Sasha estaba parado delante de la puerta de la iglesia viendo a los recién casados salir por la puerta, rodeados de personas que gritaban sus felicitaciones y les tiraban granos de arroz. Tan solo esa imagen le revolvió el estómago.
Cuando se enamoró de Heidy en el instituto le pareció la chica perfecta, porque era buena, dulce, de apariencia inocente y de muy buena familia. Había creído durante dos años que algún día ella sería su esposa y la madre de sus hijos.
Los dos habían decidido perder la virginidad supuestamente juntos, entonces Sasha preparó para ella una linda noche romántica antes de la graduación con todo su amor. Después de preparar toda la decoración con velas, el champagne, sus bombones favoritos fue a buscarla y cuando llegó a la casa de Heidy se encontró con una escena que le rompió el corazón en mil pedazos.
Sasha había entrado por la puerta del jardín, como siempre hacía para subir por un árbol que estaba pegado a la casa para llegar hasta el balcón de la habitación de su novia, pero cuando se acercó a la ventana del salón la vio, de una manera que jamás se imaginó que la vería algún día, por lo menos no con otro hombre.
Heidy estaba sentada con las piernas abierta encima de su mejor amigo teniendo sexo con él. Sasha sintió que estaba siendo apuñalado dos veces, porque Damian era como su hermano, la amistad de ambos había iniciado cuando apenas estaban empezando a hablar y desde entonces eran inseparables.
Entonces Sasha no aguantó la rabia y entró a la casa gritando como un loco, rompiendo todo lo que se encontraba por el camino mientras que la pareja de traidores intentaba explicarse. Sasha los miró asqueado cuando dijeron que llevaban meses enamorados y Heidy le echó en cara que él era demasiado pegajoso, que era un niño romántico y que ella quería un hombre de verdad.
Traicionado y humillado Sasha se juró a sí mismo en aquel momento, que jamás en su vida volvería a enamorarse, y que las mujeres solo serían para el disfrute y nada más.
Después de algunos años su supuesto mejor amigo junto con su exnovia decidieron tener el descaro de invitarlo a su boda y allí estaba, sentado dentro de su coche aparcado en la esquina de aquella iglesia observando la felicidad que nació de una traición.
Sasha había decidido no ir a la ceremonia, pero sí quería ir a la fiesta para darle a la novia personalmente su regalo de bodas, o mejor diciendo una improvisada despedida de soltera.
Cuando Sasha bajó de su querido La Voiture Noire, un Bugatti negro, que era el único coche en el mundo que Sasha se atrevía a tocar, porque que era un amante fiel de las motos al igual que su padre. Él entró en la fiesta y todos se giraron para verlo, fijándose en el enorme hombre que entraba por la puerta con melena larga, rizada y rubia, con unos penetrantes ojos azules y unos músculos que se veían bien marcados debajo del carísimo esmoquin negro de diseñador que llevaba puesto, era un hombre capaz de enloquecer a cualquier mujer, sus cabellos largos y la barba le daban un aire de fiera indomable, robando la atención por donde pasaba.
Damian llevaba años sin verlo al igual que Heidy y su aspecto había cambiado mucho, casi no pudo reconocerlo. Sasha había pasado de ser un niño lindo y dulce a un verdadero macho alfa.
–¡Sasha! –Exclamó Damian al verlo mientras que Heidy seguía boquiabierta mirándolo.
–¡Damian, es un placer verte y más en una ocasión como esta! –Contestó Sasha dándole un abrazo y después se acercó a Heidy que parecía estar hipnotizada con la belleza de su exnovio. –Os deseo toda la felicidad del mundo, y que vuestra unión dure toda la vida. –Los felicitó sin ningún tono de sarcasmo, de verdad parecía estar feliz por la pareja.
–No sabes cuánto me alegra escuchar esto de ti hermano, y saber que el pasado ha quedado atrás. –Habló Damian con entusiasmo mientras que Sasha no apartaba la vista de Heidy.
–Yo también…yo también me alegro…de que nos hayas perdonado…Sasha. –Habló Heidy arrastrando las palabras derritiéndose en aquellos profundos ojos azules, sin que su marido se diera cuenta.
