Hola mis cariñitos!! he llegado apenas a mi casa del trabajo. Estuve leyendo algunos comentarios en dónde me dicen que no entienden porque subo la novela por partes y me dicen que no es agradable leer así, pues por eso se llama "novela en proceso" porque la autora, o sea yo, está en proceso de escribirla jeje. Cada cap que leen es porque lo he escrito recién para ustedes y ahora no me digan que porque solo dos, pues no es algo sencillo. Hilar tramas, crear perfiles, conflictos y buscar que todo tenga sentido y sea emocionante no es tan sencillo como parece. En fin.. ajaja solo quería decir que escribo sobre la marcha, por eso se sube por partes. Besoooos y gracias por leer.
LucíaLos sueños los tengo invadidos de sonidos de disparos, gritos y mucho, pero mucho miedo…Me despierto de golpe, con el corazón desbocado. Mi habitación está a oscuras, salvo por un tenue rayo de luz que se filtra desde el pasillo. La sensación de que algo no está bien se aferra a mi pecho como una garra. Me siento en la cama, tratando de calmar mi respiración, pero el sonido de un pequeño gemido me congela.—¿Mami...? —La voz de Nico suena débil, demasiado débil.Ni siquiera sé como consigo levantarme tan rápido.Corro hacia su cama, encontrándolo acurrucado, con la cara húmeda de lágrimas y el cuerpo temblando. Su piel está ardiente al tacto, lo que hace que mi pánico crezca.—¡Nico! Mi amor, mi ángel ¿qué te pasa? ¿Qué te duele?—le susurro mientras acaricio su cabello empapado de sudor.—Me duele, mami... —murmura con la voz quebrada—. Me duele todo el cuerpo... Tengo frío...El pánico se apodera de mí. No entiendo qué está pasando. Nico llevaba semanas bien, parecía estar re
DanteNo soy un hombre de besos. Al menos no desde hace mucho tiempo.Me gusta el contacto carnal, saciar mi deseo, pero esto… esto es otra cosa.El contacto de sus labios con los míos es un instante que lo borra todo. Como si el mundo entero se desvaneciera y solo quedara este momento, esta sensación que empiezo a experimentar como si fuera la primera vez.Siento su respiración entrecortada contra mi piel, y cuando escucho el pequeño suspiro que escapa de sus labios, me doy cuenta de algo. He cerrado los ojos.Los abro de inmediato y la veo. Lucía sigue con los ojos cerrados, su cuerpo tiembla mucho menos y la tensión que antes dominaba su postura se ha disipado levemente. Por alguna razón, aunque sé que debería alejarme, no lo hago. En cambio, me permito mirar sus labios rosados y murmuro en voz baja:—¿Mejor?Ella parpadea y me mira con tanta intensidad que siento que es la primera vez que realmente la veo. Durante un momento, el silencio se instala entre nosotros, hasta que ella a
DanteEl humo del cigarro se retuerce en el aire, creando espirales que se disipan lentamente en la penumbra del despacho. No suelo fumar, pero esta noche lo necesito. Algo para mantener la furia a raya, para evitar que me consuma antes de que pueda canalizarla en el lugar adecuado.Frente a mí, la mesa está cubierta de documentos, fotos y un solo mensaje que parece haber sido grabado en mi mente como una m*****a marca de fuego:"Escrito con pintura roja en las paredes de mi puerto, como si fuese sangre, como si fuese un maldito recordatorio de que alguien ha osado desafiarme en mi propio territorio .Los rusos.Tengo demasiadas preguntas y muy pocas respuestas. Para empezar, ¿Quién es el soplón que le dijo del envío a los rusos? ¿Cómo evadieron a la policía? Joder si por algo los tengo en mi maldit4 nómina pero han sido unos completos inutiles.Para resumir no tengo nada contra ellos, más que un barco vacío y un mensaje inconcluso.Mis nudillos se blanquean sobre el brazo del sillón
LucíaEl silencio en el ala médica es cálido, casi sofocante, solo interrumpido por el sonido acompasado del monitor que vigila los signos de Nico. He estado tan asustada. Por un instante pensé que era el rechazo definitivo del corazón, que la cuenta regresiva había regresado y mi pequeño ángel se iba a ir de mi lado.De solo pensarlo siento como un nudo se forma en mi garganta. No puedo perderlo.Me acomodo en el sillón junto a su cama, observando su respiración tranquila, su pequeño pecho subiendo y bajando acompasadamente. La fiebre ha bajado, pero el miedo a que algo vuelva a ocurrir sigue anidado en mi pecho, enredándose con cada pensamiento oscuro que me asalta.Tantas cosas han pasado en tan poco tiempo. El envenenamiento. La emboscada en la villa de los Vitelli. Los rusos. Y Dante…Me muerdo el labio al recordar el beso.Él no solo me besó. Me besó para detener mi crisis. Y lo peor de todo es que funcionó. Me sentí segura en sus brazos, protegida, hasta que el momento se rompi
