Se encontraron en la suite, Victoria habló de las propuestas que a su parecer eran las mejores y la forma de expresarse produjo sorpresa en Adrián que no esperaba ese grado de desenvolvimiento.
- Victoria usted a que se dedica. Adrián estaba intrigado, el lenguaje utilizado al hablar le decía que ella entendía sobre temas financieros y proyectos.
“Que tipo tan raro, primero me manda a la guerra sin importar que y luego pregunta si puedo hacerlo”
- Estudié en la escuela de Negocios, hablo tres idiomas, pero soy la mesera del café del hotel.
Adrián se quedó pensando - ¿Mesera? qué hace usted desperdiciando su talento en un lugar como ese.
- De algo tengo que vivir, créame que he enviado solicitudes a cada empresa de este país, no me importa donde, hasta creo que a la suya también y de ninguna he recibido respuesta.
- Hmm, entonces considere este tiempo como un periodo de prueba y quizás se quede trabajando para mí.
Adrián notó el cambio de expresión en la cara de Mariana que probablemente está pensando que ella será su reemplazo.
- Descuide Mariana su puesto no está en riesgo, créame que será difícil encontrar una mejor asistente que usted, pero la señorita Novoa puede ocuparse de otras cosas.
“De mi por ejemplo” fue el fugaz e inexplicable pensamiento que cruzó por su cabeza.
Mariana emitió una sonrisa de alivio ante el comentario, ella no quería quedarse sin empleo y aunque fuera duro y agotador a veces, muchas mujeres matarían por estar en su lugar, ella era la asistente que más tiempo ha durado a su servicio y es porque todas sus antecesoras cometieron el error de insinuarse y coquetear con él, algo que Adrián Altamirano detestaba. Aún recuerda el día de la entrevista ella era una de las tres personas que quedaron seleccionadas para el puesto, ella no tenía dudas de su intelecto, pero al ver a sus contrincantes, desbordadas en maquillaje y bastante voluptuosas pensó que no pasaría, además había decidido ser honesta con su futuro jefe acerca de su vida personal y eso fue lo que la llevó a estar en el puesto más envidiado y temido de la compañía. Cuando él le preguntó si tenía novio, porque si quedaba seleccionada tendría que viajar bastante y eso tal vez es un inconveniente para algunas relaciones, ella fue sincera y le dijo que no estaba en ninguna relación y también que no le atraían los hombres, porque era lesbiana. Y esperaba que eso no fuera un inconveniente para él, porque su inclinación sexual no era ningún impedimento para ser la mejor en lo que hace y tampoco le gustan los enredos en el trabajo, así que puede estar seguro que jamás mirará a alguien de la compañía y si eso llegase a pasar, renuncia. Adrián la miró con detenimiento, había encontrado el santo grial, entonces sin pensarlo dos veces hizo una llamada a recursos humanos y dio la orden para su contratación inmediata.
Adrián era un hombre metódico y muy cuidadoso a la hora de trabajar, tomaba en cuenta las opiniones de los demás, también parece que es de los que le gusta que le lleven soluciones y no problemas y las palabras “No se puede” había que sacarlas del vocabulario si no quieres conocer su mal genio, poco a poco Victoria se iba dando cuenta cómo era trabajar con él.
Trabajaron hasta las ocho de la noche, Victoria se despidió de Adrián y Mariana, pero antes de irse a su casa a descansar, fue al café para hablar con su jefe sobre su renuncia.
Gregory el dueño del café lo tomó mejor de lo que pensaba Victoria, le deseó buena suerte y también le dijo que las puertas estaban abiertas si necesitaba volver.
De camino a casa pensó en el extraño día de hoy, desde que salió del hotel y un gato negro se cruzó en su camino debió adivinar que algo malo pasaría. Y cuando con su bicicleta se llevó por delante a Mariana entonces supo que su mal presentimiento se hizo realidad y hasta llegó a pensar que necesitaba alguna clase de rezo, baño con hierbas o visitar algún templo y arrodillarse por horas para ver si así cambiaba la suerte que últimamente la acompaña, pero ahora debe darle gracias al cielo por el incidente porque gracias a él tiene trabajo, el trabajo que solo estaba en sus deseos.
