(Narra Iker)La había invitado a dormir en mi cama, junto a mí, por primera vez desde que la conocí. Era una diosa, una mujer imponente, la más bella y era solo mía. Me gustaba su forma de ser alocada y decidida, incluso me gustaba cuando me desafiaba, porque tenía una actitud que la hacía ver incluso más hermosa. Keira, se llamaba y la escogí para que fuera mi luna toda mi vida, era ella y solo ella quien dominaría mi deseo, mi fuerza y el destino.La vi quedarse profundamente dormida, cuando su respiración se hizo pausada y en calma. Su cabello estaba revuelto por la almohada y su brazo me rodeaba, haciéndome feliz. No se lo diría, pero estaba a punto de rendirme antes de conocerla. En realidad, nadie lo sabía, todos creían en la imagen fuerte y despiadada que mostraba, ese alfa indominable al que la gente temía desafiar. No quería perder ese miedo, era lo que me hacía ser respetado ante las personas que debía dominar. Los negocios eran difíciles de mantener sin competencia y las je
Miré a Iker con los ojos enamorados, me estaba volviendo una chica cursi, santo cielo, como podían estar pasándome estas cosas. ¿Por qué había aceptado que me marcara como si fuera su sumisa? No entendía porque hacía lo que hacía, era como si me hubiera cegado por completo a todo lo que antes creía. Mientras Kal me habló el interruptor dentro de mi mente me volvió a llamar cobarde.“Haces esto porque es lo más fácil, vivir en esta mansión es fácil. Ir a luchar por tus sueños por ti misma no lo es.”Me repetía, diciéndome que escogí ser la sumisa y mate de un alfa solo porque no quería seguir peleando en el mundo de allí afuera. No sabía si era cierto o si era una crítica dura hacía mi misma. El nombre de Gala retumbaba en mi cabeza con insistencia. ¿Qué le había hecho a Jayden a su padre? Maldición, podía estar muerto ahora mismo, tenía que salir a ver que pasaba en las calles de una buena vez.—Me gustaría ir a visitar a una amiga. —dije, con la voz suave, rodeando su cuello y besánd
Lo seguí para ver de qué se trataba, era un hedor muy grande y venía desde el jardín. En mi cabeza, pensé que se trataría de Gala y el mundo se me vino abajo en pocos segundos. ¿Era ella? Yo la habría condenado por mis malas decisiones, por haber escogido el peor lobo, el más terrible de los alfas y estar viviendo en esta mansión de juegos. Corrí tan deprisa como me dieron los pies, Iker iba adelante, en su forma de lobo, intuyendo una posible amenaza que se acercaba. Greg y Kal se hallaban en el jardín, mirándose con confusión.Al verlo en el suelo lo reconocí de inmediato.—Marcus… —dije, con los ojos llorosos. No era mi mejor amigo ni nada, pero esa conmoción que me daba el ver su cadáver allí era tan impactante. Me quedé de rodillas en el suelo, a su lado, contemplando su cuerpo sin vida.La última vez que lo vi fue el día de la subasta, cuando mi vida cambió para siempre y separamos nuestros caminos. Había arrojado el dinero que iba a sacarme de las calles por el balcón y lo mald
Iker se mostró más comprensivo una vez abrí mi corazón enteramente, había sido eso lo que quería desde un principio, que le tuviera esa confianza. Ahora, sus celos se aplacaban y quería ayudarme, no era un monstruo sin sentimientos. Seguía molesto, no obstante, porque no le conté desde un principio que recibí esa carta de Jayden. La rivalidad que había entre los dos era muy fuerte, se despedazarían hasta quedarse conmigo.—Él hará cualquier cosa por tenerla a su lado. —dijo Kal, cuando planteamos el rescate de mi sobrina. —A demás, no creo que siga viva…El alfa gruñó furioso, no quería escuchar que algo así se dijese en voz alta. Ese Kal no tenía mucho tacto, al oír sus palabras se me quebró el corazón. Era mi culpa, si ella estaba muerta sería por completo mi responsabilidad. Me había puesto a jugar con el corazón de esos lobos y ahora tendría que pagar los platos rotos. Ojalá solo estuviera prisionera, esperando que alguien la rescate, como en los cuentos de princesas.—Lo siento,
