Zarya Me muevo, esquivo y evado los golpes que mi contrincante lanza en mi dirección. Mientras analizo cada uno de sus movimientos. Retrocedo esperando el momento preciso en el que se canse y tenga mi oportunidad. Esa es mi estrategia esta vez. Tira los puños que me desquito sin mucho esfuerzo, pues estoy preparada para esto y más, contra cualquiera. Casi. Aún no logro derribar a Dante Mikhailov y sí que lo he intentado en nuestros entrenamientos. No por nada es quien es. Incluso con técnicas nuevas, no puedo hacerlo que toque el suelo. Gira queriendo golpear con el codo y me agacho enredando su pierna con mi pie, para que se vaya de bruces al piso y se levanta embravecido, donde es mi pie el que lo recibe lanzándolo de nuevo. Lucha por pararse pero me deslizo y atrapo su cuello. Siento un golpe en mis costillas y con las piernas lo aprisiono ejerciendo presión en cada una de mis extremidades, sin darle espacio de escapar. Mis manos lo aprisionan. Le cortan el paso del aire y rea
Zarya.Si hace unos meses me hubiesen dicho que estaría investigando sobre un sujeto representante de la autoridad por mí misma, les hubiera dado una peluca de payaso para que siguiera con sus chistes.Pero verme frente al computador con un tazón de papas y leyendo cada uno de los artículos que han sacado sobre el comandante Evans y su equipo, unos alabando y otros señalando sus hazañas como "ataques", me reitera que no debo volver a decir “no” a nada porque me puedo ir de bruces contra el futuro. Uno llama mi atención y es que parece hecho por fans enamoradas de él por la manera en que lo describen. “Comandante Bennett Evans Foster, 1.98 metros de letalidad pura. Con una carrera impresionante, que ha hecho temblar de tal manera a los clanes criminales, desde los más pequeños hasta los más grandes, que admirarlo es lo mínimo que podemos hacer.Temerario y de actitud galante.”—¿Actitud galante? —me río al seguir leyendo. “Ganador de diversas medallas que lo catalogan como la élite
Zarya.—¿Qué te pasa, imbécil? —reclamo. El comandante Evans hace a un lado el vehículo y baja tirando un billete al taxi.—Agradezca que le pague. Largo sino quiere ir de nuevo como un huésped al infierno. —espeta colérico. El conductor me mira y luego arranca. Cobarde. —¿Quién te crees para hacer esto? —Solo me observa un segundo como si comprobara algo. No responde y no lo quiero cerca, por lo que me doy la vuelta para ir en dirección contraria, pero sostiene mi brazo frenando mis pasos. —Sube. —dice con voz autoritaria y me río. —No soy su subordinado para obedecer. Hágase un favor y suelteme. —forcejeo y no 0cede. —¡Que se aleje!—¿Ahora nos hablamos de "usted"? —inquiere. —¿Después de comernos la otra noche?—¿Que crees? ¿Que me voy a lanzar a tus brazos cual damisela enamorada por eso? —retomo mi actitud. —Nos besamos, eso lo hacen 20 millones de personas cada segundo. No te sientas importante, Bennett. Por primera vez lo llamo por su nombre de pila y no por su cargo, y
Bennett Lo que siento al tenerla frente a mí sin nadie viendo o jodiendome la existencia, es incomparable. Cada vez que parpadea me sume más y más en esa tormenta azulada que tiene, no sé si es la impresión de un azul casi irreal, pero posee el poder de doblegar a muchos por lo que he notado. Me muevo para dejar de estar frente a ella como un idiota. Quedamos cara a cara frente a la mesa. Ella a unos pasos, pero con solo verme como lo hace siento que ardo con necesidad. Quiero romper su confianza o volver a tenerla sobre mí, follándome con roces y besos que quiero arrancar de su boca hinchada por lo que pasó antes. Después de que Kelly se fue molesta porque no seguí el protocolo como es debido al traer alguien a interrogar, tuve que hacerlo yo mismo. No estoy para que me reprochen que no hice el proceso debido cuando todo se me borró de la cabeza al verla tan…cerca de ese tipejo. Me desafía con sus gestos. Y la escena de nosotros dos en la camioneta me llena la cabeza. La durez
