Charlie
Abrí los ojos observando la claridad que entraba por los ventanales del departamento de los Warren. Nate no estaba por ningún lugar. Habíamos quedado en que haríamos turnos para vigilar y al parecer él había decido quedarse despierto toda la noche, agradecí el tiempo a solas y la distancia, pensé mucho y no podría decir con precisión a qué hora me dejé vencer por el sueño. O en qué momento mi vida dio un giro para el cual no estaba lista.
Me senté en el sofá donde había pasado toda la noche, llevando mis manos a mis cabellos para peinarlos hacia atrás, aún no sabía a ciencia cierta qué hacer, mi vida entera había cambiado y una vez más Nate estaba en ella.
No como en el pasado, pero estaba.
Preparé café sin importarme estar roband
Nate. Caminé hacia la puerta para entrar al edificio sintiéndome culpable, si tan solo no me hubiese dejado llevar… bajé las escaleras dirigiéndome al departamento, coloqué las tazas en la isleta de la cocina y me tomé un segundo más para observar hacia la nada, o hacia el desastre… Había tenido toda la noche para pensar y sin embargo me sentía como si hubiese caminado en círculos. Quizá para ella había sido solo sexo, pero para mí fue desenterrar recuerdos que tenía guardados bajo miles de capas. Golpeé la mesa con fuerza, negándome a pensar en eso una vez más, evitando las preguntas que me habían asaltado durante la mayoría de la noche. ¿Si la hubiese buscado más? ¿Si hubiese venido por ella? ¿Si las cosas hubiesen sido diferentes? Como si valiese la pena, como si tuviera una jodida máquina de regresar el tiempo o viajar al pasado para gritarme a mí mismo que no la dejara ir. ¡Como si h
Nate.Tragué el sándwich casi entero antes de subir las escaleras tropezándome con mis propios pies, Charlie estaba arriba, tenía el cojín dentro del cubo de basura y estaba intentando encenderlo para hacer una señal, noté que también lo hacían en los edificios aledaños.—Ayúdame con el papel—dijo ella dándome apenas una mirada.Caminé hacia ella rompiendo las revistas y tirándolas al cubo, ella encendió una hoja y la tiró en el montón que yo había picado, una pequeña flama empezó a verse, pero el viento la apagó rápidamente.—Espérame aquí —la vi entrar al edificio mientras yo seguía intentándolo con el papel en vano, el cielo estaba oscuro y no eran aún las ocho. Ch
Charlie—Charlie,— la voz de Nate parecía lejana —Despierta, dejó de llover… Charlotte—Abrí mis ojos encontrando los de él —Está amaneciendo y dejó de llover, encontré tostadas y hay algo de queso para untar y también preparé café —Me senté en el sofá bostezando y luego reparé en la camisa que Nate tenía puesta —Ya que estamos tomando cosas prestadas, pensé que no le molestaría darme otra camiseta, la anterior no olía del todo bien, me hubiese gustado darme una ducha pero tenemos agua en la cocina más no en el baño.Lo sabía pero no dije nada, en cambio tomé mi taza de café negro y una tostada.—Entiendo lo que me dijiste ayer… Creo que por el comienzo, podemos hacer las cosas a tu manera.—Gracias
Nate.Su declaración fue como un golpe con una pesada bola de concreto. Podía entender que estaba preocupada, podía entender que estaba desesperada, pero lo que no podía entender era que ella juzgara algo que ella misma había tramado.La rabia corrió por mis venas tan fuerte y rápido como mi sangre. Me alejé un par de pasos intentando calmar la verborrea que luchaba por salir de mi interior, respiré profundamente, intentando ponerme en sus zapatos porque estaba preocupado, desde que quedamos encerrados en ese maldito clóset lo único que podía pensar era si ella estaba bien, si tenía frío o hambre, si estaba asustada. Si Ryan realmente la estaba cuidando. Estaba preocupado ¡Sí! Pero sabía que uno de los dos tenía que mantener la calma.—Nate…—Cállate, ya t&uacu
Nate—Está aquí… Ella está aquí —Charlie me abrazó y yo la abracé a ella. Mi niña estaba aquí, estaba en la parte de las personas sin algún trauma, estaba sana…Ahora solo teníamos que encontrarla.Gritamos el nombre de Ryan y Kai mientras caminábamos entre las carpas, emocionados de poder reunirnos con nuestra hija, pero como en el día anterior, no tuvimos ningún resultado.—No están…— dijo Charlie deteniéndose.—Están en la lista deben estar aquí, solo esperemos un poco más, no nos demos por vencido. — le susurré — ¡Kai! ¡Ryan! ¡Elizabeth!—¡Kai! ¡Ryan! ¡Elizabeth! — gritó ella, me acerqué a un guardia preguntándole si había vi
Nate—Y lo haré, ¡lo haré! Pero ella es una niña y hay que ser cuidadosos para decirle ese tipo de noticias, primero tenemos que salir de aquí. Estar en un lugar más seguro, lejos de todo el desastre. Ella aún está un poco asustada por todo lo que vivió, me ha estado platicando de la ola y otras cosas, no puedo ir y soltarle que tú eres su padre sin ningún tipo de preparación. La voy a asustar más.—¡Tú estás un poco asustada Charlotte!, ¡tú! — estaba aburrido, enfadado y no me interesaba ocultarlo. —No quiero esperar y tampoco pienso hacerlo. —Presioné el puente de mi nariz intentando calmarme —Tienes hasta esta noche y ahora, si no te importa, quiero pasar algo de tiempo con ella. — me alejé antes de decir algo más y fui con Kai y Ryan que canta
Charlie. Kai durmió todo el camino hacia la armada, afortunadamente Will había conseguido que uno de los oficiales nos llevara en su auto, lo que nos había ahorrado caminar, sin embargo, tuve que despertarla para subir al helicóptero, como estaba molesta conmigo por haberla despertado, viajó en las piernas de Nate parte del trayecto.En algún momento a pesar del ruido que hacían las hélices la escuché hablar del día que Aston Royce vomitó en medio de la clase, Nate escuchaba todo atentamente como si estuviera embelesado con ella y lo entendía porque, cumpliría seis años en cuatro meses y después de todo este tiempo aún seguía viéndola como si fuera una ilusión. Verlos a los dos juntos después de lo que Nathaniel y yo pasamos en el edificio, fuese o no un error, me hacía pensar
CharlieObservé las imágenes que salían en el televisor de su oficina, habían cuerpos flotando en el agua, autos destruidos, casas derrumbadas, escombro y ruina.—Estoy viva Edward, mi hija está viva —las lágrimas rodaron por mis mejillas y Edward se levantó de su escritorio para rodearlo y sentarse sobre él y frente a mí.—Cuando Will me informó que estabas en Waikiki mientras la tercera ola hacía impacto… Dios niña, casi haces que a este viejo le dé un infarto, aún recuerdo la primera vez que te vi, querías estar en todos los trabajos de campo, querías revisar todos los sismógrafos, estabas tan llena de energía, con tantas ganas de aprender, pero también estabas tan rota. Pensé que era por tu estado, pero luego Kwon me contó el verdadero motivo de tu t