Lara acababa de descubrir que su novio era en realidad un hombre muy rico, y que la había estado utilizando como un vil juguete esperando sacar partido de ella en cualquier momento.
Se le partía el corazón en dos al pensar que ella estaba feliz por tener a su lado a alguien como él, lo creyó un caballero, pensó que la amaba y que por esa razón había sido tan generoso con sus aportes a los gastos médicos de Teo, pero en realidad, estaba viéndola como una mercancía en la que se invierte para luego sacar provecho.
Lo que más le dolía de todo, era que ella le había abierto el pecho de par en par para contarle sus más íntimos anhelos, el deseo que la había impulsado a venir a América y toda su lucha desde que salió de su nación con el sueño de darle una buena salud a su hermanito que batallaba a diario por su vida con esa terrible enfermedad.
La cardiopatía de Teo no le permitía mantenerse sin tratamiento constante, y desde hacía algún tiempo estaba internado en el hospital bajo estricta vigilancia médica.
Rowdy había cubierto los gastos de los últimos meses, pero ahora con el rompimiento de la relación, Lara no tenía esperanzas de conseguir el apoyo financiero que necesitaba para cubrir los gigantescos gastos médicos.
Escuchó sonar su teléfono y reparó en la pantalla. Era del hospital, lo último que le faltaba era que le dieran una mala noticia en cuanto a Teo.
—¿Sí?
—Señorita Lara, el doctor Davis, quiere verla de urgencia — escuchó decir del otro lado.
—¿Le pasó algo a Teo? ¿Está bien? — preguntó con el alma en un hilo.
—No, no se preocupe, pero el doctor dice que es muy importante lo que debe conversar con usted, la espera esta misma tarde.
—¿Qué tal ahora? — ella preguntó. Estaba sin trabajo, no necesitaba esperar a la tarde cuando simplemente deambulaba por la calle como un alma en pena atormentada por su terrible situación.
Hubo un corto silencio antes de que la mujer respondiera.
—Él dice que puede atenderla ahora mismo si no tarda en llegar.
—¡Voy en camino!
Todo lo que tenía que ver con Teo era prioridad para Lara, desde que estaban solos. Ella era como su madre y había luchado con garra por mantenerlo respirando.
Corrió al hospital con preocupación, tratando de hacer a un lado en su cerebro la tristeza y decepción que acababa de recibir, para concentrarse en el nuevo desafío.
—Dígame, doctor, ¿Qué sucede ahora con mi hermano?
—Lamento decirte que Teo no ha reaccionado como esperábamos al último tratamiento, y es necesario pasar a la siguiente fase.
—¡Pero usted me había dicho que él podría superar esta crisis!
—Sí, lo dije, pero conoces los riesgos de su enfermedad, nada es seguro, solo nos queda el ensayo y el error, y esto no funcionó en su caso.
Lara sintió que el suelo comenzaba a hundirse bajo sus pies.
—¿Cuándo comenzaría?
—Por eso te llamé, solo falta tu autorización, y el pago, por supuesto, pero imagino que no será problema, debes ir con la Administración y ellos darán luz verde — Davis comentó, asumiendo equivocadamente que la chica tenía los fondos para cubrir los gastos.
Lara se mordió el labio e inspiró profundo mientras jugaba inconscientemente con sus manos de manera nerviosa.
—¿Hay algún problema?
Ella tardó unos segundos en responder, se le había hecho un nudo en la garganta que comenzaba a presionarle, impidiéndole respirar y hablar con libertad.
—Sí, doctor… es que… ya no está la persona que me ayudaba con los gastos, y acabo de perder mi empleo… — Ella apenas pudo articular.
Davis la miró con compasión, pero las políticas del hospital eran claras, y sin pago no había tratamiento.
—Siento mucho esta situación, pero conoces cómo se manejan las cosas aquí. Teo tiene pagos los gastos de hospitalización hasta el viernes. Si no logras conseguir el dinero necesario para mantenerlo hospitalizado y comenzar con el nuevo tratamiento, te pedirán que lo lleves a casa, y, en su condición, su corazón no lo resistirá… — Davis fue lapidario — Lo lamento mucho, Lara.
La chica salió de la oficina del médico con la mirada baja y un frío helado instalado en el estómago que prometía hacerle devolver la bilis.
Se dejó caer en una de las sillas de la salita de espera con el rostro bañado en lágrimas mientras la desesperación se apoderaba de su pecho. Fue entonces cuando una idea asaltó su mente como un tren en movimiento.
