Michael RedfordLos viñedos “Bella vita” La Toscana, Italia. “Esto no está pasando” me repetí a mí mismo, el pastel de chocolate estaba destrozado a los pies de Mia, su mirada era de terror y su palidez aumento conforme pasó los segundos, tenía aun mi mano en mi cuello intentando apaciguar el dolor que había provocado el agarre de Dimitri. Ella miró más allá de mí y seguí la mirada con dificultad, Dimitri se había desvanecido en la alfombra, y Alek con dos hombres más, se acercaron a ayudarnos.— ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado? —la voz atropellada de Mia llegó de golpe a mí, cuando reaccioné, ella estaba a mi lado.—Quédate a un lado por favor—pedí, no quería que me viera así.—No me iré. —dijo tajante y decidida. —Llamaré al doctor y…—las puertas se abrieron y apareció el doctor que le revisó la herida en estos días de manera constante, pero por la adrenalina ya había olvidado lo que había pasado. Después de un rato, el doctor nos había revisado así como a Dimitri, quien se había desm
Mia Redford Viñedos "Bella vita" La Toscana, Italia. La policía salió del despacho de Michael, había llegado la denuncia de Dimitri acerca de la muerte de Caroline, su hija. Aún estaba en shock con esa noticia, hace más de una semana atrás, había entrado a esta casa para hacernos daño, yo había recibido una bala cuando protegí a Michael. El solo recordarlo me provocó escalofríos, aunque ya estaba terminando de sanar la herida, nunca podría olvidarla. Los hombres fueron escoltados hacia la salida por Alek, luego Michael se acercó a mí y puso una media sonrisa para tranquilizarme, pero sabía que no lo lograría. Se detuvo frente a mí y acarició mis brazos para provocar un poco de calor, arrugó su ceño preocupado. — ¿Qué pasa? ¿Qué es lo que pasa por esa cabeza?—moví los hombros para restar importancia, pero era Michael Redford. Lo único que hice, fue abrazarme a él, mi mejilla contra su pecho, cerré los ojos y aspiré su aroma, su corazón estaba latiendo a toda prisa, sentí después su
Mia RedfordEscuchar las palabras cargadas de ira, me provocaron de nuevo ese fuerte escalofrío de pies a cabeza, estaba viendo delante de mí a ese hombre del pasado del que tanto había intentado ocultar de mí, pero entendí por un momento la rabia que causaba cuando alguien más intentaba lastimar a la persona que más amas. Intenté abrir más mi mente y entender el resto de él. Sé que me llevaría bastante tiempo, pero estaba dispuesta a hacerlo, por qué lo amaba. —Entiendo un poco lo que quieres decir. —él pasó saliva y luego se alejó de mí, dejandome ahí de pie. — ¿A dónde vas? Aun estamos hablando. —Creo que es hora de irnos de este lugar. —arrugué mi ceño.—Cuando pasa algo así, ¿No te dicen que no tienes que dejar el país?—claramente se tensó, segiró hacia a mí y luego tomó una bocanada de aire. —Ya mostré las pruebas que necesitaban para descartarme. No es necesario que estemos más tiempo. —se volvió hacia las escaleras y comenzó a subir. —Michael. —lo llamé y él se detuvo dos
Mia RedfordNew York, Estados Unidos.El olor a nuevo era impresionante una vez que pisamos aquel ático nuevo, me abracé a mí misma cuando una oleada de nostalgia me invadió. Es como si todo fuese sido un sueño, el destrozo e invasión que hizo una ex de Michael, el intento lunático de otra ex por el cual yo tenía una cicatriz recién cerrada en mi espalda. Y luego, la nueva actitud de Michael desde que decidió que saliéramos de Italia cuando entregó pruebas para descartar toda culpa acerca de la muerte de Caroline. Pero de ser necesario, tendría que viajar de regreso. Entonces pensé en todas esas conexiones entre los hombres de dinero y negocios. —Te mostraré la habitación. —dijo de repente tomándome por sorpresa, solo asentí lentamente. No había vuelto una conversación entre él y yo como la teníamos anterior a ese día después de que habló con la policía en el despacho de la casa en Italia, y claro, no iba a rogar por nada, esperaría que él estuviese listo para que se acercara a mí, p
