A medida que nos adentrábamos más en el bosque, el sendero se volvía menos definido. La luz del sol se filtraba a través de las ramas altas, creando sombras en constante movimiento que parecían seguirnos. Simon caminaba con una confianza perturbadora, como si conociera cada rincón de aquel lugar. Intenté mantener la calma, pero el creciente sentimiento de inquietud era imposible de ignorar.—Estamos cerca —dijo, sin volverse a mirarme.—¿Cerca de qué? —pregunté, tratando de mantener mi voz firme.—Lo verás —respondió simplemente, acelerando el paso.Finalmente, llegamos a un claro rodeado de árboles imponentes. En el centro, había una pequeña cabaña de aspecto antiguo, cubierta de musgo y con las ventanas rotas. Era un lugar que parecía sacado de una pesadilla.—¿Qué es este lugar? —pregunté, sintiendo un nudo en el estómago.—Una parte importante de mi pasado —dijo Simon, con una sonrisa enigmática—. Y tal vez, de tu futuro.Me estremecí. Había algo profundamente inquietante en su ton
El pánico me había llevado a la orilla del lago, pero no me proporcionó una salida. Mi corazón latía frenéticamente mientras mis ojos buscaban desesperadamente alguna ruta de escape. Al ver a Simon al otro lado del lago, su mirada fija en mí con una tranquilidad perturbadora, sentí una ola de desesperación.Comencé a retroceder, mis pies torpes y resbaladizos en la tierra húmeda. El suelo se volvió traicionero bajo mis pies y, de repente, me encontré cayendo hacia atrás. Intenté mantener el equilibrio, pero era demasiado tarde. Mi cuerpo impactó contra el suelo con un golpe seco, y mi cabeza chocó violentamente contra una roca escondida bajo la vegetación.El mundo se oscureció en un instante. Sentí un dolor agudo en la parte trasera de mi cabeza y luego, nada más.Cuando recuperé la consciencia, la primera sensación que me asaltó fue la de un dolor sordo y palpitante en la cabeza. Abrí los ojos lentamente, parpadeando contra la luz del sol que se filtraba a través de las copas de los
La noche cayó con una calma inquietante, envolviendo la cabaña en una oscuridad casi total. Los únicos sonidos eran el crepitar del fuego en la chimenea y el ocasional crujido de la madera al asentarse. Me senté en el sofá, envuelta en una manta, con la mente todavía nublada por la confusión y el dolor.Simon se movía con una eficiencia silenciosa, colocando leña en el fuego y asegurándose de que todo estuviera en orden. Había una extraña dicotomía en él, una mezcla de atención meticulosa y frialdad que no podía pasar por alto.—Alice, deberías descansar un poco más —dijo, su voz suave pero firme—. La conmoción puede hacer que te sientas desorientada por un tiempo.Asentí, aunque una parte de mí se resistía a dejarme caer de nuevo en la inconsciencia. Había fragmentos de recuerdos que luchaban por emerger, pequeños destellos de lo que había sucedido antes de mi caída. Cada vez que cerraba los ojos, veía imágenes borrosas y oía voces distorsionadas que no podía ubicar.Me recosté, pero
El bosque era un laberinto de sombras y sonidos inquietantes mientras seguía a Simon. Mi mente, todavía mareada por la caída y la conmoción, luchaba por mantenerse enfocada. Sabía que no podía dejarlo solo; había algo en su mirada que me decía que estaba al borde de algo peligroso, algo irreversible.A medida que avanzaba, la adrenalina bombeaba a través de mis venas, agudizando mis sentidos. Cada crujido de una rama, cada susurro del viento parecía amplificado en la oscuridad. Me movía con la cautela que había aprendido durante años de trabajo en el departamento de policía. Era un detective, y Simon no era solo un hombre en conflicto, sino un sospechoso con el potencial de convertirse en una amenaza real.Finalmente, llegué a un claro iluminado por la luz de la luna. Simon estaba allí, de pie junto a un viejo árbol caído, su figura solitaria y desolada contra el paisaje nocturno. Mi corazón se encogió al verlo así, pero sabía que no podía dejar que la compasión me cegara.—Simon —lla
