Los rusos eran personas de negocios pero muy frívolos sin compasión de nadie, personas de quien debes temer y desconfiar. Al bajar del auto y encontrarnos con algunos de ellos allí esperando nos demostró que son personas muy puntuales y que jamás serán los segundos en nada.
Mi padre preguntó a Ferrara acerca del informe previo de los guardias que habían revisado el lugar previamente y que en estos momentos se encontraban ocultos vigilando el perímetro en caso de que las cosas salgan mal. Para la paz de todos Ferrara nos confirmó cero sorpresas hasta el momento.
Mi padre nos instó a acercarnos a nuestros futuros socios quienes esperaban por nosotros. El capitán de la bratva con quien mi padre haría negocios aguardaba en el auto rodeado de sus matones quienes eran unos tipos gigantes sin expresiones en sus rostros.
Nosotros los italianos seremos más relajados físicamente, pero si creían que no podríamos ser aterradores cuando era necesario entonces no sabían nada. No debería de subestimarnos, los hombres de mi padre eran hombres muy bien entrenados en varias técnicas de combate, cuerpo a cuerpo o con armas. Los mejores de los mejores.
— Mi buen socio, ¿Qué haces aún ahí dentro? — exclama mi padre.
En ese momento la puerta del coche, un sedan negro último modelo, se abre dando paso a un hombre mayor de unos 45 años de edad. Un tipo que bien podría defenderse él solo ya que medía casi dos metros de alto y pesaba alrededor de 100 kilos, pero de puro músculo.
— Don, es un placer poder recibirlo en nuestro territorio. ¿Cómo estuvo el viaje?
— El placer es nuestro, muchas gracias por la invitación. Muy bien y tranquilo.
— Me alegro, por favor pasen aquí. Mis chicos nos han preparado una pequeña mesa donde podremos leer los acuerdos de nuestros negocios y brindar con Vodka Premium Kremlin, lo mejor de lo mejor para nuestros socios italianos.
Mi padre, Ferrara, Filippo y yo seguimos a nuestros nuevos socios, Vladimir y su teniente Anton junto con dos más cercanos a él nos acompañaron a la mesa. Allí sus hombres y los de mi familia nos rodearon y la charla comenzó. La negociación fue rápida ya que mi padre se había encargado de dejar todo establecido mucho antes cuando se había conversado previamente, esto era simplemente algo formal, además de necesario ya que toda negociación debe hacerse con un contrato y una firma. Cuando se trata de rusos también involucra beber mucho vodka.
Lo bueno de este nuevo negocio eran los nuevos canales de comercialización que se habría para ambas organizaciones. Negocios legales como las ilícitas. Nos percatamos que ambas organizaciones podrían facturar una suma aún más enorme trabajando juntas que por separado, este había sido el sueño de mi padre por muchos años y llegó el gran día en que se concretaría.
El poder de comercialización rusa era muy fuerte, los productos italianos eran de la mejor calidad que puede existir. Unir ambas cosas era ganar o ganar. Un negocio que el Pakhan actual no pudo rechazar sin dudas.
Las cosas iban de maravilla, Vladimir a pesar de ser alguien muy tosco se había estado divirtiendo mucho en compañía de mi padre y lo había admitido un par de veces alegando que no había estado esperando que los italianos fuéramos personas con mucho carisma que incluso lograríamos alegrar una reunión de negocios ruso.
El momento de tensión había desaparecido pasado la hora de haber llegado, todos habíamos acordado que el negocio era ventajoso y alargamos el momento de la firma del documento como la manera de alargar un poco más el encuentro. Mi padre se estaba divirtiendo y estaba emocionado ya que según Vladimir luego de esto solo quedaría conocer al verdadero jefe.
Pero como en esta vida no todo dura para siempre, la felicidad se esfumó cuando el primer disparó resonó en todo el lugar y Anton cayó tendido en el suelo con un disparo certero en la frente. Rápidamente los hombres de cada organización nos tomó por separado formando una barrera humana alrededor de los líderes de cada lado.
