Zarya Cuatro días de búsqueda implacable, de toparnos con pared, de llegadas en la mañana para descansar un poco, de ver como se desvanece cada pista. Pero no voy a desistir, cuando voy a desfallecer me recuerdo que Damien me necesita, que confía en mí para traerlo de nuevo. Paso el agua y voy a la sala a continuar en lo que me he mantenido estos minutos. Mi padre es quien dirige las búsquedas hoy. Llevaba dos días sin descansar, pero esta vez recordé lo que encontré en el casino donde volví a ver a Bennett. Las rutas que allí habían.Nos están siendo útiles para quitarle territorio, pero puede que tengan algo más.Las pongo en el mapa. Cada una de las coordenadas que son de Londres ya fueron barridas y no se encontró nada. No me doy cuenta de los minutos ni horas hasta que me levanto con la ineptitud que siento.No encuentro nada, los bosques son interminables y el río ha sido nuestro límite. Los acantilados nos restan camino, y me repito que puedo con esto. Sigo sintiendo un frí
ZaryaEl trago amargo no se puede eliminar volviéndose un dolor intenso que me impide tragar y llevar aire a mis pulmones. La existencia misma se me está yendo de las manos y no puedo hacer nada para detenerla. No estoy actuando como debería, estoy perdiendo el control de mis emociones. Estoy cayendo y no puedo controlar ni siquiera el aterrizaje. Me recuerdo que soy fuerte. Pero todo lo que pasa dentro de mi pecho me reitera que soy tan humana como cualquiera y...Camino hasta la bodega, porque con tanta mierd@ en la mente no me puedo concentrar para pensar cómo quiero hacerlo. Me reprocho el no poder hacerlo. Aunque no sepa dónde está mi hermano tendría que crear estrategias mejores de las que ya tengo. Le estoy cerrando la puerta a mi lado estratega para abrir la ventana a la estupidez que se está volviendo mi acompañante, y no lo quiero. Prefiero mil veces el odio, la rabia que la impotencia o la desesperación. Abro el maletín con diversas armas que empiezo a desempacar. Coloc
Zarya. Mi padre me mira a mí esta vez con una interrogante en la cara que debo responder. —El comandante Evans. —lo presento.Maldit@ sea, estoy nerviosa. —¿Comandante? —pregunta mi padre con la mirada dura. —Y él es... —¿Que no escuchó? —gruñe Bennett molesto. —Solo escucho lo que me parece importante. — devuelve mi padre en el mismo tono. —Entonces ¿por qué pregunta si no le interesa? ¿O debo llamarte como se les dice en estos casos? —miro al comandante que abrocha la funda del arma con ese carácter tan complicado igual que mi progenitor. —Se calman los dos. —me meto para que se dejen de tanta tontería. —Bennett, revisa que el helicóptero esté siendo preparado. —Tienes gente para eso. —refunfuña. —Pero no eres de mi gente. Además solo iremos los tres. Nadie más debe saberlo, solo el equipo que ya está en las cercanías. —¿Ir a donde? —interroga mi padre y le pido un momento para acercarme a Bennett. Llego a su puesto. Ignora a mi padre. Intuye quién es, pero no le parece i
Damien El intenso frío se extiende por todo mi cuerpo cada vez que me muevo. El dolor en mis costillas es más de lo que tienen mis brazos. Pero me mantengo imperturbable sabiendo que me observan. Siempre lo han hecho desde que estoy aquí. Me estudian sin saber lo patético que se ve alguien con ínfulas de inteligencia, cuando tienen a quien fue entrenado y tiene genes de un gran estratega. Si creen que matarme les queda fácil están muy equivocados, doblegarme menos.La piel me quema y los huesos los siento congelados. Una extraña sensación que aumenta los niveles de dolor a los cuales me he ido acostumbrando durante estos días. El mareo no me deja enfocar mis ojos en nada, pero actúo como si no tuviese cada partícula del cuerpo vuelto mierd@. Hasta respirar duele.Tengo la boca seca y la garganta parece que tuviera grietas que sea abren solo con inhalar aire.No demuestro nada, aún cuando estoy falto de energía, pero repleto de ganas de salir de aquí. Sin el rastreador es difícil, p