–Todo en esta vida pasa por algún motivo Damian. Yo me alegro por vosotros, son tal para cual y se merecen estar juntos. –Afirmó Sasha y después les entregó una cajita con un regalo.
Sasha no tenía ni idea de lo que había dentro, le había pedido a su melliza que le hiciera el favor de comprarles algo porque no pensaba hacerlo.
Después de entregarles el regalo, disculparse por no llegar a tiempo para la ceremonia y felicitarlos una vez más por la boda. Después Sasha se fue a una mesa bien apartada de todos, pero que era el centro de la atención de todas las mujeres de la fiesta por él y se quedó allí sentado tomando una copa de brandy esperando el momento ideal para actuar.
Sasha vio a Heidy apartarse de todos y dirigirse a las escaleras, al parecer se iba a cambiar de ropa en unas de las habitaciones que había allí, antes de despedirse de los invitados para marcharse con Damian a su tan soñada luna de miel.
Sasha la siguió y cuando la vio entrar en una habitación sola, miró de un lado a otro para estar seguro de que nadie los sorprendería, entonces entró a la habitación.
Heidy se había soltado el cabello y se estaba quitando las joyas delante de un enorme espejo, cuando la imagen de Sasha apareció detrás de ella y la mujer sintió como sus piernas se hacían mantequilla con tan solo mirar a semejante hombre.
–¿Sasha qué estás haciendo aquí? –Preguntó Heidy dándose la vuelta para mirarlo de frente boquiabierta y lo vio sonreír con malicia.
–¿Solo quería verte un rato a solas, para saber cómo estás? –Preguntó Sasha encogiéndose de hombros.
–Estoy, bueno ya sabes…estoy bien y feliz. –Murmuró ella pensando que sus palabras no habían sido muy convincentes cuando lo vio reírse.
–Supongo que debe de ser duro saber que tendrás que pasar el resto de tu vida al lado de un único hombre, y guardarle fidelidad hasta los últimos días de tu vida. –Murmuró Sasha con la voz ronca deslizando la yema de los dedos por el hombro desnudo de Heidy, que lo miraba embelesada. –Espero que hayas disfrutado mucho de tu despedida de soltera.
–Si quiero puedo alargarla un poco más. –Contestó mordiéndose el labio inferior mirándolo con lujuria, y Sasha sonrió porque no esperaba otra cosa de una mujer como ella. Entonces Sasha la giró y puso su cara contra el espejo mientras le subía el vestido.
Después que terminaron de tener sexo Sasha se apartó de ella arreglándose un poco mientras que Heidy lo miraba extasiada, deseando pedir más.
–Dios no esperaba que fueras así. –Murmuró Heidy humedeciéndose los labios mientras que Sasha la miró levantando una ceja y después se dio la vuelta para marcharse ignorándola, pero ella lo agarró del brazo. –¿Cuándo volveremos a vernos? –Preguntó ella con expectación y Sasha sonrió con sarcasmo.
–Con mujeres como tú no suelo pasar de un rapidito. –Contestó Sasha mirándola directamente a los ojos. –Yo no soy tan estúpido como Damian, para involucrarme con una mujer que es capaz de engañar a su propio marido unas horas después de haber dado el “SÍ QUIERO” en el altar. Agradece que ya te mando bien lubricada a tu noche de nupcias.
Sasha se marchó de la habitación dejándola sola, desconcertada y arrepentida de haber elegido al hombre equivocado. Él llevaba años seguro de que no quería sentir nada más por ninguna mujer, pero después de aquel sexo fugaz sabía que jamás en su vida cometería la estupidez de volver a enamorarse. Sasha pensó que, si una mujer como Heidy con su carita inocente y con su buena educación era una cualquiera, no quería imaginar como deberían ser las demás.
