Con una mano gentil, Darién la guió dentro de la casa, Renata le preguntó muy curiosa el como era posible las flores en un lugar como este, el Nefilim contestó que es debido a Elenya, Darién cerró las puertas de cristal una vez dentro, entraron a la cocina y sacó una silla y se la ofreció, Renata le agradece el gesto. ─ ¿Quieres algo de tomar? ─ ¿Te molestarías si te pido un whisky? ─. Darién enarcó una ceja ofreciendo una mirada inquisitiva de arriba a abajo, ni en sueños le daría un vaso de whisky, no estando embarazada. ─ Supongo que eso es un no. Solo quiero chocolate caliente ─. Darién se dispuso a preparar el chocolate, montó el agua en la tetera, encendió la cocina, buscó en la lacena superior, sacó varios empaques y… ─ Quiero que le pidas perdón a Elenya ─. Todos los empaques se les cayeron de las manos, ¿acaso se volvió loca? ─ Creo que escuche mal, ¿Qué quieres que? ─. Preguntó con desdén y en total desacuerdo mirando sobre su hombro con el ceño fruncido y una cej
Sorbiendo por la nariz, limpiando las últimas señales de lágrimas, había desahogado su frustración de no ser correspondida, Elenya estaba más calmada, manteniendo una conversación trivial con Rosa, por alguna razón, para Rosa, Elenya ya no le parecía una amenaza, era más una persona incomprendida. ─ ¿De verdad no eres un demonio? ─. Preguntó después de haber escuchado su aclaratoria. ─ No, no lo soy, simplemente dejé que pensaran lo que ellos quisieran ─. Respondió con un ligero encogimiento de hombros caídos, sus ojos estaban hinchados, y sus manos jugueteaban en la tela de su sábana. ─ Tienes lindo cabello ─. Dijo posando los ojos en el cabello de Rosa, en cambio ella miró las puntas dejando caer los hombros en tristeza. ─ Mi cabello es un desastre ─. Elenya sonrió. ─ Solo hay que peinarlo un poco. Ven, acércate ─. Invitó palmeando la cama, Rosa se acercó un poco más, Elenya comenzó a estudiar su cabello, después de haberlo estudiado un par de segundos dijo. ─ Tienes el ca
Darién coloca una mano sobre el hombro de Renata apartándola gentilmente mientras decía. ─ ¿Por qué no me lo dijiste? ─. Elenya aparta la mirada, se había dado cuenta que Darién había escuchado la conversación, aunque fue algo privado, no tuvo el valor de reclamarle, total, era su señor ahora y su vida le pertenecía, Darién mantuvo su rostro sereno, sin una muestra de emoción, se sentó en el borde de la cama, Elenya aun mantenía sus ojos fijados en sus sábanas. ─ No creía que fuera importante para ti, además, tu tenías tus propios intereses, ¿Qué hay de malo que guarde los míos? ─ Compartí algunos contigo ─ Pensé que como tu… tenías una forma de divertirte y resolver tus problemas, me dije a mi misma que mis asuntos no te serían de nada importante, incluso, pensé que te burlarías de mi ─ Compartí contigo que mis motivos eran la venganza ─ Pero no me dijiste que era por tu padre ─. Darién esboza una media sonrisa irónica. ─ Creo que nos hemos usado y sin darnos cuenta ─ Jug
─ ¡Espera!, ¡no te vayas! ─. Rogó Darlen. ─ Mocoso de mierda ─. Farfulló Caroline. ─ Curioso, muy curioso ─. Dijo el demonio entornando la mirada. ─ (suspiro), ¿Ahora que Sherlock? ─. Preguntó Caroline rodando la mirada con la frustración corriendo a mil por su oscura sangre. ─ Sabe lo que somos y aun así nos ignoró ─ Ve al punto ─ Dos cosas─. Comenzó el demonio levantando dos dedos, recorrió la mirada de una a la otra. ─ Una: como dije sabe lo que somos… ─ Que obvio ─. Escupió la demonio colocando una mano en su cadera, encogiéndose ligeramente de hombros y apoyando se peso en una pierna. ─ Y dos: si nos ignoró es porque no importa lo que hagamos, no podremos cruzar ese paso sin arriesgar nuestras vidas a una muerte segura ─ ¿Qué hacemos entonces? ─ Que sigas llamando a tu reina, preciosa, antes de que tengamos que recoger trozos de arqueóloga a nuestros pies ─. Sugirió el demonio, esta vez fue el turno de Caroline de llamar por teléfono mientras que Darlen trataba de darle el a