Damien.Agarro del cuello, dando en la mandíbula que al hacer contacto con el hierro filoso de los anillos queda destrozada para después lanzarlo dentro en tanto grita. Golpeo al otro en la tráquea obteniendo los mismos resultados con ese y los que siguen entrando cada que los lanzo donde antes estuve cautivo. Arrastro del cuello de la camisa al último y lo tiro encima de los demás que se desangran. —Tienen compañía así que no digan que soportarán mucho frío. —digo cerrando la puerta deslizable que aseguro, antes de activar el ciclo más bajo de temperatura. Una explosión me alerta, el lugar tiembla por el impacto que enciende varias alarmas que ponen a parpadear las luces del pasillo. Sigo avanzando hasta que alguien pasa atropellando mi hombro, mi espalda choca contra el concreto violentamente golpeando mi cabeza. Me quita el paso del aire, pero me recupero rápido sabiendo que el tiempo apremia. Doy un codazo en su cabeza logrando que me suelte, reconociendo al infeliz cuando caig
Damien. El auto se detiene. Bajo con una camisa en los hombros caminando lo más normal que puedo, aunque no es mucho, pero no dejaré que vean lo adolorido que estoy Zarya y mi padre caminan a mi lado con la misma actitud. Algo me falta y sé perfectamente que es, cuando que la puerta de la casa se abre donde aparece ella seguida de Markov. Su mirada brillosa me reduce el alma entera, cuando extiende sus brazos viniendo a mí con una emoción que la hace enterrar su cara en mi cuello. Mientras me impregno de su esencia tan anhelada durante días en los que no salió un solo instante de mi cabeza. Siento como todo pasa a segundo plano al tenerla entre mis brazos. Solloza con hipos que me hacen abrazarla más fuerte para que vea que no la voy a soltar. Se aferra a mi cuerpo sin dejar de temblar. Intento separarla porque entre más me abraza lastima los golpes que me dejan sin aire. —Tranquila. —pido en susurros, beso su cabello trayendo calma a mi alma. —Estoy bien, estoy aquí. Acuno su
Aclaración: el punto de vista de Aarón está ambientado entre el capítulo 95 y 98. Es un extra que Será muy necesario para la fase que comenzamos. Es muy grande, así que tuve que dividirlo entre dos. Aarón Reed. (Comandante de la unidad 9) “La luz bajo la puerta empieza a parpadear. Mis pies tocan la madera del piso, mientras camino, frotándome los ojos debido al sueño. Aún así, salgo al escuchar como algo cae en el piso y a una persona subir con rapidez por los escalones. Levanto la mirada cuando alguien me pasa llevando con esos brazos que reconozco de inmediato. Pero está asustada. Ya no sonríe como en la cena. Ahora solo corre conmigo aferrado a su cuello, en tanto puedo ver otra sombra que conozco también, mi padre. —¡Corre! —le pide él. —No mires atrás, solo corre lo más rápido que puedas. —la besa antes de depositar un beso en mi cabeza —Les daré tiempo. —Nos iremos todos. —contraría mi madre. —No podemos. Alguien debe distraerlos. —se apresura a sacar su arma cuando
Aarón Reed.En los entrenamientos junto a Bennett y Taddeo competimos frecuentemente por quien llegaba a pasar cada prueba primero, éramos más, pero la competencia siempre era de los tres. Los puntajes era en lo que Bennett se esmeraba en mejorar, Taddeo en rapidez y luego estaba yo, que buscaba una estrategia para abarcar ambas.Smith fue un cuarto elemento del grupo que nunca se acopló como quería. De igual manera siempre cada uno vio por su cabeza, nadie mendigaba piedad ni ayuda de nadie. Los tres somos unos bastardos que solo van a ver por su conveniencia propia. A nadie le interesa si los pasos del otro están torcidos y tampoco se va a entrometer en lo que haga.Cada uno formó su propio equipo. No nos gusta estar bajo las órdenes de otro, ni funcionamos en uno solo cuando la testosterona se hace presente y cada uno quiere dar su propias disposiciones.Mi padre siempre repitió que no confiara en nadie porque posiblemente el enemigo estaba camuflado como uno más de los que me rode