La cabaña estaba sumida en una quietud inquietante. El silencio solo era roto por el crujir ocasional de la madera y el leve murmullo del viento contra las ventanas. Alice dormía en el sofá, su respiración rítmica y tranquila. Pero para mí, el sueño era un enemigo que no podía vencer.Me moví por la habitación con pasos silenciosos, observando cada detalle. Los recuerdos de la confesión anterior seguían frescos en mi mente, un torrente de emociones que no podía controlar. Había visto el miedo en los ojos de Alice, mezclado con compasión, y eso me atormentaba más que cualquier otra cosa. ¿Por qué me importaba tanto lo que ella pensara? ¿Por qué no podía simplemente seguir adelante con mi vida sin este peso?La respuesta era clara y cruel: porque me estaba enamorando de ella. Y eso era un error monumental.Me acerqué a la ventana y miré hacia el lago, su superficie tranquila reflejando la luz de la luna. Recordé la noche en que todo cambió, cuando el agua no fue solo un refugio, sino un
Simon se despertó con una mezcla de impaciencia y ansiedad. Sabía que su audiencia estaba esperando su próximo lanzamiento con gran expectación. Se levantó de la cama, sintiendo la tensión acumulada en sus músculos, y se dirigió directamente a su computadora. La pantalla brillante lo saludó, esperando sus comandos. Con dedos ágiles, comenzó a redactar la actualización para sus seguidores."¡Atención, seguidores! Les traigo noticias emocionantes sobre mi próximo video. Estén atentos, porque la espera está por terminar. Estoy trabajando arduamente para llevarles contenido de calidad. Pronto revelaré la fecha de lanzamiento. ¡Estén preparados para emocionarse!"La mayoría de sus seguidores, al verlo en línea, sintieron una oleada de emoción. Estaban convencidos de que este sería el día en que Simon sorprendería una vez más con uno de sus videos tan esperados. Sin embargo, sus expectativas se vieron frustradas cuando vieron que era solo una actualización sobre la próxima publicación."Mald
Adentrémonos aún más en las sombrías profundidades de la mente de Simon, un laberinto oscuro y retorcido donde la figura enigmática de la pelirroja había tomado residencia permanente desde aquel fatídico encuentro en el supermercado. Desde entonces, su obsesión por ella había crecido exponencialmente, como una enredadera implacable que se aferraba a su conciencia con una fuerza irresistible.A pesar de haber logrado contener su ira en el momento del incidente, una creciente animosidad comenzó a brotar en lo más profundo de su ser. Para Simon, los hábitos monótonos y predecibles de la mujer no solo carecían de emoción, sino que también le parecían patéticamente mundanos, rozando lo ridículo. Cada vez que la veía absorta en sus rutinas diarias, una mezcla de desprecio y fascinación se apoderaba de él, alimentando la llama de su obsesión con una intensidad casi palpable.Sin embargo, lo que realmente lo inquietaba era la extraña sensación de que el destino mismo había intervenido en sus
En ese preciso instante, mientras Alice, la jefa del departamento de policía, se encontraba inmersa en el análisis de una de las últimas publicaciones en la página web creada por el autodenominado Mess, una cascada de pensamientos se desencadenaba en su mente. Una sola palabra resonaba con fuerza: "enfermo". Era difícil no sentir una mezcla de repugnancia y horror al contemplar las grotescas escenas que se desplegaban ante sus ojos, testimonios sádicos de una mente retorcida y perturbada.Habían transcurrido ya varios meses desde que Alice y su equipo se embarcaron en la búsqueda frenética de la persona responsable de tales atrocidades. Una afición depravada, tan macabra como misteriosa, motivaba a este individuo a torturar a sus víctimas con un propósito que escapaba a todo entendimiento. A pesar de los incansables esfuerzos, ni siquiera los más hábiles expertos informáticos de la policía habían logrado rastrear la dirección IP desde la cual se subían esos vídeos y entradas a interne