Todo estaba listo para poner en marcha el plan que Kim consideraba perfecto, Bruno no le había dejado otra opción, solo así estarían juntos para siempre. Antes de llamar, revisó cada paso de su plan por una última vez para asegurarse de no cometer errores. Cuando estuvo conforme, marcó su número y personificó el papel que sabía que funcionaría con Bruno, era tan predecible que no era difícil hacerle morder el anzuelo. A Bruno le tomó casi cuarenta minutos llegar a la dirección que le había dado Kim, era de una casa rural en las afueras de la ciudad que aparentaba ser un lugar para desconectarse del mundo. Detuvo el auto y caminó hacia la entrada, tocó la puerta llamando a Kim y en pocos minutos le abrió con la cara empapada en llanto, los ojos rojos y la nariz constipada. —¡Viniste! ¡Estás aquí! —expresó cambiando su expresión triste por una sonrisa y se lanzó a sus brazos, aferrándose a él sin querer soltarlo.—¿Estás bien? —Ahora que estás aquí, sí. Pensé que podía superarte, pe
Habían pasado dos días desde que Bruno desapareció, Valentina había acudido a la policía para reportarlo y la respuesta que le dieron fue que debían esperar 48 horas antes de iniciar una búsqueda como persona desaparecida. En su desesperación, llamó a Zack y le preguntó por Bruno, pero él no pudo ser porque lo habían recluido tres días antes en el hospital por un accidente de auto que había tenido, por eso no la había llamado para decirle su decisión, pero en ese momento lo menos que le preocupaba a ella era el juicio. Como ya había pasado el tiempo establecido por la ley, la policía inició la búsqueda de Bruno, el último lugar donde había estado fue en la empresa, desde ahí, no había ninguna pista que indicara a dónde pudo ir o con quién estaba. Era como buscar una aguja en un pajar, necesitaban al menos un indicio de quién tenía interés en llevarse a Bruno. Si se tratara de secuestradores, ya habrían llamado pidiendo rescate, lo que dejaba a la policía con dos hipótesis: o estaba
La noticia del secuestro de Bruno pronto se hizo pública, apareciendo en todos los noticiarios locales y en los principales los periódicos de la ciudad y del país, aquello era un escándalo porque la principal sospechosa era su cuñada, Kim. Que Brooke se enterara fue inevitable, los padres de Bruno no pudieron hacer otra cosa más que explicarle a su nieta lo que pasaba antes de que lo supiera por alguien más. Para la niña fue muy difícil entenderlo, ¿por qué su tía se llevaría a su papá? ¿por qué lo alejaría de su lado? —Sé que es muy confuso para ti, mi amor, pero tu tía no está actuando como ella misma, está enferma y necesita ayuda. Confiemos en que pronto los encuentren y que tu papi pueda volver a tu lado —le dijo su abuela conteniendo las ganas de llorar. Estaba muy preocupada por su hijo, temía que Kim le hubiera hecho daño. Habían pasado tres meses desde la desaparición de Bruno y la policía se encontraba en un callejón sin salida. Kim planeó todo muy bien, borró sus huellas
Kim se volvió más obsesiva desde que Bruno intentó escaparse, lo mantuvo sedado durante días y le puso una intravenosa para suministrarle suero fisiológico, así lo mantendría hidratado. Estaba enojada con él por haberla engañado, pero no lo suficiente para dejarlo morir. Después de casi cinco días, decidió bajarle los sedantes, no se había esforzado tanto para mantenerlo dormido.—Espero que esto te enseñe a no volver a intentar engañarme —le dijo cuando despertó. Pero Bruno estaba tan desorientado que no entendió de lo que hablaba; se sentía cansado y aturdido, le tomó un momento recordar dónde estaba y lo que pasaba. —Kim, tienes que dejarme ir, no puedes retenerme aquí, no conseguirás nada con esto —le dijo Bruno deseando escapar de aquel encierro. —No me importa, quiero que estemos juntos, que seas solo mío. No te dejaré ir nunca, Bruno —sentenció decidida. Estaba muy trastornada, si Bruno no era suyo, no sería de nadie. —¿Y que harás? ¿me vas a mantener atado a esta cama para
