Leonid.
—¿No crees que jugaste muy bien para tener todo planeado? —pregunto su mano derecha, casi quiso reír todo había salido como él había esperado y eso lo tenían aun mas feliz de lo que podía creer. Quería terminar todo rápido e ir a un club y disfrutar de alguna mujer dispuesta.
—Era matar dos pájaros de un tiro y la boda el momento perfecto… ahora solo queda esperar y ver quien más cae—asegúrate que todo vaya según el plan y solo los hombres de confianza.
—Pobre de la novia, no sabe de lo que le espera contigo—se burlo a lo que sonreí no estaba totalmente interesado; luego encontraría la forma de desasearme de ella, no me casaría por ningún medio. Aquello seria hasta el final de sus días.
—Lo bueno es que quedare viudo el mismo día, tal vez sea un nuevo récord — comente pensando en la desafortunada mujer que deposaría en dos días. Me había sorprendido de cierta manera que mi padre hubiera encontrado una novia tan rápido, aunque no lo quisiera todavía no había asumido el control del negocio luego me aseguraría de demostrar mi total control sobre mis hombres.
—¿Qué pasaría si te gustara la novia? —solté una carcajada por aquella estupidez, jamás pasaría algo como aquello ni, aunque el diablo se apareciera al frente de él. Sin duda aquello era una broma.
—Algo como eso no pasara, primero ponme una bala entre las cejas. Espero que todo pueda terminar.
—jefe, ¿Pero sabe quién es la novia?
—Por lo que creo es alguien de afuera, lo que sin duda lo hace más interesante.
Dia de la boda
Jade.
Me sentía nerviosa al ver mi reflejo en el espejo de la habitación, me habían arrastrado la noche anterior; dejándola encerrada en la habitación no había escapatoria. Cinco pisos sin duda, seria una muerte segura tenía mucho que vivir adelante, pensé que al siguiente día podría buscar una forma de huir, pero los hombres que escoltaban la puerta era un gran ‘’No lo intentes’’. Las estilistas habían entrado y hecho de todo con ella, se sentía como una muñeca dejándose manejar por ellas. Su imagen detonaba una imagen triste, aparte las lágrimas que cayeron por mis mejillas; se sentía como si mi mundo se hubiera congelado. Aquello era como un castigo, sin duda era una elección de la cual no había estado dispuesta a aceptar, pero ese hombre que decía ser mi padre no me había dejado sin opción alguna. Y todavía recordaba sus palabras:
“Tienes que hacerlo, no los debes por criarte y no dejarte abandonada cuando tu madre murió… al final, nunca fuiste mi hija”
Aquello sin duda fue como un balde de agua fría contra mi cuerpo, era como si fuera mi deber pagar esa deuda cuando siempre había pagado por lo que le daban, no entendía cuales eran los beneficios que ellos hablaban. Solo pensar si lo que decía mi padre era correcto ¿Realmente mi madre le había engañado o era otra de las mentiras venenosas de Klara a mi padre?
La puerta de la habitación se abrió mas no le preste atención alguna al final ninguna de esas personas se dirigía a mí, la gente entraba y salía de la habitación como un perro por su casa. Levante la cabeza e hice una mueca al sentir el jalón de cabello, intenté sacar el cabello de donde estuviera atorado en el cierre del vestido.
—¿Podrías ayudarme? —Pregunte a la persona que había ingresado. Salte de la silla al sentir una acaricia en mi espalda, y levante la mirada al ver un hombre guapo, no la palabra correcta para descubrir con dos palabras seria hermosamente cruel, era peligroso. Fruncí el ceño al notar que se me hacía conocido. Aquello parecía un deja vu. Jamás había sentido eso con ningún hombre, era la atracción que emanaba su cuerpo.
—¿Necesitas Ayuda? – Preguntó sin retirar su mano de mi espalda me puse tensa al sentir un escalofrió recorrer mi cuerpo, sus ojos en ningún momento quitaron la mirada de los míos.
—Mi cabello se ha enredado con el cierre, podrías ayudarme.
Me di la vuelta al no sentir mas el tirón de cabello. Casi gruñí al no sentir su suave piel contra la de mi espalda, no sabia quien seria el novio ¿Y si no fuera tan guapo como este hombre?
—Muchas gracias. ¿Buscabas algo o te has perdido?
—A la novia, pero sin duda no pensé que sería tan hermosa—, me sonrojo ante el cumplido, había algo en su mirada que no me hizo dudar de sus palabras.
—Gracias, ¿Usted quién es? — pregunte con una pequeña sonrisa en los labios, necesitaba al menos conocer su nombre.
—El aclamado novio—, menciono al mismo tiempo que se acercaba y retrocedí, era intimidante no sabia si era su altura; o simplemente el aura que desprendía—. Y vine a traerle algo a la novia, ahora me animo mas a darlo. Es una reliquia familiar, espero y sepas cuidarla.
Saco de su bolsillo una pequeña cajita azul y la abrió mostrando un hermoso tulipán. Sin duda jamás había tenido algo como aquello y no podía aceptarlo.