La cita al día siguiente era a las nueve de la mañana, pero la ansiedad no le permitió a Victoria tener un sueño tranquilo, se despertó varias veces en la noche pensando que se le había hecho tarde, hasta que fue la hora de levantarse lo hizo con dos horas de anticipación, tiempo suficiente para vestirse y tomar el transporte público, porque lógicamente no podía ir en bicicleta y llegar oliendo a sudor.
Victoria llegó directamente a la habitación de Mariana y se sorprendió al verla perfectamente lista para comenzar el día, a pesar de su convalecencia estaba correctamente vestida para trabajar y pensó cómo se las arregló para hacerlo sola si estaba imposibilitada de un brazo y una pierna.
- Mariana hola, estoy lista para lo que sea hoy.
Mariana esbozó una sonrisa ante el entusiasmo de Victoria, solo espera que al final del día piense lo mismo.
- Victoria vamos, aun te falta aprender algunas cosas y el evento termina mañana.
- Mariana cuánto tiempo estarás conmigo, no me digas que te irás una vez se acabe la rueda de negocios.
Victoria estaba preocupada, quedarse sola tan rápido era intimidante sobre todo enfrentarse a un jefe como Adrián.
- El señor Altamirano quiere que guarde reposo, así que no podré acompañarte a la oficina, pero no te preocupes te diré todo lo que necesitas saber y podrás llamarme cuantas veces sea necesario no tengas pena en hacerlo.
- Muchas gracias me alegra saber eso porque estoy muerta del susto.
Mariana comenzó con la tarea de enseñarle lo básico y necesario para que fuera su reemplazo por este mes, afortunadamente Victoria captaba las cosas rápido, su formación académica facilitaba el proceso. Lo mismo pasó con las llamadas a clientes internacionales que hicieron en la mañana, la fluidez al hablar en otro idioma y el entendimiento del tema hizo que Mariana no interviniera para nada en el asunto y por un momento volvió a sentir temor por su trabajo, pero ella sabe que su jefe es un hombre de palabra y su puesto estará esperándola una vez termine su tiempo de recuperación.
Unos toques en la puerta interrumpen el trabajo de las chicas.
- Yo iré. -dice Victoria levantándose para ir a abrir.
Como salido de una revista de moda masculina, Adrián está frente a ella, vestido con una camisa rosa pastel “me encantan los hombres que no le temen al color” pensó al verlo de rosa, sin corbata y un pantalón azul, un atuendo fresco y casual.
- Buenos días, señorita Novoa, puedo pasar. -dijo Adrián al ver que ella se ha quedado inmóvil y sin parpadear lo recorrió de pies a cabeza,
Victoria se da cuenta que se ha quedado lela y rápidamente disimula.
- Eh...buenos días, señor Altamirano, siga por favor.
Al verlo de espaldas se preguntó “¿cómo hace Mariana para trabajar con este hombre sin distraerse?” Victoria dejó salir un suspiro resignado y siguió tras él.
Mariana pone al tanto a su jefe y la mañana sigue entre correos, reuniones virtuales con clientes y el agendamiento del viaje a Asia en una semana.
- ¿Victoria, tú tienes tus papeles en regla para salir del país? - preguntó Mariana.
Victoria Asintió, hace dos años había hecho todos los trámites de visa y pasaporte porque precisamente aplicó a una beca en Londres, pero no fue elegida.
- Tengo pasaporte vigente y visa para el Reino Unido.
- Mañana trae tus documentos para revisarlos, quizás haya necesidad de tramitar otras visas para que puedas acompañar al señor Altamirano en sus viajes, tiene uno al este asiático en una semana y tú no te puedes quedar.
A Victoria le saltó el corazón, “ir al este asiático” ni en sueños había estado allí, no cabe duda que este mes iba a ser irreal, su pasaporte iba a ser sellado más veces de lo que en su vida ella imaginó.
- ¿Y si tenemos tiempo de hacer todos los trámites? -a Victoria le parece poco tiempo, ya que cuando fue a sacar su visa fue bastante tedioso y demorado.
- Usted no se preocupe por eso, la compañía hará los trámites necesarios. -dijo Adrián y mirando su reloj continuó - Bajaré a la conferencia que empieza en quince minutos, ustedes almuercen sin mí y Victoria la espero a las tres, tenemos varias citas con las empresas elegidas ayer.
