En el mundo de los negocios, los matrimonios arreglados eran común desde hace mucho tiempo, más tratándose de personas poderosas del nivel social alta. Aunque Tailandia no era un país nombrado sobre otros, dentro de él había familias con un alto poder dentro de la política, dueños de edificios y grandes empresas.
Entre estos se encontraban los Benet, una familia conformada solo con 3 integrantes, Helena una joven proveniente de una familia poderosa inversores en las grandes empresas de televisión del país, Let quién es su joven marido también heredero de una gran fortuna de la Sociedad Benet, estos fueron obligados a casarse hace unos años atrás para mantener a las familias unidas, juntos criaron a su único hijo Brian, quién solo tenía 2 años de edad cuando se hicieron cargo del 50 % de la empresa de los padres de Helena.
En un evento realizado para ampliar la sociedad conocieron a la joven pareja Wins, Jane y Pablo que provenían de familias de grandes empresarios que se especializaban en invertir en el extranjero. Aunque amaban su país, estaban seguros que el futuro se veía prometedor fuera de ella.
Luego de una larga conversación en dicho evento, las parejas simpatizaron lo suficiente como para volverse en grandes amigos. No alejándose de lo conveniente que era unir ambos apellidos para el futuro de sus hijos, aunque la pareja Wins aún no concibieron uno.
Ambas empresas eran muy importantes, la Sociedad Benet era la más poderosa en Tailandia junto con Wins JP que era muy poderosa fuera del país, era el proyecto que más los mantenía ocupados y sumergidos ya que al lograr enlazar ambas empresas se lograría no solo la estabilidad familiar, sino también la economía y el estatus.
Luego de meses de conversaciones y reuniones en las oficinas Benet llegaron a un acuerdo, que complació a la familia Benet. La joven pareja Wins debían viajar a Corea donde vivirían por un buen tiempo, por motivo de ampliación en el país, Corea se volvería una muy buena oportunidad para convertirla en la matriz de todo el negocio, ya que era un país avanzado en muchos aspectos sería tonto no convertirla en el centro de todos los negocios.
Pero quienes no estaban muy conforme con esto eran los Benet, ya que podían romper el convenio realizado entre ambas familias. En un momento de asegurar la unión de ambas empresas invitan a la pareja Wins a una reunión antes que estos fueran a su viaje.
El silencio en la oficina se hizo presente entre las cuatro personas mientras un pequeño dormía plácidamente en el gran sofá del lugar.
- Let, ¿cuál es la urgencia? – Pregunta curioso Pablo sentado frente a este.
- Es referente a la sociedad de ambas empresas.
- Hemos acordado la unión... - Asegura Pablo.
- Lo sé, como también que irán a Corea por mucho tiempo, solo quiero asegurar que la unión de ambas familias se mantendrá a pesar de ello.
- Cuál es tu propuesta? – Interrumpe Jane notando la incomodidad en Helena, que se mantenía con la mirada baja jugando con sus dedos nerviosa.
- Quiero un contrato... donde afiance que a pesar de lo que ocurriera con nosotros la unión se mantendrá operante...
- Qué tipo de contrato?... - Pregunta Pablo con el ceño fruncido.
- Sabemos que aún no concibieron un hijo, pero... el primero en nacer será unido en matrimonio con mi hijo Brian. – Jane junto con Pablo giran a mirarse de inmediato.
- Mi esposa, no puede concebir... y aunque tuviéramos la dicha de tener un hijo, no podemos atarlo a otro de esa manera... - Responde Pablo lanzando un suspiro de agobio, llevaban meses intentando que Jane quedara embarazada, pero esto no ocurría y si fuera posible no querían seguir con ese tipo de uniones.
- Necesitamos asegurar la unión de ambas familias, como entenderás... no puedo arriesgar que una vez que se hayan ido quedemos en zozobra de lo que pueda ocurrir en un futuro.
- Benet es muy poderosa como para temer que se pierda... - Responde con seriedad Pablo.
