No puedo explicar lo que por dentro siento. Saberla mía una vez más es todo lo que necesito para que la vida se alce nuevamente por cada parte de mi cuerpo y me permita saborear la esperanza que, lejos de morir, prevalece en cada roce frenético de nuestros labios.
En vista de que me apretó más hacia sí, me separé de ella únicamente para cerrar la puerta de su apartamento y volver a atacar su boca, acariciando sus caderas y pegándola más a mi cuerpo con el deseo embobado por su aceptación. Sufrí tanto en su ausencia, recreando cada noche el vaivén de sus caderas y el dulce néctar de su piel. A solo pasos de perder la cordura, sonreí extasiado y pleno con la pasión que con solo un beso me está demostrando.
A pasos torpes, la traje conmigo hasta la habitación que tantas noches compartimos juntos y nos dimos amor de sobra. El pálpito de mi corazón se volvió más violento, sin dejar de sentirse completo entre esos besos y caricias llenos de ansiedad y necesidad.
La arrojé suavemente a la cama, respirando entrecortado y viendo sus mejillas rosadas y el deseo inscrito en sus pupilas. No quise arruinar este momento tan sublime con palabras que no son necesarias y, para ser realistas, sobran. Así que muriendo por hacerla mía para siempre, me acomodé entre sus piernas y le robé otro beso mucho más profundo y largo en sus labios. A un paso lento y casi mortal acaricié su cuerpo por encima de la tela de su vestido, despertando de la muerte que ella misma me había dejado.
¡Y se siente tan bien volver a respirar vida y esperanza entre sus manos! Ella es la única capaz de destruirme y armarme en solo cuestión de segundos.
Extasiado por las posibilidades que me hice en la cabeza, descendí mis besos por su barbilla, su cuello hasta su pecho, besando todo a mi paso; provocando y tentando la anticipación de un encuentro. Sumé mis manos a su piel, acariciando cada centímetro de su silueta hasta llegar a sus hombros y jugar con las delgadas tiras de su vestido.
Le hice la pregunta silenciosa con cierto temor y, al no recibir ninguna respuesta negativa en su mirada, deslicé los manguillos por sus hombros, maravillado al verla desnuda en su totalidad. Me incorporé en la cama para contemplarla a detalle y así poder grabar sus expresiones y su piel sin ninguna interferencia. Sigue siendo tan suave y tersa como lo recuerda mi tacto.
Sin perder tiempo me quité la ropa bajo su atenta mirada y su sutil mordida de labio. Sus ojos tan fijos en mi cuerpo me tienen ardiendo de ganas y deseo. Hace mucho dejé de sentirme de esta manera tan maravillosa, ahora mismo mi cielo está haciéndome revivir una vez más entre las cenizas encendidas de su amor.
Me perdí en sus brazos, volviendo a atacar su boca con mayor ímpetu y marcando un ritmo demandante y fogoso que nos hacía respirar con difícultad, más cuando nuestras pieles se rozan tan deliciosamente. Llevé mis dedos a su sexo, torturando suave y en círculos sus nervios. Sentirla temblar en mis manos me hizo sentir poderoso y, que, no había nadie más en el mundo que la hiciera sacudir de esta manera. La humedad no tardó en intensificarse, así mismo como los besos y los finos jadeos que nos tenían envueltos en la bruma de la pasión y la extrañeza.
Extrañaba todo lo nuestro; besarla hasta dejarla sin aliento y amarla hasta que el mismo cansancio nos obligaba a detenernos. No entiendo porqué dice no amarme, si en cada entrega me demostraba lo mucho que me amaba. Dudé en sus palabras y en su supuesto amor por Harper.
¿Por qué decir algo que no se siente?
¿Por qué apartarme de su lado, si sus expresiones y sus besos me dicen todo lo contrario?
¿Por qué se me hace tan difícil comprenderla?
Tras ese rayo de inquietud y duda, intensifiqué la fricción de mis dedos en su v*gina, haciéndola arquear la espalda y, poco después, dejarse ir entre mis dedos. Degusté su orgasm* en mi boca a plenitud, dejándole en claro con un acto tan íntimo quién soy y quién seré siempre en su vida.
Dejé un casto beso en sus labios antes de fundirme en ella y prolongar su excitación. Sus piernas se cerraron en mi cadera y sus brazos me rodearon por el cuello, empujándome hacía ella y bebiendo todo de mí.
