Me despierto por la alarma de mi teléfono, preocupada, intento saltar de la cama. Pero, mi cuerpo duele cuando intento hacer un movimiento. Por lo que, me quejo, intentando mover un poco mi cuerpo, pero, todo me duele.
— Auch…— Mamá, ¿te duele mucho? — pregunta una voz pequeña y yo busco la fuente del ruido.— Pequeño… ¿Qué haces aquí? — pregunto aturdida.— Dormí aquí, cuidando que estes bien — dice el pequeño mostrando la camilla con orgullo.— Entonces, dormiste a mi lado. — digo y el pequeño asiente satisfecho.— ¿Te molesta? — pregunta el pequeño y yo niego.No quiero arruinarle la emoción al pequeño que no conozco, pero, parece que está demasiado contento con una desconocida.— No me molesta, cariño. Es solo que me preocupa que tu familia te esté buscando. Podrían estar colocando una denuncia o algo así. — Puedes cuidarme. — dice el pequeño y yo estoy por hablar, pero, mi alarma vuelve a sonar.Es en ese momento cuando recuerdo que estoy retrasada y eso me asusta. Por lo que, intento levantarme, pero, me duele todo. Sin embargo, la responsabilidad hace que me mueva un poco más, pero, el pequeño salta sobre mí y corre a la sala.— ¡Mamá despertó! — grita el pequeño y yo intento cubrir mis oídos, para poder controlar un poco el dolor de cabeza que el ruido fuerte ha causado.Una enfermera aparece y con su ayuda, me baño y escucho todo lo golpeada que estoy por salvar al pequeño que pregunta más que yo de mi condición. Cuando salgo, el pequeño ha desaparecido y yo agradezco que no esté cerca.Ya que, el pequeño aunque parece algo esponjoso y lindo, hace mucho ruido y a mí me duele la cabeza. Al no tener ropa limpia, me coloco la ropa sucia y firmo la boleta de salda voluntaria, para poder marcharme.Estoy retrasada más de una hora, por lo que, enciendo mi teléfono, pero, este tiene su pantalla quebrada y media de esta no me deja escribir. Por lo que, no puedo llamar o escribir un mensaje para avisar que voy a llegar tarde.Porque ni teniendo el poder de teletransportación, sería capaz de llegar a tiempo y limpia a mi puesto de trabajo. Algo que me preocupa, porque mi jefe aunque es amable, no le gusta que uno este ausente y mucho menos, sin avisar.— Estoy en graves problemas — susurro peinando mi cabello, mientras mi cuerpo duele.El claxon de un auto suena con fuerzas y varios vehículos negros, se detienen frente a la puerta del hospital, como si vinieran por alguien muy importante. Mientras, yo debo caminar tan rápido como puedo, porque mi cuerpo duele.Sin embargo, los autos parecen seguirme y eso es molesto, porque no me da el espacio de que un taxi se acerque a mí para poder tomarlo. Por lo que, espero que terminen con su pasarela, aunque me queda poco tiempo.Sin embargo, lo que veo es como varias personas bajan del auto y entre ellos esta alguien parecido a mi jefe con una mini versión de él con gafas oscuras al igual que él. Podría asegurar que es su gemelo perdido, pero, no puede ser él cuando mi jefe no tiene tantos autos detrás de él, ni mucho menos con un pequeño a su lado.— Señorita Pussi — dice mi jefe y yo abro mis ojos al confirmar que es él.— S-señor Cappelletti, ¿Qué hace aquí? ¿Está herido en alguna parte? — pregunto confundida.— No, señorita Pussi. Vine por usted.— ¿Por mí?— ¡Mami, yo también existo! — dice el pequeño con frustración y yo observo sorprendida al pequeño.— ¡Pequeño… tú eres el niño de anoche! — murmuro sorprendida — ¡Mami! — dice el pequeño dejando de lado su elegancia, para correr y lanzarse a mis brazos, pero, mi jefe lo agarra del cuello impidiendo que me abrace.