Capítulo XVII En ese momento Mercedes respira profundo y confiesa.–Madrina, yo no me siento bien acá, he querido trabajar porque me quiero independizar, ya no quiero seguir viviendo aquí. –¡Madre Santa! Pero mi niña, ¿De dónde sacas esas ideas? ¿Por qué dices eso? –Madrina, contigo no tengo que fingir y puedo ser plenamente transparente. Yo aquí siempre me he sentido fuera de lugar, es cierto que me han cuidado, me han dado un techo, estudios y me han llevado a ser quien soy. Y por eso siempre estaré agradecida. Pero el cariño genuino, ese amor tan bonito, cariño verdadero, atención y hasta esa confianza que todos necesitamos la he recibido solamente de ti. Por eso quiero llevarte conmigo. Quiero que tú siempre estés conmigo. ¿Recuerdas aquella promesa que me hiciste?–Si mi niña, claro que lo recuerdo. Y así lo cumpliré hasta que Dios me dé vida y salud. Estaré a tu lado siempre. Responde Carlota mientras brotaban lágrimas por sus ojos. En ese momento Mercedes le dice –Por favo
Capítulo XVII Habiendo transcurrido ya algún tiempo, se encuentra ya en el salón de eventos múltiples dentro del Instituto Mercedes con su fiel compañera y madrina Carlota, sus padres y el resto de compañeros quienes se graduaban como Secretarios Contables. Ese era uno deos momentos más esperados por Mercedes, se encuentran todos los graduandos en los primeros asientos mientras que los familiares y demás acompañantes sé sentaban en los asientos de atrás. Todas las autoridades del Instituto se encuentran sobre el escenario y comienzan hacer los nombramientos de cada uno. Luego pasan a llamar a los graduandos para hacer entrega de su diploma y medalla, comenzando por quien ocupa la posición de honor por las mejores calificaciones... Pues se trataba nada más y nada menos que de Mercedes, en ese instante todos se ponen de pie para aplaudirla, sus compañeros gritan su nombre mientras ella sube a la tarima, luego ella agarra el micrófono y comienza su discurso... Luego de una larga
Capítulo XVIII Así llega Mercedes a su casa, luego de una larga jornada de trabajo, muy cansada pero esperanzada en un futuro brillante y prometedor. Al llegar, entra a casa como siempre soltando el bolso y la abrazando a su madrina.– Bendición madrina, como estuvo tu día?–Dios te bendiga mi princesa hermosa. ¿Yo bien, acá en la casa sin novedades y a ti cómo te fue? Por lo que veo muy bien. –Si madrina me fue espectacular. Ya hablé con la señora que nos alquilará. Al parecer tiene algo de prisa. Pero me pidió que algún adulto se hiciera responsable por el asunto de que soy menor de edad aún. Le dije que tú lo harás. ¿Si madrina? ¿Puedes? –Si mi niña está bien, de igual modo ya en unos meses cumplirás la mayoría de edad. Y si ya tu decisión es irreversible, lo menos que puedo hacer es apoyarte en todo en cuanto pueda. Claro ... Siempre y cuando no sea una locura ni nada descabellado sabes que podrás contar conmigo.–Gracias una vez más madrina. Me voy a echar una ducha para ir a
Capítulo XIXYa una vez habiéndose despedido de sus únicos amigos sale Mercedes de prisa del parque y se dirige a su casa para poder conversar con su familia, ya había llegado el momento y era impostergable para ella a pesar de que los nervios los tenía totalmente alterados, sentía que sus manos sudaban frías, estaba tembloroso, pero con la fiel convicción de que hacía lo correcto. Así poco a poco fueron llegando a casa primero, Eva, quien se desocupa a un poco más temprano de sus deberes en la iglesia, luego Evaristo y finalmente Don Elías. Como cada tarde ya era costumbre reencontrarse en la hora de la cena para compartir sus anécdotas diarias. Lo que no se esperaban era con la sorpresa que le tenía Mercedes. Carlota, quien siempre había sido la compañera fiel de todos e incondicional en todo momento, sentía esa extraña mezcla de sensaciones indescriptibles... Por una parte estaba feliz y orgullosa de que su niña Mercedes hubiese crecido y ya esté hecha toda una señorita, además