Le hice el amor con dulzura, esbozando placer y gozo en cada una de las estocadas suaves y profundas que dejaba en su interior. Fue tan bello y mágico sentirla mía; entregándome sus gemidos, sus movimientos ondeados de cadera y que se unían a los míos cada que iba a su encuentro y presionaba su punto más sensible. La adoré cómo lo que ella significa para mí; la reina de mi desbaratado castillo, pero con sus besos apasionados y su palpitar violento, lo reconstruía segundo a segundo.
La escuché llorar en medio de mis movimientos y me preocupé pensando que estaba haciéndole daño, pero en el momento que quise apartarme de ella, me abrazó tan fuerte que mi pecho me advirtió que algo no estaba bien.
—No te detengas — en ningún momento abrió sus lindos y azulados ojos para mirarme directamente a los míos.
Seguí bailando en sus adentros, ignorando ese hecho y volviendo a besar su cuello y parte de su hombro hasta que la presión de mis venas explotaron como hace mucho no la hacían. Me dejé ir en su interior con un gruñido furioso, presionándome contra ella y, quizás, dejando la marca de mis dedos en sus caderas.
Me quedé quieto, saboreando el momento y recuperando el aliento que perdí. ¡Fui imposible no sonreír estúpidamente! No encuentro mi cómo expresar lo que siento ahora mismo, descansando sobre su pecho y sintiendo su piel contra la mía una vez más.
—Te amo tanto, mi cosita preciosa — pellizqué sus caderas juguetonamente—. Eres una descarada al hacerme sufrir de esta manera tan cruel, ¿eh? —solté a reír genuinamente; como hace mucho no la hacía—. Espero que te hayas divertido haciéndome pagar por lo que el Colin de la otra vida te haya hecho, pero este que ves aquí, es un fiel sin remedio a su única dueña. No me vuelvas a hacer padecer, mi amor —me recosté en su pecho, aún sin salirme de su interior.
—Colin... — su voz salió casi audible—. Vete y no me sigas buscando más, por favor.
—¿Qué? — la miré de inmediato, borrando la sonrisa de mis labios.
—Que haya tenido un momento de debilidad no va a cambiar las cosas entre los dos.
—Pero...
—Esto no debió haber pasado, pero sucedió y no puedo hacer nada para devolver el tiempo y no haberme dejado llevar por el momento — me empujó, salió de la cama y se puso nuevamente su vestido—. Eres un adulto, sabes comprender cuando una persona dice «No». Lamento no corresponder tu sentimientos; realmente lamento mucho haberte retenido por culpa de mi maldito egoísmo. Espero algún día me puedas perdonar, porque en el fondo sí te quise, aunque no haya sido como lo esperabas. Estoy tratando de olvidarme de Harper, rehacer mi vida y dejar atrás esa obsesión insana que me hice en la cabeza. Además de que no tiene sentido si la persona que amas va a casarse con alguien más.
—¡Lo que no tiene sentido es que te hayas enamorado de mi propio hermano!
—¡Pero me enamoré de él y no de ti, entiéndelo de una vez! En el corazón no manda nadie, Colin. No tengo la culpa de haberme fijado en él.
—¿Para qué estar conmigo entonces? — supliqué por una respuesta, escuchando los pedazos de mi corazón terminándose de quebrar en lo que, por un segundo pensé que ya no era un cuerpo vacío—. ¿Por qué jugar conmigo durante ocho años? ¡Fueron ocho malditos años en los que te lo entregué todo! Lili, eres mi primer amor.
—¡Y lamento haber sido egoísta! Estoy consciente de que lo hice todo mal — se quebró en llanto—. Pero estoy segura que puedes encontrar...
—No, nunca, porque sencillamente eres la única en mi corazón y en mi cabeza — me vestí rápido y torpe, sintiéndome el doble de estúpido.
—Lo lamento... — repitió en el medio de un llanto que me estaba quemando por dentro.
—Aun así dejé de lado mi orgullo, incluso me estoy humillando ahora mismo para tener, aunque sean, un poco de tu amor.
—Quise amarte, pero lo único que conseguí fue comodidad y aprecio en tus brazos — me miró fijamente—. En cambio, el amor que me hacía sentir Harper era...
