Lara había tratado de apartar los malos pensamientos de su mente y también de la de Teo. Le contó historias de princesas y dragones y le cantó sus canciones preferidas hasta que se quedó dormido, pero ella no pudo pegar el ojo en toda la noche por temor a que, al despertar, algo terrible hubiera pasado.
Cuando por fin se dejó vencer por el cansancio, ya la luz daba en su rostro, apenas había cerrado los ojos cuando el móvil comenzó a sonar con insistencia.
Teo abrió un ojo y vio a Lara alargar la mano para contestar.
—¿Diga?
—Buenos días, soy yo. Quería saber qué decisión tomaste.
Ella no necesitó que él se identificara; esa voz profundamente masculina era inconfundible.
—¿Waylon?
—Me gustaría desayunar contigo para conversar sobre los acuerdos del contrato.
—Eh… creo que hoy será un poco difícil, estoy en el hospital, mi hermanito tuvo una crisis y pasé la noche con él… no quiero dejarlo solo…
—No tengo problema en ir a verte al hospital, podemos hablar en la cafetería — él pensó que sería una buena oportunidad para verificar su historia.
—Waylon, de verdad, no es el mejor momento…
—Insisto. Esto es muy importante, Lara. Además, podrías pagar los gastos hospitalarios hoy mismo si aceptas — ella se rehusaba. ¿Estaría mintiendo?
Ella dejó escapar el aire, contrariada, mientras Teo continuaba escuchando a hurtadillas.
—Está bien, pero ven temprano, el médico no tarda en pasar revista y necesito hablar con él.
Lara dejó el móvil en la mesita y se giró al escuchar la voz de Teo.
—¿Él vendrá?
Lara asintió con un ligero movimiento.
—¡Cuéntame, Lara! ¿Cómo es Waylon?
Ella abrió los ojos sorprendida.
—¿Y cómo sabes cómo se llama?
—Te lo escuché decir por teléfono.
—¡Eres un metiche! — Le dijo entre risas, haciéndole cosquillas.
—Anda, ¡Cuéntame!
Lara inspiró hondo y se sentó junto a Teo buscando las palabras adecuadas para describir a su futuro contrato.
—Es muy guapo.
—Eso lo dijiste anoche.
—Sí, pero en realidad lo es… — mientras se hacía una imagen mental del Waylon en la que lo veía sentado junto a ella en la cama del hotel, con sus hombros anchos y su barba de candado extremadamente sexi. De pronto sintió que se sonrojaba — Es alto y de ojos claros, tiene el cabello oscuro y abundante…
—Ahora sí, me lo estás describiendo.
—Viste muy elegante y con traje, además, es muy educado.
Se sorprendió a sí misma pensando en Waylon de esa forma, un tipo como él podría pasar por un hombre honorable en cualquier lugar, pero ella sabía que solo era su fachada, era un tipo vulgar que se hacía rico a costa de negocios turbios, no había nada de honorable en eso.
—¡Quiero conocerlo!
—Teo… no sé si él pueda entrar a verte, ya sabes cómo son los permisos aquí… — ella mintió.
—Tengo cosas que hablar con él — dejó salir con excesiva seriedad, haciendo que su hermana se enterneciera de su inocencia, agradeciendo al cielo de que estuviera mejor.
—Teo, debo salir un momento. Voy a preguntarle a la enfermera a qué hora puedo hablar con el doctor Davis, vendré en un rato, ¿Vale?
El niño asintió con la mirada, pero en cuanto ella desapareció por la puerta, él puso en práctica sus propios planes y salió tras ella siguiéndola por un rato hasta que la perdió de vista.
Lara regresó a la habitación encontrando la cama vacía.
—¿A dónde se han llevado a mi hermano?
La enfermera negó con la cabeza.
—El médico todavía no ha llegado, él debe estar en su habitación.
—No, ¡Él no está!
De inmediato se dio la alerta de la desaparición del niño, y Lara deambulaba por todo el hospital con las lágrimas al borde, buscando a Teo con desesperación.
El móvil sonó en el bolsillo de sus vaqueros y ella lo tomó apresuradamente pensando que eran noticias sobre Teo.
—¿Hay noticias del niño?
—¿Qué sucede, Lara?
—Teo se ha perdido. ¡Salió de su habitación y hace más de una hora que lo buscamos por todas partes, pero no aparece! — La mujer dejó salir con las palabras atropelladas mientras Waylon apenas lograba comprenderle.
—Espera, ¿Cómo está vestido?
—Con un pijama azul de superhéroes, es alto para su edad, rubio y muy conversador.
—Lara, te ayudaré a buscarlo. ¡No te preocupes, lo encontraremos!
Teo continuaba buscando con la vista a un hombre con la descripción que su hermana le había dado. Se acercó a alguien que coincidía en algunos aspectos y le preguntó por su nombre.