— Esta herida y sabemos de quien es la culpa, así que, ¿vas a empeorarlo todo lastimándola, Taddeo? — pregunta mi jefe al pequeño que niega, mirando hacia el suelo.— ¿Taddeo? ¿conoce al niño? — pregunto confundida y mi jefe asiente.— Vayamos a una tienda de ropa y a desayunar. Después de que se alimente bien y se cambie de ropa, voy a resolver todas las dudas que tenga sobre mi presencia aquí.— Yo debo ir a trabajar. Es tarde.— Señorita Pussi, estas con tu jefe, ¿Qué es lo que te preocupa realmente? — pregunta mi jefe y yo lo pienso un momento.Es verdad. Aunque no había planeado ese encuentro, es un gran alivio que me encuentre con mi jefe. Para si no tener un regaño por llegar tarde o no avisar que llegaría tarde.— Está bien, señor. Yo ire a mi casa a cambiarme de ropa y podríamos vernos en la empresa para…— No, señorita Pussi, no me ha entendido. Iremos de compras y también a desayunar.— Oh, no necesita hacerlo, señor. Aunque nos hayamos encontrado en estas circunstancias, no es necesario que salgamos a comer.Mi jefe nunca me ha pedido que comamos si no es por algo de trabajo y prefería no hacerlo, porque podría prestarse para malentendidos. Por lo que, rechazo de la manera más amable su oferta y me enfoco en marcharme rápido para poder estar pronto en el trabajo.— No me entiendes, señorita Pussi. Esto es lo mejor que puedo hacer por la persona que salvó a mi imprudente hijo.— ¿Hijo? — pregunto aturdida.— Sí, Taddeo es mi hijo — dice mi jefe y yo siento que mi cabeza ha explotado.‘¿En qué momento el soltero más codiciado de la empresa no es soltero e incluso, tiene un hijo?’ me pregunto mentalmente.— Oh, no sabía que tenía un hijo, señor.— Es algo que no divulgo, como tampoco, los demás asuntos personales. Pero, debo decírtelo. Ya que, Taddeo insiste en que debo ser sincero contigo.— ¿Qué? ¿Por qué? No es algo de lo que deba involucrarme — susurro sin saber porque me dice todo esto.— Lo sé, pero, Taddeo insiste en llamarte su madre. Por eso, quiero que hablemos un poco.— ¡Quiere pedirte matrimonio, mami! ¡Mi padre quiere que seas su esposa y mi madre! — dice Taddeo con mucha emoción para después dar pequeños saltos mientras aplaude.— ¿Qué yo que? — pregunto aturdida.— Bueno, quería que estuvieras limpia, con comida en tu estómago y en un lugar agradable para pedírtelo, pero, es eso. Señorita Shantelle Pussi, ¿le gustaría casarse conmigo?— Y ser mi madre — aclara el pequeño que ahora sé que se llama Taddeo.Observo confundida a los dos hombres que me observan esperando una respuesta, de una pregunta que me parece imposible de escuchar. Es para mí, como si un mundo nuevo se mostrara frente a mí y ese mundo aunque se ve hermoso, asusta, porque es algo que no he explorado y mucho menos, tenía pensado siquiera ver.— Debe estar bromeando, señor Cappelletti.— No, no bromeo Shantelle. Quiero que seas mi esposa y mi hijo, quiere que seas su madre. — Mi única madre. — aclara el pequeño y yo sonrío, mientras siento que mi cuerpo duele más.— No debí firmar la boleta de salida voluntaria. No solo tengo mi cuerpo lastimado, si no, mi mente. Parece que estoy teniendo alucinaciones.— No es una alucinación, Shantelle. Quiero que seas mi esposa. Lo digo en serio. — dice mi jefe con seguridad, mientras me toma de la mano, causando que pueda sentir su calidez.