—Yo no puedo… eso se ve muy costoso— mencione negando con mi cabeza, al final solo seria por un tiempo. No podía desarrollar ningún tipo de sentimiento por este hombre, mi padre había cometido un pecado a deberle al señor Sokolov y yo lo haría si me enamorara de su hijo.
—Esto será algo que siempre te protegerá y donde sea que vayas todo el mundo abrirá su puerta… déjeme ponérselo—dijo con una sonrisa, mordí mi labio inferir indecisa si aceptar aquello, no sabía si eso aumentaría la deuda de su padre si aceptaba aquello—. Le aseguro que esto le pertenece por formar parte de mi familia. Por favor, concédeme esto.
Indecisa medí media vuelta observando nuestros reflejos en el espejo, aprete fuertemente mis manos convirtiéndolas en puños. Aquel hombre misterioso. El frio de la cadena contra mi piel me hizo estremecer. Y había un fuego en su mirada que me hizo sentir mariposas en el estómago, antes había sentido lo que es el amor, pero aquello era algo más que cualquier emoción que hubiera conocido.
—Se ve exquisito en ti— aquello parecido murmurado mas para si mismo que para mí. Sonaba un poco como un pervertido.
—Gracias, es hermoso—menciono tocando el preciado regalo, no estando clara de sus verdaderos pensamientos ¿Estaba de acuerdo con esa boda? ¿realmente ese hombre serio con quien me casaría?
—Todo el mundo sabrás a quien pertenece, cuando miren ese collar—aquellas palabras congelaron todo mi cuerpo, su rostro se había vuelto inexpresivo. Y causo un gran miedo, como si estuviera entrando en algo desconocido—. Bienvenida a la familia Sokolov. Mi futura esposa.
JadeAmbos dirigimos la mirada al impotente hombre que se encontraba en la puerta con expresión seria; aunque tenia la misma mirada que el que ahora sabia que seria el novio como sorpresa e incredibilidad de lo que veían ante sus ojos, sabia que era bonita jamás había duda de la belleza que le mostraba el espejo. Era como si estuviera viendo un fantasma.—Señor ya es hora, ya va a comenzar la ceremonia—fueron sus únicas palabras antes de abandonar el cuarto dejando un silencio entre ambos. Antes de darme una última mirada.—Nos veremos.—No es como si quisiera.Nuestras miradas se encontraron y me arrepentí inmediatamente, el señor Sergei había sido muy claro en nuestro acuerdo. Nadie debía saberlo, solo seriamos nosotros dos.—¿Quisiste decir algo? —pregunto acercándose a mí, algo en su mirada parecía querer devorarme.¿Era mi señal para correr? Aunque una vez leí que es mejor no correr de los monstruos porque solo provocaras que te persigan.—Creo que es hora de que te marches.El s
¿Alguna vez te han dicho lo cerca que esta la muerte? Jamás pensé que llegaría tan pronto, pero mi vida dependió de un hilo hasta que se rompió.Jade.Sintió como su mano la guiaba hasta el centro de la pista del baile, había pensado que la boda sería suficiente jamás se espere ese banquete luego de la ceremonia. Y podía decir que no había algún familiar aquello parecía mas una cena de negocios. Había cruzado unas pocas palabras con la madre de ahora mi futuro esposo para dejar claro que no era de su agrado. Quien dejo claro su intención al abandonar la fiesta sin ningún pudor luego del discurso del señor Sergei. Su mirada sobre mí, podía sentir el odio emanar de ella ¿Cómo podría una persona que te acaba de conocer verte de esa manera? Aunque la mano de leonid sobre mi pierna me hizo mirarle y por un momento preocuparme por su toque.Parecía como si hubiera ingresado en una espíese de círculo de poder. Todos parecían querer ser agradables conmigo, como si pudieran obtener algo a trav
Cuando estábamos a punto de marcharnos, la voz de klara se escuchó detrás nuestros. Hubiera deseado que no fuera presente en nuestro cruce de palabras, menos supiera de mis problemas no se mezclaría en mis asuntos personales y mucho menos sentimentales.—Espero que la cuides, no queremos que se dañe ¿verdad? Porque no la aceptaremos de nuevo en casa— apreté mis manos en puños clavando mis uñas causándome un mayor dolor al que sus palabras representaba.Aunque siempre terminaba de causar el daño deseado; sentí unas lagrimas caer por mis mejillas inspire profundamente no podía hacerlo. No lloraba porque fuera un ataque, solo era de impotencia y rabia que había estado reteniendo todo este tiempo.— Desde ahora, jamás vuelva a buscarme. Tome esto como muestra de agradecimiento. Todo lo que le debía, cada uno se lo he pagado esta noche ¿Al final no era lo que deseaba? Pero comprendo que no siempre se puede ser feliz con los resultados que obtiene. No vuelva a buscarme, no seré amable la pr
