ─. La mujer asiente y se acercó a unos armeros, tomó unas espadas y se las entregó, las gemelas pesaron las espadas, su balance, Darién toma otra y se para delante de ellas. ─ Luchen conmigo ─. Las dos se quedaron en blanco, pasmadas, Renata refuta la idea, ella nunca podría levantar su espada en su contra, en cambio Rosa parecía no tener problemas, con una maliciosa sonrisa acep
─ Amados hijos, mi pueblo amado ─. Inició Lenaya levantando sus brazos. ─ Ya es la hora, tenemos nuestro lugar asegurado, todos iremos a casa ─. La gente gritó en vítores y alabanzas a su reina, Lenaya volvió hablar y todos guardaron silencio. ─ Tomemos nuestras precauciones, los rezagados nos encontrarán en dicho punto, nos estarán esperando, no los hagamos esperar, ya que ellos ansían tanto como ustedes ver su nuevo hogar, nuestros enemigos posiblemente nos estarán esperando de igual forma, pero tenemos algo que ellos no tienen ─. Todos guardaron un expectante silencio en espera por saber. ─ Que nuestro rey Einar estará de regreso pronto, se reunirá con nosotros en muy poco tiempo ─. La gente volvió a enloquecer. ─ Y ahora más que nunca ─. Todos guardaron silencio. ─ Nos hemos fortalecido, mis guerreros se han fortalecido con el paso de los siglos, ya no somos un pueblo joven, no solo somos un pueblo vivo, un pueblo eterno lleno de vida, ¡un pueblo que se negó a morir!, ¡un pue
Listo todos los preparativos, las gemelas, Darién y Elenya se disponen para ir a Nueva York, Elenya abre el portal. ─ Después de ustedes ─. Invitó Elenya, Rosa entró de primera, Renata negaba con la cabeza una y otra vez dando un paso atrás. ─ Yo te alcanzo, Aracne ─. Indicó Darién, Elenya se adelanta y entra. ─ ¿Qué ocurre? ─ No me gusta, se ve feo y no me gusta, no veo nada ─ Es solo una puerta ─ No, Darien, eso es una puerta, y veo lo que hay en el otro lado ─. Replicó señalando la entrada de la habitación de los espejos para luego agregar señalando el portal. ─ Y en “eso” no se ve nada del otro lado ─ Estás conmigo ─ ¿Es seguro? ─ Por supuesto ─ No me gusta ─ Cierra los ojos ─ No ─ Rena, cierra los ojos ─ No ─ ¿Confías en mi? ─ Si ─ Cierra los ojos ─ No ─ (suspiro sonoro) Renata, tenemos que irnos ─ ¿No hay otra forma? ─ No ─ (mirada suplicante) No quiero ─ Rena…─ Aracne lo dijo ─. Señaló Renata hacia el portal. ─ Mi bebé no puede correr riesgos ─ Es un portal, Renata ─
Las chicas miraban revistas de cortes de cabello y otras tendencias de la moda mientras comían algunos emparedados y bebían jugos, en una mesita reposaba una enorme bandeja repleta de comida. ─ Veo que ya tienen todo lo que necesitan ─. Señalaba Elenya, las gemelas levantan la mirada, al tener la boca llena no les quedó de otra que asentir con la cabeza, Elenya esboza una sonrisa maternal, eran como dos niñas otra vez, unas niñas muy peligrosas. ─ Cuando quieran descansar me avisan ─ ¿Dónde dormirás tu? ─. Preguntó Renata. Elenya hace un ligero encogimiento de hombros, restando importancia. ─ Hay muchas habitaciones ─ Duerme con nosotras ─. Propuso Renata con ojos muy abiertos, Rosa no despegaba la mirada de las revistas. ─ ¿Segura? ─. Rosa levanta la mirada. ─ ¿Cuál es el problema? ─. Preguntó con mirada expectante sobre Elenya. ─ Creí que Renata dormiría con Darién ─ Hoy es noche de chicas ─. Apuntó Renata levantándose donde estaba, y muy alegremente, tomando de las manos
─ Renata vamos ─. Renata hizo caso omiso de sus palabras, buscando por toda la habitación, Rosa insistió, pero ella buscaba en la nada. ─ ¿Ese fue Darién? ─ Si, nos llamó ─ ¿Cómo? ─ A través de lo que llamamos vinculo, tu lo tienes, yo también ─ ¿Yo lo tengo? ─ Si, si no lo tuvieras no lo hubieras oído ─ Pero…─. Rosa recordó que su hermana sufría de amnesia, tal vez se le había olvidado como usar el vinculo. ─ Tu vinculo con Darién es más fuerte, inclusive pueden hablar mutuamente sin hablar ─ No entiendo ─ (gruñido de frustración) Telepatía, Renata, telepatía, eso quiero decir ─ Pero yo no sé hacer eso ─ ¡Uy!, contigo ya no se puede. Ya lo recordarás ─. Dijo tomando la mano de su hermana, tomó sus espadas y salieron de la habitación. Cuando hicieron acto de presencia, ambas lucían como salidas de una película, listas para matar, Rosa con un conjunto de cuero blanco ajustado, con unas botas haciendo juego, el cierre de su chaqueta abierta hasta cierto punto, dejando algo par
Nunca pensó que por primera vez en su vida se pudiera enamorar de una demonio, durante las semanas de la ausencia de Caroline, las horas fueron prácticamente eternas, inclusive los días parecían ser interminables, solo los días de trabajo en el consulado de Lenaya lo mantenían lo suficientemente ocupado para olvidarse hasta de si mismo, aprender, solo aprender las leyes de Lenaya, impuestas por Eva, se había dejado crecer un poco el cabello y se había rasurado la corta barba que siempre trataba de cuidar y mantenerlo corto y a la moda, sintiéndose feliz y agradecido por tener a alguien como Caroline. Miró hacia su retrato en el escritorio, en ella estaba ella tomando la foto desde un ángulo alto mientras el besaba su mejilla, abrazándola por la espalda, ella sonreía, suspiró, la extrañaba a rabiar, José consideró aquella propuesta el día en que ella estuvo a punto de comérselo, un matrimonio para afianzar lazos con el cielo, en verdad ella no quería una guerra, solo se quer
Pasos de una armadura se sintieron en la grama, el hombre se tensa ante aquel espectáculo imponente, era Lenaya con su espada Morrel en mano. ─ Me es extraño ver al hombre que estuvo más cerca de Joshua pisando estas tierras mundanas ─. Por primera vez en su vida, Sofía sintió tal vuelco en su corazón, la reina había venido, sintió horror y alivio a partes iguales, con la duda y el temor en su corazón desbocado en saber si su llegada era debido para reclamar su ejecución por su traición o salvarle, sintió ambos poderes ejercer en ella que dolía en su pecho y en su mente, se mantuvo tirada en el suelo, temblando, contemplando aquella conversación de un rostro a otro. ─ Tiempo sin verte… Judas Iscariote, Juez de los traidores y los mentirosos ─. Saludó con una sonrisa casual, parándose al lado derecho de Mónica, Judas solo asintió en gesto de reverencia. ─ Y tu, siempre haciendo el papel de victima, del mismo modo en que lo hice cuando regaron la voz de que lo había traicionado ─ ¿Y lo