- Al igual que Wins, ¿qué mejor que mantenerla unida? Ya sea en nuestra unión como en la de nuestra descendencia.
- Qué pasaría con tal contrato, nuestros hijos contraerán matrimonio sin que estuvieran de acuerdo? ¿Estarías de acuerdo con que tu único hijo sea infeliz? – Cuestiona Jane.
- Nuestros padres también nos casaron por contrato, nos conocimos y nos amamos. – Responde Helena desde su lugar.
Helena gira para mirar a su pequeño que se encontraba durmiendo plácidamente ignorante a la discusión de su futuro.
Jane gira a mirar a Pablo para tomarlo de la mano y susurra cerca. - Amor, sé que puede ser una locura, pero puede ser verdad, ¿no te parece que si tenemos un hijo tenga asegurado su futuro?
- Pero unir su vida a otra?
- También sería bueno para asegurar una inversión aquí. – Aunque al principio Pablo no estuvo de acuerdo, con la insistencia de Jane acepto firmar el contrato hecho por Let.
Luego de haber leído minuciosamente cada clausula la firma de las cuatro personas fueron puestas en cada hoja. Uniendo así ambas familias hasta la segunda generación.
El matrimonio arreglado siempre había sido una alternativa para asegurar la unión de grandes empresas o familias de alto nivel social. Mayormente para evitar que perdiera el linaje, o que una de ellas no se uniera con la competencia.
Despidiéndose de sus amigos ambos suben a su auto para volver al hotel donde se habían hospedado, el silencio en la pareja era cosa que no ocurría con frecuencia, pero en esta ocasión lo que acaban de hacer los llevaba a sumergirse en sus propios pensamientos.
- Que pasará si no logro quedar en cinta Pablo?
- Hemos especificado en una de las cláusulas que el contrato será nulo si no concebimos en dos años. Creo que es tiempo suficiente para validarlo.
- No me refiero al contrato, yo... en verdad quiero un hijo... - Dice bajando la cabeza con tristeza.
- Amor, en Corea veremos un tratamiento para que nos ayude a tener un bebé.
El silencio se apodera de nuevo de ambas personas. Jane seguía recordando al pequeño que se encontraba durmiendo en aquel sofá, era un hermoso niño, cabello castaño, piel blanca y se veía muy tierno el puchero en sus labios mientras su respiración era relajada. Con tristeza solo deseaba poder tener la dicha de tener en sus brazos a un pequeño. Hasta que un pensamiento la sobresalta.
- ¿¡Qué pasará si es niño!? - Dice girando hacia su esposo abriendo los ojos en gran manera.
- Qué quieres decir?
- Eso! ¿¡Qué pasa si concebimos un niño!? ¡El matrimonio está arreglado para el primer bebé que traigamos al mundo!
- M****a! No lo pensé... el hijo de Let es un chico... ¿¡casar a dos hombres!?
- Si es niña no será un inconveniente, ¿pero si es niño? ¡No podemos obligarlos a tal cosa!
- Jane, en unas horas será nuestro vuelo a Corea... tendré que volver a conversar con Let sobre ello... pero será una vez que volvamos a casa, no habrá problemas en modificar algunos detalles en el contrato.