Estaba muy sorprendido, no había esperado eso ya que había bajado la guardia al ver que todos disfrutaban de la pequeña celebración. De todas formas estaba listo, tenía mi arma empuñada y podía sentir el shock de adrenalina invadir todo mi sistema. A mi lado Filippo estaba listo mirando en todas direcciones buscando al maldito bastardo que disparó.
Sabíamos que no debía de ser de los nuestros, jamás harían algo en contra de las órdenes de mi padre y estaba muy seguro que mi padre no lo dio, su sueño era este y no habíamos llegado siquiera a firmar el maldito documento como para andar ejecutando rusos.
Entonces la gran pregunta ¿Quién diablos dio la orden de disparar? ¿Quiénes eran los bastardos que venían a arruinarnos?
En ese momento el comunicador de Filippo sonó, sabíamos que serían nuestros padres. Nos habíamos alejado en dos grupos por separado ya que es una forma de asegurar que alguno de los dos sobreviviera. La organización no podía perder a su líder y al futuro Don al mismo tiempo, jamás había ocurrido y si llegara ocurrir sería una verdadera catástrofe para la familia entera ya que probablemente cualquier organización pequeña se puede hacer con nuestros negocios aprovechando tal situación.
— Filippo, ¿Se encuentran bien?
— Sí padre, el Don ¿Está a salvo?
— Sí, debemos resguardarnos. Los francotiradores informan que hay un grupo movilizándose al este y algunos tiradores que fueron neutralizados por los rusos. Ni ellos ni nosotros reconocemos a este grupo de hombres así que tengan mucho cuidado no sabemos a quienes nos enfrentamos.
— Sí señor.
Ambos teníamos un total de 5 hombres a nuestra disposición, luego teníamos a los tiradores expertos que nos cubrían la espalda desde lo alto. Ahora mi preocupación era perderlos sabiendo que el grupo que nos atacaba también venían bien preparados.
Por el tiro que recibió Anton pude deducir que fue un tirador muy experto teniendo en cuenta que nos encontrábamos en un muelle cerca de una gran masa de agua que, sumado con el viento y el clima, está claro que no fue un tiro sencillo. Muchas variables que tener en cuenta para no fallar y dar en el blanco.
Lo que me preguntaba fue, ¿Por qué Anton y no el Capitán de la Bratva o mi padre que es el Don de la mafia italiana? no tenía sentido. A no ser…
— Creo que sé lo que harán.
— ¿De qué hablas? — pregunta mi amigo con los ojos bien abiertos.
— Mataron primeramente a Anton, eso no me había dejado tranquilo. Nos tenían a todos en la mira, ¿Por qué empezar con el de menor rango? — Filippo y nuestros hombres me observaban a la espera de una explicación. Aún no habían comprendido de qué va esto — Nos cazarán. A cada uno.
— ¿A qué se refiere señor? — pregunta uno de los hombres.
— Ninguno de nosotros sabemos quienes son, debe de tratarse de alguna organización que está naciendo y quiere demostrar su poder acabando con los jefes de las mafias más grandes de Europa. Nos cazarán a cada uno para matarnos y así demostrar quien es el más fuerte.
En ese momento escuchamos una gran explosión. Cuando giramos para ver nos encontramos que habían detonado una bomba en una de las torres donde nuestros francotiradores se encontraban apostados.
— Perdimos los ojos en el cielo — escuchamos por el comunicador que Ferrara informaba a todos los grupos.
— Filippo contáctame con tu padre, debo advertirle de que irán detrás de ellos primero.
— ¿Cómo lo sabes?
— ¿Has visto o escuchado a algún ruso? Ya han acabado con ellos, ahora irán por el pez gordo.
— M****a.
Filippo trató de comunicarse con Ferrara pero no podía, había mucha interferencia. No quedaba de otra, debíamos buscarlos y proteger a mi padre. ¡Maldita sea! Todo se había ido al demonio en cuestión de minutos. El maldito infeliz pagaría por dañar esto, cuando mi padre averigüe de quién se trata, acabará con él.
— Busquemos a nuestros padres, debemos estar allí y protegerlos.
— ¿Estás loco Alessio? No recuerdas lo que tu padre nos dijo apenas llegamos. Si las cosas salían mal debíamos protegerte a tí.
