El bosque era un laberinto de sombras y sonidos inquietantes mientras seguía a Simon. Mi mente, todavía mareada por la caída y la conmoción, luchaba por mantenerse enfocada. Sabía que no podía dejarlo solo; había algo en su mirada que me decía que estaba al borde de algo peligroso, algo irreversible.A medida que avanzaba, la adrenalina bombeaba a través de mis venas, agudizando mis sentidos. Cada crujido de una rama, cada susurro del viento parecía amplificado en la oscuridad. Me movía con la cautela que había aprendido durante años de trabajo en el departamento de policía. Era un detective, y Simon no era solo un hombre en conflicto, sino un sospechoso con el potencial de convertirse en una amenaza real.Finalmente, llegué a un claro iluminado por la luz de la luna. Simon estaba allí, de pie junto a un viejo árbol caído, su figura solitaria y desolada contra el paisaje nocturno. Mi corazón se encogió al verlo así, pero sabía que no podía dejar que la compasión me cegara.—Simon —lla
La cabaña estaba sumida en una quietud inquietante. El silencio solo era roto por el crujir ocasional de la madera y el leve murmullo del viento contra las ventanas. Alice dormía en el sofá, su respiración rítmica y tranquila. Pero para mí, el sueño era un enemigo que no podía vencer.Me moví por la habitación con pasos silenciosos, observando cada detalle. Los recuerdos de la confesión anterior seguían frescos en mi mente, un torrente de emociones que no podía controlar. Había visto el miedo en los ojos de Alice, mezclado con compasión, y eso me atormentaba más que cualquier otra cosa. ¿Por qué me importaba tanto lo que ella pensara? ¿Por qué no podía simplemente seguir adelante con mi vida sin este peso?La respuesta era clara y cruel: porque me estaba enamorando de ella. Y eso era un error monumental.Me acerqué a la ventana y miré hacia el lago, su superficie tranquila reflejando la luz de la luna. Recordé la noche en que todo cambió, cuando el agua no fue solo un refugio, sino un
Simon se despertó con una mezcla de impaciencia y ansiedad. Sabía que su audiencia estaba esperando su próximo lanzamiento con gran expectación. Se levantó de la cama, sintiendo la tensión acumulada en sus músculos, y se dirigió directamente a su computadora. La pantalla brillante lo saludó, esperando sus comandos. Con dedos ágiles, comenzó a redactar la actualización para sus seguidores."¡Atención, seguidores! Les traigo noticias emocionantes sobre mi próximo video. Estén atentos, porque la espera está por terminar. Estoy trabajando arduamente para llevarles contenido de calidad. Pronto revelaré la fecha de lanzamiento. ¡Estén preparados para emocionarse!"La mayoría de sus seguidores, al verlo en línea, sintieron una oleada de emoción. Estaban convencidos de que este sería el día en que Simon sorprendería una vez más con uno de sus videos tan esperados. Sin embargo, sus expectativas se vieron frustradas cuando vieron que era solo una actualización sobre la próxima publicación."Mald
Adentrémonos aún más en las sombrías profundidades de la mente de Simon, un laberinto oscuro y retorcido donde la figura enigmática de la pelirroja había tomado residencia permanente desde aquel fatídico encuentro en el supermercado. Desde entonces, su obsesión por ella había crecido exponencialmente, como una enredadera implacable que se aferraba a su conciencia con una fuerza irresistible.A pesar de haber logrado contener su ira en el momento del incidente, una creciente animosidad comenzó a brotar en lo más profundo de su ser. Para Simon, los hábitos monótonos y predecibles de la mujer no solo carecían de emoción, sino que también le parecían patéticamente mundanos, rozando lo ridículo. Cada vez que la veía absorta en sus rutinas diarias, una mezcla de desprecio y fascinación se apoderaba de él, alimentando la llama de su obsesión con una intensidad casi palpable.Sin embargo, lo que realmente lo inquietaba era la extraña sensación de que el destino mismo había intervenido en sus