—No sigas... — sonreí amargo, comprendiendo lo ridículo que me veo tratando de encontrar amor en una persona que no ve nada de lo que soy y de lo que estoy dispuesto a hacer por ella—. Tu ganas, no te volveré a buscar ni a molestar más. De corazón espero que nadie juegue con tus sentimientos de esta manera tan... asquerosa — me quebré sin poder evitarlo, así que solo le di una mirada herida y desilucionada antes de salir de su apartamento sin rumbo alguno... ahora sí, terminándome de perder en el mundo.
Desperté en medio de la noche por el insistente sonido de mi teléfono. Desorientado y con el efecto vivo del alcohol en mi sistema, suspiré al ver lo molesto que es Harper al llamar a esta hora y despertarme del único momento del día en el que el dolor y la soledad no se siente lacerante.No tomé su llamada, solo le respondí con un escueto mensaje de que me encontraba bien dormido cuando llamó y, sin darle tregua a volver a llamarme, apagué el teléfono y me levanté de la incomodidad del sofá. El dolor en mi cuello y en mi espalda es insoportable. He dormido muy mal las últimas semanas.Me fui quitando el boxer al mismo tiempo que caminaba en dirección a mi habitación. Me adentré al cubículo de cristal, abriendo la llave del agua y dejando que esta caiga libre por todo mi cuerpo. La frialdad del agua me generó un golpe de estremecimiento, pero conforme pasaron los minutos, el agua se volvió magnífica para relajar cada uno de mis músculos y disipar la ebriedad que aún tenía presente.Du
Conforme fueron pasando los días, las cosas se fueron acomodando en su lugar, aunque aún hay muchas cosas de las que me es imposible no recordar y sentir tristeza por dentro. No regresé más a casa de mis padres, ya que ese lugar me trae muchos recuerdos que duelen y me hieren todavía, pero todos comprendieron mis razones de tener mi propio lugar en Londres y, de hecho, en un apartamento bastante cercano a la empresa que me ahorra tiempo.Aún sigo bebiendo, pero lo hago con mayor moderación, además de que la botella es mi única compañía en las noches donde más la extraño. Porque, desgraciadamente y por más de que me niegue a sus recuerdos, aún la extraño y la pienso cada que me siento solo. Quiero suponer que con el tiempo no dolerá tanto como ahora sí lo hace; que la desilusión que me llevé no es más que algo pasajero. Que todo esto hace parte de la vida para enseñarme alguna lección. No sé, tal vez sí cometí un error en el pasado y no me di cuenta si no hasta entonces.Tal como me pr
Es un poco extraño conversar con una desconocida, pero me resulta entretenido y ahora una rutina hablar con ella de cualquier cosa que se le ocurra cada noche. Al principio me pareció más raro de lo que ahora se me hace, sobre todo, porque ella es una chica que suelta palabrería una detrás de la otra sin cansarse y, hasta en algunas veces, sin sentido.Hecho que no me molesta en lo absoluto, puedo ser tan hablador como ella; sin embargo, me gusta mantener la mente ocupada con su verborrea y todo lo que tiene para contar. Si no fuese por sus mensajes, estaría colapsando una vez más en los pies de Lili o embriagado cuando los recuerdos me invaden de un momento para el otro. La desconocida se ha vuelto un pase directo para no pensar y no sentir cada intercambiamos mensajes; lo cierto es que me saca sonrisas a diario con sus ocurrencias.No sé su nombre y eso lo hace más divertido y casual. Aunque suele poner la inicial siempre que se despide, no me hago una idea de cuál pueda ser su nomb
EmmaPreparar una boda en tan pocas semanas se ha vuelto todo un reto, más por mi trabajo y lo demandante que es, pero tengo batería y disponibilidad de sobra para encargarme de todo a la misma vez. La felicidad que siento por Amelia me hace darlo todo al cien por ciento para que su día sea como en sus más grandes sueños.Pero también nace mi temor y mis inseguridades con respecto a lo que estoy viviendo casi irreal e imaginario con Colin King; mi amor platónico e ideal desde hace cinco años.Luego de ese primer intercambio de mensajes con mi amor platónico e imposible, me cuestioné si era correcto hacerlo, a sabiendas que en cualquier momento nos vamos a tener que ver la cara. Y, aunque he huido de los encuentros una y otra vez con éxito, no siempre será de ese modo. En cualquier momento lo tendré de frente, y es ahí donde todo mi mundo se va a tambalear. Una cosa es hacerse ilusiones con alguien que solo puedes tener en sueños locos y húmedos, pero saberlo real es algo que no espera
