Elena. — ¡Alessio! — grito eufórica mientras ingreso al despacho y lo interrumpo mientras conversaba con Filippo — Disculpen, disculpen pero no puedo esperar a darte una maravillosa noticia. — Descuida Elena, ya habíamos terminado solo hablábamos de tonterías. — Filippo se levantó con la intención de marcharse pero lo detuve, sabía que mi noticia no sería la mejor del mundo para él, pero ya lo había superado como todo un caballero y no dudaba que no fuera a estar emocionado al saberlo. — ¡Dijo que sí! — digo dando pequeños saltitos — Irina aceptó la propuesta de matrimonio de Yuri, se casarán en dos meses. Alessio se puso de pie y rodeó su escritorio para abrazarme y felicitarme por mi hermano, Filippo hizo lo mismo y como lo sospeché reaccionó encantado al conocer la gran noticia. A pesar del gran amor que le tuvo a Irina supo dejarla ir, todas las veces que vinieron y pasaron unos días en la casa familiar Filippo había tenido la mejor de las actitudes, es más, con mi hermano sie
Elena. Una cena familiar. En tres días se llevaría a cabo la muy esperada boda de Yuri con Irina, todos habíamos esperado meses para este gran momento y finalmente se llevaría a cabo. Mi amiga estaba tan nerviosa que prácticamente había estado trepando paredes por lo eufórica que se encontraba. Desde hace un mes nos encontramos en Rusia ultimando los detalles para la gran celebración, aunque lo cierto es que solo pude aportar ideas más que llevar a cabo las cosas por la condición en la que me encuentro. Faltaban aproximadamente mes y medio para que el pequeño naciera y me encontraba literalmente como una vaca. Hinchada y con diez kilos de más pero completamente feliz por el pequeño que venía en camino. Había tenido que dejar de trabajar aproximadamente hace dos meses porque ya no podía estar mucho tiempo de pie y los nervios no eran compatibles en mi situación, por lo que tuve que contratar a una persona que pudiera ocuparse de mis negocios. Por supuesto que no había podido
Estaba exhausto, la semana había sido intensa y bastante movida. Mi padre había decidido que era momento de tomar las riendas de algunos de los negocios de la familia, aquellos que eran muy importantes y tenían un impacto dentro de la organización. Algo que al principio me aterró porque hasta el momento me había estado encargando de negocios pequeños tan sólo para poder tener una entrada económica segura para mí, pero esto se trataba de un flujo de dinero aún más grande.Hasta hace 4 meses mi vida había sido bastante diferente a la que es ahora, había estado llevando una vida de libertinaje puro con mujeres por montón y alcohol al por mayor, de fiesta en fiesta sin más preocupaciones que la empresa pequeña de la que era presidente. Pero luego cumplí los 30 y mi padre comenzó a ser más estricto conmigo queriendo que me involucrara más en sus negocios. Aunque me ha estado entrenando para esto durante toda mi vida él había sido muy considerado conmigo dándome muchas libertades, aunque a
Estaba muy sumido en mis pensamientos, había estado trabajando tanto durante todo este tiempo. Estos meses fueron devastadores, mi padre se había tomado muy enserio lo de meterme en los negocios familiares que me tenía yendo para todos lados en representación suya o mismo, acompañándolo. Lo único que me motivaba era saber que Filippo estaba a mi lado ya que cuando mi padre decida pasar su puesto, el suyo también lo hará y ambos estaremos juntos en esto.¿Me aterraba esto? Por supuesto que sí, pero lo debía de aceptar con gusto. Había sabido desde muy pequeño que este era mi lugar y que tarde o temprano heredaría la silla de mi padre y su título. Me convertiría en el nuevo Don. — Permiso señor, lamento molestarlo. Creí que el despacho estaba vacío. Desperté de mi ensoñación cuando una de las mucamas de la casa ingresa al despacho, cuando veo lo que traía en sus manos mi respiración se detuvo por un momento. Un recuerdo lejano se precipitó en mi mente y me arrancó una pequeña sonrisa
