Caminaba lento y a los saltos en aquel mundo deformado, miles de vías abandonadas surcaban el cielo, atravesando los edificios que salían en punta desde distintas partes, no había estrellas pero sí había caritas felices que daban vueltas sobre sí mismas, hipnóticas e idiotas.Mi cabello suelto jugaba con mis orejas y no había nadie que lo detenga, ¡me estaba volviendo loca! ¿Qué demonios pasa? ¿Dónde dejé mi muñeca? Entonces vi al Señor Freud que caminaba releyendo sus apuntes y fumando un puro, seguramente eran los apuntes de algún paciente perverso y loco, como yo.—Señor Freud, mi cabello juega con mis orejas y no sé dónde dejé mi muñeca —le dije, el Señor Freud levantó la vista de sus apuntes y me miró a través de sus lentes.—El hecho de que te preocupes por qué tu pelo juega con tus orejas y dónde dejaste tu muñeca ya revela tu fuerte sentimiento de inseguridad sexual latente —dijo y se retiró mientras daba otra pitada a su puro. Seguí dando saltos mientras miraba a mi alrededor
Chester esperó a que todos se fueran para tomar a su novia del brazo y arrastrarla hacia la calle, en silencio se subieron a la motocicleta del pelirrojo y salieron a toda velocidad con rumbo hacia su departamento. Cuando llegaron, Chester tomó su manojo de llaves, abrió la puerta y con un gesto de la cabeza le indicó que pasara, ella obediente entró y esperó a que su novio llegue al ascensor para subir hacia el último piso, en donde estaba el monoambiente del pelirrojo, el cual seguía tal cual Allison lo recordaba: Ordenado y limpio, con clase y lleno de posters de bandas de rock. Demonio llegó moviendo la cola, amigable como siempre.Se sentó en la cama de Chester y esperó a que el monstruo descargue su ira.—¿Acaso ya no te gusto, Allison? —preguntó. Allison abrió los ojos y parpadeó, ¿qué quería decir con eso?Chester la miraba con cierto dolor en su mirada.—Respóndeme, por favor —susurró, Allison seguía pasmada pero le respondió.—Sí me gustas, pero ¿y esa inseguridad? —quiso sa
Una vez que me bañé ya estuve lista para salir hacia el ensayo de la boda de Rosemary; habíamos quedado con Louis en encontrarnos en la parada del bus al mediodía, y ya llegaba diez minutos tarde, así que como alma que lleva el diablo salí de mi casa corriendo lo más rápido que pude. Al llegar, Louis me estaba esperando.—Empiezo a preocuparme de tu impuntualidad, no es normal en ti —confesó Louis cuando llegué. Intenté recuperar el aliento y le levanté la mano pidiendo que espere un momento, estaba roja y acalorada, finalmente pude hablar.—Perdón, odio ser impuntual. La alarma no sonó y tuve un sueño rarísimo —susurré sin aliento.—No te preocupes, es comprensible, tú jamás eres impuntual. Ven, Nicholas nos está esperando —me indicó mientras me pasaba el brazo sobre los hombros.—¿Nicholas? —pregunté, desconcertada.—Sí, él nos llevará hacia donde es el ensayo —respondió, cruzamos la calle y vi a Leon, Rose, Ariadne, Ptolomeo, Nicholas y Melany que ya nos estaban esperando cerca del
Kentin se acercó a mi oreja derecha y empezó a mordisquearla mientras con la mano se aferraba con fuerza a la remera que estaba usando, las mías se sostenían de sus brazos musculosos. Lo tenía tan cerca mío, como en muchas ocasiones, pero esta vez era distinto: Las veces que lo hice con Kentin en su casa estábamos completamente solos… Esta vez estaba mi suegro, el abuelo Rick y mi cuñado, a este chico le encantaba ponerme al límite.Se puso encima mío, podía sentir lo excitado que estaba, deseoso de mí, deseoso de tomar lo que por derecho le pertenecía. Empezó a besar mis labios como solo él sabía hacerlo, Kentin O'Connor era la mezcla perfecta de masculinidad, fuerza y gentileza al momento de hacer el amor.Colocó mis manos sobre mi cabeza y volvió a mi oreja.—Hoy tengo ganas de algo un poco más... Exótico —me gruñó, y con un ágil movimiento ató mis muñecas con su cinturón al respaldar de la cama.—Kentin...¿qué...? —susurré, pero él me puso un dedo en los labios.—Tú déjamelo a mí
