Estábamos solamente ella y yo, durante los últimos meses había aprendido algo a temerle a mi suegra, era una mujer astuta y sin duda sabia siempre jugar. Los últimos dos meses sus peleas se debían a ella. Las mentiras y los engaños solo tenían una persona detrás de todo aquello que todo lo que construimos los últimos meses fueran destruido por una simple palabra de esa mujer la odiaba con todo mi ser.
—Señora Yelena, ¿Sucedido algo? Leonid, no se encuentra— mencione acercándome a la sala manteniéndose de pie, coloque mi mano sobre mi vientre.
—Mi marido me conto sobre algo interesante.
Se levanto con esa sonrisa peligroso, deteniéndose pocos pasos a mi alcance y me quede allí, aunque deseaba retroceder y esconderme en mi habitación, pero de nada serviría no había nadie que me entendiera y quien lo había hecho sufrió las consecuencias de mis actos.
—El señor Sergei es una persona que sin duda tiene mucho que decir.
—Ese bebe— dijo mirando mi vientre y su mano casi roso mi panza, retrocedí, no deseaba que pusiera sus manos en mi cuerpo—. Se quedará con nosotros, y tu desaparecerás de nuestras vidas.
—Veo que la puso al tanto, pero el sabe que ya no será así— aquello la sorprendió, aunque hubiera preferido ocultar aquello de Leonid sabia que si lo descubriría por otros se molestaría, ella había jugado con verdades a medias y yo también lo haría—. Así que será mejor que piense en otra cosa.
—¿Tu crees que no lo he hecho? Quitarte de mi camino es muy fácil— trague fuertemente, pero me asegure de mantener una expresión neutral, no la dejaría saber que realmente su palabra tenía poder sobre mí—. O simplemente hacer lo que crece en tu vientre se termine, y solo será tu culpa.
—Usted nunca pondrá una mano sobre mi bebe, es solo mío… se lo advierto ahora, no dejare que se acerque a mi hijo; esta es mi familia.
—¿Estas tan segura de ello? — la sonrisa en su rostro me hizo dudar mas no deje que los miedos se hicieran presente.
El estruendo de una puerta siendo azotada, me impidió responderles a sus palabras mi primera impresión es que algo realmente malo sucedía; y por primera vez desde que lo conocí sentí un real miedo había perdición y ira con cada paso que daba hasta detenerse, algo fue arrojado a mi rostro.
—¿Esta es la confianza que me pides? ¿Me pides que confié en ti, cuando me vas y me engañas?
—¿Qué es esto? — con mis manos temblando me agaché y recogí una de las fotos, la chica se veía como yo, pero nunca había estado en ese lugar—. No soy yo, nunca he estado en ese lugar leonid. Tienes que creerme.
Sentí mi cuerpo temblar odiaba que toda esta situación sucediera delante de aquella desagradable mujer.
—Mi peor error fue confiar en ti. Hemos terminado.
Solo pude escuchar el sonido que sus pisadas provocaban y el mundo se destruía a mi alrededor.
—Te lo dije, destruirte es muy sencillo.
Al observarla marcharse me derrumbe sintiendo que todo se arruino, que esta vez no existía marcha atrás. Aunque no lo quisiera admitir tenía que hacer rápido una decisión por mi y la seguridad de mi hijo. Tenia que irme antes que todo me fuera arrebatado.
Ojalá nunca fuera entrado en esa casa, fue mi perdición. Mi amor y mis esperanzas fueron destrozadas y lanzadas al aire como las fotos y fáciles de destruir.
Leonid Sokolov, fue mi perdición y su amor fue mi condena.
