Damien.Salgo a la azotea. Mi gente está repeliendo el fuego que solo se intensifica con la lluvia de balas que nos dan los puntos en el cual se escudan los tiradores. Apunto a uno de ellos y la bala le atraviesa el cráneo de inmediato. Muevo el arma yendo por el siguiente, mientras los voiny se dispersan para rodear a los que se esconden, recargando, lo que nos da la oportunidad de ir por ellos. Uno sale intentando apuntar, pero Enzo le rompe la cabeza con el cuchillo que ensarta en esta. El siguiente es arrastrado por un voiny con un tiro en el costado. Lo pone en el borde del edificio. Sus intenciones de sostenerse culminan cuando le atravieso la mano con una bala que lo obliga a soltarse para caer por el vacío. Vamos por el último que no tiene escapatoria. Lo levanto a las malas de la remera, pero su risa de burla me revela lo que es esto. Distracción. —Sacrifice pour le bienfaiteur. —murmura intentando lanzarse él solo, empujándose con los pies para llevarme con él. Pero mis
Damien.Cargamos la camilla hasta llegar a la calle en tanto pido un auto que nos recoja que dada la distancia no tarda más que unos minutos en llegar. Cuido que mi hermana no tenga complicaciones en ningún instante hasta llegar al Jet que espera para sacarnos de territorio londinense. Pido reportes de los helicópteros, pero solo me informan de uno que fue encontrado completamente vacío. Ordeno que investiguen si salieron por su propia cuenta, aunque lo dudo. Los primeros informes me llegan diciendo sobre el estado de la aeronave. Señales de lucha, sangre, pero ningun cuerpo. —Busquen en los alrededores. Si el comandante está con vida, lleguen a él. —dispongo sin creer que esté viendo por alguien de la ley. Aunque es por un motivo y es algo que tendrá que respetarse ante la mafia roja. Las horas de viaje Zarya es monitoreada regularmente para que no vaya a haber un solo problema mientras estemos adentro. Me dedico simplemente a estar al pendiente de lo que suceda en las comunica
Narrador omnisciente Hay seres que son creados específicamente para destruir el mundo y otros para arreglar el de alguien que necesitaba solo una pizca de esperanza. Nadie se espera que al caer la noche y la lluvia más recia que se ha visto, en la cual las copas de los árboles son ondeados con fiereza y los caminos son inundados con las crecientes que arrasan con todo a su paso, sea como un aviso de lo que se avecina. La llegada al mundo de aquel ser que muchos buscan y otros ignoran cuánto poder posee sin siquiera haber nacido aún. Una castaña se aferra a sus rodillas cuando el incesante dolor en su bajo vientre y espalda se vuelve insoportable, aprieta los dientes por la fuerza que hace para no caer de golpe al piso frío,en el cual debe sentarse poco a poco para no perder la consciencia. Gruñe por impotencia y por desear que una mano la sostenga en ese momento, cuando se acomoda, dejando que las lágrimas se confundan con el sudor que le cubre el rostro y el pecho. —¿Qué pasa? —
Narrador Omnisciente. —Leonard está con el coronel y tú debes recuperarte del parto. No soy experta en estas cosas, pero sé que no es recomendable hacerlo así. —le recuerda Bonnie a Briana, viendo como la bebé se calma en el pecho de su madre. Mientras Briana solo busca la forma de sacarla de ese sitio, pues que la dañen si la destruiría. Y su hija en ese momento solo la tiene a ella. —No voy a permitir que mi hija sea lanzada a los lobos. —la castaña demuestra la seguridad en sus palabras. —El único que nos puede proteger es Damien. Debemos llegar a él.—Nos restará tiempo cargar con ella y contigo así...Pero podemos conseguir un vehículo. —añade Bonnie más convencida. —Hay una posibilidad, casi nula pero la hay.—Necesito limpiarme, ponerme otra ropa y prepararnos. —intenta ponerse en pie, pero es su hermana quien agarra a la pequeña Tamara en brazos, para luego ayudarla a incorporarse. Abrigan bien a la bebé para llevarla a darse un baño, que por el estado débil en el que se enc