Las gemelas esperaban en el gimnasio, Darién y Elenya hacen acto de presencia, Elenya con un nuevo conjunto deportivo, Darién vestía con un short playero y una franela ajustada deportiva de surfista, su cabello ajustado con una cola, solo dejando unos mechones sueltos, Renata se mordió el labio devorándolo con la mirada, Rosa enarcó una ceja, dando su aprobación por la vestimenta. ─ Bien, ya que estamos todos aquí, tenemos unos pocos días nada más para ver que tanto les enseñó Aracne ─. Anunció el Nefilim, Elenya miró sobre su hombro, una sonrisa casual hacia su amigo. ─ Aracne, ¿Tendrías el honor…? ─. La mujer asiente y se acercó a unos armeros, tomó unas espadas y se las entregó, las gemelas pesaron las espadas, su balance, Darién toma otra y se para delante de ellas. ─ Luchen conmigo ─. Las dos se quedaron en blanco, pasmadas, Renata refuta la idea, ella nunca podría levantar su espada en su contra, en cambio Rosa parecía no tener problemas, con una maliciosa sonrisa acep
─ Amados hijos, mi pueblo amado ─. Inició Lenaya levantando sus brazos. ─ Ya es la hora, tenemos nuestro lugar asegurado, todos iremos a casa ─. La gente gritó en vítores y alabanzas a su reina, Lenaya volvió hablar y todos guardaron silencio. ─ Tomemos nuestras precauciones, los rezagados nos encontrarán en dicho punto, nos estarán esperando, no los hagamos esperar, ya que ellos ansían tanto como ustedes ver su nuevo hogar, nuestros enemigos posiblemente nos estarán esperando de igual forma, pero tenemos algo que ellos no tienen ─. Todos guardaron un expectante silencio en espera por saber. ─ Que nuestro rey Einar estará de regreso pronto, se reunirá con nosotros en muy poco tiempo ─. La gente volvió a enloquecer. ─ Y ahora más que nunca ─. Todos guardaron silencio. ─ Nos hemos fortalecido, mis guerreros se han fortalecido con el paso de los siglos, ya no somos un pueblo joven, no solo somos un pueblo vivo, un pueblo eterno lleno de vida, ¡un pueblo que se negó a morir!, ¡un pue
Listo todos los preparativos, las gemelas, Darién y Elenya se disponen para ir a Nueva York, Elenya abre el portal. ─ Después de ustedes ─. Invitó Elenya, Rosa entró de primera, Renata negaba con la cabeza una y otra vez dando un paso atrás. ─ Yo te alcanzo, Aracne ─. Indicó Darién, Elenya se adelanta y entra. ─ ¿Qué ocurre? ─ No me gusta, se ve feo y no me gusta, no veo nada ─ Es solo una puerta ─ No, Darien, eso es una puerta, y veo lo que hay en el otro lado ─. Replicó señalando la entrada de la habitación de los espejos para luego agregar señalando el portal. ─ Y en “eso” no se ve nada del otro lado ─ Estás conmigo ─ ¿Es seguro? ─ Por supuesto ─ No me gusta ─ Cierra los ojos ─ No ─ Rena, cierra los ojos ─ No ─ ¿Confías en mi? ─ Si ─ Cierra los ojos ─ No ─ (suspiro sonoro) Renata, tenemos que irnos ─ ¿No hay otra forma? ─ No ─ (mirada suplicante) No quiero ─ Rena…─ Aracne lo dijo ─. Señaló Renata hacia el portal. ─ Mi bebé no puede correr riesgos ─ Es un portal, Renata ─
Las chicas miraban revistas de cortes de cabello y otras tendencias de la moda mientras comían algunos emparedados y bebían jugos, en una mesita reposaba una enorme bandeja repleta de comida. ─ Veo que ya tienen todo lo que necesitan ─. Señalaba Elenya, las gemelas levantan la mirada, al tener la boca llena no les quedó de otra que asentir con la cabeza, Elenya esboza una sonrisa maternal, eran como dos niñas otra vez, unas niñas muy peligrosas. ─ Cuando quieran descansar me avisan ─ ¿Dónde dormirás tu? ─. Preguntó Renata. Elenya hace un ligero encogimiento de hombros, restando importancia. ─ Hay muchas habitaciones ─ Duerme con nosotras ─. Propuso Renata con ojos muy abiertos, Rosa no despegaba la mirada de las revistas. ─ ¿Segura? ─. Rosa levanta la mirada. ─ ¿Cuál es el problema? ─. Preguntó con mirada expectante sobre Elenya. ─ Creí que Renata dormiría con Darién ─ Hoy es noche de chicas ─. Apuntó Renata levantándose donde estaba, y muy alegremente, tomando de las manos