—¡El hotel! — dejó escapar a media voz, mientras temblaba de solo pensarlo, había visto a las chicas de la “Nómina oculta” de empleadas y siempre hablaban de lo bien que les iba con los pagos diarios por su trabajo.
Cuándo había ido a pedir empleo al Crowne Plaza le ofrecieron el puesto para el servicio de acompañantes nocturnas, pero ella lo había rechazado por el de mucama; ahora, con esta situación, ¡Estaría dispuesta a hacer lo que fuera por conseguir lo necesario para mantener a Teo con vida!, era la única familia que le quedaba.
Con un nudo en el estómago, se armó de valor y regresó al hotel buscando al señor Jones, el encargado de los negocios turbios de los dueños, y le contó toda su situación. El hombre que siempre había estado viéndola como un excelente prospecto para el empleo, le preguntó:
—Lara, ¿Has hecho esto antes?
La chica bajó la mirada avergonzada y negó lentamente con la cabeza.
—Soy virgen, señor Jones.
El hombre abrió muy grandes los ojos, imaginando el dinero que podría ganar por ella.
—Esto es lo que haremos, comenzarás esta misma noche, pero tendrás que venir mentalizada a que esto es como cualquier empleo. Vas a actuar condescendiente para mantener al cliente satisfecho, ¡Y lo harás bien! Y te prometo que, si cumples con el trabajo, podrás reunir los fondos para tratar a tu hermanito.
Al anochecer, el millonario Waylon Scott, heredero mayoritario de los bienes de la cadena hotelera Crowne, entraba a la suite de su mejor amigo.
—Aquí estoy, Duncan, vine en cuanto vi tu mensaje — echando una ojeada alrededor y viendo las copas y las bebidas dispuestas en el bar.
—Waylon, sé que has estado demasiado tenso con el tema de tu padre, por eso te llamé, para que pudieras distraerte un poco, tú solo vives para trabajar — apresurándose a servirle una copa.
—No puedo relajarme, Duncan, supongo que estás al tanto de los escándalos de los últimos meses… — Le dijo refiriéndose a las locuras de su hermano — De seguir así, los chismes de la prensa y de los medios nos destrozarán.
—¿Ya trataste de hablar con tu hermano sobre esto?
—Ya lo intenté, ¡Pero a él todo le parece un juego! — Explicó con frustración — No está dispuesto a aplacar sus desatinos y sus excesos, y tampoco a esconderse como un molusco. Hemos perdido inversionistas importantes por su culpa…
—Entonces, ¿Qué es lo que harás?
—Papá nos puso un plazo de tres meses para aparentar un cambio de vida.
—No te comprendo… — Duncan dijo confundido.
—Quiere que contraigamos matrimonio — soltó de golpe.
El teléfono de Duncan comenzó a sonar con insistencia.
—¿No contestarás?
Duncan lo tomó con fastidio.
—Seguro es trabajo — dijo antes de contestar — Pero no creas que vas a librarte de esta conversación. ¿Sí? — contestó la llamada.
—Señor Duncan, ha sucedido una desgracia.
Duncan escuchó atentamente, llevándose la mano a la boca, mientras se levantaba y salía corriendo hacia la puerta.
—Duncan, ¿Qué pasa?
—¡Debo irme, Mary acaba de atentar contra su vida!
—¿Qué? — Waylon se puso de pie — ¡Espera, voy contigo!
—¡No, debo hacer esto solo! — gritó desapareciendo por la puerta y dejando a Waylon en medio de la suite con la cabeza dando vueltas.
El hombre se sentó en la esquina de la cama junto al enorme ventanal que reflejaba las luces nocturnas mientras se devanaba los sesos en cómo resolver el problema con su padre.
El sonido de un mensaje en el móvil lo sacó de sus pensamientos.
—Amigo, había contratado un servicio “virgen exclusivo” a la habitación y ya debe estar ahí, por favor, disfrútalo por mí y luego me cuentas cómo estuvo.
Waylon ladeó la cabeza sin terminar de comprender el mensaje de Duncan cuando escuchó el agua del baño y se puso alerta.
—¡Qué carajos! — dejó salir al comprender que se trataba de los bajos instintos de su amigo y sus gustos por contratar mujerzuelas — ¿Qué fue lo que hiciste, Duncan?
