Ayyyyy Bye bye, Sofía. Te nos has ido a mejor vida. Ahora es el plan rescate a Lucía! Ya estamos en la recta final!
LucíaEl eco de las palabras de Dante sigue martillando mi cabeza.Nico es mi hijo. Y voy a encontrarlo.Las dijo con tanta convicción, con tanta rabia, que aún siento la vibración de su voz en mis huesos. Sé que Dante no amenaza en vano, y eso me aterra.Pero también sé, muy en mis adentros, que él no lastimaría a Nico. Que no le haría nada, pero esa mujer... si él va a casarse con ella, entonces ¿Quién va a cuidar de mi ángel? porque esa vibora sería capaz de todo y no pienso permitirlo.Yo haria todo por mi pequeño, lo he hecjo desde siempre, para proteger a mi hijo, pero a diferencia de como eran las cosas antes, ahora por primera vez en mi vida tengo algo con lo que puedo responder.Poder.Y si quiero proteger a Nico del mundo de mierd4, de Esteban de Sofía o hasta del mismo Dante, necesito abrazar ese poder. No como una sombra, no como un arma de defensa, sino como algo que realmente me pertenezca.Han pasado más de dos semanas desde que llegué a Rusia, y aunque no quiera admitir
Dante Una semana, llevo una semana entera orinando toda Roma y Sicilia. Buscando en toda Italia al mal todo de Vitelli y mi paciencia ha llegado a un límite. La poca piedad que pude tener se ha extinguido por completo, ahora solo sueño con la sangre de ese maldito mojando las calles de Roma. Ajustándome el traje entro a mi próximo destino. Aquí hay alguien que por su bien debe darme respuestas. El club está saturado de humo y música a todo volumen. Las luces parpadean con una intensidad irritante mientras camino entre la multitud. Nadie se atreve a detenerme, nadie siquiera se atreve a mirarme demasiado tiempo. Mi presencia impone miedo. Estoy hecho de rabia y de un fuego que amenaza con devorar todo a su paso. Este es el diablo en su peor expresión, este es el rey de la magia italiana con el que nadie querría toparse. Vitelli ha desaparecido. No hay rastro de él en toda Italia. Y eso solo significa una cosa: está escondido o ha encontrado refugio con alguien aún más pode
El plan ha cambiado.Hace apenas unos días le pedí a mi padre que rechazara cualquier tipo de contacto con Vitelli, que lo sacara de su radar porque no era alguien con quien debíamos mezclarnos. Pero ahora, sentada frente a él en su despacho, me doy cuenta de que quizás cometí un error.—Quiero que hables con Vitelli.Dimitri alza una ceja, cruzando los brazos sobre su pecho con su expresión pétrea.—¿Cómo dices?—Solo escuchame, he estado pensando mucho en esto y creo que me he equivocado —respondo con firmeza—. Acepta reunirte con él. Dile que estás dispuesto a escucharlo.Frederick, que está de pie al lado de mi padre, entrecierra los ojos con desconfianza.—Vaya, princesa, ¿ya estás practicando para tu trono? —bromea, alzando la copa en mi dirección.Ruedo los ojos y cruzo los brazos sobre el pecho. Porque él es asi, podemos estar hablando de algo supremamente serio y va a buscar cualquier excusa para bromear. No se si lo encuentro desesperante o encantador.—No digas tonterías —l
¡CAPÍTULO ESPECIAL!NICOMi casa nueva es muy grande. Tiene muchas habitaciones, pasillos largos y ventanas enormes. A veces corro de un lado a otro solo para ver qué tan lejos puedo llegar antes de que mamá me llame. Me gusta, pero no es como la otra casa.Aquí hay muchas personas que me dicen "príncipe" y siempre me traen lo que quiero. Pero extraño a papá Dante. Mamá no habla de él y yo no sé si puedo preguntarle. Cuando intento, ella cambia de tema.Hoy la veo entrar a su habitación con su teléfono. No cierra la puerta completamente, así que me acerco y me escondo detrás del marco.—No te preocupes por nosotros —dice con voz bajita, como cuando no quiere que yo escuche algo. —Solo deja de insistir, Dante.Mi corazón salta. ¡Es papá Dante! Aprieto los labios y me quedo quieto, escuchando. Quiero hablar con él. Quiero decirle que lo extraño, que quiero ir con él a comer helado otra vez. Mamá suspira fuerte y después de un rato cuelga. Espero que salga de la habitación y cuando lo hac