Igor lanzó los dados esperando que esa vez pudiera recuperar el dinero que había apostado; y lograr salvar parte de su empresa de la quiebra, sintió sus dedos temblar mientras los dados seguían moviéndose hasta detenerse y casi cruzó sus dedos esperando esos dos números que le salvarán el pellejo. —Parece que hoy tampoco fue tu día de suerte—se burló el hombre quien lo acompañaba en la mesa de póker mientras este veía todo el dinero que había perdido. —Supongo que hoy tampoco lo fue mi día—se quejó, había apostado más de lo que había esperado y mucho más de lo que realmente tenía en aquellos momentos. Se sintió ansioso; lanzó las pocas fijas que le quedaban para marcharse ya no tenía casi dinero si contaba el que debía. Al girarse para marcharse se encontró con uno de los encargados del casino casi quiso temblar de miedo, asintió con su cabeza a modo de saludo y se fue del lugar tan pronto como fuera posible pero el hombre lo detuvo con una advertencia. —¿No deberías pagar lo que
Tan solo una pequeña respuesta cambio el mundo de Jade, aunque sería una boda discreta; ella solo sabia que era su deber eso fue lo que dijo su padre; desde que tenía uso de razón había sido apartada por su familia. Cuando tuvo la oportunidad de escapar al extranjero lo hizo sin dudarlo. Habría regresado pensando que sería diferente, pero klara la veía como una amenaza.Cuando su padre le dijo que debía hacerle un favor, para ayudarle a pagar su deuda; ella intento ayudarlo con lo poco que tenia reunido en sus años de trabajo en el extranjero, sin duda el grande monto era el cuádruple de lo que ella tenía ahorrado.Mañana sería el gran día realmente no sabia mucho y tenia miedo otra vez se sentía como una niña pequeña perdida, como siempre pensó en escapar como lo hacia siempre; sus manos sudaban quería correr, pero los hombres la mantenían custodiada; su madrastra había tomado su pasaporte. Tenían todo controlado hasta el final.—Señorita, el señor Sergei quiere hablar con usted—info
Leonid.—¿No crees que jugaste muy bien para tener todo planeado? —pregunto su mano derecha, casi quiso reír todo había salido como él había esperado y eso lo tenían aun mas feliz de lo que podía creer. Quería terminar todo rápido e ir a un club y disfrutar de alguna mujer dispuesta.—Era matar dos pájaros de un tiro y la boda el momento perfecto… ahora solo queda esperar y ver quien más cae—asegúrate que todo vaya según el plan y solo los hombres de confianza.—Pobre de la novia, no sabe de lo que le espera contigo—se burlo a lo que sonreí no estaba totalmente interesado; luego encontraría la forma de desasearme de ella, no me casaría por ningún medio. Aquello seria hasta el final de sus días.—Lo bueno es que quedare viudo el mismo día, tal vez sea un nuevo récord — comente pensando en la desafortunada mujer que deposaría en dos días. Me había sorprendido de cierta manera que mi padre hubiera encontrado una novia tan rápido, aunque no lo quisiera todavía no había asumido el control
JadeAmbos dirigimos la mirada al impotente hombre que se encontraba en la puerta con expresión seria; aunque tenia la misma mirada que el que ahora sabia que seria el novio como sorpresa e incredibilidad de lo que veían ante sus ojos, sabia que era bonita jamás había duda de la belleza que le mostraba el espejo. Era como si estuviera viendo un fantasma.—Señor ya es hora, ya va a comenzar la ceremonia—fueron sus únicas palabras antes de abandonar el cuarto dejando un silencio entre ambos. Antes de darme una última mirada.—Nos veremos.—No es como si quisiera.Nuestras miradas se encontraron y me arrepentí inmediatamente, el señor Sergei había sido muy claro en nuestro acuerdo. Nadie debía saberlo, solo seriamos nosotros dos.—¿Quisiste decir algo? —pregunto acercándose a mí, algo en su mirada parecía querer devorarme.¿Era mi señal para correr? Aunque una vez leí que es mejor no correr de los monstruos porque solo provocaras que te persigan.—Creo que es hora de que te marches.El s