Pablo seguía conduciendo pensando en la manera de hablar con su socio y amigo, creía que también estos habían ignorado ese detalle. No podían asegurar que si se diera el caso de que tuvieran un niño este vaya a ceder con el matrimonio
Jane y Pablo volvieron a Seúl, donde habían comprado una hermosa casa ya que vivirían por un buen tiempo en la ciudad. En cuanto se disponían a descansar Pablo decide llamar a su amigo Let en relación a lo que habían hablado con su esposa, solo esperaba que este no tuviera inconvenientes. Cerrando la puerta de su oficina sigilosamente toma el teléfono sobre su escritorio. 📞…. 📞- Hola? - Saluda Let curioso. 📞- Let, lamento molestar... habla Pablo, no he podido llamar antes... 📞- Pablo? Sí ¿qué sucede? - dice relajado. 📞- Sobre el contrato que hemos firmado... 📞- ¡¿Quieres anularlo?! - Pregunta sobresaltado. 📞- No! Es que hablando con Jane no nos hemos puesto a pensar que si nuestro primer hijo es un varón... cómo podemos casarlos siendo dos hombres... 📞- Oh! Claro... no lo he pensado... ¿entonces cómo lo cambiaremos? Sabes que un contrato para anularlo, deben de estar presente todas las partes. 📞 - Lo sé... en unos meses debemos volver a Tailandia con Jane, entonces l
Tailandia siempre era conocida por sus días calurosos y tardes frescos, que el cielo se oscureciera a causa de las nubes grises era casi difícil que ocurriera. Pero al amanecer los Benet podían ver como las gotas de lluvia se apoderaba del paisaje fuera de su ventana de vidrio, mientras su pequeño de 2 años se había colado en la cama en horas de la madrugada, los truenos lo asustaban y siempre se refugiaba en medio de sus padres. - Ni siquiera lo sentí cuando llegó aquí. - Sonreía Let acariciando la cabeza de su pequeño, que abrazaba un peluche de oso. - Tu nunca sientes nada Let, sin embargo, no he podía conciliar el sueño porque este pequeño me pedía que le rascara la espalda. - Bueno, eso lo heredó de ti. - Sonríe Let mientras su mujer lo miraba fijamente. - El día no puede estar en contra mía. - Por qué lo dices? - Tengo que ir a terminar el vínculo con los Lee y hubiera sido un excelente día si no tuviéramos esta lluvia. - Raras veces tenemos este clima, es excelente... -
Let se encontraba terminando las firmas con Lee y sus socios. Ya quería volver a su casa con su familia, agradecía que era lo único de lo que debía ocuparse en el día. Su teléfono comienza a sonar, llamando la atención de los presentes, con una mirada de pena, sin mirar la pantalla baja el volumen haciendo que quedara en vibración.Dentro de su bolsillo su teléfono no dejaba de vibran, haciendo que los demás lo miraran ya molestos.- Disculpen. - Dice tomando el teléfono para mirar la pantalla que se trataba de un número desconocido. - Puedo tomar la llamada?, solo será un momento. - Los demás asienten con la cabeza para continuar con las firmas en los documentos.- Hola? - Saluda curioso.- El señor Let Benet? - Dice una voz masculina muy seria, haciendo que Let frunciera el ceño.- Sí, soy yo...- Le saluda el teniente Borie, lamento informarle que su esposa Helena Benet ha sufrido un accidente. - Let queda tieso con el rostro pálido al oír esas palabras.- Cómo? ¡¿un-- un accident
Let amigo! - Se le oía feliz, aunque no deseaba ser quien arruinara esa alegría su sollozo hace que este dejara de hablar. Con un nudo en la garganta sólo podía pronunciar algunas palabras. - Pablo! ya no está conmigo... Helena... mi Helena... - Solo el decir su nombre hacía que cayera en llanto sin poder detener sus lágrimas que caían de sus ojos sin decoro. Pablo solo podía guardar silencio al oírlo llorar de esa manera. - Helena? ¿qué sucede Let? - Pregunta temiendo en la respuesta. - Un accidente-- - Responde cerrando con fuerza sus ojos mientras más lágrimas caían. - Cómo un accidente? ¿están todos bien? - Helena... ella... - Nuevos sollozos sale de su pecho sin poder continuar. - Amigo, no sabes cuánto lo siento... tomaré el primer vuelo... - Pablo, que haré? Sin ella ya no puedo... - No hables de esa manera, aun tienes por quién luchar. Brian te necesita, ese pequeño te tiene solo a ti. - Mi Helena... - Seguía sollozando mientras su amigo solo dejaba que se desahogara