Me quedé de piedra, no recordaba aquello. Es verdad, mi padre había dicho eso apenas llegamos y se lo había dicho también a sus hombres. Cuando miré a los chicos que nos acompañaban ninguno podía mirarme a los ojos fijamente. Habían estado conscientes de esto desde el momento en que todo había iniciado y habían estado haciendo eso justamente, protegerme y alejarme cuanto podían de todo el enfrentamiento.
Una nueva explosión, esta fue enorme y devastadora por completo. Muy cerca de donde nos encontrábamos, nos dejó aturdidos con los oídos resonando y tirados en el suelo. Entonces escuché el pitido en el comunicador de radio de Filippo.
— ¿Alessio? — Era la voz de mi padre.
— Padre, ¿Dónde estás? ¿Te encuentras bien? Debemos ir por ti padre, debemos sacarte de aquí, quieren asesinarnos uno por uno y están en busca de los más poderosos. Quieren acabar contigo padre.
— Escuchame Alessio, lo sé. Esta última explosión nos encontró, ya no tenemos escapatoria hijo mío, pero recuerda lo que te he dicho antes, tú eres el próximo que debe velar por la estabilidad de la familia y el cuidado de nuestra organización. Sálvate hijo, vete de aquí ya no puedes sal…var…me.
Entonces la voz de mi padre dejó de escucharse y solo pudo oírse el silencio, grité y grité por él pero no pude escuchar nada más. Hasta que una nueva voz sonó a través del comunicador, eran rusos.
— Señor, hemos encontrado al Don, ha fallecido. Lo ha logrado.
— Esto recién comienza amigo mío. ¡Encuentren al hijo!
Me quedé pasmado con lo que escuché, mi padre había fallecido. Esos malditos bastardos rusos, ¿Por qué? Por qué habían traicionado así un negocio que era fructífero para ambos, no tenía sentido. ¿Acaso el Pakhan había perdido la cabeza?
— Alessio debemos irnos, ya no podemos hacer nada más. Vendrán por ti y no puedo permitirlo.
Filippo tiraba de mí mientras corríamos. Mi padre siempre tenía hombres en la sombra esperando por nosotros, había dejado un auto por si ocurría algo como esto. Filippo lo llamó y debíamos encontrarnos a unos 2 kilómetros de distancia, no era mucho, pero teniendo en cuenta que teníamos unos mercenarios rusos detrás nuestro era toda una verdadera hazaña.
Cuando ya nos encontrábamos cerca del punto de encuentro, unos hombres aparecieron en nuestro camino. Eran tres enormes y fornidos rusos completamente armados y listos para la batalla. Mis hombres sin pensarlo dos veces fueron por ellos, ambos con Filippo seguimos pero íbamos vigilando que no hubieran tirados en el cielo que nos pudieran sorprender. Y así fue.
Gracias al buen entrenamiento que recibimos pudimos detectar a tiempo el láser de la mirilla y Filippo se interpuso frente a la bala que venía directo a mi recibiéndolo en su hombro.
— Debes irte amigo, falta poco debes huir de aquí.
— No te dejaré, eres mi amigo y no te abandonaré aquí.
— Yo debo cuidarte no tú a mi.
Ayudando a Filippo a ponerse pie y junto con dos de los hombres que sobrevivían aún avanzamos unos tramos más. Cuando llegamos al auto, dos hombres salieron a recibirnos con armas de calibres más grandes y con mejor alcance.
Sabía que aún no estábamos a salvo, si nos seguían esto podría terminar en lo mismo. Solo quedaba hacer una cosa, enfrentarlos.
Dejando pasar unos minutos que parecieron horas, pudimos ubicar al francotirador y a tres hombres más que venían acercándose a nosotros. Nuestra única salida era acabar con ellos y luego desaparecer o sino no podríamos huir de ellos y viendo que tenían un arsenal bastante cargado, aunque nos encontremos en un auto blindado podían encontrar la forma de derribarnos igual.
Con la sangre hirviendo en mis venas me decidí en proteger a mi familia, a mis hermanos de batalla y cumplir con el legado de mi padre. Debía de vivir para poder vengar su muerte, estos rusos pagarán por lo que hicieron con él. Debían de pagar con sus vidas.