¿Alguna vez te han dicho lo cerca que esta la muerte? Jamás pensé que llegaría tan pronto, pero mi vida dependió de un hilo hasta que se rompió.Jade.Sintió como su mano la guiaba hasta el centro de la pista del baile, había pensado que la boda sería suficiente jamás se espere ese banquete luego de la ceremonia. Y podía decir que no había algún familiar aquello parecía mas una cena de negocios. Había cruzado unas pocas palabras con la madre de ahora mi futuro esposo para dejar claro que no era de su agrado. Quien dejo claro su intención al abandonar la fiesta sin ningún pudor luego del discurso del señor Sergei. Su mirada sobre mí, podía sentir el odio emanar de ella ¿Cómo podría una persona que te acaba de conocer verte de esa manera? Aunque la mano de leonid sobre mi pierna me hizo mirarle y por un momento preocuparme por su toque.Parecía como si hubiera ingresado en una espíese de círculo de poder. Todos parecían querer ser agradables conmigo, como si pudieran obtener algo a trav
Cuando estábamos a punto de marcharnos, la voz de klara se escuchó detrás nuestros. Hubiera deseado que no fuera presente en nuestro cruce de palabras, menos supiera de mis problemas no se mezclaría en mis asuntos personales y mucho menos sentimentales.—Espero que la cuides, no queremos que se dañe ¿verdad? Porque no la aceptaremos de nuevo en casa— apreté mis manos en puños clavando mis uñas causándome un mayor dolor al que sus palabras representaba.Aunque siempre terminaba de causar el daño deseado; sentí unas lagrimas caer por mis mejillas inspire profundamente no podía hacerlo. No lloraba porque fuera un ataque, solo era de impotencia y rabia que había estado reteniendo todo este tiempo.— Desde ahora, jamás vuelva a buscarme. Tome esto como muestra de agradecimiento. Todo lo que le debía, cada uno se lo he pagado esta noche ¿Al final no era lo que deseaba? Pero comprendo que no siempre se puede ser feliz con los resultados que obtiene. No vuelva a buscarme, no seré amable la pr
—Podrías soltarme, antes parecías muy encontrar en la idea de contacto físico entro nosotros ¿No? —Solté un jadeo y liberé su mano, sintiendo mis dedos entumecidos de lo fuerte que había apretado su mano.—Tu fuiste el que me ofreció su mano—dije a la defensiva, abrazándome a mí misma mi cuerpo todavía temblaba por todas las emociones por las que acababa de pasar.—Entonces, sabré que si te ofreces tomare todo lo que tienes para darme— aquello sonó como una promesa, aquello me hizo encogerme en mi lugar no parecía bromear ¿Yo ofrecer algo para él? Ya había vendido mi cuerpo, era una verdad que tenía que ir asimilando.—Eso está por verse.—No es que tengas mucho por negarte ¿No es así? — era una amenaza explicita, aquello me hizo estremecer, sabía que para lograr lo que le había prometido al señor Sergei necesitaría mas que un simple rose de manos, o hasta más allá de un beso.—Olvida lo que dije, lo siento… solo es mucho para mí— dije intentando calmar los ánimos—No te disculpes, no
No entendía cual era la terquedad del asunto, pero nunca lo expondría de aquella manera. Sentía mi pecho subir y bajar debido a mi respiración acelerada, la situación y la manera como su beso había robado algo mas de lo que quisiera advertir, era oscuro. Algo que estuviera robando mi alma poco a poco.—Creo que decirme su nombre será el mejor comienzo para ambos, nos evitara muchos dolores de cabeza— bufe ante eso, ni él se lo creía, pero la seriedad en su expresión me hacía pensar que tal vez no estuviera bromeando. Que para él, era de verdadera importancia.El espacio entre nosotros, era intimo aparte la mirada. Y la cercanía se sentía bien.—Cree que no aceptar este matrimonio me hubiera ahorrado muchos dolores de cabeza—espete con rudeza, mirándolo furiosa recordando lo molesta y dolida que estaba con mi situación—. Lastima que esto no será para siempre. Cuando…—¿Piensas que me aburriré? ¿Nunca escuchaste sobre mí? Se dice mucho de mí, algunas verdades y otras mentiras, pero hay