ZaryaCalcular el trayecto de un sujeto nunca ha sido un problema con el sistema de rastreo que SMEY posee, no es más que capturar su imagen, subirla a su base y el trabajo se hace solo.Los autos siguen la ruta de sujeto que se encontró como seguidor de la corporación, el mismo que nos llevó al casino y que Damien atrapó hace semanas. Mi padre es quien maneja el vehículo donde ambos vamos seguido de los otros tres, la ubicación es verdaderamente fácil de encontrar y la locación alejada de todo permite que la facilidad con la que se encuentre sea grande. Son dos sitios de las rutas que encontré en el casino las que se han revisado este día y no será la última, aunque el palpitar en mis músculos sea demasiado. Hay una parte que me hace falta, una que complementa mi alma entera. Con setenta horas desaparecido me estoy volviendo más propensa al ataque de ansiedad o pánico que quiere tomarme, pero trato de mantener la calma, aún cuando cada fibra está enredándose con las demás volviéndo
Bennett Las imágenes esparcidas por todos lados me deja muy en claro lo sanguinaria que puede ser la mafia, la tortura es sinónimo de esa organización que juré derribar, eso está claro. La destrucción de Grasse, la demolición del edificio hace unas horas y las diversas masacres a lo largo de Europa se están convirtiendo en parte del día a día. El cual tiene aterrorizado a todo el mundo con diversas protestas sobre la anulación de la guerra contra la mafia de parte del ejército, o en su defecto que acaben de una vez con ella. Como si las cosas fueran tan fáciles.Me harta la estupidez de la gente. La manera en la que el teniente Ávila murió es de lo que se habla por todos los medios. El terror invade a todos creyendo que vienen por sus cabezas. Quizá tengan razón pero no quienes suponen. Levanto una fotografía mirando los cortes que reconozco sin mucho esfuerzo. Ya la vi actuando la vez en el casino donde la volví a ver. No tiene miedo a sacar los intestinos de quien la ataque. L
Bennett. Paso a la siguiente hoja que contiene la demanda firmada y sellada por el ministro con la orden irrefutable que la unidad nueve y el comando alfa se ciñan ante su mano. El aviso de una reunión en cuanto se presente al auditorio a dar las entrevistas, en dos días para mantenernos como unidad. La dejo de lado. Cree que me importa lo que envíe en un papel, queriendo que con esto tome conciencia de los peligros cuando quizá los tenga más claros que él. Aún sigue pensando que con palabras bonitas llegaremos a buenos términos, con sujetos como el benefactor que crea masacres solo por el gusto de hacerlo o como la mafia roja, que no se piensan dos veces para hacer lo mismo que al teniente. La sospecha está latente, pero mientras no sea confirmada, seguirá siendo solo sospecha y con eso no puedo hacer nada. Odio esto. Permanecer bajo el ala hipócrita del ministro pero debo soportarlo. Espero no falle y sí logremos algo. Porque aguantar la actitud nefasta de tipos que han mentido
Bennett. Por un momento todo desaparece a mi alrededor. No veo nada. No huelo más que el humo. No escucho nada. No siento más que todo de mí rompiéndose o quemándose. Solo sé que es insoportable. Siento los brazos arder, la cabeza me pulsa dolorosamente y tengo que cubrirme los oídos por el sonido ensordecedor que surge dentro de estos.Me arrastro sintiendo el ardor en un brazo, en lo que voy recuperando poco a poco la audición. Me alejo lo más que puedo sobre el concreto para intentar ponerme en pie, lo cual me cuesta un poco. El mareo me toma, pero sacudo la cabeza para evitar que me afecte más. El dolor en la espalda se hace más fuerte e insoportable. Presiono los párpados una y otra vez, toser es inevitable con el humo que inhalo. Por fin puedo escuchar bien. Busco el móvil, encontrándolo cerca de donde caí. Llego hasta el aparato que todavía tiene comunicación con un Adam alterado y gritón que empeora el dolor en mis oídos. —...si me escuchas, ya estoy ubicándote. —Ven a m