—¿Cómo se llama usted?
El hombre lo miró extrañado.
—John…
—No es usted… — continuó caminando y pilló a otro hombre trajeado con elegancia y se apresuró a hablarle, pero lo vio despidiéndose de beso con una chica.
«Mmm… ese tampoco es»
Volteó a mirar hacia la puerta del hospital y este hombre alto de traje, con cabello oscuro, hablaba por teléfono con expresión preocupada. “Lara, te ayudaré a buscarlo, ¡No te preocupes, lo encontraremos!” Teo le escuchó decir y una sonrisa amplia se dibujó en su carita.
—¡Es él! — acercándose con expresión de hombre grande.
—¿Usted es Waylon?
El hombre se giró para ver al niño con pijama azul de superhéroes.
—Sí, soy yo. ¿Eres Teo?
El pequeño asintió con la mirada.
—Necesito tener una conversación de hombre a hombre con usted, señor Waylon.
El hombre se sentó con el niño para escucharlo, pero lo que le dijo lo dejó asombrado. Era muy inteligente y de buen corazón, le contó lo enfermo que estaba, y que solo conocía la vida de hospital en hospital. Desde que tenía noción de las cosas, había visto a su hermana cuidándolo y luchando por él, no recordaba a su mamá.
—Sé que estoy muy enfermo, Lara quiere que no lo sepa, pero escuché al doctor Duncan diciendo que será muy difícil que salga de aquí… — Waylon tragó grueso, no era fácil escuchar a un niño hablando de esa forma, los golpes de la vida lo habían hecho madurar y podía ver las cosas de forma realista — Ella siempre está trabajando, nunca había tenido a nadie que la acompañara, por eso quería conocerte, para pedirte que la hagas muy feliz.
—¿Ella te habló de mí?
El niño asintió.
—Me dijo que van a casarse — Waylon sonrió, entonces ella se había decidido ya.
—Pero no quiero que sufra más… ella llora mucho por mí, cree que yo no lo sé, pero siempre me hago el dormido y la veo llorando.
—Comprendo...
—Dime si tú la harás feliz — Teo levantó la mirada azul completamente serio, esperando la respuesta de Waylon.
El hombre inspiró profundo, completamente convencido de que había elegido bien a su prometida. Había corroborado su historia del hermanito enfermo, y ahora sabía que no era una cualquiera, ella había dicho toda la verdad. Una sonrisa se dibujó en su rostro, iluminándolo por completo.
—La haré muy feliz, Teo ¡Te lo prometo!
Waylon tecleo un mensaje para Lara dándole su ubicación y ella no tardó en aparecer.
—Teo, ¿En dónde te metiste?
—No te molestes conmigo, estaba hablando con tu novio.
—Sabes que no puedes andar por ahí caminando — estrechándolo entre los brazos y mirándolo por todas partes para ver si estaba bien.
—Sí, pero estaba cansado de estar encerrado. Además, Waylon y yo hablamos de hombre a hombre.
Ella ladeó la cabeza sin comprender.
—Tienes un hermanito muy inteligente, Lara, y te quiere mucho — el hombre dijo con una sonrisa.
—Sí, se nota que me quiere. ¡Me quiere matar del susto! Vamos a la habitación, seguro que el doctor ya está esperándote, a ver cómo le explicas lo que hiciste.
Waylon la observaba metida en su papel de madre y le pareció más hermosa de cómo la recordaba del día anterior, se enfatizaban sus facciones con esa expresión enfadada y el brillo de sus ojos realzaba su tez clara.
El móvil sonó en su bolsillo y la sonrisa de Waylon se desvaneció al ver el nombre de su padre en la pantalla.
—Estaré en un momento con ustedes…
Lara asintió con un ligero movimiento de la cabeza y continuó caminando con el niño.
—¿Papá?
—Quiero saber sobre nuestro acuerdo. Hay nuevas noticias, supongo…
Él se llevó la mano a la cara e inspiró profundo.
—¡Claro! Pronto te daré una gran sorpresa. — Mintió, ni siquiera estaba seguro de que la chica realmente firmara el contrato.
—No me interesan las sorpresas, quiero saber si te casarás al término del plazo.
—Faltan quince días, papá.
—Para tu boda, pero quiero conocerla antes, así que invítala a cenar esta noche —dijo enfático y cortó la llamada.
Tan pronto estuvo a solas con Lara, Waylon fue directo al grano:
—¿Te parece si cenamos esta noche para puntualizar los detalles de nuestro acuerdo?
—Yo… tengo que resolver primero los problemas con el hospital…
—Ya me he hecho cargo de eso.
La mirada de Lara se ensanchó y su mandíbula cayó.
—Te dije que lo haría, no sé por qué te sorprende tanto.
—Es que… todavía no te doy mi respuesta.
—Sé cuál es.