‘No es una alucinación. Esto es real’ me digo mentalmente mientras mis ojos se abren ante la sorpresa.Quería reírme, pero no me es posible. Si fuera Ronhaldo, el chico de marketing, me reiría porque él constantemente sale con bromas que a veces no parecen bromas y lo son. Pero, mi jefe no era así, nunca lo ha sido. Por lo que, la seriedad del asunto debe tomarse y por ello, aunque me parezca ilógico, no puedo reírme. Es evidente que algo está pasando y lo peor es que no sé si tengo la fuerza suficiente para poder enfrentarlo. — S-señor Cappelletti, yo voy a regresar al hospital. Necesito ir al área de psiquiátrica. Estoy empezando a tener alucinaciones, aunque el golpe no fue fuerte en la cabeza.— No estas alucinando, señorita Pussi.— ¡Eso es! ¡Usted me llama señorita Pussi, no Shantelle! ¡Incluso creí que no conocía mi nombre! — exclamo sorprendida.— Tienes razón, no recordaba que ese es tu nombre, hasta que me dieron tu información, pero, eso no quiere decir que lo que te he pedido es extraño. — dice mi jefe y yo lo observo fijamente.— Es justamente lo que eso significa, señor
Con nerviosismo, camino hacia el interior de la casa que resulta intimidante para mí. Soy consciente que no debo estar aquí, peor, no soy capaz de decirle a mi jefe ello, cuando parece que hay un malentendido entre nosotros.— Lleven a la futura señora a una habitación cómoda. Denle todo lo que necesita para que pueda bañarse y consíganle ropa cómoda. — ordena mi jefe— Sí, señor.— No es necesario. — digo de inmediato, intentando retroceder, pero, el niño toma mi mano.— Vamos, madre. — dice jalándome hacia una parte de la casa que lógicamente es desconocida para mí.— Si que eres un buen niño con ella. Ojalá fueras así conmigo.— No — se limita a decir el pequeño que se marcha conmigo.Entro a una habitación y una de las chicas entra al baño, mientras otra se acerca a mí.— ¿Necesita que la ayude a desvestirse? — pregunta ella y yo niego retrocediendo.— Yo lo hago — dice el pequeño con emoción.— Tampoco. Puedo hacerlo por mi propia cuenta. — digo de inmediato.— Quiero hacerlo.—
No puedo entender que es lo que le pasa a mi jefe, pero, actúa de una forma demasiado dura con un pequeño que no sabe cómo funciona el mundo, por lo que, me esfuerzo en consolarlo y observar mal a mi jefe, que parece no importarle ver a su hijo llorar.— No lo volveré a hacer. — asegura el pequeño y yo asiento.— Te creo. Calma tu llanto, eso hace que duela mi corazón — pido y el pequeño levanta su rostro y como si cerraran una llave de agua, retiene sus lágrimas hasta que estas desaparecen completamente.— No puedo creerlo. — dice el señor Cappelletti — ¡Incluso calmas tus berrinches por ella!El pequeño ignora a su padre e intenta subirse encima de mí, pero, yo me quejo, causando que se detenga. — Deja de lastimarla. Sus golpes no fueron graves, pero, eso no quiere decir que no esté herida. — dice mi jefe alejando al pequeño como si fuera un cachorro.— Te odio.— Sí, como digas. Mejor ve a hacerle un poco de comida para que tenga ella energía. Recuerda que no ha desayunado — dice
Realmente no comprendo que es lo que está sucediendo, aunque pienso que es una cámara escondida, donde hacen muchas bromas, no hay espacio para esa duda, al ver la seriedad de mi jefe, por lo que, trago duro.— ¿Por qué debo ser yo? — pregunto mirándolo fijamente— ¿Por qué no tú?— Porque somos muy diferentes, señor Cappelletti. No le intereso, al punto que no recordaba mi nombre, entonces, ¿Por qué insiste en que nos casemos, solo porque quiere complacer a Taddeo? — pregunto deseando tener una confesión de amor.Porque si me gusta y si él siente algo por mí, podría pensar en un matrimonio. Pero, si ni siquiera le intereso, ¿para qué intentarlo?— También lo hago por mí, señorita Pussi. Normalmente no les prestó atención a detalles como nombres, pero, si recuerdo c