DanteEl humo del cigarro se retuerce en el aire mientras me esfuerzo por contener la rabia que aún arde en mi interior. Mis pensamientos están divididos entre el ataque de los rusos, las palabras del hombre que capturamos y lo que sea que esté pasando en la mansión. Sin embargo, mi mente le da especial importancia a un pensamiento: la Bratva quiere a Lucía. Y eso no va a suceder.Mientras el auto se detiene frente a la mansión, mi instinto se activa. Algo no está bien. La forma en que Francesca me ha llamado, su tono de voz. Me bajo rápidamente y avanzo hasta la puerta, encontrándome con ella en la entrada. Está pálida, con las manos entrelazadas frente a su delantal. Algo ha pasado.—¿Qué demonios es lo que ha pasado? ¿Quién ha venido? —mi voz es un gruñido bajo y peligroso.Francesca hace una mueca al escucharme, pero antes de que pueda responder, una voz suave y calculadora se filtra en el aire desde detrás de mí.—Hola, Dante. He regresado.Esa voz…Mi cuerpo se tensa de inmedia
LucíaEl enojo burbujea dentro de mí, una mezcla de humillación y frustración que me quema por dentro mientras camino por los pasillos de la mansión. No sé qué me molesta más: si la manera en que esa mujer me miró como si fuera inferior, o el hecho de que Dante ni siquiera se molestó en presentarme. Simplemente me ignoró como si fuera invisible, como si no tuviera ningún tipo de lugar en su vida.Apreté la bandeja con la torta que preparé para Nico, sintiendo la madera crujir bajo mis dedos. Respiro hondo, tratando de calmarme. No es el momento de pensar en Dante, ni en la mujer rubia que llegó con su aire de superioridad. Ahora lo más importante es mi hijo.Cuando entro en la habitación de Nico, mi corazón se calma un poco al verlo despierto y con mejor semblante. Sonríe con emoción al ver lo que llevo en las manos.—¡Mami, hiciste torta! —exclama con una alegría que me derrite por dentro.—Sí, mi amor. Quería darte algo dulce para que te sientas mejor.Coloco la bandeja sobre la mes
DanteEl aroma del café recién hecho llena el comedor cuando me siento en la mesa. Frente a mí, Sofía sostiene la taza entre sus manos, sus dedos delgados rodeándola como si buscara calor o seguridad en ella. Sus ojos recorren la habitación como si esperara que en cualquier momento algo o alguien apareciera de las sombras para atacarla.—Gracias por dejarme quedarme aquí, Dante —dice, su voz apenas un susurro.Levanto la mirada de mi plato y la observo. Sus facciones han cambiado con los años, pero sigue conservando ese aire de fragilidad que siempre la caracterizó.—No tienes que agradecerme —respondo con neutralidad, llevando el café a mis labios—. Me encargaré personalmente de saber quiénes son los que te están acosando.Sofía deja escapar un suspiro entrecortado y asiente con la cabeza.—Porque te juro que siento que me persiguen en todas partes —continúa—. La última vez que llegué a mi apartamento, la puerta estaba entreabierta... Yo siempre la cierro con llave, Dante, siempre.No
SOFÍA El reflejo en el espejo me devuelve una imagen impecable, pero yo sé lo que hay debajo. Sé lo que me ha costado llegar hasta aquí. Me llevo la copa de vino a los labios, permitiéndome saborear el dulzor antes de tragar. No estoy aquí por casualidad. No creo en casualidades. Desde el primer momento en que vi a Lucía supe exactamente quién era. Su cara ya la había visto antes en fotografías. Una extraña en la vida de Dante, pero no una cualquiera. Hoce toda la farsa de no reconocerla, de no saber quién era, porque eso es lo que se espera. Pues ¿En dónde pude haberla visto si no estaba en el país? No puedo hacer nada que arruine mis planes y ahora haberlo hecho y que ella no sepa que la conozco me da la ventaja de estudiar su reacción, de medirla, de ver cómo se desenvolvía en esta casa que no le pertenece. Pero lo que no esperaba era la forma en la que Dante reaccionó. Eso ha puesto mi plan totalmente en jaque, pues el Dante que yo conozco no habría hecho todo esto. ¿