—¿Cómo estás tan seguro?
Él sonrió y ella necesitó desviar la mirada para evitar esa expresión que iluminaba su rostro de forma tan sensual.
—Pasaré por ti a las siete, ponte algo formal, el lugar exige etiqueta.
—¿Etiqueta? Mi ropero no conoce la etiqueta.
—Lo resolveré, solo asegúrate de estar perfecta a las siete.
—Te daré mi dirección…
—Ya la tengo.
Waylon llamó a su secretaria pensando en cómo resolver el outfit de su nueva prometida. No podía haber errores delante de su padre.
—Necesito que compre un vestido de noche con mucha clase, y lo envíe con todos los accesorios a esta dirección — Le ordenó.
A media tarde, Lara escuchó un par de golpes en la puerta y se apresuró a abrir. Ya esperaba el vestido, pero se impresionó al ver la caja en la que llegó, junto con otra media docena de paquetes con maquillaje, zapatos, perfumes y ropa íntima.
Abrió la caja y sacó el vestido con cuidado, era de seda pura con una hermosa caída natural, tirantes y un drapeado justo en el corpiño, se lo puso y se ajustó perfectamente a sus formas en una columna azul profundo, tan sobria y elegante, que la hizo sentir como si fuera otra persona.
Para cuando terminó de maquillarse y recoger su melena, casi no pudo reconocerse al espejo.
—Solo espero no cometer el peor error de mi vida — suspiró.
De nuevo, los golpes en la puerta la sobresaltaron, corrió para abrir y se encontró con Waylon vestido de traje de paño gris plomo, con gabardina negra y guantes de piel a juego. Estaba imponente, como todo un magnate. La chica no pudo evitar escanearlo de arriba abajo mientras sentía un incómodo cosquilleo en el estómago.
Waylon detalló sus curvas con discreción mientras se le secaba la boca con solo verla, pero tan pronto sintió debilidad, sacudió la cabeza para apartar sus pensamientos.
«Quieto, Waylon, ¡Ella solo es un negocio y nada más!» Se dijo para sus adentros.
—Estás… perfecta —dijo el empresario sin permitirse siquiera una sonrisa. Sabía cómo funcionaba esto, ya lo había vivido y con mucho dolor, por eso se mantenía alérgicamente alejado de las mujeres, especialmente de aquellas que le movían el piso.Pero cuando conoció a Lara el día anterior, no creyó que el movimiento telúrico fuera a más de siete en la escala de Richter.—Gracias — ella dijo bajando la mirada.Ambos caminaron hasta la escalera y la rubia sintió el viento frío soplando hacia ella y haciéndola erizar. Se llevó las manos a los brazos para frotárselos.—¿No traes abrigo?—Es que… no tengo uno adecuado para este vestido, el que tengo desentonaría terriblemente… — Se disculpó con vergüenza.—Ha sido un descuido de mi parte, no pensé en ello, toma —dijo sacándose el suyo y poniéndolo sobre los hombros de la chica. Era la segunda vez que tenía ese gesto caballeroso con ella — Te ayudará a entrar en calor.—Es… muy grande…Él no pudo contener una sonrisa que a ella le pareció e
Waylon palideció en cuanto vio a Rowdy cruzar la puerta tomado de la mano de la morena alucinante que venía con él. La mujer de largas piernas, abundante melena oscura y tez pálida lo golpeó como un tren en movimiento, la mujer le sonrió con descaro en un gesto que solo ella y Waylon comprendieron, pero él no tuvo tiempo para reaccionar porque apenas la vio, el sonido de un cristal rompiéndose le avisó que Lara había caído tendida de largo en el suelo.Waylon sintió las náuseas apoderarse de él mientras se inclinaba hacia Lara con rapidez.« ¡Carajo, lo que me faltaba! ¿Qué coños hace Ashley aquí? », él se dijo mientras sacudía a Lara con cuidado.— Lara, ¡Lara!La chica permanecía inconsciente y Walter hacía algunas llamadas rápidas dando órdenes aquí y allá.Lara se llevó la mano a la frente instintivamente, se sentía magullada como si le hubieran dado con un guijarro en la cabeza, ¡Le dolía como el demonio!, no tenía idea de lo que había pasado hasta que reparó en Rowdy de pie a su
— Creo que podemos pedir unos canapés y unas bebidas mientras esperamos al médico, además, esta velada tiene la intención de que todos compartamos como familia — Walter continuó cuando no vio reacción alguna con respecto a su propuesta de hacerlo abuelo en los próximos meses, y no porque estuvieran de acuerdo, sino porque cada quien estaba imbuido en sus propias reflexiones — Iré a avisar en la cocina — al fin dijo saliendo del lugar mientras los presentes se soltaban un poco.— A ver, Waylon, cuéntanos como se conocieron tú y… ¿Cómo me dijiste que se llamaba?— Lara, Rowdy, su nombre es Lara.— Lara, claro.La rubia desvió la mirada del su ex para no ponerse en evidencia, se estaba comportando como un verdadero cretino.— ¿Se conocen hace mucho? — él insistió, pero la expresión incómoda y molesta de Rowdy hizo sentir fortalecida a la rubia que se acomodó mejor en el sillón y buscó con su mano la de Waylon estrechándola como si tuviera mucha confianza con él. Su nuevo prometido la dej