—No creo que alguien que viva aquí sea el adecuado para criar a una niña. —dijo Iker, con su mirada severa inspeccionando las deterioradas y manchadas escaleras. —¿Estás segura de que importa si está vivo?—El es su padre. —respondí, era injusto que le hubieran dado la tenencia a él, pero así eran las cosas. —El juez le otorgó la tutela a él.—Eso puede cambiar. —dijo él, con los ojos chispeantes, sabía que era tan rico que podía convencer a la gente de que yo era una mejor tutora.—Primero hay que encontrar a Reg, tiene que estar vivo… —empecé a decir, mientras seguíamos subiendo.No quería que Gala tuviera una madre y un padre muertos, no se merecía eso. Reg no era el mejor padre del mundo, pero tampoco merecía morir cruelmente por culpa mía. Santo cielo, se había desatado un caos desde el día de aquella famosa subasta donde iban a comprarme para hacerme una sumisa. Era más o menos lo que sucedió y recuerdo bien, que yo iba a escapar de cualquier lugar donde me tuvieran y saldría co
No era posible para nada, no podían poner a Gala en adopción porque su padre tenía la tutela y no se inició ningún juicio para quitársela. Era un engaño.—Creí que me iban a escuchar, aunque después pensé. Bah, mira este basurero, la niña estará mejor en otra casa… —empezó a relatar, sin hacer contacto visual con nosotros, no quería demostrar su tristeza. —Ella no se quería ir, lloraba y pataleaba tanto y se aferró a mí.Me quedé helada, no esperaba que quisiera relatarnos el momento, debía estar desesperado. Una mezcla de emociones se veía en su mirada, el miedo, la tristeza y la irracionalidad estaban allí presentes.—Ella no quería irse y se los dije. Entonces Gala se encerró en su cuarto, yo lo acababa de limpiar porque había hecho un volcán con salsa de chocolate y masa de sal. —soltó una carcajada. —¡Era un autentico desastre!No estaba en sus casillas, pero lo que decía era verdad, podía verlo en sus ojos.—Entonces les dije que no se iba a ir y ahí comenzó la golpiza. —se agar
En el automóvil no me dirigió la palabra en lo absoluto, estaba molesto y no sabía porque. Yo tenía muchos más motivos que él para estar enfadada, me había tratado como a una simple sumisa y ya, que podía mantener callada y bonita para cualquier ocasión. Seguía pensando en Reg, en si sobreviviría a toda esa depresión evidente que transitaba luego de que la niña fuera raptada. El lo sabía, incluso cuando nos echó lo vi en sus ojos, temía por su vida y sabía que no estaba a salvo. Iker me aseguró que el día de la fiesta, el recuperaría a Gala y la mantendría a salvo, que solo tenía que esperar a que el actuara. Lo tenía todo bajo control.Mis decisiones me ahogaban, el saber que ya estaba marcada y la ira que me hacía sentir esa impotencia de no poder desafiarlo me quemaba por dentro. Pero yo dejé hacerme suya, porque me gustaba y me atraía más que nadie, porque amaba sentirlo en mi interior y su forma de ser posesiva me encapsulaba sin dejarme ver sus defectos evidentes.Me encerré en
Platicar con Ema me hacía bien, en mi corto tiempo en la mansión se había convertido en mi confidente y en la persona en quien más confiaba.—Tienes el cabello enredado. —me dijo, inspeccionando los nudos evidentes. No me había molestado en peinarme cuando volví, debía tener un desastre allí arriba.Ella comenzó a desenredar mi cabello con paciencia.—Me gusta mucho la peluquería. —dijo mientras comenzaba la ardua tarea, nos sentamos sobre la cama para que fuera más sencillo. Con las yemas de sus dedos desenredaba cada hebra sin hacer que me doliera. Siempre que yo me peinaba tenía tan poca paciencia que tironeaba y sufría bastante.—Gracias. —dije con una sonrisa. —Me has ayudado en todo, incluso en una guía de la mansión y los lobos.—Es que me caes bien. —contestó ella. —Me gusta que estés aquí.—¿No te sentías asustada cuando llegaste? Eras la única humana… —empecé a decir.—En ese momento no lo era, Kal tenía una novia, estaba Ryan, algunas muchachas que trabajaban aquí. —explicó