(Jayden)La reunión estaba próxima a comenzar. Había tantos invitados, Maurice decía que ninguno tendría un lobo convincente para liderar porque nadie tenía soluciones a lo que ocurrió. Pero eso era peor incluso para mí, porque yo tampoco contaba con ninguna solución para el problema económico que afrontaban las mafias.Era curioso que los mayores lideres mafiosos en su mayoría fueran lobos. Pero lo más extraño era que, los humanos decidieran ignorar nuestra existencia cuando lo sospechaban en muchas ocasiones. Suponía que el dinero compraba cualquier silencio, el encubrimiento de nuestra especie era primordial para seguir en esa sombra protectora.—Tengo una inquietud, Jayden. Has convencido a todos en el pasado y ahora, seguramente o harás de nuevo. Tienes esa capacidad, que espero no sea producto de un químico y sea solo mera simpatía y recursos. —Maurice comenzó a hablar con más severidad. —¿Qué es lo que harás si pierdes el debate? Los lobos no somos como los humanos, aquí, en el
(Keira)El pequeño paso que di al trepar un poco me hizo sentir mucho más fuerte. El haber logrado estar sin contacto con ese putrefacto lodo otorgó esa energía que uno solo siente cuando está con la autoestima muy alta. Si tan solo pudiera controlar las alas, podría volar hasta el comienzo del pozo y así, golpearía la reja para salir. Si sacaba mi fuerza de demonio podía lograrlo.Kat llegó a su visita diaria, al menos cada dos horas venía a torturarme nuevamente.—Estoy de buen humor, mi amiga querida. —dijo, con un tono de voz relajado, se notaba que había tenido una buena jornada. —Estuve activa y ocupada. Ahora, tengo más tiempo para ti, no te pongas celosa. —soltó una risa irónica. —Te he traído un obsequio.Arrojó otra hogaza de pan recién horneado por el pozo, con la intención de que este cayera al fondo, se mezclara con el lodo y tuviera que comerlo porque el hambre me ganara. Conocía a la perfección sus intenciones, ella ansiaba verme comer esa basura para satisfacer su crue
Lo había salvado, claro que eso no era justo para mí, porque él me dejó morir como si nada, como si no fuéramos familia. Estaba frente a mí, pálido como una hoja de papel y no podía evitar tiritar de miedo.—¿Piensas que estás muerto, Jayden? —pregunté, con una sonrisa sarcástica.El no contestó, estaba aterrado, la explosión nos dio unos segundos. Me subí al auto que tenía en mi poder, un deportivo azul oscuro con vidrios polarizados. Abrí la puerta del acompañante y le indiqué que subiera de inmediato.Subió sin chistar, todavía en shock.—¿Eres tú de verdad, Nat? —preguntó, después de un largo silencio.Debía conducir hasta un sitio alejado, la cacería comenzaría muy pronto.—Es lo que ven tus ojos. ¿No es así? ¿No confías ni en ti mismo? Creí que eso era lo que más apreciabas. —dije, con algo de rencor en la voz, no podía olvidar su cara cuando estuvo de acuerdo con mi ejecución.Otra vez, silencio de su parte. La conmoción era fuerte, no sabía hasta que punto podía darse cuenta s
(Zhang)—Volvamos a repetir, nunca más seguiremos el instinto de Kal que no nos ha servido absolutamente de nada. —dije, mientras veía como se fastidiaba. —Esos lobos viejos ya están seniles, no actúan con normalidad, joder.—¿Eso para ti es no ayudar? —preguntó Ema, directamente observándome y no sé porque, pero me sentí un poco extraño. —Nos han dicho pistas para encontrar a Abi.Tuve que quedarme callado ante su negativa, lo cual no era normal en mí. Quizás estaba cansado, debía por eso que me encontraba bastante raro.—¿Te quedaste sin palabras? —se burló Tyler.Habíamos parado en una estación para volver a cargar gasolina, cerca de allí había una casilla turística y podrían decirnos que lugares recreativos existían en esa ciudad. Era mucho mejor que andar preguntando persona por persona.Me bajé a estirar las piernas y caminé un poco. Sentí un olor peculiar que venía desde una de las panaderías de la zona, era más fuerte que el pan. Decidí ignorarlo, quizás tuvieran algún product