Los últimos días que nos quedaban de vacaciones se fueron volando y finalmente teníamos que regresar a la Capital para poder continuar con nuestras vidas universitarias. Nuestro loft nos esperaba, igual que siempre, a diferencia que ahora Rose se había casado y ya no vivía con nosotros, entonces su dormitorio estaba vacío. Durante las vacaciones en el pueblo, Aren había recogido las cosas que habían quedado en su casa luego de la pelea con sus padres y las había llevado a casa de Kentin, no había sanado lazos con su familia todavía, al parecer por vergüenza, de manera que volvimos cargado de cosas, igual que cuando nos mudamos a la Capital, hacía ya un año.Subimos con Fuser por el ascensor hacia el penthouse, nuestro loft seguía igual que siempre: Los tres dormitorios, el balcón terraza, el lavadero, dos baños, living-comedor-cocina y una vista espectacular a la ciudad. Quedaba cerca de la Facultad de Derecho y de la escuela de corte y confección a la que asistía Ayaka con Rose, aunq
Cuando los chicos se enteraron de que Allison estaba esperando, no uno, sino dos bebés, le organizamos un baby shower a la futura mamá. Ni bien los futuros papás entraron en el loft, y vieron cómo estaba todo decorado, una sonrisa se les dibujó en el rostro y los ojos se abrieron de par en par. Está de más decir que los muchachos no paraban de molestar a Chester, al cual la noticia de que iba a ser doblemente padre no le había caído muy bien que digamos. Estaba muy contento, pero el hecho de pensar que los pañales sucios, los biberones, los juguetes, los llantos y vómitos se habían incrementado el doble era algo que le hacía doler la cabeza. Las chicas del Instituto habían venido del pueblo para compartir la alegría del embarazo, había regalos de todos los tamaños y colores, Allison estaba feliz y se aferraba a su panza. Louis y yo estábamos conversando mientras Kentin se preocupaba porque no falte nada, ni comida ni bebida; Chester se agarraba la cabeza mientras hablaba con Nicholas
Me levante por los ronquidos de Ayaka, el cual estaba babeando y durmiendo con la boca abierta, abrazado a las sábanas hechas un rollo. Me desperecé mientras intentaba volver a dormir, pero recordé que debía salir a buscar empleo; Annie ya había hecho demasiado por mí, pagando la parte de la renta y los servicios que me correspondía, y Kentin no estaba nada contento con eso, así que con todo el dolor del mundo salí de mi cama y me dirigí al pasillo del loft para ir al baño.El cabello me estaba creciendo rápidamente, había pensado en dejármelo largo, hasta los hombros como el Soldado del Invierno, pero era bastante incómodo para jugar videojuegos, especialmente a la Wii, así que ahora me debatía entre un look rebelde y despreocupado o uno cómodo e higiénico. Seguramente Annie me podría acompañar a la peluquería para que elija un buen corte de cabello para mí (eso siempre y cuando Kentin no intente sacarme los ojos con su cuchillo).Apagué la luz del baño, y aún sin cambiarme, fui a la
Aren me había contado que por fin se había reconciliado con sus padres por consejo de Lily, algo que nos puso muy contentos a todos, especialmente a su hermano gemelo. Ahora por fin podrían volver a estar todos juntos para cenas familiares, eventos importantes como Navidad y Año Nuevo, para los cumpleaños y situaciones normales como que vengan a casa de visita.Mientras Kentin y yo continuábamos con los preparativos para la boda, Louis y Nicholas empezaron a mudar sus cosas poco a poco, habíamos limpiado el cuarto de Rose, el cual ahora lo compartirían el rubio y el albino. Se mudarían después de semana santa y compartirían los gastos con todos nosotros. Aunque aún estaba por verse el tema de la convivencia entre mi prometido y, como él mismo lo había llamado, mi polvo.La limpieza no había sido algo sencillo ni fácil de realizar, aunque era muy gracioso ver a los chicos con joggins, limpiando conmigo todo el loft. Ayaka tenía razón al decir que Aren había usado de depósito el anterio