Lo que tenía pensado como un par de días, quizás unas cuantas semanas, se transformaron en meses. Pasé no sé cuántos meses lejos de todo, tratando de salir de un desamor, pero la verdad es que cada día la recordaba y la extrañaba más. Por más lejos que esté de ella, no dejo de pensarla ni un segundo. Incluso me he propuesto buscarla y proponerle una oportunidad para amarla sin que haya mentiras de por medio. La esperanza de que ella me ame no ha muerto en mi pecho ni un solo día.
Sin embargo, hubo un angelito precioso que me llenó todos los vacíos con solo mirarla a los ojos y sentir la calidez de su alma e inocencia. Desde que Serena llegó al mundo, tomé la valentía y decidí dar el paso y luchar por lo que tanto he querido y soñado. Mi vida gira entorno a Lili, ella siempre será con la única que me cree un mundo en todas las vidas. Ella es la única que merece el título de mi esposa y madre de todas mis criaturas.
Teniendo a mi sobrina en brazos, Amelia y Harper llegaron a la sala de estar tomados de las manos y sonriendo.
—¿Vas a quedarte a cenar? Emma, la amiga de Amelia, traerá comida suficiente para todos.
—¿La colombiana?
—Esa misma. Viene a conocer a Serena — explicó Amelia—. Quédate un poco más con nosotros, si quieres.
—Es tentadora la oferta, pero tengo que hacer unas cosas primero.
—¿Qué cosas? — inquirió Harper.
—Tengo algunos pendientes en la oficina. Ya sabes, estuve desentendido de todo por largo tiempo, así que voy a aprovechar estos días para terminar de ponerme al día — le mentí por primer vez a mí hermano y mejor amigo—. Te veo pronto, princesa —dejé un beso en la frente de Serena antes de entregarla a su madre—. Si salgo antes de la oficina, vendré.
—Te esperamos — Amelia sonrió.
Me resulta tierna mi cuñada, mas cuando quiere hacerme subir el ánimo a como dé lugar, pero esto que siento por dentro, es algo que solo Lili puede arreglar...
O en su defecto, terminar de destruir.
Salí de la casa de ellos en dirección a una floristería y luego al apartamento de Lili. Hace días tenía pensado venir a hacerle una visita, pero no había tenido el valor de hacerlo por miedo al rechazo. Lo ha hecho tantas veces, que ya no quiero seguir haciéndome más daño a mí mismo. No obstante, el corazón cuando está enamorado no razona ni entiende de rechazos.
Entré al edificio con el corazón latiendo a mil por segundo y las manos temblando sin control. La última vez que estuve aquí me dejó en claro lo mucho que se arrepentía de haber perdido su tiempo con alguien que no amaba. Me dijo tantas cosas que me hirieron y me hicieron tomar la decisión de irme, pero negado a dejar de sentir amor por ella.
Mientras subía por el ascensor, contemplé las Gerberas azules y blancas entre mi mano. Siempre fueron sus flores favoritas, y le gustaba mucho cada que llegaba con un ramo y una caja de sus golosinas favoritas, porque no es de comer ningún tipo de chocolate. Me permití saborear en mi mente los recuerdos, creer que es una visita más y un día más en el que me va a recibir con los brazos abiertos y un dulce beso apasionado en el medio del pasillo.
Si todo fue mentira para ella, ¿por que hizo verlo tan real con el pasar del tiempo?
¿Por qué mentirme por tantos años?
¿Por qué quedarse a mi lado solo por estar cerca de su verdadero amor?
Las preguntas y las dudas me atacaron de repente, torturando no solo mi mente, sino mi corazón que se niega a dejarla ir de la noche a la mañana o con el pasar del tiempo.
Ella era mi todo, y ha sido difícil aceptar no tenerla a mi lado; calentando mi corazón y mi alma con sus besos traicioneros, pero que me dejaban colgando de sus manos.
Respiré profundamente antes de soltar toda frustración por la boca y pensando en positivo; en que esta vez no se negaría a mí. El corazón por poco me sale del pecho en el preciso instante en el que toqué el timbre y no pasaron ni dos minutos cuando abrió con una expresión que me partió el alma en pedazos.
Hace meses no la veo, pero sigue tan bonita como la recuerdo. Lo único que no me gusta es verla con el rastro fresco de las lágrimas por sus suaves mejillas. Sus lindos ojos azules no merecen tener ningún indicio de dolor, pero se nota a simple vista que algo anda mal.
—¿Qué haces aquí? Por favor vete, sabes bien que no te quiero ver más.
—¿Por qué es tan difícil que me des una explicación? — luché para no quebrarme ante ella—. O una oportunidad para saber qué tengo que hacer para que me ames.