Mi corazón duele al saber que la ausencia de su madre debe estar marcándolo. Eso puedo comprobarlo al recordar cómo se aferraba mi cuerpo cada vez que alguien intentaba alejarme de él.Con todo lo que he visto, puedo entender que es un niño bastante inteligente. No sé realmente qué edad tiene, pero he notado de que es capaz de realizar pensamientos bastantes complejos.Por lo que, debe comprender que cruzar la carretera sin mirar a ambos lados no es prudente. Aunque como me dijo su padre, él no había salido de esta mansión. Es un niño bastante inteligente para entender las normas de la sociedad.Seguramente, antes de salir, su guardaespaldas o niñera, le informó sobre las normas que debía seguir en la calle. Por lo que. El que él corriera, tuvo que haber tenido alguna causa Lo suficientemente fuerte para que él olvidara todas las normas que debía segu
Termino de desayunar y las chicas se llevan los platos, mientras Taddeo presiona un botón de donde sale el control remoto, donde presiona algo y las cortinas se cierran un poco, para después, presionar otro botón y con esto, sale un televisor, de una pared donde solo había un espejo.— ¿Cómo puedes hacer algo así? — pregunto aturdida.— Es una casa inteligente, madre — dice Taddeo y yo asiento comprendiendo.‘Parece que todo en esta casa es inteligente.’ Me digo mentalmenteEl pequeño no me habla más y para mi desgracia, coloca un canal de finanzas que no comprendo, pero, parece que a él le divierte, porque se burla o niega como si el presentador, estuviera hablando con él.Al estar todo en calma, sin propuestas de matrimonio extrañas o atenciones excesivas, relajo mi cuerpo después de caminar un poco por la habitación. Sin em
Me detengo al ver a las tres personas reunidas. Por sus expresiones, se notaba que era algo serio y no es para menos, hace pocas horas, el pequeño de la familia desapareció, pensaron que lo habían secuestrado y después de eso, el accidente.‘Tienen mucho en que pensar y más si su hijo en vez de tomar medidas por eso, ha decidido casarse.’ Me digo mentalmente.Por lo que, me quedo varios pasos atrás esperando que terminen de hablar. Pero, al poco tiempo, soy vista por mi jefe, quien me hace una señal de asentimiento para que me acerque.— No estoy de acuerdo con que te cases. Es una mujer extraña. No sabemos si es buena para Taddeo y sabes que él es la prioridad aquí. — dice su padre y mi jefe lo ignora.— ¿Te duele algo? Quizás has venido aquí porque después de rescatar a la prioridad de la casa de un resfriado y después salvarlo de una muerte segura, tu cuerpo está pasándote factura, ¿no es así? — pregunta mi jefe, mirando hacia su padre.Este maldice, pero, no dice algo al respecto.
Sentía que me están hablando en un idioma totalmente desconocido para mí, ya que, aunque podía comprender lo que decía, no entendía como habían llegado a una conclusión sin tomar en cuenta mi decisión.Su padre, quien había identificado como mi aliado para impedir dicho matrimonio, suspira derrotado y asiente con resignación. Es evidente que no está de acuerdo en la decisión de su hijo, pero, también está claro que eso no va a detener a mi jefe.— Entonces, nos detendremos por hoy. Han sido horas bastante complicadas, por lo que, es mejor que tomemos un descanso antes de retomar este tema. — dice el mayor de los Cappelletti con firmeza— No hay algo que hablar al respecto, es una decisión que he tomado y abordaré de la manera adecuada. Solo les pido que respeten mi decisión y como manejo mi familia. — dice mi jefe con el