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Capitulo 1: Camino de Espinas

Igor lanzó los dados esperando que esa vez pudiera recuperar el dinero que había apostado; y lograr salvar parte de su empresa de la quiebra, sintió sus dedos temblar mientras los dados seguían moviéndose hasta detenerse y casi cruzó sus dedos esperando esos dos números que le salvarán el pellejo. 

—Parece que hoy tampoco fue tu día de suerte—se burló el hombre quien lo acompañaba en la mesa de póker mientras este veía todo el dinero que había perdido. 

—Supongo que hoy tampoco lo fue mi día—se quejó, había apostado más de lo que había esperado y mucho más de lo que realmente tenía en aquellos momentos. Se sintió ansioso; lanzó las pocas fijas que le quedaban para marcharse ya no tenía casi dinero si contaba el que debía. 

Al girarse para marcharse se encontró con uno de los encargados del casino casi quiso temblar de miedo, asintió con su cabeza a modo de saludo y se fue del lugar tan pronto como fuera posible pero el hombre lo detuvo con una advertencia. 

—¿No deberías pagar lo que debes? A mi jefe le gustan más los deudores vivos que los muertos ¿Esta claro? —preguntó sarcástica mente con una advertencia, Igor trago saliva intentando ocultar el miedo que sentía. 

—Pronto vendré a cancelar—replicó en tono molesto y rápidamente se hizo a un lado para poder marcharse mientras sentía sus manos sudorosas debido al miedo. 

Así mismo fueron pasando los días y se fueron convirtiendo en dos largos meses por más que el hombre intentaba no podía encontrar una forma de pagar la deuda y seguir a flote. Y sabía que los intereses se seguían acumulando, en cada día que pasaba. Ahora con su hija Jade de vuelta en el país tal vez podría prestarle dinero que su madre había dejado. Era su única oportunidad. 

Debía salvar a su familia de las garras de la familia Sokolov, fama tenían hombres adinerados, exitoso y sobresalientes, pero muchos conocían su otra fachada y dentro de ella el miedo al escuchar su nombre era asociado, nunca nadie pudo escapar de ellos, eran despiadados en los negocios y en cualquier parte en el que pudieran dominar el territorio. Todo les pertenecía. Nadie nunca se atrevió a llevarles la contraria.

Así pasaron dos meses; nadie, no había persona alguna que estuviera dispuesto a ayudarlo; intentado por todos los medios conseguir algo de dinero para cancelar su deuda, solo te quedaban pocos meses antes de que todo se acabara, antes que realmente perdiera la cabeza. Tenía todo lo posible para salvar su trasero. Tener una deuda con los Sokolov, era como deberle al diablo

Dos autos negros se detuvieron frente a la mansión; se encontraba en completo silencio. Parecía que muy pronto aquella desgastada casa pasaría hacer   otras de sus posiciones. 

—Señor... ¿Desea hacer una visita? Boevik pasará hacer la visita más tarde— pregunto el hombre sentado en el asiento de copiloto.

— Sí hagamos una visita rápida, veremos qué podemos esperar— dijo el nombre, rápidamente el hombre mayor salió destilando poderío y avanzo hasta la puerta seguido de sus hombres

Tocaron el timbre, pasaron de varios minutos se escucharon pequeños pasos y la puerta que, abierta por un ángel, el señor Sokovol no pudo cuillar quedarse sin Palabras, al igual que los hombres que acompañaban. La rodeaba un aire de inocente. Estaba congelado, sonrió saliendo de su asombro. 

—Buenos días, Señor ¿A quién busca? — pregunto Jade un poco intimidada al notar el aspecto de los hombres que lo acompañaban, y se imaginó que su padre habría vuelto a apostar. 

— Busco al señor Novikov — Respondió. 

—Claro, pase. Lo llamare para usted- dijo abriendo la puerta y se deslizo a un costado para que ingresaran, por un momento dudo como presentarse; al final casi no existía en la sociedad a la que su padre y madrastra hacían tanto alarde. Debía pasar inadvertida como siempre. 

Los guio a la sala y antes de marcharse les ofreció algo de beber, subió rápidamente a avisarle a su padre que lo esperaba en la sala. 

—Ya viene ¿Desea algo de tomar o comer? — preguntó ella. 

— Te, por favor - pidió al ver que la joven insistía. 

Ella se apresurado y empero a servirle y al otro hombre rudo que lo acompañaban, sin duda si los hubiera visto en la calle así los fuera confundido con unos ladrones, al terminar les tendió la tasa bajo la atenta mirada de los hombres. 

—¿Eres la hija del señor Novikov? - pregunto dándole un sorbo a su taza, Jade temiendo enfurecer a su padre respondió bajamente.

—Si, pero solo estoy de vacaciones — contestó con una simple sonrisa, esperaba que no hiciera preguntas referentes a ella delante de Klara, no quisiera enfurecerla durante sus días en casa. 

—¿Estudias en el exterior? Por cierto, muy rico él te— dejando la taza a un lado, completando su interés en la chica, al final tal vez venir antes que el Boevik sacaría mejores frutos. 

- Sí, recién vuelvo. Aunque me quedare unas pocas semanas - completo por inercia mientras miraba hacia las escaleras esperando que su padre apareciera. 

- ¿Estas casadas? - preguntó el hombre. 

—No, aún no... espero estarlo en unos pocos meses —respondió un poco incomoda ante la repentina pregunta. había respondido con sinceridad, era una de las razones por la cual había vuelto; el pequeño dote que su madre había guardado para ella. 

En ese momento su padre apareció luciendo Pálido y un poco tembloroso; Jade sabía que últimamente había problemas con la empresa e Imaginaba que era un socio comercial. Esperaba que no se fuera como el último maldiciendo lo y diciéndole lo mal que acabaría. 

-Jade, retírate - le ordenó, el señor el Sokovol alzó una ceja y luego sonrió viendo a la chica. 

—De hecho, señor Igor, su hija sin duda nos mantuvo muy entretenidos— mencionó recostando la espalda del mueble, Jade lo miró esperando otra orden de su parte más le hizo una seña para que se sentará. 

—Puedes quedarte —, dijo tropezando un poco las palabras. mientras pasaba sus manos de manera regular por sus pantalones limpiando el sudor que corría de estas.

Ambos tomaron asiento, Jade no sabía cómo actuar nunca le permitían estar cuando su padre traía algunos de sus socios o posibles novios para su hermana pequeña; sabía que su madrastra klara tenía un pequeño odio así su imagen, el retrató de su madre.

— Cuéntame Jade, ¿Qué es le dijiste? — preguntó este, ella por una vez en la vida decidió mentir, no quería problemas.

—Le dije que estudiaba diseño de modas, le hablaba un poco de París.

—De hecho, Jade También es muy buena con los idiomas —agrego Igor al ver el interés por su hija..

— Supongo, que la inteligencia es una gran virtud que posees - dijo sonriéndole - Señor Giotto, ahora podemos hablar de negocios.

Jade se retiró al imaginar que gul sucederá no tenía nada que ver con ella. El Viejo Sergei rápidamente cambio su expresión que hizo que Igor' se asustara completamente. Después de todo no había sido el Pakhan por nada, era un hombre que dejaba de una sonrisa podía contener tu último aliento.

Y así el camino lleno de rosas de Jade se interpuso un camino repleto de espinas.

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