Como el nuevo Don de la familia D’Angelo debía hacer frente a mis adversarios y demostrarles que meterse con la mafia italiana no es un simple juego.
Tras lo ocurrido tuvimos que mantenernos quietos por un día buscando apaciguar un poco las cosas, tras el alboroto que se armó todos los oficiales de policía rusos estaban en busca de algún sobreviviente, por que sabían que algunos pudimos salir librados de allí, con la intención de ponernos tras las rejas. Supieron que los italianos estábamos involucrados cuando pudieron identificar a mi padre como una de las víctimas, también cuando identificaron a los miembros de la bratva se percataron que esta riña sería aún peor. Buscaban averiguar quienes fueron los vencedores al final y pudieron escapar por suerte no habían logrado identificarnos. Nuestro jet privado había logrado mantenerse oculto de los oficiales rusos y así jamás se enteraron cuando partimos de allí y regresamos a nuestro país. Cuando pisamos suelo italiano nuevamente mi vida había cambiado y ya la noticia se había esparcido por todas partes. A mi madre la encontré devastada, de la misma forma estaba la madre de Filippo
Mi mañana tranquila fue interrumpida por un total alboroto en la puerta de mi casa ya que estaban tocando como si lo fueran a tirar en cualquier momento. Sabía que si estaban así de desesperados se trataría de los hombres de mi hermano. — Ya voy — grité totalmente frustrada porque sus nudillos dejarían marca en mi puerta si lo seguía golpeando — Maldita sea. Cuando lo abrí no solo me encontré con unos matones de primera sino con mi propio hermano con un rostro que me decía que había comenzado bastante mal. — Hermanito ¿Qué haces aquí? — Lo saludo dándole un beso en su mejilla con un corto abrazo. — ¿Me dejarás entrar? — me pregunta con ese tono poco amigable, su ceño fruncido me indica que no está teniendo un buen día. — Pasa, pasa. — digo haciéndome a un lado. Yuri entró en mi departamento mirando todo como siempre, observando que todo estuviera prolijamente. Era un ser que le encantaba el orden y siempre nos peleábamos por eso mismo porque buscaba la forma de controlarme, algo
Con todas mis cosas listas eché una última mirada a mi departamento despidiéndome de la tranquilidad de mi casa y mi soledad para ir a parar a la casa familiar que era un completo desastre, bastante parecido a un gallinero lleno de gallinas turulecas. En especial mi madre, la amo pero la conozco mejor que nadie y sé que apenas pongo un pie dentro de esa casa comenzará a imponer cosas y a criticar algunas otras. Cuando abrí la puerta de mi departamento me encontré con los monos que mi hermano había dejado para que me cuidaran, apenas me vieron con las maletas las tomaron para luego seguirme hasta el coche que ya me estaba esperando fuera del edificio. — No se ofusque señorita Kozlova, solo seremos tres su hermano indicó que no quería que fuéramos muchos lo que estuviéramos a su disposición para no incomodarla. — Agradezco saber eso. Llévenme a la casa. — Sí señorita, como usted diga. El camino a la casa era un trayecto largo ya que la casa familiar queda a las afueras y justam
De tantos gritos y pataleos que había dado de un momento a otro uno de los matones me había dado un golpe tan fuerte que me hizo ver estrellas y luego una oscuridad me invadió por completo. Caí en un pozo de oscuridad total en donde perdí todas mis fuerzas y ya no pude moverme. Mis sueños eran tan extrañas que de un momento a otro cambiaban sin sentido alguno, por momentos oía gritos y por otros momentos simplemente silencio y una oscuridad que ni siquiera podía ver mi propia sombra. Hasta que unos gritos que resultaban más reales que sueños comenzaron a despertarme de mis sueños tan extraños. — ¡Despierta maldita zorra! — un grito y una sacudida bien fuerte logró finalmente que abriera los ojos para encontrarme con un hombre supremamente aterrador. — ¿Quién diablos es usted? ¿Qué quieren conmigo? — Mejor te callas y no te me pongas brava porque tendrás muchos problemas. — Ustedes no saben con quién se están metiendo, a mi hermano no le temblará el pulso en acabar con todos uste
