(Abigail)No podía creer que habría llegado el momento de enfrentarlos. Todo lo que conllevaba esa lucha estaba cayendo al fin. Era un gran cambio en mi vida y no sabía si estaba lista todavía. Los lobos que entrené eran feroces, tenían una habilidad para el combate. Conté ciento cincuenta lobos bajo mi mando. Había logrado combinar los ataques de los grupos para que trabajaran en equipo. El trabajo fue muy duro para mí, coordinar y hacer que aprendieran de mi disciplina era complicado. Eran muchos y yo era solo una persona, entrenando todas esas tropas desaliñadas. Sus vidas habían tomado un rumbo desastroso que tuve que enderezar.Para mi fortuna, aprendían rápido. Tuve que centrar toda mi atención en hacer que me obedecieran al pie de la letra, para que los conocimientos de combate ingresaran más fácilmente a su cabeza.Al lavarme el rostro por tercera vez, me convencí de que estábamos listos y teníamos que atacar lo antes posible, era cierto. Las novedades no eran buenas, si Iker
(Iker)Las llamadas que hice de camino a la casa de seguridad brindaban un poco más de ese anonimato que se necesitaba para desenvolver una guerra de tal magnitud. Si bien era evidente que no podríamos ser invisibles, podíamos tener una mínima ventaja si no había riesgos de que pudieran vernos. No podía arriesgarme a mover a Gala, el edificio en el que se encontraba era bastante más seguro que estar en movimiento. En la casa había muchas trampas por si alguien quería entrar sin autorización. Los sistemas de defensa se activarían en los protocolos correspondientes. Esperaba que así fuera, que hubiera tomado la mejor decisión con respecto a la protección de la pequeña.Los demás vecinos debían ser desalojados antes de que llegáramos allí. Mi tropa de asesinos a sueldo también tenía un plan trazado para encontrar las debilidades del bando contrario. La tecnología que yo comercializaba tenía muchos hilos para tirar y aprovechar, con lo cual ellos estarían listos para disminuir las tropas
(Keira)—¡Baja de ahí! ¡Cobarde! —gritaba Kat, al tiempo en que intentaba escapar de las garras de Greg, que la perseguía a lo largo de esa calle.Me quedé en el aire para encontrar un hueco en el tiempo y así, poder sacar a gala de esa casa. Solo así no correría peligro, pero debía estar muy segura y actuar rápido. Si no lo hacía, estaría peor que en la casa de seguridad.Mis alas estaban respondiéndome bien, para mi buena fortuna. El entrenamiento con Tyler daba sus frutos. El me había hecho cuestionarme muchas cosas que me ayudaron a dejar de sabotearme a mí misma.No podía encontrar a Nat por ninguna parte, no debía perder cuidado en protegerme de su control. Si me tomaba por sorpresa, las cosas se pondrían mucho peor. Tomé aire y me elevé todavía más. Me sentía como una cobarde, pero Iker había aconsejado que buscara el momento para rescatar a Gala desde el cielo. Solo yo podía hacerlo. En cierto modo, no quería hacerle daño a ningún lobo y no pelear era más tranquilizador para m
(Narra Zhang)—¿Estás seguro de poder con esa misión? —preguntó Jayden, el muy desgraciado seguía con el tupé de querer darme órdenes.—No eres nadie para preguntar eso. —solté, con rabia.—Pero soy tu familia, me importaría si mueres hoy. —dijo él, con un tono casi melancólico.Últimamente no lo soportaba, se había hecho más débil de lo que creía que podía llegar a ser. La verdad no comprendía lo que le estaba sucediendo. No quedaba mucho del alfa que era nuestro líder en nuestra manada. Había cambiado mucho, su voz incluso sonaba más débil. Desde que Keira apareció en su vida, su carácter cambió demasiado.—Sí, pero no eres el alfa. —dije con desprecio. —Apenas si eres un lobo.El bajó la cabeza.—He tenido muchas decepciones. —empezó a decir, casi nostálgicamente. —Pero eso me hizo darme cuenta de las cosas. ¿Sabes? Antes les daba mucha importancia a las jerarquías. Mi familia se fragmentó, la mujer que amo está con otro hombre, nadie me respeta…—Y aún así sigues aquí, dando lasti