BrianLuego de aquella visita al psicólogo Let había notado que su pequeño necesitaría de gran ayuda. Boom comenzaba a tratarlo dos veces a la semana. Pero lejos de mejorar Brian fue cambiando poco a poco.Mientras iba creciendo fue adoptando un comportamiento que traía problemas donde iba. En las instituciones donde era llevado siempre llamaban a Let para una reunión a causa de su comportamiento.Brian fue dejando las sonrisas por las miradas desafiantes y pocas palabras. Let hacía lo posible por ayudarlo, pero Brian no lo permitía. Aunque asistía a las sesiones con Boom no había mejoras.Cuando fue a la secundaria conoció a su amigo Miguel que lo acompañaba a donde iba, tratando de que no se metiera en problemas.Un día Brian había llegado furioso, no era raro verlo molesto, pero en esta ocasión parecía como que golpearía a cualquiera que se cruzara en frente. Miguel lo detiene intentando conversar con él para apaciguarlo.- Brian? ¿Qué sucede?- Acaso tengo cara de mercancía?- Qué
GaelLa noticia de que Jane estaba en cinta fue el momento más feliz para la pareja. Después de que Pablo volviera del viaje de Tailandia la acompañaba constantemente y solo cuando era necesario iba a la oficina. Al cabo de 5 meses, mediante una ecografía constataron que se trataba de un niño quien venía en camino, la pareja estaba preocupada. Pero Pablo solo quería que ella no pensara en nada que la perturbe. En dos meses más luego de que el médico le haya dicho que si podía darle la noticia sobre el fallecimiento de Helena fue difícil contarle lo sucedido. Al enterarse Jane no podía contener el llanto, aunque al principio estaba molesta con su marido por no decirle lo que había pasado en el momento, sabía que no lo hizo por maldad. Su embarazo avanzaba y junto con ello la preocupación del acuerdo en Tailandia. Acordaron avisar a Let sobre el sexo el día de nacimiento de su pequeño.Gael, así habían decidido llamarlo nació a mediados del mes de diciembre unos días antes de las fiesta
Gael se encontraba en su habitación furioso, había llamado a su amigo Peter para que viniera a su casa, que este no se tardó en acudir. caminando de lado a lado seguía maldiciendo mientras su amigo solo lo observaba sin entender la razón, pero sabía que no era nada bueno. De la misma manera estuvo aquella vez que le habían confesado que tenía una anormalidad. - Gael, puedes quedarte quieto y contarme que sucede? - Esta vida apesta! ¿¡Cómo pueden hacerme tal cosa!? - Hacerte qué? ¿Quiénes? - Mis padres!! de quien más hablaría! - Entonces dime que hicieron? - Están obligándome a que me case con alguien que ni siquiera conozco! - ¿¡Casarte!? por qué! ¿Puedes negarte? - Hay un estúpido contrato! - Pero-- pero... cómo? - Con tonto tailandés! - Qué!! ¿Te irás? me vas a dejar?! - Pety no voy a dejarte!! no digas idioteces!! Pero tengo que pensar como deshacerme de ese trato, no me unirán a un desconocido. - Pero si existe un contrato, ¿puedes anularlo? - Quienes firmaron ese c
Amanecía y su mal humor estaba intacto, con la información de que vendría ese joven con quien lo estaban obligando a contraer matrimonio ya se sentía molesto. Ni siquiera tenía los ojos bien abiertos cuando sus amigos Miguel y David entraron a su habitación con un gran alboroto.- ¡Despierta! - Gritaba Miguel arrojándose a la cama sobre el cuerpo de Brian.- ¡Maldita sea! - Bufa Brian empujándolo haciendo que cayera a un lado de la cama.- ¡Aush! ¿ahora por qué el enojo? - Decía Miguel sobándose el trasero mientras David solo sonreía.- Olvidas que maldito día es hoy?- Hoy viene tu prometido, ¿no? - Dice David logrando que Brian le arrojara una de sus almohadas.- Ohhh sí es verdad!! Nos quedaremos a verlo, tengo una gran curiosidad de cómo se ve... - Dice emocionado Miguel.- Qué más querrás ver? debe de ser un enano de ojos rasgados y pelos puntiagudos. - Responde Brian haciendo gestos de desagrado. - Rechazar a tantas personas que en verdad son razonablemente bellas, y terminaré c