El benefactor Repetí y comprobé que mis planes siempre funcionan, cada uno de ellos me llevan al resultado que quiero y necesito. Dan los resultados esperados si me enfoco en un solo objetivo a la vez. Van por la ruta trazada, a pesar que algo falló pero los cambios son ligeros. No representan un peligro para mí. Al menos algunos. Mirar a todos los mandatarios de diversas centrales en un mismo sitio me da una idea de lo que quiero hacer. Me están jodiendo con lo que me están destruyendo, atacaron mi principal surtidor de artillería en Grasse, arrasando con el cuarenta por ciento del equipo que tenía para el ataque a Moscú y Austria. Mi seudónimo formado por las letras en el pecho de mi gente y firmado por el korol me tienen la sangre hirviendo. Tenía la idea de que un sujeto que ya estuvo en el poder no puede volver a la organización, reglas y estatutos puestos y seguidos fielmente en la bratva. Pero cometí la estupidez de confiar en el pasado. Cuando queda claro que el korol ti
Zarya Cuatro días de búsqueda implacable, de toparnos con pared, de llegadas en la mañana para descansar un poco, de ver como se desvanece cada pista. Pero no voy a desistir, cuando voy a desfallecer me recuerdo que Damien me necesita, que confía en mí para traerlo de nuevo. Paso el agua y voy a la sala a continuar en lo que me he mantenido estos minutos. Mi padre es quien dirige las búsquedas hoy. Llevaba dos días sin descansar, pero esta vez recordé lo que encontré en el casino donde volví a ver a Bennett. Las rutas que allí habían.Nos están siendo útiles para quitarle territorio, pero puede que tengan algo más.Las pongo en el mapa. Cada una de las coordenadas que son de Londres ya fueron barridas y no se encontró nada. No me doy cuenta de los minutos ni horas hasta que me levanto con la ineptitud que siento.No encuentro nada, los bosques son interminables y el río ha sido nuestro límite. Los acantilados nos restan camino, y me repito que puedo con esto. Sigo sintiendo un frí
ZaryaEl trago amargo no se puede eliminar volviéndose un dolor intenso que me impide tragar y llevar aire a mis pulmones. La existencia misma se me está yendo de las manos y no puedo hacer nada para detenerla. No estoy actuando como debería, estoy perdiendo el control de mis emociones. Estoy cayendo y no puedo controlar ni siquiera el aterrizaje. Me recuerdo que soy fuerte. Pero todo lo que pasa dentro de mi pecho me reitera que soy tan humana como cualquiera y...Camino hasta la bodega, porque con tanta mierd@ en la mente no me puedo concentrar para pensar cómo quiero hacerlo. Me reprocho el no poder hacerlo. Aunque no sepa dónde está mi hermano tendría que crear estrategias mejores de las que ya tengo. Le estoy cerrando la puerta a mi lado estratega para abrir la ventana a la estupidez que se está volviendo mi acompañante, y no lo quiero. Prefiero mil veces el odio, la rabia que la impotencia o la desesperación. Abro el maletín con diversas armas que empiezo a desempacar. Coloc
Zarya. Mi padre me mira a mí esta vez con una interrogante en la cara que debo responder. —El comandante Evans. —lo presento.Maldit@ sea, estoy nerviosa. —¿Comandante? —pregunta mi padre con la mirada dura. —Y él es... —¿Que no escuchó? —gruñe Bennett molesto. —Solo escucho lo que me parece importante. — devuelve mi padre en el mismo tono. —Entonces ¿por qué pregunta si no le interesa? ¿O debo llamarte como se les dice en estos casos? —miro al comandante que abrocha la funda del arma con ese carácter tan complicado igual que mi progenitor. —Se calman los dos. —me meto para que se dejen de tanta tontería. —Bennett, revisa que el helicóptero esté siendo preparado. —Tienes gente para eso. —refunfuña. —Pero no eres de mi gente. Además solo iremos los tres. Nadie más debe saberlo, solo el equipo que ya está en las cercanías. —¿Ir a donde? —interroga mi padre y le pido un momento para acercarme a Bennett. Llego a su puesto. Ignora a mi padre. Intuye quién es, pero no le parece i