Confesiones de Una Mente Pertubada
Confesiones de Una Mente Pertubada
Por: ControlePhilip
Prefacio

Simon se despertó con una mezcla de impaciencia y ansiedad. Sabía que su audiencia estaba esperando su próximo lanzamiento con gran expectación. Se levantó de la cama, sintiendo la tensión acumulada en sus músculos, y se dirigió directamente a su computadora. La pantalla brillante lo saludó, esperando sus comandos. Con dedos ágiles, comenzó a redactar la actualización para sus seguidores.

"¡Atención, seguidores! Les traigo noticias emocionantes sobre mi próximo video. Estén atentos, porque la espera está por terminar. Estoy trabajando arduamente para llevarles contenido de calidad. Pronto revelaré la fecha de lanzamiento. ¡Estén preparados para emocionarse!"

La mayoría de sus seguidores, al verlo en línea, sintieron una oleada de emoción. Estaban convencidos de que este sería el día en que Simon sorprendería una vez más con uno de sus videos tan esperados. Sin embargo, sus expectativas se vieron frustradas cuando vieron que era solo una actualización sobre la próxima publicación.

"Maldición", pensó Simon para sí mismo. Sabía que debía mantener a su audiencia interesada, pero también necesitaba tiempo para perfeccionar su próximo proyecto. La presión comenzaba a acumularse, pero Simon sabía cómo manejarla.

Después de publicar la actualización, Simon se levantó de su escritorio y se dirigió a la cocina. El hambre le golpeó como un puñetazo en el estómago, recordándole que no había comido desde la noche anterior. Mientras preparaba su desayuno, su mente vagaba por los detalles de su próximo video. Necesitaba algo fresco, algo que desafiara los límites y mantuviera a su audiencia cautiva.

Terminado su desayuno, Simon consideró sus opciones para la noche. Sabía que necesitaba un nuevo sujeto de prueba para su próximo proyecto. La última vez había sido un desastre, pero Simon estaba decidido a no cometer los mismos errores. Esta vez, necesitaba alguien más resistente, alguien que pudiera soportar lo que tenía planeado.

"Quizás deba salir esta noche y buscar a alguien", pensó para sí mismo mientras se ponía los zapatos. "Debe ser alguien especial, alguien que pueda desafiar mis habilidades".

Con esa idea en mente, Simon se dirigió a su auto y se dirigió al supermercado más cercano. Sabía que necesitaba abastecerse de suministros antes de embarcarse en su próxima empresa. Mientras caminaba por los pasillos del supermercado, el sonido de las carretillas y el suave murmullo de los clientes llenaba el aire.

Fue entonces cuando ocurrió el encuentro fortuito. Mientras Simon estaba distraído buscando algo en los estantes, chocó con una joven pelirroja que pasaba por su lado. Ambos dejaron caer sus cosas al suelo, creando un pequeño caos en el pasillo.

—Lo siento mucho. No te vi —se disculpó la joven mientras se agachaba para recoger sus pertenencias.

—Tranquila, fue mi culpa. Debería haber estado más atento —respondió Simon, un poco molesto por la interrupción.

La joven parecía nerviosa, como si estuviera abrumada por la presencia de Simon. Balbuceó unas disculpas mientras él la ayudaba a recoger sus cosas, sus mejillas coloreadas por la vergüenza.

—Gracias por ayudarme —dijo ella, evitando su mirada.

—No hay de qué. Como dije antes, fue mi culpa —respondió Simon con calma, tratando de tranquilizarla.

Después de recoger sus cosas, la joven se despidió apresuradamente y se alejó por el pasillo. Simon la observó mientras se iba, una chispa de interés brillando en sus ojos.

"Interesante", pensó para sí mismo. "Quizás ella sea la indicada".

Con esa idea en mente, Simon terminó sus compras y se dirigió de regreso a casa, su mente ya maquinando los detalles de su próximo proyecto. Sabía que necesitaba planificar cuidadosamente cada paso, pero estaba seguro de que valdría la pena.

"Mi próximo sujeto de prueba", murmuró para sí mismo con una sonrisa siniestra. "Será algo que nunca olvidará".

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