Me estaba volviendo loca, me encontraba encerrada en una porquería de agujero donde las ratas caminan sin temer de mi presencia. Lo único que me daban como alimento eran unas malditas migajas de pan un tanto duras y agua, estaba segura de que habían transcurrido tres días desde que me raptaron y aún estaba sin saber de mi hermano. Ese maldito hombre, el mismo que aún me daba mucho miedo por ese rostro tan frío y lleno de maldad, había venido en reiteradas oportunidades a decirme que mi hermano seguía pistas y pistas y que aún no había logrado dar con mi paradero. Disfrutaba de saber que él estaba como un loco buscándome, pero creo que más disfrutaba ver cómo seguía rastros falsos que él los dejaba a propósito. Una sola vez creo que estuvimos a punto de ser encontrados porque me tuvieron que trasladar de donde me encontraba lo más rápido posible. Fue el primer día y entonces creí que sería rescatada pero no, fueron mucho más hábiles ya que al parecer recibieron una alerta que ayudó
— No entiendo, ¿Qué me estás diciendo? — pregunta mi madre colérica. — ¿En serio lo piensas recibir? Es el causante de la muerte de tu padre, aún no ha transcurrido el tiempo prudente ¡Que falta de honor de su parte! — Para nada es como lo piensas madre. El pakhan me ha llamado personalmente para comentarme cómo está el asunto y en algo fue muy contundente, él no tuvo nada que ver con la muerte de mi padre porque esa noche también murieron sus mejores hombres. Es más, quiere venir para hablar sobre el asunto, tiene noticias y necesita hablarlo personalmente. Es que mi madre podía ser la mujer más terca del mundo cuando se lo proponía, pero nada podía hacer ya había tomado mi decisión y le había asegurado a Yuri Kozlov que lo escucharía y recibiría en mi casa con mucho gusto. Cumplí con mi deber de avisar a mi madre porque ella deberá de encargarse de preparar una buena cena donde recibir a nuestro invitado, y por supuesto poner de sobre aviso a los habitantes de la casa de que deber
— ¿Cómo dijo? — pregunté muy intrigado. ¿Acaso escuché bien? — Tal y como escuchó Alessio. Esos mismos hombres que han ido detrás de su familia en aquel día con la intención de liquidarlos a todos, fueron detrás de mi familia. No podía creer lo que estaba escuchando. — Acaso han… asesinado a su hermana. — digo algo dudoso, podía darme cuenta que el tema era algo bastante sensible para él. — Hasta el momento no, pero puede ocurrir en cualquier momento. La tienen secuestrada. Me recosté por completo en el respaldo de mi silla no dando crédito a lo que estaba escuchando. Ahora comprendía su desesperación, comprendía porqué notaba cierta tristeza y luego una rabia incontrolable en esos ojos fríos. No podía creer que estuviera tan calmado en estos momentos, yo si hubiera sido él estaría arrancando cabezas hasta encontrar a mi ser querido. Aunque era probable que ya lo hubiera hecho y ahora estaba así porque ya se encontraba sin saber qué más hacer y a que métodos recurrir. — L
Había aceptado el ofrecimiento de Yuri Kozlov por dos simples razones. La primera, lo hice porque eso significaba un gran crecimiento en cuanto a negocios para toda la familia, la gran oportunidad de expansión con ayuda de su familia sería bastante fructífera para ambos. La segunda, que por ahora yo creía era la más importante, deshacernos de esta nueva organización que nació de un complot para derrocarnos. La verdad es que la idea de casarme con la hermanita de Yuri no me desagrada teniendo en cuenta que debo de hacerlo si o si porque es mi obligación, ya mi madre me venía insistiendo mucho antes de que muriera mi padre porque según ella la familia comienza con uno comprometiéndose en su matrimonio. Si he de casarme porque no hacerlo con alguien que realmente traerá beneficios para la familia y no solo algo simbólico, porque pensándolo bien otra persona ¿Qué podría ofrecerme que valga realmente? Ciertamente, nada. Sin embargo, la señorita Kozlova significará una unión entre dos fam