Lucia Me observo en el espejo, pero no me reconozco. Las luces de la habitación iluminan cada faceta de mi rostro, resaltando el maquillaje impecable que las estilistas han aplicado con precisión milimétrica. Mi cabello cae en ondas suaves sobre mis hombros, y el vestido negro entallado que llevo puesto se ajusta a mi cuerpo con una elegancia intimidante. No soy la misma mujer que llegó a esta casa. No soy la misma que huyó de Italia. No soy la misma que dependía de Dante Morelli. Ahora, soy Larisa Romanov, la heredera de la Bratva. —Ya pareces toda una princesa mafiosa —comenta Frederic con una sonrisa burlona, recostado contra el umbral de la puerta. Le lanzo una mirada por el espejo sin responder. Él y Dimitri han estado acostumbrándome a la idea de que esta es mi nueva identidad, pero yo sigo sintiéndome extraña dentro de ella. Mi padre entra entonces a la habitación, su presencia imponiendo respeto de inmediato. Lleva un traje negro impecable y en sus manos sostiene una caja
DanteEl frío de Rusia se mete en mis huesos apenas pongo un pie fuera del avión privado. No es que me moleste el frío, pero este maldito país tiene un aire de traición que me enerva.Estoy en tierra enemiga, en el corazón de la Bratva, rodeado de hijos de puta que no dudarían en cortarme el cuello si tuvieran la oportunidad. Pero yo no vine aquí a caer, vine a recuperar lo que es mío.Luciano camina a mi lado, su mirada atenta a cualquier movimiento sospechoso. Dos de mis hombres de confianza se mantienen cerca. Hemos llegado con el mínimo de efectivos, pero los suficientes para hacer ruido si es necesario.—¿Sabes qué es lo peor de todo esto? —gruño mientras avanzamos hacia el auto que nos espera.—Que no podemos dispararle a nadie sin causar una guerra —responde Luciano, con esa calma suya que siempre logra irritarme cuando estoy de mal humor.—Exactamente.Llevo una semana en Rusia y en este tiempo he tenido que esquivar dos atentados contra mi vida. Vitelli ha puesto precio por mi
Un desastre, eso es en lo que se ha convertido todo en menos de un minuto. El salón de la fiesta se fue vaciando en cuestión de segundos, y quedó visto que Vitelli tenía colaboradores dentro de la Bratva, mi padre no está nada feliz con eso.yo por mi parte, estoy que me trepo por las paredes, porque eso significa que tiene mucha más gente de la que trajo Dante. Que conoce el lugar… y que puede acabar con Dante. El solo pensamiento hace que se me ponga la piel de gallina y un nudo se forme en mi garganta. Es el diablo italiano, Lucía. El sabe lo que hace. Me repito, pero mi mente parece que no puede procesarlo. Las puertas de la mansión se cierran definitivamente y el eco de los pasos de mi padre y Frédéric resuena en el enorme recibidor. Siento cómo mi garganta se cierra cuando los veo avanzar con determinación hacia la salida, rodeados de hombres armados que los escoltan. Todo mi cuerpo grita que corra tras ellos, que haga algo, que impida que Dante se lance directo a una
Dante El viento helado de la noche rusa me azota el rostro mientras camino por las calles, con la mente fija en un solo objetivo: encontrar a Vitelli y arrancarle la vida con mis propias manos. Mi respiración es pesada, mis pasos firmes, decididos. No tengo tiempo que perder. —No pareces un hombre con un plan —escucho la voz de Dimitri a mis espaldas. Siento como todo mi cuerpo se tensa y mi primer pensamiento es tomar mi arma y defenderme, pero recuerdo la conversación con Lucía. ¿O debería empezar a decirle Larissa? Me giro lentamente y lo observo. Su porte imponente y la mirada calculadora me dejan claro que no ha venido solo. El imbécil de Frederick está con él, vigilante, al igual que algunos de sus hombres. —Mi plan es simple —gruño—. Encontrarlo y matarlo. Dimitri suelta una carcajada seca y se cruza de brazos. A su lado el idiota juega con la cabeza y me dan ganas de volarle los sesos. Definitivamente voy a llevarme a mi hijo y a Lucía de aquí. En la brevedad. —¿Y