Hola, hola cariñitos!!! aún no conseguimos llegar a 1k de lecturas, porfis les agradezco mucho si me ayudan comentando los caps y de paso dejando su reseña en el perfil de la historia, eso me ayuda a llegar a más lectores. Muchas gracias, espero que les esté gustando.
LucíaMis ojos están fijos en el hombre tendido en el suelo, la mente me da vueltas y una sensación de náuseas me sube desde el estómago. Esto… esto es más de lo que puedo soportar.La imagen es grotesca: su rostro hinchado por los golpes, la sangre seca en su boca y la mirada cargada de burla, a pesar de su estado. Mi cuerpo tiembla y siento que me falta el aire, sin embargo Dante está tan normal como si no hubiese un hombre desangrandose a sus pies y es ahí que entiendo la grandeza de su situación: esto es normal.Lo es porque él es el capo de la mafia italiana y esto debe ser ... .Debe ser nada en comparaciín con las cosas que ha debido ver, que ha debido hacer.Y aún así… Aún así decidí quedarme.Dante da un paso hacia mí, su voz es baja, pero tan helada que me estremece.—Empieza a hablar, Lucía, mi paciencia tiene un límite. ¿De dónde lo conoces?Trago en seco, sintiendo mis piernas tambalearse y mi corazón ir cada vez más rapido mientras intento ordenar mis pensamientos.Mientr
DanteUna hora antes…Han pasado dos días desde la revelación de Lucía sobre su adopción, y no he dejado de buscar respuestas. La red de información que poseo es amplia, detallada y eficiente, pero esta vez me he topado con un muro infranqueable. No hay registros de su adopción, ni documentos oficiales, ni siquiera una mención en archivos antiguos. Es como si Lucía Valdez hubiera aparecido de la nada.Me recargo en el respaldo de mi silla de cuero negro, observando la pantalla con frialdad. Francesca entra en la habitación, su expresión como siempre, serena pero inquisitiva.—Las decoraciones de Navidad han llegado, señor —dice, con ese tono neutral que ha perfeccionado con los años.Cierro la pantalla del ordenador con un chasquido seco y suelto un suspiro. La Navidad. Había olvidado completamente que ya estaba cerca.—Bien —respondo, frotándome las sienes con los dedos.Francesca me observa unos segundos antes de hablar con cautela.—¿Puedo decir algo, señor?La miro con una ceja ar
Lucía—Es para la señora Lucía.Las palabras del guardia retumban en mis oídos como una amenaza latente. Mi cuerpo se tensa al instante, y mi mirada se fija en la caja que sostiene entre sus manos. Por fuera, parece un paquete común, envuelto con papel de regalo de color neutro y un lazo morado. Pero algo dentro de mí se enciende con una alarma silenciosa, como si mi instinto supiera que hay algo más bajo esa aparente normalidad.Miro a Dante, esperando que su frialdad habitual me dé alguna señal de cómo proceder. Trago saliva y digo, mi voz apenas un susurro:—No le he dicho a nadie que estoy aquí... Nadie tiene esta dirección.Dante no cambia su expresión, pero veo cómo sus ojos se oscurecen, analizándome con esa intensidad que hace que mi piel se erice. Con un gesto, se gira hacia sus hombres y su voz suena como un trueno contenido.—¿El paquete pasó los filtros?—Sí, señor. Lo escaneamos y no contiene nada peligroso —responde uno de los guardias, con un ligero temblor en la voz.