Michael RedfordNuevo ático los Redford, New York.Escuchar las palabras casi de advertencia de parte de Mia, me hicieron sentir una calidez en mi pecho que se había expandido rápidamente. Temía por su seguridad, la amenaza de Dimitri me había dejado helado y para lastimarme, estaba seguro que lo haría contra Mia. Tenía que protegerla pero estando cerca de ella mi mente no quería pensar, solo quería abrazarla, besarla, perdernos el uno en el otro. Tenía que poner distancia de por medio para pensar cómo voy a actuar, tenía que tener un paso adelante de Dimitri a partir de ya. —Quisiera saber qué es lo que está pasando tu mente en este momento. —murmuró por lo bajo sin retirarme la mirada de encima. —Tengo que irme en este preciso momento, el auto espera abajo. —me solté sutilmente de su agarre y me incliné para dejar un beso contra su frente y luego me gire hacia la salida.—Esto es una broma, ¿Verdad?—preguntó furiosa, me había detenido con la mano en el picaporte de la puerta de la
Mia RedfordNuevo ático de los Redford, New York. Un par de horas después de que se fuese Michael, me entretuve arreglando nuestros espacios nuevos de los armarios. El espacio era inmenso, luminoso, y faltaría más cosas para rellenar los espacios vacíos. Una sonrisa apareció en mis labios. —¿Qué es lo que está pensando, señora?—Akira preguntó cruzandose de brazos contra su pecho.—Creo que por primera vez iré de compras. —ella sonrió. —Realmente me hace falta unas cosas y así puedo salir un momento de casa, ¿Qué opinas?—a sonrisa que había pasado por sus labios, se esfumó y yo arqueé una ceja.—Si saldrá, tendré que hacerlo yo con usted, no puedo dejarla sola, ordenes del señor Redford. —Akira, no puedo estar encerrada. Quien me lastimó...—detuve mis palabras. —Ya no está. —ella presionó sus labios. —Hable con su esposo, señora. No quiero que se meta en problemas. —Lo haré, lo prometo. —diez minutos después, estaba esperando en la línea a que Michael contestara, realmente lo de l
Mia Redford El chofer que me asignó Michael era nuevo, su porte era serio e intimidante como para atreverme a sacar una conversación simple. Le había pedido que me llevara a Central Park y que me esperara en el auto, pero sólo me lanzó una mirada de “Si como no” así que lo único que dijo fue “Seré invisible “ Y lo dijo con tanta seguridad al decirlo que imaginé escondiéndose detrás de los grandes árboles, bueno, intentando esconderse, era alto, un poco más que Alek, sin duda por su acento y corpulencia similar a Alek, era ruso. Tenía una mirada fría y seria. Momentos después que empecé a caminar, le iba a preguntar dónde nos veríamos una vez que caminara un rato pero él había desaparecido, miré a todos lados y él simplemente no estaba.—Eso ha sido…—dije sin terminar la oración entre dientes rindiéndome en su búsqueda. Así que caminé por un largo rato hasta que el celular sonó en mi bolsillo del pantalón. Cuando lo saqué miré la pantalla y era Michael. Una sonrisa tonta apareció en m
Mia Redford Ático nuevo de los Redford Llegué al ático algo más tranquila gracias a ese paseo, había ido a unas tiendas de ropa y me había comprado algo más del estilo de antes, cuando aún no me conocía Michael. Aunque no era ropa de marca de diseñadores famosos ya que no me podía dar ese lujo, encontré un conjunto de jeans azules que me quedaban untados a mi cuerpo, lo extraño, era dos tallas ahora más que la que toda mi vida había usado, ¿Y cómo no con toda la deliciosa comida que había comido desde que estaba con Michael? Comida que antes nunca había comido. Y que nunca hubiera imaginado comer. —Vaya—dije al ver mi trasero resaltado en el reflejo del espejo de cuerpo completo, ¡Me encantaban! Michael los iba a adorar. Eso me recordaba decirle de mi cena con Eloise. Tenía que remarcarle que era mi única amiga para que se le ablande el mal humor. Me mordí el labio mirándome en el espejo, había estrenado ropa interior transparente de encaje, desde ahí de pie, vi en el reflejo mis pe