Nueva YorkSasha estaba caminando por calles de Nueva York con su amigo Frank, quejándose del lugar que su amigo había elegido para estar de fiesta y buscar alguna compañía para la noche.–Espero que no tengamos que caminar mucho Frank, acabo de regresar de un viaje en moto que hice con mi padre y mis hermanos por la costa, estoy muerto de cansancio solo quiero sexo y dormir. –Se quejó Sasha mientras se metían por una callejuela, que según su amigo era para hacer el camino más corto. –Si hubieras elegido mejor el antro ahora no estaríamos pasando frío en la calle de madrugada. –Espetó poniendo los ojos en blanco mientras abrazaba su cuerpo.–¡¡Vamos Sasha no seas así!!¿Dónde ha quedado tu espíritu aventurero? –Bromeó Frank mirándolo y Sasha negó con la cabeza. –Ya estamos casi llegando.–¿En qué antro de m***a me vas a meter ahora Frank? – Preguntó Sasha resoplando con fastidio.–Pues a un lugar que te va a gustar. Ahora deja de quejarte como si fueras un viejo y apúrate que solo esta
Sasha tenía delante un caballete con un cuadro en blanco que pretendía pintar, pero lo único que hacía era jugar con el carboncillo entre sus dedos, manchándolos de negro. Normalmente su mente era un universo lleno de inspiraciones, con tan solo tener un papel en blanco y un bolígrafo era capaz de dibujar maravillas, pero en aquel momento lo único que tenía en su cabeza eran las curvas de la stripper. Él no dejaba de pensar en ella y se negaba a pintar cualquier detalle de aquella mujer.Él reloj parecía que iba lento, Sasha no dejaba de mirarlo deseando que las horas pasaran lo más rápido posible, porque estaba dispuesto a regresar al club durante la noche. No iba a permitir que una stripper se hiciera la digna con él, más que nada porque para Sasha ella no podía ser diferente de las demás. De repente escuchó su teléfono móvil sonar y puso los ojos en blanco porque ya sabía quién era, entonces decidió contestar la llamada para que Frank lo dejará en paz de una buena vez.–¿Qué quiere
Sol miró aquel hombre como si estuviese loco, estaba claro que era el típico que no aceptaba un NO como respuesta, pero ella se consideraba una experta en saber como colocar a ese tipo de hombres en su lugar.–No hago bailes privados, pero seguramente alguna de mis compañeras puede darte lo que quieres. – Contestó Sol esquivándolo para seguir con su vuelta rutinaria por el club, pero Sasha se interpuso en su camino una vez más.–No te quieres venir conmigo a un hotel, no haces bailes privados. ¡¿Pero tú que eres la santa de las strippers?! – Escupió Sasha indignado porque no entendía a lo que estaba jugando aquella mujer.–Puede ser y si quieres ahora mismo te traigo una velita para que puedas rezarme. – Contestó Sol con sarcasmo llevándose las manos a la cintura forzando una sonrisa.–Prefiero follarte y si posible bien duro. –Espetó Sasha apretando los dientes y la sonrisa de Sol se borró. La chica pensó que aquel hombre no tenía papas en la lengua a la hora de decir lo que pensaba.
Frank estaba dando vueltas por el atelier de Sasha en el centro de la ciudad mirando todos los cuadros que había pintado en el último mes mientras que él estaba completamente distraído dibujando algo con el carboncillo en una tela.–Sa…Sash…Sasha… ¡SASHA! – Exclamó Frank al ver que su amigo parecía perdido en sus pensamientos y entonces Sasha lo miró sobresaltado.–¿Qué ocurre Frank? –Preguntó Sasha mirándolo con expectación y Frank frunció el ceño.–Pues que te llevo llamando hace unos minutos y no me haces ni put* caso, ¿te encuentras bien? – Preguntó Frank mirándolo intrigado y fue cuando Sasha se dio cuenta de lo que estaba dibujando, ya que solo se había dejado llevar por su imaginación sin darse cuenta de lo que hacía realmente.–Sí Frank, estoy bien. – Murmuró Sasha mirando aquella tela asombrado y Frank también la miró.–¡¡Wow hermano, que bonito!! – Exclamó Frank mirando unos hermosos ojos que su amigo había dibujado. – Jod*r Sasha te ha quedado increíble y muy real, hasta pa
