Positivo.
¡Mierda!
Deslicé mi mano por mis cabellos observándome en el espejo, afuera podía sentir el bullicio de la parrillada, era el día de San Valentín, y teníamos la casa llena, apenas hacia dos meses había empezado mi investigación en la universidad de Miami, además estaba dando clase a los alumnos de segundo año de Geología, Nathaniel no llegaba aun, había estado viajando a Washington en repetidas ocasiones en los últimos meses, quería convertirse en corresponsal de prensa de la casa blanca, tenía mucho camino por delante y estaba trabajando duro para ello.
Llevábamos años intentando tener un bebé, nos habíamos dado por vencidos y aceptando que Kai seria nuestra única hija, pero aquí estoy once años después, en un baño, sola mientras sostengo una prueba de embarazo positiva en mis man
CharlieDebí haberme quedado dormida porque Kai me despertó para decirme que la comida estaba lista, ya no tenía puesto su vestido de baño y nadie parecía estar cerca, me levanté de la tumbona sintiéndome algo mareada, Nathaniel estaba en la parrilla, tenía una camisa que se adhería a sus músculos y una pantalonera a media pierna, mi sexo se contrajo al verlo, lo deseaba no sabía si eran las hormonas o si había sido que había pasado siete días lejos de casa. Me llamó con la espátula y sonreí, pero el olor de la carne me hizo detenerme, me quedé de pie sin saber que hacer la bilis subió por mi garganta y corrí directo al bote que habíamos elegido para la basura, Nate se apresuró a llegar a mí, pero todo él olía a la carne, a las especias y condimentos que usé al prepararla
Charlie Cerca de la hora de nuestra partida subí a la habitación de Kai, Ryle, estaba dormida, pero ella seguía viendo televisión. —Papá y yo vamos a salir, pero estaremos mañana temprano aquí para llevarte al recital de ballet. —mi hija sonrió —no des mucho que hacer a tus abuelas— me acerque a ella — ya no son tan jóvenes. —compartimos una sonrisa. — te amo. —También yo mami. Nate me esperaba en la puerta, lanzó un beso a nuestra hijay cerró la puerta con cuidado, Ryan y Andre se habían ido hacia pocos minutos, mi madre y Natalie estaban sentadas en la sala con una taza de café. —Ryle, está dormida y Kai, está viendo una película, vendremos antes de las diez, Kai, tiene que estar en la escuela a la una por lo que necesitamos salir antes de doce, estoy segura que mi hija querrá ser la primera en llegar. Ambas mujeres asintieron. —Puedes venir conmigo hija, hay algo en esta l
Charlie—¿Estás segura que es esto lo que quieres hacer? — preguntó Nate, por décimo segunda vez, antes de firmar. Tragué el nudo que estaba en mi garganta y respiré profundamente, intentando que la máscara que había puesto desde que él había llegado al juzgado no se rompiera.—No lo hagas más difícil, solo firma. —mi voz se escuchó fría, incluso para mí misma.—No es cuestión de hacerlo más fácil o más difícil Charlie, es cuestión de sentimientos... Nena. —soltó el lapicero y sus ojos me imploraban que no lo hiciera, cerré los míos manteniendo la fuerza —¿Qué hice mal? Al menos explícame qué hice mal y déjame arreglarlo. No tenemos que hacerlo.—Lo nuestro era p
Seis años después.Charlie.—Mami—abrí los ojos para ver a Kai vestida para ir a la escuela—ya tengo que ir a esperar el autobús—ella me sonrió mostrándome la ausencia de sus dos incisos frontales, sonreí mis ojos se cerraron y tomó todo de mí volver a abrirlos cuando ella volvió a llamarme; estaba agotada, había estado trabajando hasta la madrugada las últimas dos semanas, monitoreando constantemente los sistemas de alerta del Cinturón de Fuego, las placas habían estado moviéndose, acumulando presión y haciendo que algunos volcanes presentaran actividad, no es que fuese algo nuevo, pero siempre había que ser cautelosos cuando esto se presentaba. Además, llevaba días preparando junto con mi jefe l
CAPÍTULO 2.Nate.Jess insistió en llevarme al aeropuerto y una vez estuvimos ahí me retuvo durante quince minutos mientras parloteaba sobre el tipo de champagne que se ofrecería en el brindis, luego me besó como si me fuese de su lado por más de un mes, no me quejo de eso, tomó todo de mí sacar su mano de mis pantalones cuando se dio cuenta que sus besos habían causado una erección que según ella no podíamos desaprovechar.Y no voy a negarlo, hubiese disfrutado mucho de las atenciones de mi novia si no supiera que podría perder el avión y mi jefe cortaría mi cabeza, aún estaba molesto por la manera en que acorralé al presidente Trump en la última entrevista que realicé y es que me hubiese encantado que nuestro apreciado presidente me contestara la pequeña pregunta que lo sac&
CharlieNo sabía a qué hora me había quedado dormida, Ryan y yo estuvimos hablando de todo un poco hasta muy muy tarde, mientras sostenía a Kai dormida en mis piernas ya Lizzie dormiría en la cama de mi pequeña cediéndole su habitación a Ryan. No volvimos a hablar de Nathaniel, cosa que agradecí, le conté de la actividad de los volcanes y los sismos que estaban ocurriendo en la isla de Toshima, cómo la falla de San Andrés había presentado alteraciones en la última semana, Ryan me habló de su vida en el bufete de abogados para el que trabajaba, también de Andrés un pasante gay que le encantaba, pero que no se atrevía a decirle nada, en cambio se había follado dos veces a Lenna en el cuarto de las fotocopias.Todo un cliché.La bisexualidad de Ryan había
NateThere's a fireflyLoose tonightBetter catch itBefore it burns this place downAnd I lieIf I don't feel so rightBut the world looks betterThrough your eyes[2]La escuché cantar mientras caminábamos hacia el centro de información, quizá nos encontrábamos con su tío ahí, miré el mapa del acuario para ubicarme, una vez supe dónde tenía que ir me encaminé hacia allí.—¿Cuántos años tienes Kai?—Voy a cumplir seis pronto.—Guau eres una niña grande.—Sípirili.—¿Por qué te perdiste?—Quería ver a las medusas, me gustan mucho y tío Ry estaba habl
NateEstuve caminando sin un rumbo definido, hasta detenerme en un restaurante cercano al hotel, Jefferson Thomas de la cadena ABC estaba cenando con un par de colegas más, me acerqué no porque quería una plática entre colegas, sino porque no quería volver al hotel, tampoco quería llamar a Jess y volver a una estúpida discusión por cosas que para mí realmente no eran importantes.—Nate… ¿Cómo estás amigo?—Bueno, hasta hace unos minutos aburrido como una ostra ¿Puedo acompañarlos? —Jefferson me parecía un buen colega, no jugaba sucio y habíamos compartido varios lugares de cobertura, como Katrina en New Orleans hace varios años atrás cuando yo aún era un novato, rondaba entre los cuarenta y cinco y cincuenta años de edad.—Por supuesto, déjame