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Ella se rió divertida y lo abrazó para sorpresa de Emilio. 

—Emma, tienes un rico perfume —dijo muy cerca de su cuello.

—Me... lo prestó mi prima, extravagante y caro yo, uso colonia de bebé, y ella me regañó por usarla.

—¿Colonia de bebé? —preguntó divertido.

—Algo así, lo que ocurre que mi piel es atópica, cualquier cosa que uso me da alergia. 

—Nunca escuché que una mujer use Colonia de bebé.

—Pues aquí tienes a una —dijo y estiró el cuello para verlo.

—Eres, impresionante —dijo un poco embobado, porque nunca se había reído tanto con una mujer.

—Lo sé —murmuró y se rió punto de nuevo apoyó su cabeza en el hombro masculino aunque le costaba un poco de dificultad llegar, los tacones hacían su trabajo.

Sintió como él colocaba sus manos en la cintura femenina. Cerró los ojos, dejándose llevar y juntos bailaron en forma lenta, Aunque el tema era movidizo.

Estaban pegados.

—Míralo ya está con una rubia extravagante.

Él comenzó a escuchar algunas voces femeninas.

—Al parecer ya te dieron un apodo de su oído. 

—Si, una rubia extravagante punto aunque creo que algunos me dijeron con una palabra que empieza con p.

—Pueden estar muy equivocados, tú serías cualquier cosa menos de eso.

 Olivia se sonrojó notoriamente, se separó un centímetro de él y lo miró.

—Me voy a buscar a mi prima. Te prometo que vuelvo enseguida —le dijo Olivia a Emilio. 

Y se alejó de la pista de baile, atenta a la música que todavía se podía escuchar, incluso desde un poco lejos. Su cuerpo todavía vibra con el baile, pero empieza a sospechar que su prima no está cerca.

—!Emma! —llamó Emilio, con su voz cubriendo el sonido de la música y de los demás bailarines. 

—¡Acá estoy, Emilio! —le contestó ella. Emilio se relajó al verle. 

—Me alegra que te estés divirtiendo —dijo. 

Ella sonrió de vuelta. 

—¡Muchísimo, gracias por la idea

—De nada, es la verdad. Ninguna mujer me ha encantado tanto como lo has hecho tú. 

Al encontrarla. Acarició su mejilla con delicadeza y para sorpresa de Olivia, pegó sus labios con los de ella. 

Se dieron un beso tierno con más pausado lleno de necesidades, que ambos iban descubriendo a medida que se besaban.

Entonces comenzaron poco a poco a alejarse de la multitud. Llegaron al pasillo de la salida, besándose sin parar un solo segundo. 

Él quiso quitarle la máscara, pero ella se lo impidió.

—No —murmuró completamente saciada y él asintió.

—¿Quieres ir a un hotel? —preguntó y ella asintió nerviosa. 

Ella, tenía un secreto que no le había comentado. Se separaron por la falta de aire y se rieron.

—Vamos a ver quién gana en llegar al auto —comento Olivia divertido y él asintió.

Emilio se dirige al auto y le abre la puerta a Olivia, que aún se está recuperando del baile. Él le pregunta:

— ¿Te divertiste, Olivia?

—¡Fue muy divertido! Nunca antes había bailado así'.

—Pues, ahora ya sabes cómo bailar, y quiero que lo hayas disfrutado'. 

—¡Gracias, Emilio! Me siento muy cómoda con ti.

Ambos aún con antifaces, subieron a un vehículo lujoso.

—¿Cómo te sentirías si te llevara a un lugar especial?

—¡Ay, suena emocionante! ¿Qué lugar tienes en mente?

—¡Uy! Eso suena asombroso, cada vez estoy más emocionada. Pero dime, ¿dónde estamos yendo?

—Eso es un secreto, pero sé que te va a encantar!

—Gracias, Emilio —dijo mientras sonreía con timidez. 

Emilio le devolvió la sonrisa. 

—De nada, Olivia. A mí también me ha divertido bailar contigo.

Olivia se ruborizó ante las palabras de Emilio.

—Entonces ¿Estás segura? —preguntó.

—Sí —dijo ella y se puso el cinturón.

—Gracias por confiar en mí, no muchas mujeres lo hacen en realidad. 

—Sí, creo que estoy loca por hacer esto, pero quiero probar tus labios una vez más. 

Juntos avanzaron, y el vehículo deportivo, aceleró.

Llegaron al hotel y estaba aún más impresionante de lo que había imaginado. Era una especie de palacio, con columnas blancas, grandes ventanas con cortinas y un vestíbulo con una impresionante escalera. 

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