Al día siguiente cuando Sol regresó al club e hizo lo mismo de siempre, saludar a Sean y entregarle su cena. La chica estaba deseando tener una noche tranquila después de lo que había pasado con Sasha y estaba segura de que no volvería a verlo, pero en ese momento Sean la miró con ansiedad señalando las motos.–¿Qué ocurre Sean? – Preguntó Sol mirando intrigada las motos que estaban aparcadas delante del club.–El Tarzán acosador está ahí. – Murmuró Sean como si estuviese contando un secreto, señalando la entrada del club. – Ten cuidado Solecito, no parecía estar muy contento y Sol miró aquella puerta rodeada de luces con ansiedad porque no sabía que reservaba Sasha para aquella noche.Sol entró al club y miró alrededor, pudo ver desde la entrada que Sasha estaba en lo que ya era su lugar habitual, en la mesa más cercana al escenario en el que bailaba ella. Entonces se acercó a Don para preguntar que estaba haciendo su acosador allí después de lo que había pasado entre ellos.–¡¿Esto
Sol caminó de un lado a otro delante de aquella moto preguntándose que hacer con ella y Sean se paró delante de ella mirando lo que hacía la chica con curiosidad. La chica se dio cuenta de que tenía una cadena atada a la puerta, así que no tuvo más opción que entrar en el club por la entrada de los empleados para ir directo a los almacenes, donde encontró un cortacadenas, después volvió a salir sin que la vieran. Entonces Sol se acercó a la moto para cortar la cadena e intentar moverla.–¡¡¿Dios como hago para mover esto?!! – Se quejó Sol y Sean se acercó a ella riéndose, después levantó el caballete de la moto mientras que Sol lo miraba esbozando una media sonrisa.–¿Qué piensas hacer Solecito? – Preguntó Sean mirándola con sospecha y Sol se llevó una mano a la boca para ahogar una risita.–Solo quiero dale una lección al Tarzán, Sean nada más. – Contestó Sol con una sonrisa traviesa y después se mordió el labio inferior mirándolo con ansiedad. – Sean, ¿me ayuda a mover la moto? – Pr
–¡¡Sol!! – Exclamó Angela la compañera de Sol en la cafetería sobresaltando a la chica.–¡¡Ay, Dios!! – Exclamó Sol al darse cuenta de que estaba derramando el café fuera de la taza.–¿Nena dónde tienes la cabeza? – Preguntó Angela acercándose a ella con un paño para limpiar lo que había caído sobre la barra y Sol se llevó una mano a la cabeza con preocupación. – ¿Has podido dormir algo?–No Angie, la verdad es que no he podido dormir nada, lo siento estaré más atenta. – Contestó Sol apenada tirando la taza al fregadero.–¿Va todo bien nena? Sabes que si necesitas el día libre solo me lo tienes que decir. – Habló Angela con preocupación preparando otra taza para servir al cliente que estaba en una de las mesas mirándolas enojado porque estaban retrasando su desayuno.–¡No te preocupes Angie va todo bien! – Sol contestó con un tono suave esbozando una sonrisa, pero en el fondo sabía que no estaba nada bien y pensó que ¿cómo iba a estar todo bien después de lo que había hecho?Sol no po
Sasha estaba dando vueltas por la sala VIP mirando todo alrededor con curiosidad. Era una habitación pequeña, poco alumbrada con las paredes pintadas de rojo y negro. Tenía un sofá blanco pegado a la pared en el centro de una de las paredes y un par de sillas en cada lateral, esto sin contar el sillón tantra que había en el lugar y algunos juguetes que indicaban que allí practicaban algo más que solo unos bailes.Cuando la música comenzó a sonar Sasha se sobresaltó girándose hacia la puerta por donde Sol entraba vestida con una bata roja que le llegaba solo hasta la mitad de los muslos y unas botas altas del mismo color. Los dos se miraron por unos minutos sintiendo distintas emociones sin decir absolutamente nada. Él la deseaba y ella lo odiaba.Sasha estaba excitado, ansioso y no tenía intención de disimular las ganas que tenía de poseerla. En cambio, Sol estaba indignada por lo que estaba a punto de pasar y por sentirse comprada de aquella manera tan baja y en contra de su propia v