Capítulo 33. ¿Despedida?Con las pruebas en manos, Valentina subió a la oficina de Will y le presentó la documentación de registro de los diseños que había realizado para la empresa, podía ser una principiante, pero contaba con la experiencia suficiente para saber lo importante que era registrar sus trabajos. Y, por su puesto, Ana no contaba con eso. Había enviado los primeros diseños de Valentina a una empresa textil más pequeña que ya había iniciado la producción del producto, la empresa los había registrado como propios, pero en una fecha posterior a la de Valentina. En cuanto Will tuvo toda la información, mandó a llamarlas a ambas a su oficina. Ana entró con actitud victoriosa pensando que había ganado, mientras que Valentina sentía que el corazón se le saldría del pecho. —He comprobado que los diseños que presentó la señorita Collins son suyos, fueron registrados en una fecha anterior a los de la empresa Pretty Ladies.—No puede ser, debió falsificar los registros —intervi
Valentina se secó las lágrimas y se comunicó con el detective a cargo del caso de Bruno, tenía que avisarle que la había contactado. Tan pronto contestó, le dijo que la había llamado y lo que hablaron. Esperaba que pudieran encontrarlo siguiendo la pista de la llamada. El detective le pidió que le diera el número telefónico desde donde había llamado y quedó en avisarle si lograban algo. Tras colgar, salió de la oficina y fue a la casa de los padres de Bruno, quería darle la noticia en persona. Brooke corrió a abrazarla cuando la vio y enseguida le preguntó por James, lo adoraba. —Está en casa con la niñera, cariño. —Quiero verlo, lo extraño mucho. —Hizo un mohín. —Falta poco para el fin de semana, lo verás pronto, preciosa. —Sí —sonrió sin que el gesto llegara a sus ojos—. Y a mi papá, ¿cuándo lo veré de nuevo? —le preguntó a punto de llorar. Y Valentina sintió su corazón encogerse; para la niña, todo aquello era mucho más duro, no entendía porqué su tía había alejado a su papá d
La propuesta de Bruno tomó a Valentina por sorpresa, fue totalmente inesperada, pero en el momento que le hizo la pregunta, supo lo que respondería. —Sí, Bruno, quiero ser tu esposa —contestó llorando de emoción y felicidad. Lo amaba como no había querido a otro hombre y deseaba compartir el resto de su vida con él. Bruno sonrió y juntó sus labios con los de ella, besándola como tanto lo había anhelado, la amaba como jamás pensó que volvería a hacerlo, Valentina llegó a su vida como un faro de luz que disipó la oscuridad que lo consumía, como un regalo que no merecía. Esa misma tarde, volvieron a San Francisco. Bruno necesitaría un tiempo para recuperarse por completo, pero estaba vivo y entero. Había sobrevivido a un infierno del que creyó nunca salir. Si logró escapar fue porque Kim tuvo un descuido, había dejado la llave en la habitación y Bruno pudo liberarse. Esperó a que entrara, la sujetó con fuerza, la esposó a la cama y le suministró una inyección de sedante para que no pud
Nadie esperaba que Bruno volviera tan pronto a la oficina, sobretodo Will, que se sentía a sus anchas ocupando su puesto. —No tenía idea de que desearas tanto ser yo —enunció Bruno entrando a su oficina sin aviso, era el dueño de la empresa, no tenía que pedir permiso. —No deseo ser tú, solo hago tu trabajo —respondió Will sin inmutarse, era el más calificado para ocupar el puesto de CEO, incluso más que Bruno, pensaba él. —No tienes que hacerlo más, he vuelto —le comunicó Bruno acercándose al escritorio—. Veo que te pusiste muy cómodo, ¿pensabas que no volvería? —preguntó viendo todos los cambios que le había hecho a la oficina. Estaba molesto por las decisiones que tomó, y que además modificara su oficina, fue la gota que rebasó el vaso.—Imagino que tu novia te habló sobre los ajustes que he hecho —dijo reclinándose en el asiento, no tenía intenciones de levantarse. —Prometida —corrigió con orgullo—. Y sí, me dijo algunas cosas. ¿Tienes idea de cuánto dinero se invirtió en diseñ