(Kal)Los lobos nos acorralaban nuevamente, esto parecía algo de nunca acabar. Lo peor radicaba en que no teníamos indicios de donde hallar a Abi, que parecía haberse borrado de la faz de la tierra y sus padres no tenían ni idea de donde hallarla.—¡Abajo! —grité, al tiempo en que rodaba para esquivar al lobo que atacaba.Ellos querían a Zhang, ahora estaba claro el porqué. Esta vez no era una cuestión de poder, era un problema de dinero. La crisis de las mafias les había dejado ese plan en conjunto. Repartir las propiedades de los miembros más ricos de todos.Si no lo hacían, las mafias comenzarían a sucumbir en la quiebra. Sin embargo, no me entraba en la cabeza como romper el anonimato y el secreto de los lobos haría mejorar su situación. Debían estar desesperados por sacar la tajada del dinero y por eso actuaban de esa manera.La orden era matarnos a todos, sin capturarnos ni nada, solo necesitaban vernos muertos para repartirse todo el botín. Zhang estaba protegiendo a Ema y eso
(Keira)—Debes guardar silencio por favor, o nos mataran a los dos. —mentí, con la voz apagada y suave, para que no saliera ni un hilo de voz de ese pozo profundo y pestilente. Se debía guardar el secreto sin excepciones.—¿Qué…? —preguntó el joven, con la cara más confundida y aterrada que hubiera visto en toda mi vida.—Me tienen aquí desde hace días. —confesé, con las lágrimas en mis ojos. —Debes ayudarme a salir. El seguía en un estado de shock terminante. No parecía reaccionar más que con monosílabos. La caída también debió de afectarle. Quería gritar de la impotencia, al fin bajaba alguien, pero esta persona ni siquiera parecía poder expresarse del espanto. Si bien el sitio poseía un hedor tan horrible que nadie podría concentrarse aquí.—¿Cómo te llamas? Mi nombre es Keira. —dije, con la esperanza de que eso lo hiciera sentir más tranquilo.Luego de unos segundos que se me hicieron interminables, al fin logró decir cuatro palabras.—Me llamo… Soy Cristian. —dijo con una gran d
(Kat)Miré a Charlie con fascinación. Estaba desentrañando el libro como si fuera un crucigrama, resolviendo las intrigas para buscar el método correcto.—La soledad la matará en un tiempo más extenso. —dijo él, con la voz calmada. —Pero no es necesario que sea así. Ella no es invencible, nadie puede serlo, está en contra de cualquier naturaleza.—Sí, eso sería muy injusto. —contesté yo, ya me cansaba que la sobrevaloraran tanto. —No quiero tardar más, necesito tener su sangre en mi boca, quiero tener un control completo sobre mi loba.—Eso es lo que intento hacer. —Charlie sonrió, al tiempo en que me acariciaba. —Me gustará ver a tu loba. Creo que no la he visto nunca.—Encuentro difícil hacerlo. La verdad es que tengo miedo de fallar. —confesé, luego de ver en sus ojos que podía confiar en él. Nuestros caminos se habían cruzado de una manera óptima.Él era todavía más listo que Nat y sin la locura que lo caracterizaba. Cuando estaban por darme ataques de inseguridad, sabía cómo mane
(Charlie)En mi mente no dejaba de pensar en Keira, ni siquiera cuando dormía. Suponía que se trataba de la culpa que sentía internamente. Mi lobo estaba disconforme también. Por primera vez en muchos años me sentía mucho más humano que bestia. Eso tenía un origen triste, yo estaba en una etapa diferente.Esta vez sentía que necesitaba un respiro humano. Porque siempre había sido muy estricto conmigo mismo, en la rigidez de mi manada. A veces pensaba que podía explotar en cualquier momento. Así mismo, la soledad de no haber hallado una compañera me hacía estar cada vez más cansado.Mi corazón me pedía dos cosas completamente diferentes. Una parte de mí sabía que tenía las herramientas necesarias para liberar a Keira en estos momentos. Ella era inocente.¿En serio?No me lo creía ahora, quizás cuando estábamos en el refugio si lo pensaba. Pero en estos momentos no lo hacía, ella no era la persona que yo idealicé. Mi atracción por ella radicaba en su poder. Me costó entenderlo cuando me