Nate
—Nate—gruesas lágrimas empezaron a caer de sus ojos. —No puedes estar hablando en serio.
—Lo siento mucho.
—¡No puedes estar aquí diciéndome esto a horas de la boda! —ella se levantó de la cama y caminó hacia mí.
—¿Prefieres que sea después? No quiero hacerte daño Jess, no quiero, y aunque ahora te duela esto es lo mejor para los dos.
—Solo estás confundido.
—No, no lo estoy, hasta ayer pensé que lo estaba pero no lo estoy…
—¡Eres un idiota! —levantó la mano dispuesta a golpearme y no iba a hacer nada por detenerla pero ella no lo hizo. —No puedes hacerme esto Nate…
—Ve con tus padres y sal de aquí Jessica, yo… daré la noticia a los invitados y suspenderé la boda.
—Debería pedirle a mi hermano que te golpee—su maquillaje estaba arruinado —Pero no lo haré Nate… solo espero que hayas tomado la decisión correcta.
—Buena suerte Jess—ella me mostró el dedo del med
Charlie—Podemos llegar a un acuerdo. —sonreí y él respiró profundo elevando su mirada al cielo que empezaba a oscurecer. —Íbamos a comer pizzas ¿Quieres unírtenos?—Eso me gustaría mucho—pequeñas arruguitas se hicieron en sus ojos cuando sonrió.Llamé a Kai y ella corrió hacia donde estábamos, estrellándose directamente en las piernas de Nate.—¿Lista para irnos luna de mi vida? —ella asintió, mientras caminábamos por las calles hasta la pizzería que Kai y yo habíamos descubierto de camino al parque, me pregunté qué estaba pasando por la cabeza de Nate, le había gritado que lo amaba, pero también que no me metería en su camino, quizás nosotros éramos como esos amantes que no estábamos dest
Nate. Imaginaba la cara de Kai al verme, había querido que fuese una sorpresa para ella, por esa razón no le había dicho a ella o a Charlie sobre esto. Luego de que Jess ventilara cosas sobre mi vida personal a la prensa, estuve cuatro meses haciendo trabajo de oficina. Lo odiaba, pero al menos el canal y mis jefes habían creído mi versión de los hechos.Sí, tenía una hija de la cual no había sabido su existencia hasta la cumbre de Honolulu, no había revelado nada acerca de su madre y los primeros meses después de que todas las mentiras de Jess invadieron los medios, estuve siendo perseguido por reporteros de farándula como si yo fuese una persona famosa.«Supongo que dejar plantada a una celebridad el día de su boda lo hace.»Afortunadamente Kai y Charlie estaban en Pasadena y, con el tie
Nate —¿Entonces se quitó una ceja con una cuchilla de afeitar? —Juro por Dios que no sé cómo la alcanzó, —Me pasó el celular y vi la fotografía de mi hija sin una ceja, no pude evitarlo y me reí a carcajadas, afuera seguía lloviendo y ya nos habíamos tomado dos copas de vino, Charlie me había pedido que encendiera la chimenea y prácticamente había acabado con los panecillos, llevábamos casi una hora y media hablando de Kai y sus ocurrencias. —tuve que maquillar su ceja con sombras por tres semanas. —Con razón no lo noté en las llamadas —le devolví el celular aún sonriendo, nos habíamos sentado sobre su alfombra cerca a la chimenea con la botella de vino y la tabla para picar en medio de los dos y las velas proporcionándonos poca luz. —Tuve que aguantar las ganas de reírme al verla después que el susto inicial pasó, guardé bajo llave todas las maquinillas de afeitar desde ese día y ella me prometió no volver a h
NateMeses después. Me introduje en ella lentamente, mía, mi esposa después de tantos ires y venires, por fin podía llamarla así, aunque técnicamente la boda se llevaría a cabo en un mes.Nadie sabía lo que había sucedido la noche anterior, y solo lo sabríamos ella y yo… Nuestro secreto.Charlie gimió entrecortado en mi oído y un súbito temblor recorrió todo mi cuerpo, siempre era como la primera vez, como esa vez hacía un año en la oscuridad, con la tormenta Stan debajo de nosotros.Ella subió su pierna presionando su talón en mi glúteo derecho, sus dientes rastrillaron mi hombro haciéndome gruñir.—Más… —murmuró,
Positivo.¡Mierda!Deslicé mi mano por mis cabellos observándome en el espejo, afuera podía sentir el bullicio de la parrillada, era el día de San Valentín, y teníamos la casa llena, apenas hacia dos meses había empezado mi investigación en la universidad de Miami, además estaba dando clase a los alumnos de segundo año de Geología, Nathaniel no llegaba aun, había estado viajando a Washington en repetidas ocasiones en los últimos meses, quería convertirse en corresponsal de prensa de la casa blanca, tenía mucho camino por delante y estaba trabajando duro para ello.Llevábamos años intentando tener un bebé, nos habíamos dado por vencidos y aceptando que Kai seria nuestra única hija, pero aquí estoy once años después, en un baño, sola mientras sostengo una prueba de embarazo positiva en mis man
CharlieDebí haberme quedado dormida porque Kai me despertó para decirme que la comida estaba lista, ya no tenía puesto su vestido de baño y nadie parecía estar cerca, me levanté de la tumbona sintiéndome algo mareada, Nathaniel estaba en la parrilla, tenía una camisa que se adhería a sus músculos y una pantalonera a media pierna, mi sexo se contrajo al verlo, lo deseaba no sabía si eran las hormonas o si había sido que había pasado siete días lejos de casa. Me llamó con la espátula y sonreí, pero el olor de la carne me hizo detenerme, me quedé de pie sin saber que hacer la bilis subió por mi garganta y corrí directo al bote que habíamos elegido para la basura, Nate se apresuró a llegar a mí, pero todo él olía a la carne, a las especias y condimentos que usé al prepararla
Charlie Cerca de la hora de nuestra partida subí a la habitación de Kai, Ryle, estaba dormida, pero ella seguía viendo televisión. —Papá y yo vamos a salir, pero estaremos mañana temprano aquí para llevarte al recital de ballet. —mi hija sonrió —no des mucho que hacer a tus abuelas— me acerque a ella — ya no son tan jóvenes. —compartimos una sonrisa. — te amo. —También yo mami. Nate me esperaba en la puerta, lanzó un beso a nuestra hijay cerró la puerta con cuidado, Ryan y Andre se habían ido hacia pocos minutos, mi madre y Natalie estaban sentadas en la sala con una taza de café. —Ryle, está dormida y Kai, está viendo una película, vendremos antes de las diez, Kai, tiene que estar en la escuela a la una por lo que necesitamos salir antes de doce, estoy segura que mi hija querrá ser la primera en llegar. Ambas mujeres asintieron. —Puedes venir conmigo hija, hay algo en esta l
Charlie—¿Estás segura que es esto lo que quieres hacer? — preguntó Nate, por décimo segunda vez, antes de firmar. Tragué el nudo que estaba en mi garganta y respiré profundamente, intentando que la máscara que había puesto desde que él había llegado al juzgado no se rompiera.—No lo hagas más difícil, solo firma. —mi voz se escuchó fría, incluso para mí misma.—No es cuestión de hacerlo más fácil o más difícil Charlie, es cuestión de sentimientos... Nena. —soltó el lapicero y sus ojos me imploraban que no lo hiciera, cerré los míos manteniendo la fuerza —¿Qué hice mal? Al menos explícame qué hice mal y déjame arreglarlo. No tenemos que hacerlo.—Lo nuestro era p