— No te permito que me hables de ese modo, Rowdy, tú y yo no tenemos nada. ¡Es más, nunca lo tuvimos realmente! Waylon y yo estamos juntos y vamos a casarnos y eso es lo único que tienes que saber, ¿O es que me ves aquí preguntándote por la mujer con la que llegaste? ¿O por la otra con la que te encontré en la cama del hotel? — lanzó la rubia envenenada — Por cierto, ¿Ashley sabe de la otra mujerzuela?Rowdy abrió los ojos como platos.— ¡Shisss! ¡Baja la voz! — le ordenó como si tuviera algún poder sobre la chica que estaba llena de rabia.— ¡Ajá! Ella no lo sabe, ¿Verdad? ¡Así como tampoco sabe de lo nuestro!— ¡Cállate!— ¡No me callo! — volvió a decir, elevando el tono de la voz y apurando el tercer trago que se servía.Waylon se asomó por la puerta y ambos cerraron la boca.— El médico ya llegó, mi padre quiere que te revise, es cuestión de un momento, luego podremos irnos — Tomándola del codo y empujándola con suavidad para sacarla de la sala de estar.Rowdy la siguió con la mir
¡Ring!El teléfono se desarmaba de tanto sonar, Lara salió de la ducha envolviéndose en el albornoz para tomar la llamada, pero al mirar en su pantalla no reconoció el número de teléfono.—¿Si? ¿Diga?—¿Eres Lara Santa Cruz? — Preguntó con prepotencia la mujer del otro lado.—Sí, con ella habla…Los labios teñidos de rojo sangre sonrieron malévolamente antes de continuar.—¡Estoy en la suite presidencial del Crowne Plaza, a punto de que Rowdy me haga suya! — dijo con aire victorioso.¡Lara quedó petrificada en el sitio! Hacía ya un tiempo largo que salía con Rowdy, y hasta ahora le había demostrado que era todo un amor.Se sentía afortunada de que alguien como él fuera su novio. Un hombre guapo y generoso que la había apoyado con los pagos del tratamiento de Teo, su hermanito menor, ella le estaba inmensamente agradecida.Nada de esto podía ser verdad, Lara se negaba a creerlo.—¡Mientes! — Lara bufó sin pensarlo dos veces.Desde el otro lado escuchó la risa chillona y malintencionada
Lara acababa de descubrir que su novio era en realidad un hombre muy rico, y que la había estado utilizando como un vil juguete esperando sacar partido de ella en cualquier momento.Se le partía el corazón en dos al pensar que ella estaba feliz por tener a su lado a alguien como él, lo creyó un caballero, pensó que la amaba y que por esa razón había sido tan generoso con sus aportes a los gastos médicos de Teo, pero en realidad, estaba viéndola como una mercancía en la que se invierte para luego sacar provecho.Lo que más le dolía de todo, era que ella le había abierto el pecho de par en par para contarle sus más íntimos anhelos, el deseo que la había impulsado a venir a América y toda su lucha desde que salió de su nación con el sueño de darle una buena salud a su hermanito que batallaba a diario por su vida con esa terrible enfermedad.La cardiopatía de Teo no le permitía mantenerse sin tratamiento constante, y desde hacía algún tiempo estaba internado en el hospital bajo estricta v
—¿La bestia? — la frase quedó colgada en el aire con la expresión de asombro de Waylon.Lara maldijo por lo bajo, no podía creer que la situación se pusiera más difícil de lo que ya era.Como si ya no fuera suficientemente duro tener que darle su virginidad a un desconocido por dinero, ¡Ahora resultaba que ese desconocido era el bruto que casi la mata la en la mañana!Tragó grueso, seguramente la bestia la echaría como un perro y perdería su oportunidad de ganar ese dinero, y realmente no estaba en posición de obtenerlo de otra forma tan rápida, el niño ya no tenía tiempo.Se aclaró la garganta e inspiró profundo y se acercó a él tratando de verse sensual y deseable, pero terminó haciendo el ridículo.Waylon la miró de arriba a abajo y se cruzó de brazos.—Entonces, ¡Eres prostituta! Quien lo hubiera creído, esta mañana parecías muy digna.Lara levantó la mirada llena de furia. Este animal no tenía la más mínima idea de lo que ella estaba haciendo, ni conocía sus razones.—¡Eres un hi