Capítulo XXY así llega el día tan esperado por Mercedes, al amanecer se levanta, con una ilusión tan grande que no sabía lo que le esperaría, pero de lo que si estaba segura era de que tenías ganas de comerse el mundo, mientras sus compañeros salían por las tardes a pasear o se reunían para conversar, Mercedes solo quería aprender cada día más y ser más y más independiente, su sueño era ser grande, una secretaria respetable y para eso tenía que prepararse mucho. Sabía que no era la mejor carrera, pero para la época era bastante, ya que casi nadie continuaba sus estudios, de hecho de sus amigos la única que continuó fue Mariana, porque Luis José y su hermano Guillermo se habían quedado en 6° grado. Para esa época salían muy bien preparados ya con un sesto grado. Es decir que ella con un 9.º y con su curso ya estaba muy bien capacitada, más la experiencia que había adquirido con su tío la ayudaba mucho. Su única desventaja era la edad, aún estaba muy pequeña, pero ya pronto cumpliría
Capítulo XXI Y así fueron transcurriendo los días, Mercedes se daba cuenta de que las cosas no eran tan sencillas cómo ella pensaba, una cosa muy distinta era como ella lo soñaba a comparación con la realidad que le estaba tocando vivir. Y eso que afortunadamente contaba con el apoyo de su madrina Carlota, quien a pesar de no poderla ayudar con los gastos, ya qué nunca había trabajado y toda su vida dependió de su hermano, por lo menos la ayudaba con todos sus quehaceres. Pero todo el peso de la manutención del hogar recaía sobre Mercedes quien a pesar de mostrar mucha madurez, aún era muy joven y totalmente inexperta, ella no estaba preparada para tal responsabilidad, ya habían pasado los primeros 5 meses, a punto de vencerse sus depósitos del arriendo, pero lo que ganaba no le daba para cubrir los gastos de la comida, y guardar para el arriendo. Lo que si había podido ir comprando eran las cosas básicas de todo hogar como los platos, cubiertos, sábanas, toallas, escobas, trapeador
Capítulo XXIIEs así como Mercedes comprende que solo Dios tiene las respuesta a todas nuestras dudas, y él nos recompensa a medida que nos esforzamos y hacemos las cosas bien. Mercedes estaba tan feliz de haber encontrado la solución a sus problemas, pues al su tío reconocerle su trabajo dándole una remuneración justa, ella con todo ese dinero podía solventar muchas cosas e inclusive, lo del arriendo. Llega a su casa donde vivía ahora solo con su tía y le dice–Madrina... Madrina te tengo buenas noticias.–Si Mercedes dime. Si son buenas pues bienaventuradas sean. Cuéntame... ¿Que pasa?–nada madrina, todo está bien, lo que sucede es que estaba muy preocupada porque ya casi no me quedaban ahorros y no creía poder pagar el próximo mes de arriendo.–ay mi niña y ¿Por qué no me dijistes nada? Yo le hubiese dicho a Elías y el de seguro nos habría ayudado con todo el gusto.–No madrina, cómo crees, yo me fui con usted porque me quería independizar y ahora no puedo llegar y decirles q
Capítulo XXIII Así transcurren los días hasta llegar el viernes, el día tan esperado para poder visitar a sus padres, ese día Mercedes cumplió su jornada laboral como cada día, de allí se fue a comprar algunas cosas para llevar a su casa materna. Se sentía tan emocionada después de tantos meses por regresar de nuevo y reencontrarse todos como antes. La verdad era que los extrañaba mucho, y que el hecho de afrontar tantas responsabilidades y pasar de ser la niña de la casa a ser la cabeza de la casa y que dependa solo de ella todas las obligaciones de un hogar la habían hecho madurar de golpe y darse cuenta de que la vida afuera no es tan sencilla como se piensa cuando se es niño. Ya había comprado los típicos panes que a todos les gustaba compartir por las tardes, jugos y café que no podía faltar… Ya se dirigía a casa de sus padres y al llegar se encuentra a su mamá Eva y le dice.–Bendición mami, ¿Cómo has estado? –Bien mi niña, extrañándote. La casa no es la misma desde qué se f