Una chica delgada de cabellos dorados y piel de porcelana salió de baño apenas vestida con una falda extremadamente reveladora y un sujetador rojo sangre. Mantenía la cabeza baja mientras avanzaba hacia él, abrazándose a sí misma y tratando de controlar sus nervios.
Waylon maldijo por lo bajo.
«¡Duncan, voy a matarte por esto!», él pensó.
La mujer era hermosa y delicada, y parecía asustada como un conejillo atrapado en una trampa a punto de ser devorado por una fiera.
«Servicio virgen exclusivo, ¡Claro!», se dijo atando cabos.
Waylon dejó escapar el aire al ver su belleza y también se dolió al verla tan fuera de lugar. La pobre chica ni siquiera sabía por dónde comenzar, ella no se atrevió a levantar la vista manteniéndola en sus costosos zapatos de piel y le preguntó cuándo empezaría.
—No has hecho esto nunca, ¿Verdad?
Ella negó con la cabeza y tuvo esa sensación de deyabú de haber tenido esta conversación antes.
Él la observó mejor y notó algo familiar en ella.
—¡No puede ser! ¿Eres la loca?
Lara arrugó el ceño y levantó el rostro para encontrarse con el tipo estirado que casi la había atropellado en la mañana.
—¿La bestia?
—¿La bestia? — la frase quedó colgada en el aire con la expresión de asombro de Waylon.Lara maldijo por lo bajo, no podía creer que la situación se pusiera más difícil de lo que ya era.Como si ya no fuera suficientemente duro tener que darle su virginidad a un desconocido por dinero, ¡Ahora resultaba que ese desconocido era el bruto que casi la mata la en la mañana!Tragó grueso, seguramente la bestia la echaría como un perro y perdería su oportunidad de ganar ese dinero, y realmente no estaba en posición de obtenerlo de otra forma tan rápida, el niño ya no tenía tiempo.Se aclaró la garganta e inspiró profundo y se acercó a él tratando de verse sensual y deseable, pero terminó haciendo el ridículo.Waylon la miró de arriba a abajo y se cruzó de brazos.—Entonces, ¡Eres prostituta! Quien lo hubiera creído, esta mañana parecías muy digna.Lara levantó la mirada llena de furia. Este animal no tenía la más mínima idea de lo que ella estaba haciendo, ni conocía sus razones.—¡Eres un hi
Lara había tratado de apartar los malos pensamientos de su mente y también de la de Teo. Le contó historias de princesas y dragones y le cantó sus canciones preferidas hasta que se quedó dormido, pero ella no pudo pegar el ojo en toda la noche por temor a que, al despertar, algo terrible hubiera pasado.Cuando por fin se dejó vencer por el cansancio, ya la luz daba en su rostro, apenas había cerrado los ojos cuando el móvil comenzó a sonar con insistencia.Teo abrió un ojo y vio a Lara alargar la mano para contestar.—¿Diga?—Buenos días, soy yo. Quería saber qué decisión tomaste.Ella no necesitó que él se identificara; esa voz profundamente masculina era inconfundible.—¿Waylon?—Me gustaría desayunar contigo para conversar sobre los acuerdos del contrato.—Eh… creo que hoy será un poco difícil, estoy en el hospital, mi hermanito tuvo una crisis y pasé la noche con él… no quiero dejarlo solo…—No tengo problema en ir a verte al hospital, podemos hablar en la cafetería — él pensó que
—Estás… perfecta —dijo el empresario sin permitirse siquiera una sonrisa. Sabía cómo funcionaba esto, ya lo había vivido y con mucho dolor, por eso se mantenía alérgicamente alejado de las mujeres, especialmente de aquellas que le movían el piso.Pero cuando conoció a Lara el día anterior, no creyó que el movimiento telúrico fuera a más de siete en la escala de Richter.—Gracias — ella dijo bajando la mirada.Ambos caminaron hasta la escalera y la rubia sintió el viento frío soplando hacia ella y haciéndola erizar. Se llevó las manos a los brazos para frotárselos.—¿No traes abrigo?—Es que… no tengo uno adecuado para este vestido, el que tengo desentonaría terriblemente… — Se disculpó con vergüenza.—Ha sido un descuido de mi parte, no pensé en ello, toma —dijo sacándose el suyo y poniéndolo sobre los hombros de la chica. Era la segunda vez que tenía ese gesto caballeroso con ella — Te ayudará a entrar en calor.—Es… muy grande…Él no pudo contener una sonrisa que a ella le pareció e