Damien Inmerso en documentos que debo organizar para que haya el orden que me gusta en todo, con dos pilas de papeles divididos en resueltos y no resueltos, me he mantenido desde que llegué a la oficina en horas de mañana. Solo tuve un descanso cuando Markov pasó a saludar y es que los dos tenemos tantas obligaciones que nos faltan horas al día. Deseo que el bendito día tenga 40 ó más horas para poder hacer más. Tengo más de una semana en que un descanso no lo he podido obtener y solo he dormido 8 horas en total. El cuello me duele, y solo me detengo para tomar agua regresando a mi silla. Esto era un completo desorden con los números. No por falta de trabajo, sino que es demasiado. Hay muchas cosas que rondan en mi cabeza pero solo una me abruma y no es el trabajo, más bien algo que no puedo apartar por más que quiera hacerlo. Es un puto descontrol que me lleva a reír en medio de todo como desquiciado. Me está afectando más de lo que quisiera y solo tengo algo claro, si lo t
Damien.Dos días pasan en un abrir y cerrar de ojos, el incidente queda solo en especulaciones que no pasan de ser. Mientras mi cabeza solo máquina como dejar de lado lo que no quiero admitir. Pero encontrarla en un lugar transitado no es buena idea cuando finjo que no es a ella a quien veo en el grupo de cuatro que se junta frente a una tienda. Sonríe por algo y aparto la cara con lo que ese simple gesto hace. Las revoluciones que resquebrajan mi caja torácica me vuelven uno más de los imbéciles que se dejan llevar por las emociones que me prometí enterrar. No siempre se necesita un motivo para querer hacerlo, a veces solo se quiere evitar situaciones que nos pongan al límite como me está sucediendo. Me doy la vuelta para caminar lejos olvidando el bendito asunto que debía resolver. Prefiero enviar a alguien más.—¡Damien! Detengo mis pasos al escuchar mi nombre por primera vez de su boca. Solo lo he dicho en una ocasión en su presencia y no creí que lo memorizara. Siento sus pa
Briana Jones. .Siempre me he catalogado como alguien pacifica. Bueno, lo hacía antes que descubriera el primer engaño del novio uno, como lo registré ya que ni el nombre me interesa. Verlo en mi propio auto con mi hermana encima suyo y sin ropa me hizo dar el primer golpe que le rompió la nariz a Bonnie. A él lo dejé tirado en el suelo con dos rodillazos en la ingle y sin ropa en la vía pública. El segundo lo descubrí por un broche de cabello que un año antes mi padre le había regalado a mi hermana. Lo encontré en un mueble en su sala y me confesó, ni siquiera me dolió, apenas y sentí feo, pues su sinceridad le jugó a favor para no salir volando por la ventana. Con el tercer sujeto, fue ella misma quien me lo restregó en la cara. Se mofó de tener lo que quisiera sin importar lo que tenía que hacer. Era un imbécil que luego la engañó a ella también. Lo que dio paso a que Tommy siguiera en su lista de "novios de mi hermana que follé". Cuando llegué a casa de quien es mi padre creí
DamienAguantar a mi hermana con un repertorio de preguntas es peor tortura que cualquiera creada. No se detiene ante nada. No le importa si quieres o no responder. Si le interesa no descansará hasta obtenerlo. —No lo sé, Zarya. No sé porque mierd@ continúe el beso. —me exaspero bebiendo el whisky, llenando mi vaso de nuevo. —Está bien. No preguntaré más. Sólo que dices que la odias. pero por poco te la comes entera. —Sí, la odio. La detesto. La aborrezco. —mi voz sale cargada de hastío. —Pero una cosa, en ocasiones no tiene que ver con la otra. —¿A quién odias? —oigo a mis espaldas a Markov, quién entra con su pequeña maleta y medio lo saludo con un movimiento de cabeza. Mi hermana lo abraza y este me mira. —Entonces ¿A quién odias? —A la hija del ministro. —responde mi hermana por mí. —¿La que te arañó la cara? —no digo nada, al igual que mi hermana. Sabe que no me gusta que me recuerden mierd@s y ahora lo están haciendo. Son casi las siete de la mañana y no dormí nada, al