Son solo los nervios los que me tienen al borde de un colapso. Son solo los nervios los que me tienen con un enorme hueco en el estómago por donde las lombrices están empezando a emerger y de eso modo a revolcar todo en mi interior. Son solo los nervios los que me tienen apretando como nunca las nalgas para que ni un viento se me pueda llegar a escapar. Son solo los nervios de tener en pocas horas a mi amor frustrado frente a frente que no he podido ni siquiera ponerme el vestido que Amelia escogió para mí.—Si no lo veo, es como si no estuviera presente — me digo a mí misma al espejo, deslizando la yema de los dedos por el encaje del vestido—. Si demuestras los nervios, más rápido te pillan, Emma. Solo relájate.Suspiré profundamente, sonreí y me puse el vestido con precaución para no arruinar el peinado. Retoqué el brillo rosa de mis labios antes de ir en la búsqueda de Amelia a su habitación.—Hola — asomé la cabeza por la puerta, quedando maravillada por lo hermosa y radiante que
ColinMe quedé en completo silencio viendo a la mujer frente a mí, esperando que diga lo que sea que vino a decir; contrario a eso, también mantuvo un silencio denso que estaba empezando a desesperarme. ¿Qué hace aquí? ¿Qué es lo que está buscando? Eso de querer hablar conmigo es más como una excusa para arruinar la boda de Amelia y Harper, porque se nota en las miradas que les da, que le duele que hayan unido sus vidas.—¿Qué es lo que quieres decir, Lili? — corté el silencio que se formó entre todos, atrayendo la mirada de las tres personas a mi lado, seguramente la de mis padres y también la suya—. Habla.—¿Podríamos hablar a solas, por favor?Resoplé molesto, indicando la salida de la iglesia con la mano.Lili le dio una mirada a Harper antes de darse la vuelta y enfilar a la salida.—No es necesario que hables con esa mujer. Es obvio que vino a molestar — Harper se veía enojado, y no era para menos.—Escucharé lo que sea que tenga que decir y le pediré que se vaya. Confía en mí
Todo indica que una maldición me ha caído encima, esa posibilidad abierta de que pueda llegar a ser el padre de ese bebé me tiene con la mente en blanco. Es decir, deseé con todas mis fuerzas tener muchos hijos con Lili, pero eso era cuando estaba tan perdido e idiotizado en ella. Ahora todo cambió, no solo porque ella nunca me amó, sino porque hasta este punto, ella ya no es lo que quiero en mi vida. Sería un completo imbécil si con todo lo que ha hecho, sintiera amor y deseos de firmarlo todo con una máscara de falsedad.Tengo gran parte de la culpa, porque fui yo quien fue a buscarla y acepté acceder a su cuerpo en búsqueda de un amor que nunca ha existido. Aunque para mí esa última vez me supo más a necesidad y costumbre que a amor. Después de todo, no conozco otra piel que no sea la de ella.Existe la posibilidad de que sea el padre de su bebé, ese es un hecho que no puedo cambiar de la noche a la mañana, pero también me enoja que haya tenido el descaro de buscar calor en otro cu
La Srta. E fue la primera persona que me vino a la mente mientras veía a Amelia y Harper bailando en su burbuja. Quizás sea ella ese alguien que llegó en el momento que menos lo esperaba. Le envié un mensaje sin pensar muy por qué quería hablar con ella, pero me desanimé bastante al ver que no había respondido a los mensajes que la noche anterior le había dejado.Nuestras conversaciones se han extendido a lo largo de los días, y a mi parecer no he dicho nada que la ofenda para que no responda a mis mensajes. Anoche extrañé sus «Dulces sueños» y esta mañana volví a pensar en sus «Buenos días, bizcocho».No sé por qué ese pensamiento me llevó a mirar a Emma, quien mordía una de sus uñas sin dejar de mirar fijamente su teléfono. Su sonrisa nerviosa no me pasó desapercibida, tal vez está hablando con su novio o algún pretendiente y por esa razón está tan perdida de todo a su alrededor. Tenía toda la intención de escribir, porque parecía hacerlo y luego sacudía la cabeza, volviendo a lleva