En ese preciso instante, mientras Alice, la jefa del departamento de policía, se encontraba inmersa en el análisis de una de las últimas publicaciones en la página web creada por el autodenominado Mess, una cascada de pensamientos se desencadenaba en su mente. Una sola palabra resonaba con fuerza: "enfermo". Era difícil no sentir una mezcla de repugnancia y horror al contemplar las grotescas escenas que se desplegaban ante sus ojos, testimonios sádicos de una mente retorcida y perturbada.Habían transcurrido ya varios meses desde que Alice y su equipo se embarcaron en la búsqueda frenética de la persona responsable de tales atrocidades. Una afición depravada, tan macabra como misteriosa, motivaba a este individuo a torturar a sus víctimas con un propósito que escapaba a todo entendimiento. A pesar de los incansables esfuerzos, ni siquiera los más hábiles expertos informáticos de la policía habían logrado rastrear la dirección IP desde la cual se subían esos vídeos y entradas a interne
Simon estaba completamente absorto en sus pensamientos, obsesionado con el inminente encuentro con la policía. Era consciente de que ella no tenía ni la más mínima sospecha de que él era el individuo que buscaban en todo el departamento. Su mente maquinaba estrategias para actuar de manera impecable, evitando cualquier indicio que pudiera despertar la más mínima sospecha. Una vez seguro de su inocencia aparente, planeaba someterla a un interrogatorio meticuloso, revelándole detalladamente el motivo detrás de cada uno de sus actos. Por supuesto, todo el encuentro estaría meticulosamente grabado y posteriormente sería difundido en su página web, la cual ganaba notoriedad día a día.Mientras tanto, en su mente se desplegaban un sinfín de posibilidades y escenarios, cada uno más retorcido que el anterior. Visualizaba el momento en que ella, confundida y vulnerable, caería en sus garras, sin siquiera sospechar el destino que le aguardaba. La anticipación de ese momento lo consumía por comp
Cuando Simon llegó a su departamento, la inmensurable dicha que lo embargaba era indescriptible con simples palabras. Por fin, tendría la libertad de dedicarse a sus experimentos sin que nadie pudiera interponerse. Al poner un pie en su hogar, Simon supuso que sus sujetos debían de estar despiertos, hambrientos, asustados y en alerta. Justo como a él le complacía. Deposita su chaqueta sobre la encimera de la cocina y se encamina hacia el sótano, con una sonrisa macabra plasmada en su rostro.El desagradable olor que impregnaba las paredes descascaradas y el suelo cubierto de moho provocaba en Simon una aversión casi física. Mientras se adentraba en sus pensamientos, se daba cuenta de la urgencia de llevar a cabo una limpieza meticulosa una vez que terminara con los dos individuos que mantenía amarrados a sillas de dentista. Si tenía la más mínima intención de algún día invitar a la policía a su morada, tendría que realizar una limpieza mucho más que profunda para eliminar cualquier ra
Era la tercera vez que Alice se sumergía en el meticuloso análisis del video que Simon había compartido. Su atención se concentraba en cada fotograma, en cada detalle, en busca de alguna pista que pudiera arrojar luz sobre el paradero de él. ¿Acaso estaría oculto en algún oscuro almacén, o tal vez resguardado en un discreto apartamento, o quizás deambulando por los pasillos de algún edificio abandonado? A pesar de sus incansables esfuerzos, la incógnita persistía en su mente, como un enigma impenetrable que se negaba a desvelarse. Un torbellino de interrogantes se agolpaba en su pensamiento: ¿Quién es este enigmático personaje que desafía todas las normas? ¿Qué motivaciones lo conducen a perpetrar tales acciones? ¿Acaso cuenta con la complicidad de otros? Y así, en una sucesión interminable, las preguntas se multiplicaban, alimentando la intriga y el misterio que rodeaba aquel enigmático suceso.Ella había sido agraciada con un día libre, una oportunidad para relajarse y liberar su me