DanteNavidad. Un concepto que durante muchos años no ha significado absolutamente nada para mí, en mi mundo no tiene ninguna importancia más que aparentar que seguimos la corriente de la sociedad y tal vez los más viejos lo hacen para dar gusto a sus mujeres.Pero no es mi caso, sin embargo, ahora, gracias a un niño que corre emocionado por la casa, siento que algo de su entusiasmo se me ha contagiado.La última vez que un niño corrió por aquí fue hace mucho tiempo…Me observo en el espejo, ajustando la solapa de mi traje azul zafiro, hecho a medida y perfectamente entallado. No es un atuendo casual para una noche como esta, pero si algo he aprendido es que la apariencia siempre importa. Me miro por un momento más, evaluándome. Algo en mi reflejo me resulta extraño, como si no terminara de reconocerme. Suspiro y dejo el espejo, decidiendo bajar a la cena. Seguramente Lucía y Nico ya están allí, esperándome.Bajo las escaleras con la costa fija en mi celular, tratando de ver si mis
LUCIA La cercanía de Dante me roba el aire. Siento que mi cabeza, mi cuerpo y mis terminaciones nerviosas, todas están haciendo corto circuito ahora mismo. ¿Qué está pasando aquí? Mis ojos están fijos en su rostro y eso solo empeora todo, porque tengo de frente su mirada intensa, esos ojos grises fijos en los míos, mientras que de su mano sigue colgando la rama de muérdago sostenida entre sus dedos. No puedo evitar que todo esto me haga sentir atrapada de una manera que no sé si es del todo mala. Siento el calor subir por mi cuello y maldigo internamente la decoración navideña y a Francesca por colgar esa m*****a ramita justo aquí ¡Ni siquiera estamos en Estados Unidos! Aquí no debería importar nada de esto. —Esto es ridículo… no cuenta si no es de verdad —murmuro con la voz temblorosa, intentando alejarme sin hacer evidente mi nerviosismo, pero mi cuerpo parece tener otras ideas. No entiendo en qué momento la situación se convirtió en …. Esto. Sea lo que sea. Dante ladea l
DanteEl beso fue un error.No debería haber sucedido. No sé en qué demonios estaba pensando cuando dejé que la situación se me fuera de las manos.He pasado años controlando cada aspecto de mi vida, cada movimiento, cada palabra... y sin embargo, una simple mujer, con su mirada nerviosa y labios temblorosos, logró que bajara la guardia.Esto no puede volver a pasar. Las mujeres me sobran, las tengo cuándo quiera y dónde quiera, pero ninguna de manera permanente.No otra vez.Me observo en el espejo, ajustando la solapa de mi chaqueta. Mi reflejo es el mismo de siempre: impecable, calculador. Pero algo en mis ojos se siente distinto, como si una parte de mí se estuviera cuestionando. Sacudo la cabeza, descartando esos pensamientos. Soy el diablo italiano, yo no me cuestiono, no dejo que nadie lo haga.Vuelve a ver mi reflejo y endurezco mis gestos de inmediato.—Fue inevitable —murmuro, casi como una excusa. Pero no se va a repetir.Me giro con decisión y salgo de la habitación, dispu
LucíaEstoy en el estudio de Dante, con las manos frías y el corazón latiendo con fuerza contra mi pecho. La nota que le entregué está ahora en su escritorio, sus dedos la recorren una y otra vez, como si quisiera encontrarle un significado oculto que a mí se me escapa. El silencio en la habitación se vuelve sofocante, como si el aire pesara sobre mis pulmones.Dante está furioso. Puedo verlo en la rigidez de sus hombros, en la manera en que su mandíbula está tensa. No me ha dirigido la palabra desde que entramos aquí, y cada segundo que pasa siento cómo la ansiedad me consume. No puedo soportarlo más.—Dante, yo... —empiezo a decir con la voz temblorosa, pero no me deja terminar.—¡Tú! —su voz es un rugido—. ¡Decidiste ocultar algo como esto y salir hoy a jugar a la familia feliz? ¡Acaso eres tonta!Me estremezco. Nunca antes me había gritado. Siento cómo los labios me tiemblan y un nudo se forma en mi garganta. Respiro hondo, intentando mantener la calma, pero el miedo y la culpa m
DanteEstoy sentado en mi despacho, con las luces tenues y la pantalla de mi computadora iluminando los rostros de los nuevos empleados de la mansión. Luciano está a mi lado, pasando las páginas de los expedientes con meticulosidad, mientras yo analizo cada detalle, cada posible conexión con los Vitelli.—Dante, yo mismo hice las entrevistas —dice Luciano, su tono firme pero con un matiz de frustración—. Estos hombres no tienen ningún vínculo con los Vitelli.Aprieto la mandíbula, sin apartar la vista de los documentos.—Puede que no lo tuvieran cuando entraron, pero pueden ser sobornados —respondo con frialdad—. Quiero que los investiguen a todos. No quiero sorpresas.Luciano asiente con resignación y me tiende otra carpeta.—Aquí están los perfiles de los empleados domésticos.Estoy a punto de abrir la carpeta cuando escuchamos los gritos. Al principio, pienso que es solo ruido infantil, pero no... Es Nico.—¡Tengo que pasar! ¡Papá Dante, por favor, por favor!Mi cuerpo se tensa. Mi