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Tailandia siempre era conocida por sus días calurosos y tardes frescos, que el cielo se oscureciera a causa de las nubes grises era casi difícil que ocurriera. Pero al amanecer los Benet podían ver como las gotas de lluvia se apoderaba del paisaje fuera de su ventana de vidrio, mientras su pequeño de 2 años se había colado en la cama en horas de la madrugada, los truenos lo asustaban y siempre se refugiaba en medio de sus padres.

- Ni siquiera lo sentí cuando llegó aquí. - Sonreía Let acariciando la cabeza de su pequeño, que abrazaba un peluche de oso.

- Tu nunca sientes nada Let, sin embargo, no he podía conciliar el sueño porque este pequeño me pedía que le rascara la espalda.

- Bueno, eso lo heredó de ti. - Sonríe Let mientras su mujer lo miraba fijamente. - El día no puede estar en contra mía.

- Por qué lo dices?

- Tengo que ir a terminar el vínculo con los Lee y hubiera sido un excelente día si no tuviéramos esta lluvia.

- Raras veces tenemos este clima, es excelente...

- Lo dices porque siempre te ha gustado los días grises.

- También! - sonríe tiernamente.

- Pero bueno, alguien tiene que trabajar... - Bufa haciendo que Helena negara con la cabeza.

- Hablas como si debes de tomar en tu hombro una bolsa de papas...

- Mami, papi, ¡no dejan dormir! - Susurraba con un puchero en sus labios el pequeño.

- Oye! ¡Deberías estar en tu habitación pequeño bribón! - Dice Let haciendo cosquillas al pequeño Brian que reía a carcajadas intentando evitar los dedos de su padre ajustándose en su pancita.

- No podía dormir! - Se defendía.

- Ya déjalo y ve a bañarte... veré para prepararte el desayuno. - Dice Helena para bajar de la cama.

Helena va a la cocina mientras Let fue al baño a ducharse y luego vestir su traje elegante. Brian lo miraba mientras este terminaba el nudo de su corbata.

- Papi, también quiero eso...

- Qué cosa? - Pregunta mirándose al espejo.

- Eso... - Apunta con uno de sus deditos a su cuello.

- Una corbata? ¿Puedes decirlo? - Aunque Brian hablaba perfectamente siempre aprendía nuevas palabras.

- No, pero quiero eso...

- Intenta decirlo y te pondré una...

- No sé... - Dice haciendo un puchero en sus labios cruzando sus bracitos sobre su pecho.

- te diré de nuevo cor- ba- ta... - Decía mientras abría uno de sus cajones para sacar otra.

- Cor- Dijo y luego arrugó sus cejas olvidando lo demás.

- Cor- ba- ta. - Repitió su padre.

- Ahhh cor- ba- ta. - dijo sonriendo recibiendo el premio en su pequeño cuello.

- Eres muy inteligente, sé que llegarás muy lejos.

- Porque soy igual a mami?

- Ey! ¡También soy inteligente! - Reclama su padre terminando el nudo de la corbata.

- Mami es más... le mostraré... mami!! - gritaba saliendo de la habitación con emoción. Let solo niega con la cabeza, divertido.

*****

El desayuno junto con las personas que más amaba era lo que disfrutaba en las mañanas al igual que todo lo que hacían en el día. Brian cada vez se hacía un pequeño inteligente sorprendiendo a sus padres que a muy temprana edad comenzó a hablar. Por conversar con el niño parecía que lo hacían con una persona adulta, aunque su vocecita hacía que cada palabra que decía sonara en demás tierna.

- Te tardarás con los Lee? - Pregunta Helena mientras terminaban el desayuno.

- Espero que no, pero primero tendremos una reunión con sus socios y luego será la firma de acuerdos. ¿Por qué lo preguntas? ¿Me extrañaras?  - bromea Let pasando la servilleta sobre sus labios retirando los residuos de curuvicas de pan.

- Solo quería saber cuánto tiempo descansaré de ti. - Responde haciendo que Brian lanzara una risa por el gesto de su padre.

- Mami y yo iremos de paseo!!

- Ah ya veo, entonces esperan a que yo vaya al trabajo para que ustedes hicieran fiesta, ¿no? - Dice apretando los cachetes de su pequeño. Helena niega con la cabeza sonriendo.

Let se despide de su esposa con un beso tierno en sus labios y también besando la frente de su pequeño. Mientras subía al auto su familia se despedía como todos los días, una vez que desaparecía de la vista entraban a su hogar.

- Papi trabaja mucho... - Dice Brian tomando la mano de su madre.

- Sí, porque quiere lo mejor para ti.

Brian sonríe mientras subían a su habitación. Helena lo acompañaba mientras este se mantenía distraído con sus juegos. Las horas pasaban y el clima seguía gris, aunque la lluvia se había detenido la oscuridad seguía apoderándose del cielo.

Helena mirando por la ventana suspira profundo para luego mirar a su pequeño que comenzaba a aburrirse.

- Brian, quieres dar un paseo? - pregunta poniéndose de rodillas frente a su pequeño.

- Si!! - Responde dando un salto de emoción para abrazar a su madre. - Donde iremos? - Pregunta ansioso.

- Le daremos una sorpresa a papi, y también veras a tu amiguito David.

David era uno de los hijos de los Lee solo tenía dos años al igual que Brian y desde que este iba con sus padres a la casa de los Lee podían jugar con sus juguetes sin que pelearan.

- David! ¡tiene muchos juguetes!  - grita de emoción mientras su madre lo llevaba al tocador para darle una ducha y vestirle.

Luego de que se hayan alistado, Helena toma la llave de su auto para salir al estacionamiento con Brian tomado de su mano. Al subir al auto Helena se encarga de asegurarlo en su baby seat poniendo entre sus brazos a yoyo su oso de peluche al que siempre tenía con él, luego toma su asiento como conductor ajustando el cinturón de seguridad.

El camino era lento, no tenía previsto que volviera a caer la lluvia, pero no creía necesario detenerse. Aunque Brian oía sus canciones en los parlantes del auto, los truenos comenzaron a sonar haciendo que se abrazara fuerte a yoyo.

- Cariño ya estamos cerca. - Dice Helena mirando por el espejo para tranquilizar a Brian, aumentando la velocidad del auto, este no respondió y cuando intentaba abrazar con más fuerza a su peluche este cae de sus brazos haciendo que entrara en pánico.

- Yoyo!! mami... quiero a yoyo... - Gritaba mientras Helena intentaba mantener la vista en frente.

- Ya cariño, mami está manejando...

- Mami!! quiero a yoyo!! - Seguía gritando formando algunas lágrimas en sus ojitos.

Helena intenta con su brazo derecho pasar por detrás de su asiento para tomar al peluche, pero no logra alcanzarlo, gira unos segundos para ver donde se había caído. Brian abre sus ojos en gran manera al ver como una luz se hacía presente frente a ellos.

- Mami!! - Grita, su madre intenta esquivar hacia la derecha al auto que se había adelantado de manera imprudente del sentido contrario, haciendo que su auto se volcara y por la velocidad en que iba diera varias vueltas hasta quedar con las ruedas al aire.

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