De no haber sido porque Kal saltó sobre el lobo, estaría muerto en estos instantes. Ese lobo no era un rival para ninguno de nosotros y, sin embargo, nos estaba dando bastante pelea. Todos ellos habían sido entrenados y era por eso, que era tan difícil pelear contra ellos. No me explicaba porque ahora tenían tantas habilidades.—Deja de hacer esto… —empecé a decir, al tiempo en que luchaba contra las descargas eléctricas que mi propio cuerpo provocaba.Parecía que el dolor no iba a terminarse nunca. Quería lograr estabilizarme calmando mis sentidos, pero no era posible, por más que lo intentara, Nat ya tenía el control. Lo miré a los ojos para suplicar un poco de piedad. Algo debía tener todavía en su corazón, habíamos pasado toda nuestra niñez juntos, éramos de la misma manada.El parecía tener la mirada congelada, los sentimientos inexistentes. Su objetivo era claro. En mi mente, traté de visualizar más recuerdos del pasado que nos unían para que así, pudiera entrar en razón y deten
IkerNoqueé a la chica para que ya no diera problemas. Contrario a lo que tenía en mente, no pude ejecutarla por traición como me hubiera gustado hacer. Ella no estaba en sus cabales y ahora podía comprenderlo. Estaba bajo los efectos de la manipulación del lobo de cobre y eso, conllevaba a algo mucho peor de lo que pensé, ella creía que lo amaba.Por tal motivo no pude matarla a sangre fría como tenía planeado y eso me hizo sentir muy extraño. Esa piedad no era propia de mí, desde que había conocido a Keira me había convertido en algo que desconocía.Seguí peleando y pude percatarme del increíble cambio de fuerza de los lobos de Nat, todos tenían una forma de pelear excelente y eso me sorprendía mucho. Eso nos daba una desventaja todavía más marcada.Uno de los lobos incluso me había lastimado, cosa que no era común para uno de ellos.Robert me alcanzó a mitad de combate con cinco al mismo tiempo, ayudándome a despejar mi camino.—Son más fuertes. —dijo Robert, con los ojos fijos en
(Keira)Bajé sin pensarlo dos veces, aunque el plan dependiera de que me quedara vigilando la casa sin parar. La explosión era muy fuerte y eso solo podía significar algo malo. Me aterraba la idea de que una desgracia hubiera sucedido.No tuve que bajar del todo hacia el suelo. Al ver a Kat huyendo por una de las casas y a Iker en el suelo llorando solo había algo que hacer. No pude bajar a consolarlo, no había tiempo para hacerlo, debía atraparla ahora que sabía en donde estaba.Perseguí a la muy desgraciada con el vuelo más veloz de mi vida. La casa donde intentaba ocultarse era de dos pisos y no la dejé siquiera subir la escalera para esconderse.—¿A quien has matado? —pregunté, con los ojos fijos en ella. Se veía tan mal, todo lo contrario, a la chica que conocí en la casona de Jayden la primera vez, que parecía una muñeca de porcelana.—Nadie importante. —Kat tenía los ojos brillantes por la emoción, como si disfrutara todo esto. —Es un beta corriente.Eso hizo que comprendiera
(Iker)Mi hermano estaba muerto. Era lo más definitivo que hubiera sucedido alguna vez en mi vida y el dolor era insoportable. No portaba tampoco ira entre esa tristeza, no volvería a ver su cara nunca ni a escuchar su voz. El había sido el único que incondicionalmente siempre me apoyó a pesar de tener diferencias.Greg tenía a su mujer que lo amaba y lo esperaba en un hogar, no merecía en lo absoluto una muerte y menos una tan poco honorable. Kat lo había dejado moribundo para que no resistiera el ataque, a pesar de ser un lobo no era inmortal. Ella le hizo algo más, esas convulsiones no eran normales para nada.Me arrepentía de no haberlo llevado yo mismo, cuanto me maldecía por eso. Si tan solo hubiera caminado y el auto no hubiese sido una opción, quizás seguiría vivo. No podía volver el tiempo atrás, solo contemplaba las cenizas de lo que pudo ser y lo que fue, la sangre de mi hermano manchaba mis manos y las lágrimas se mezclaban también.Estuve inmóvil a su lado cuando Kal apar