Capitulo XI

Después de lo sucedido, en la casa se respiraba en un aire tenso, el silencio se fue apoderando de todo poco a poco. Parecía que la tristeza había llegado para quedarse. Eva se había dedicado de lleno a Dios, ya casi no salía de la Iglesia, era como si encontrará allí la tranquilidad que tanto buscaba, como si quisiera huir de la realidad. Se había dedicado a organizar todas las obras benéficas que se hacían en pro de los ancianos y niños sin hogar, y también daba clases de catecismo.

Por otra parte Elías ya casi no salía del trabajo, trabajaba casi 12 horas diariamente. Gracias a la popularidad que había adquirido por tener sus manos bendecidas y tallar perfectamente la madera dándole ese toque personalizado según las exigencias de cada cliente, satisfaciendo sus necesidades. Logrando así multiplicar su agenda, ya que por cada cliente satisfecho que salía, ese se encargaba de hacerle muy buena publicidad. Tanto así que tuvo que buscar 2 ayudantes, Marcos y H