—Podrías soltarme, antes parecías muy encontrar en la idea de contacto físico entro nosotros ¿No? —Solté un jadeo y liberé su mano, sintiendo mis dedos entumecidos de lo fuerte que había apretado su mano.—Tu fuiste el que me ofreció su mano—dije a la defensiva, abrazándome a mí misma mi cuerpo todavía temblaba por todas las emociones por las que acababa de pasar.—Entonces, sabré que si te ofreces tomare todo lo que tienes para darme— aquello sonó como una promesa, aquello me hizo encogerme en mi lugar no parecía bromear ¿Yo ofrecer algo para él? Ya había vendido mi cuerpo, era una verdad que tenía que ir asimilando.—Eso está por verse.—No es que tengas mucho por negarte ¿No es así? — era una amenaza explicita, aquello me hizo estremecer, sabía que para lograr lo que le había prometido al señor Sergei necesitaría mas que un simple rose de manos, o hasta más allá de un beso.—Olvida lo que dije, lo siento… solo es mucho para mí— dije intentando calmar los ánimos—No te disculpes, no
No entendía cual era la terquedad del asunto, pero nunca lo expondría de aquella manera. Sentía mi pecho subir y bajar debido a mi respiración acelerada, la situación y la manera como su beso había robado algo mas de lo que quisiera advertir, era oscuro. Algo que estuviera robando mi alma poco a poco.—Creo que decirme su nombre será el mejor comienzo para ambos, nos evitara muchos dolores de cabeza— bufe ante eso, ni él se lo creía, pero la seriedad en su expresión me hacía pensar que tal vez no estuviera bromeando. Que para él, era de verdadera importancia.El espacio entre nosotros, era intimo aparte la mirada. Y la cercanía se sentía bien.—Cree que no aceptar este matrimonio me hubiera ahorrado muchos dolores de cabeza—espete con rudeza, mirándolo furiosa recordando lo molesta y dolida que estaba con mi situación—. Lastima que esto no será para siempre. Cuando…—¿Piensas que me aburriré? ¿Nunca escuchaste sobre mí? Se dice mucho de mí, algunas verdades y otras mentiras, pero hay
Leonid.Cerré los ojos fuertemente y apreté entre con mi dedo pulgar e índice el tabique de nariz, todavía no podía creer todas las estupideces que habían salido de mi boca; era la única consideración que podía darle tanto a ella como a mí mismo, me había impresionado al reconocerla, esa chica boca suelta de aquella cafetería en el centro de Paris.Era lo único que lamentaría, pero era egoísta al no desear tenerla junto a mí, tal vez esa pequeña obsesión años atrás lo había superado al encontrar alguien igual a ella, fue lo único que me contuvo sobre buscarla, y atraerla a este mundo de perversión, maldad donde entraría y la arrastraría a mi mundo donde no podría salir.Era un idiota por pensar que podría ser suya, al menos aquella vez. Verla sonreír para él, anhelaba eso era una enfermiza obsesión.—Volvamos— fue mi única orden. Sabía que estaba rompiendo mi palabra pero no deseaba perderla y dejar que otro tuviera parte de ellas que yo anhelaba y posesivamente quería que solo fueran
Leonid sonrió de lado, no podía creer aquello. Le daría un gran regalo, se atrevió a intentar dañar a su gente, amaba a Dasha, pero no permitiera que sus errores tocaran a Jade, a su esposa. Hizo una señal y el hombre cayó al suelo, inconsciente. La sangre alrededor del cuerpo, sentía esa sensación corriendo por su cuerpo, al saber que disfrutaba de ello.—Supongo que tendré que enviar otro regalo—dijo sacando un pañuelo limpiando sus manos de la sangre —. Envíenlo, que sea muy entretenido. El mensaje tiene que ser claro. Quiero un nuevo guardaespaldas para Jade que la cuide en silencio.—Me encargare, pero deberías cambiarte si no asustaras a la novia… me encargare de todo, señor— se burló Iván mientras abandonaban el lugar, Leonid soltó una carcajada era lo menos que le preocupaba, al ingresar a la casa principal no pudo evitar detenerse al mirar al segundo piso, suspiro y moví un poco su cuello se encontraba un poco tenso—. Nada podrá ser mas complicado, sin embargo, podría investi
Jade jamás pensó que su primera vez no sería tan placentera, no podía negar que ahora su esposo sin duda había sido un don juan, al final podía cumplir con lo prometido y luego marcharse, al final no tenia porqué unirse aquella familia. Al final su tiempo al lado de aquel hombre tenía fecha de caducidad.—Sabes… si hubiera pensado que seria tan fácil, no hubiera pensado en escapar—soltó adormilada entre el cansancio y el alcohol que quedaba en su sistema—. No, no, no me opondría, mi padre hizo una buena inversión ¿Ganaste con ella, ¿no? Al final, diría que fue una buena inversión para mí. Ganeeeeeeee, un esposo muy guapo.—¿Oferta? ¿de que estas hablando? — deseaba saber como esa mujer termino en manos de su padre, ahora la ganas de saber más era mayor.—Ups es mejor que no hablemos alguien podría oírnos.Fueron sus últimas palabras recostó su cabeza en su pecho arrullando junto a él por una vez sintiendo el calor a su lado, algo que hace mucho tiempo no había sentido, aquello desconc