Los rusos eran personas de negocios pero muy frívolos sin compasión de nadie, personas de quien debes temer y desconfiar. Al bajar del auto y encontrarnos con algunos de ellos allí esperando nos demostró que son personas muy puntuales y que jamás serán los segundos en nada. Mi padre preguntó a Ferrara acerca del informe previo de los guardias que habían revisado el lugar previamente y que en estos momentos se encontraban ocultos vigilando el perímetro en caso de que las cosas salgan mal. Para la paz de todos Ferrara nos confirmó cero sorpresas hasta el momento. Mi padre nos instó a acercarnos a nuestros futuros socios quienes esperaban por nosotros. El capitán de la bratva con quien mi padre haría negocios aguardaba en el auto rodeado de sus matones quienes eran unos tipos gigantes sin expresiones en sus rostros. Nosotros los italianos seremos más relajados físicamente, pero si creían que no podríamos ser aterradores cuando era necesario entonces no sabían nada. No debería de subes
Tras lo ocurrido tuvimos que mantenernos quietos por un día buscando apaciguar un poco las cosas, tras el alboroto que se armó todos los oficiales de policía rusos estaban en busca de algún sobreviviente, por que sabían que algunos pudimos salir librados de allí, con la intención de ponernos tras las rejas. Supieron que los italianos estábamos involucrados cuando pudieron identificar a mi padre como una de las víctimas, también cuando identificaron a los miembros de la bratva se percataron que esta riña sería aún peor. Buscaban averiguar quienes fueron los vencedores al final y pudieron escapar por suerte no habían logrado identificarnos. Nuestro jet privado había logrado mantenerse oculto de los oficiales rusos y así jamás se enteraron cuando partimos de allí y regresamos a nuestro país. Cuando pisamos suelo italiano nuevamente mi vida había cambiado y ya la noticia se había esparcido por todas partes. A mi madre la encontré devastada, de la misma forma estaba la madre de Filippo
Mi mañana tranquila fue interrumpida por un total alboroto en la puerta de mi casa ya que estaban tocando como si lo fueran a tirar en cualquier momento. Sabía que si estaban así de desesperados se trataría de los hombres de mi hermano. — Ya voy — grité totalmente frustrada porque sus nudillos dejarían marca en mi puerta si lo seguía golpeando — Maldita sea. Cuando lo abrí no solo me encontré con unos matones de primera sino con mi propio hermano con un rostro que me decía que había comenzado bastante mal. — Hermanito ¿Qué haces aquí? — Lo saludo dándole un beso en su mejilla con un corto abrazo. — ¿Me dejarás entrar? — me pregunta con ese tono poco amigable, su ceño fruncido me indica que no está teniendo un buen día. — Pasa, pasa. — digo haciéndome a un lado. Yuri entró en mi departamento mirando todo como siempre, observando que todo estuviera prolijamente. Era un ser que le encantaba el orden y siempre nos peleábamos por eso mismo porque buscaba la forma de controlarme, algo
Con todas mis cosas listas eché una última mirada a mi departamento despidiéndome de la tranquilidad de mi casa y mi soledad para ir a parar a la casa familiar que era un completo desastre, bastante parecido a un gallinero lleno de gallinas turulecas. En especial mi madre, la amo pero la conozco mejor que nadie y sé que apenas pongo un pie dentro de esa casa comenzará a imponer cosas y a criticar algunas otras. Cuando abrí la puerta de mi departamento me encontré con los monos que mi hermano había dejado para que me cuidaran, apenas me vieron con las maletas las tomaron para luego seguirme hasta el coche que ya me estaba esperando fuera del edificio. — No se ofusque señorita Kozlova, solo seremos tres su hermano indicó que no quería que fuéramos muchos lo que estuviéramos a su disposición para no incomodarla. — Agradezco saber eso. Llévenme a la casa. — Sí señorita, como usted diga. El camino a la casa era un trayecto largo ya que la casa familiar queda a las afueras y justam