Waylon palideció en cuanto vio a Rowdy cruzar la puerta tomado de la mano de la morena alucinante que venía con él. La mujer de largas piernas, abundante melena oscura y tez pálida lo golpeó como un tren en movimiento, la mujer le sonrió con descaro en un gesto que solo ella y Waylon comprendieron, pero él no tuvo tiempo para reaccionar porque apenas la vio, el sonido de un cristal rompiéndose le avisó que Lara había caído tendida de largo en el suelo.Waylon sintió las náuseas apoderarse de él mientras se inclinaba hacia Lara con rapidez.« ¡Carajo, lo que me faltaba! ¿Qué coños hace Ashley aquí? », él se dijo mientras sacudía a Lara con cuidado.— Lara, ¡Lara!La chica permanecía inconsciente y Walter hacía algunas llamadas rápidas dando órdenes aquí y allá.Lara se llevó la mano a la frente instintivamente, se sentía magullada como si le hubieran dado con un guijarro en la cabeza, ¡Le dolía como el demonio!, no tenía idea de lo que había pasado hasta que reparó en Rowdy de pie a su
— Creo que podemos pedir unos canapés y unas bebidas mientras esperamos al médico, además, esta velada tiene la intención de que todos compartamos como familia — Walter continuó cuando no vio reacción alguna con respecto a su propuesta de hacerlo abuelo en los próximos meses, y no porque estuvieran de acuerdo, sino porque cada quien estaba imbuido en sus propias reflexiones — Iré a avisar en la cocina — al fin dijo saliendo del lugar mientras los presentes se soltaban un poco.— A ver, Waylon, cuéntanos como se conocieron tú y… ¿Cómo me dijiste que se llamaba?— Lara, Rowdy, su nombre es Lara.— Lara, claro.La rubia desvió la mirada del su ex para no ponerse en evidencia, se estaba comportando como un verdadero cretino.— ¿Se conocen hace mucho? — él insistió, pero la expresión incómoda y molesta de Rowdy hizo sentir fortalecida a la rubia que se acomodó mejor en el sillón y buscó con su mano la de Waylon estrechándola como si tuviera mucha confianza con él. Su nuevo prometido la dej
— No te permito que me hables de ese modo, Rowdy, tú y yo no tenemos nada. ¡Es más, nunca lo tuvimos realmente! Waylon y yo estamos juntos y vamos a casarnos y eso es lo único que tienes que saber, ¿O es que me ves aquí preguntándote por la mujer con la que llegaste? ¿O por la otra con la que te encontré en la cama del hotel? — lanzó la rubia envenenada — Por cierto, ¿Ashley sabe de la otra mujerzuela?Rowdy abrió los ojos como platos.— ¡Shisss! ¡Baja la voz! — le ordenó como si tuviera algún poder sobre la chica que estaba llena de rabia.— ¡Ajá! Ella no lo sabe, ¿Verdad? ¡Así como tampoco sabe de lo nuestro!— ¡Cállate!— ¡No me callo! — volvió a decir, elevando el tono de la voz y apurando el tercer trago que se servía.Waylon se asomó por la puerta y ambos cerraron la boca.— El médico ya llegó, mi padre quiere que te revise, es cuestión de un momento, luego podremos irnos — Tomándola del codo y empujándola con suavidad para sacarla de la sala de estar.Rowdy la siguió con la mir
¡Ring!El teléfono se desarmaba de tanto sonar, Lara salió de la ducha envolviéndose en el albornoz para tomar la llamada, pero al mirar en su pantalla no reconoció el número de teléfono.—¿Si? ¿Diga?—¿Eres Lara Santa Cruz? — Preguntó con prepotencia la mujer del otro lado.—Sí, con ella habla…Los labios teñidos de rojo sangre sonrieron malévolamente antes de continuar.—¡Estoy en la suite presidencial del Crowne Plaza, a punto de que Rowdy me haga suya! — dijo con aire victorioso.¡Lara quedó petrificada en el sitio! Hacía ya un tiempo largo que salía con Rowdy, y hasta ahora le había demostrado que era todo un amor.Se sentía afortunada de que alguien como él fuera su novio. Un hombre guapo y generoso que la había apoyado con los pagos del tratamiento de Teo, su hermanito menor, ella le estaba inmensamente agradecida.Nada de esto podía ser verdad, Lara se negaba a creerlo.—¡Mientes! — Lara bufó sin pensarlo dos veces.Desde el otro lado escuchó la risa chillona y malintencionada