Adrián se fue, Victoria dejó pasar unos minutos para asegurarse que él estuviera lejos y así poder indagar algo más sobre el hombre con el cual pasará el próximo mes.
-
Cuando estuvo segura de que Adrian estaba lejos, Victoria sacó todas las preguntas que hace rato tiene dando vueltas en su cabeza. - Mariana quizás es un poco atrevido de mi parte lo que voy a preguntar, pero necesito conocer un poco más al señor Altamirano y así no meter la pata.Mariana dejó a un lado lo que estaba haciendo dispuesta a escuchar a Victoria.- Primero, hay alguna señora Altamirano que deba conocer o novia, segundo, dime algo de sus gustos, por lo menos como le gusta el café, qué hábitos tiene, sufre de alguna enfermedad que deba conocer, no sé, cosas como esas.Mariana vio lógica en las preguntas de Victoria, hasta ahora todas sus indicaciones han sido referentes al trabajo. - Tienes razón te diré lo que sé porque, aunque llevo tres años trabajando con él, no sé todo sobre su vida personal porque con eso es bastante reservado.Primero, no hay ninguna señora Altamirano ni nada parecido, aunque sí muchas candidatas que se han postulado al puesto, pero todas han fracas
“Cuarenta minutos tiempo aproximado de vuelo, tendremos buen tiempo…” las palabras del capitán se escuchan por los altavoces, Victoria sentada en primera clase junto a Mariana y Adrián en la fila de al lado. Durante el tiempo del viaje cruzó algunas palabras con Mariana y preguntó si estaba cómoda, afortunadamente el espacio entre las sillas le permitía extender la pierna que tenía inmovilizada. Adrián abrió su portátil y ella solo lo veía teclear. Llegaron a la hora estipulada, a la salida de pasajeros una mujer viene hacia ellos acercándose a Mariana. - ¡Al fin llegaste! me tenías muy preocupada- dijo una chica de apariencia asiática abrazando a Mariana y luego detallando sus extremidades lesionadas agrega - Nena por Dios, te desbarataste. - Qín, deja de ser exagerada, que solo son lesiones menores, no tengo ninguna fractura y saluda deja de ser mal educada. la última frase la dice entre dientes y cerca al oído de Qín. Qín voltea a ver a Adrián que está a un lado de Mariana con
Victoria repasó en su cabeza la loca propuesta de Adrián, pensando que no encontraría una mejor opción, aunque presintiera que llevaba las de perder. - Solo tengo una condición, si la acepta podré hacer todo lo demás. La boca de Adrián se curvó perversamente al tiempo que su ceja derecha se levantó -Tú dime. - Quiero que mi hermana esté en esta ciudad y tenga el mejor tratamiento que haya para su condición. - Hecho, haré todos los trámites para traerla, cuando todo esté listo te avisaré para que des tu autorización para el traslado. ¿Algo más? Victoria negó con la cabeza y un único pensamiento llenó su mente “acabo de hacer un pacto con el diablo> se repitió varias veces. Adrián no ocultó su satisfacción, había logrado su propósito, que ella entrara en su juego, el mismo que comenzó la noche en que no podía conciliar el sueño, y él quedó prendado de su voz. Esa noche bajó al único establecimiento abierto a esa hora de la madrugada en el hotel, pero al entrar no se veía nadie q
Volvieron a la oficina y Victoria fue de inmediato a buscar su tarjeta de acceso, firmó varios papeles y regresó al trabajo, pensó que el día de mañana iba a ser bastante largo, despertarse en la Llegaron a la compañía como era de esperarse mucho antes de las ocho, los dos autos se estacionaron en los parqueos destinados para los directivos, tomaron el ascensor hasta la recepción y Victoria se sorprendió de la cantidad de empleados que ya estaban llegando y haciendo su registro en la entrada. Todos los que vieron llegar a Adrián sin Mariana, pero acompañado de una mujer que jamás habían visto, se preguntaron qué pasó, será acaso ella su nueva asistente y comenzaron a imaginarse si nuevamente el presidente había cambiado de asistente y que no iban a volver a ver a “súper Mariana” como la apodaban secretamente. Al instante el chisme se activó en la recepción y todos quieren saber qué pasa. Adrián y Victoria ajenos a la curiosidad que han despertado, subieron por el ascensor directament