Narrador Omnisciente. Los ataques que tiene preparados el coronel le harán recuperar a su hija que, aunque no sepa donde está, si se da una idea de cómo hacer que se la entreguen y caer sobre los que la tienen encadenada en un calabozo, siendo custodiada por un comandante Reed iracundo. Sigue en Francia, sabiendo que no debe moverse de donde está, pero la agonía de no saber nada de Bonnie lo tiene peor. —Suéltame y consideraré decirle a mi padre que no te mate. —advierte Laurence queriendo verse intimidante. —Cállate niña que la lengua no es tan necesaria para que vivas y eso es lo único que me encomendaron. —profiere de mala gana, arrastrando el filo de un cuchillo sobre la mesa frente a él. —Estás del lado equivocado, Aarón. —trata de convencerlo. —La mafia está cayendo y que te hayan dejado solo aquí es prueba de ello. —Me dejaron solo porque nadie va a intervenir si quiero torturarte, no seas estúpida de querer manipularme. —No eres así. —trata de ir por el lado
Narrador Omnisciente.—¡Pon el nombre de Amelia! —dice Kelly. Enzo lo hace sin pensar colocando Thompson en lugar de Harper o Rinna debido a la presión, hasta que el proceso se detiene, regresando a su estado anterior donde pide digite la primera clave esta vez. Ambos se miran descifrando el patrón que el sujeto creó para la seguridad que tiene sobre el ordenador. La pantalla principal es la que ilumina esta vez con un collage de fotografías de sus dos hijos junto a las dos mujeres que fueron parte de su vida. Minerva y Amelia a lado de Laurence y Leonard, dejando ver su amor enfermizo por tener ambas familias. —Eso es lo más raro que he visto. —murmura Kelly. —Creo que no. —difiere Enzo cuando sale a la vista fotografías de varias mujeres jóvenes en el ordenador. Entre ellas Kelly, Vera y las hermanas Jones. Incluso Zarya figura en esas imágenes que tiene marcadas con una x sobre el nombre. —Eran blanco de él, por motivos diferentes, pero sus objetivos al fin. —¿Esta otra carpet
Narrador Omnisciente.—¿Quieres que te perdone por tantos años de desprecio? Lleva a mi hija con su padre. —determinó decidida a que no aceptaría un no como respuesta. —No llegaré sola, no sé donde está y yo no...—Tendrás que averiguarlo. Busca en Rusia, es más seguro que haya alguien de su familia en cualquier rincón. O al menos saben quiénes son y cuando le digas quien es ella, te lleve directamente con el padre de Damien o él mismo. —explicó sin dejar de ver a su hija. —Támara necesita que la pongamos en un sitio donde nadie la toque y tú me vas a prometer que lo harás. —Briana, no...—Briana nada, Bonnie. —cortó su alegato. —No dejaré que se lleven a mi hija como su entrada a la mafia y a tí. —mira a Leonard. —Te prometí que te sacaría de ahí. Diles mi promesa y ellos lo cumplirán. Sabe que Damien no se negara si sabe que es de su parte. —¿No irás? —cuestiona el chico. —Lo primero es que salgan ustedes de la vista del coronel. Si no me mata, les juro que voy a resistir para
Bennett.“—¿Cuándo lo llevarás a su entrenamiento militar? —pregunta Isaac Evans mirando su vaso. Me dedica un gesto hastiado como si lo conociera, aunque no es así. Si no es por mi madre no me grabo ni su nombre, pero él ya me odia o no soporta mi presencia. —Ya tiene seis, comenzaste a los cuatro, lo hice a la misma edad. ¿No crees que es tiempo de que Bennett ya lo haga? Joseph se mueve en la oficina sin mirarlo. —Es mi hijo, no el tuyo. —escucho a Joseph al sentarse de nuevo, con un papel que lee sin mirar a nadie más. —Cuando tengas los tuyos decides que hacer con ellos, mientras tanto deja de meterte con él. —Te ablandan las emociones. —se burla. —Que patético, Joseph. Un hijo es tu límite. Un crío se lleva tu riguroso enfoque. En verdad es patético. —Patetico es que sigas buscando a una mujer que se te perdió hace años. —repele mi padre. —Patético es que hayas creado una obsesión extraña con una mesera que desapareció porque te vio con otra. Patético es que te quieras desh