Adrián no prestó mucha atención a las expresiones de Victoria, si bien esta acostumbrado a que las personas hagan su voluntad así no estén muy de acuerdo. -Además apenas lleguemos a Asia comienza tu otro trabajo, ser mi dama de compañía en algunas salidas sociales.Los ojos de Victoria se hicieron más grandes y no pudo evitar mirarlo con miedo.-No pongas esa cara, me haces sentir como si te obligara a hacer algo sucio, ¡ah! y recuerda nada de escotes reveladores o transparencias inadecuadas y consigue un vestido largo no puede ser rojo, asistiremos a una boda muy importante en Shanghái y si es posible haz algo con tu cabello.Victoria apretó con fuerza el sobre en su mano, tragándose cada una de las palabras mordaces que hacían fila en su garganta para salir, giró sobre su eje y siguió a la cocina para guardar las compras en la nevera bajo el más absoluto silencio.-Me voy a correr un rato, si te gusta el ejercicio en la casa hay un gimnasio lo puedes usar, está por ese pasillo, nos
Madrugaron para la reunión con su cliente chino, se habían vestido como para ir a la oficina, la reunión es con las cámaras encendidas. Hablaron por más de una hora, cuando cerraron la comunicación ya despuntaba el sol, no tenía sentido volver a la cama y dormir. - Haré café y algo para desayunar ¿quieres? - Sí, pero primero un café cargado. Victoria fue primero a cambiarse de ropa para luego comenzar a hacer el desayuno. Esta vez fue más rápida con el café porque ya aprendió a manejar la cafetera y el desayuno fue un omelette con verduras. Adrián la observa moverse de un lado a otro en la cocina, enfundada en un delantal a cuadros. Es la primera vez que una mujer cocina algo para él y la verdad se siente muy bien, es como el hogar que algún día imaginó. - Ya está listo, podemos desayunar. Dijo entusiasmada Adrián se quedó viendo el plato, los trozos de tomate y cebolletas picadas le trajo recuerdos de su infancia, cuando su madre luchaba con él para que comiera sus verduras.
La vida de Victoria estaba lejos de ser considerada llena de comodidades y privilegios, al contrario de Adrián que nunca ha tenido que pensar de donde va a sacar el dinero para esto o aquello, acostumbrada a trabajar desde la preparatoria para poder ayudar con los gastos de la casa y esforzarse por ser muy buena en los estudios para poder tener las calificaciones suficientes y obtener cada año una beca, eso fue así hasta que terminó la universidad. Pero nada la preparó para el competitivo mundo laboral, una cosa era ser mesera o dependiente de una tienda y otra ejercer una carrera y ella ha experimentado por más de seis meses la ausencia de oportunidades, eso sin mencionar que hace casi un año tuvo que hacerse cargo de su hermana mayor, que sufre de PTS (síndrome post traumático), después de ver como murieron su esposo e hija al ser víctimas de un atraco.Desde ese día ella quedó en un estado catatónico y no ha habido poder humano que pueda sacarla, por consiguiente, las cuentas comen
El cerebro de Victoria intenta procesar lo que Adrián acaba de decir, “este hombre está loco, para hacer semejante petición”, “si piensas en huir, es el momento de negarte sin importar las consecuencias”, “no puedes negarte, solo cierra los ojos y di que sí”. La batalla mental era bárbara, por un momento se sintió como esa caricatura que tiene a un diablito y un angelito en cada hombro y cada uno le dice al oído lo contrario del otro. La verdad es que debe estar muy desesperado para pedirle que actúe como su novia, con cada minuto que pasaba Victoria se reprocha no haber leído el dichoso contrato, además hoy había dado su autorización para el traslado de su hermana a uno de los mejores centros de rehabilitación del país.Entonces ya estaba empeñada hasta la médula con este sexy demonio “creo que no tengo escapatoria, todo sea por el bien de María Paula” se consoló mentalmente.— Te has quedado muy callada. Adrián tenía la mirada fija en ella, analizando cada una de sus expresiones.—