—No puedes amar a la fuerza, Colin. Yo te quise... te quiero y te aprecio por lo que vivimos y por lo que un día creí sentir por ti, pero no te pude amar; nunca pude conectar mi corazón con el tuyo — sus lágrimas me debilitaron al tiempo que sus palabras me golpeaban fuerte y directo en el corazón—. No me sigas buscando más. Déjame vivir y vive tu vida con la mujer que quieras. Ya te he pedido perdón más de una vez...
—Si te digo que te sigo amando con la misma intensidad de siempre e incluso más, ¿no te es suficiente? — tragué mi orgullo y me hinqué frente a ella—. Permíteme enamorarte, sé que puedo lograr capturar tu corazón. Seré paciente, sabré esperar por ti y tu corazón, pero sabes bien que no puedo vivir sin ti. Eres todo para mí, mi amor. No me sigas torturando con tu ausencia. Han pasado meses, y sigo con los sentimientos intactos en mi pecho.
—No hay nada qué pensar, Colin — se arrodilló frente a mí y me acarició la mejilla, dejando salir sus lágrimas—. Eres un buen hombre, mereces que te amen de esa misma forma apasionada en la que tú amas, más yo no soy esa mujer que pueda dártelo todo.
—Sí lo eres, cosita preciosa — vi un rayo de esperanza, así que, sin perder tiempo, tomé su rostro entre mis manos y acerqué nuestras bocas, fascinado con la cercanía que me está permitiendo—. Déjame demostrarte con hechos que sí puedes amarme como yo lo hago —rocé nuestros labios con gran suavidad—. Déjame amarte hoy y siempre, mi reina.
Me apoderé de su boca, deleitado con el sabor de sus besos y la felicidad que, al corresponder con la misma intensidad, me provocó.
No puedo explicar lo que por dentro siento. Saberla mía una vez más es todo lo que necesito para que la vida se alce nuevamente por cada parte de mi cuerpo y me permita saborear la esperanza que, lejos de morir, prevalece en cada roce frenético de nuestros labios.En vista de que me apretó más hacia sí, me separé de ella únicamente para cerrar la puerta de su apartamento y volver a atacar su boca, acariciando sus caderas y pegándola más a mi cuerpo con el deseo embobado por su aceptación. Sufrí tanto en su ausencia, recreando cada noche el vaivén de sus caderas y el dulce néctar de su piel. A solo pasos de perder la cordura, sonreí extasiado y pleno con la pasión que con solo un beso me está demostrando.A pasos torpes, la traje conmigo hasta la habitación que tantas noches compartimos juntos y nos dimos amor de sobra. El pálpito de mi corazón se volvió más violento, sin dejar de sentirse completo entre esos besos y caricias llenos de ansiedad y necesidad.La arrojé suavemente a la ca
Desperté en medio de la noche por el insistente sonido de mi teléfono. Desorientado y con el efecto vivo del alcohol en mi sistema, suspiré al ver lo molesto que es Harper al llamar a esta hora y despertarme del único momento del día en el que el dolor y la soledad no se siente lacerante.No tomé su llamada, solo le respondí con un escueto mensaje de que me encontraba bien dormido cuando llamó y, sin darle tregua a volver a llamarme, apagué el teléfono y me levanté de la incomodidad del sofá. El dolor en mi cuello y en mi espalda es insoportable. He dormido muy mal las últimas semanas.Me fui quitando el boxer al mismo tiempo que caminaba en dirección a mi habitación. Me adentré al cubículo de cristal, abriendo la llave del agua y dejando que esta caiga libre por todo mi cuerpo. La frialdad del agua me generó un golpe de estremecimiento, pero conforme pasaron los minutos, el agua se volvió magnífica para relajar cada uno de mis músculos y disipar la ebriedad que aún tenía presente.Du
Conforme fueron pasando los días, las cosas se fueron acomodando en su lugar, aunque aún hay muchas cosas de las que me es imposible no recordar y sentir tristeza por dentro. No regresé más a casa de mis padres, ya que ese lugar me trae muchos recuerdos que duelen y me hieren todavía, pero todos comprendieron mis razones de tener mi propio lugar en Londres y, de hecho, en un apartamento bastante cercano a la empresa que me ahorra tiempo.Aún sigo bebiendo, pero lo hago con mayor moderación, además de que la botella es mi única compañía en las noches donde más la extraño. Porque, desgraciadamente y por más de que me niegue a sus recuerdos, aún la extraño y la pienso cada que me siento solo. Quiero suponer que con el tiempo no dolerá tanto como ahora sí lo hace; que la desilusión que me llevé no es más que algo pasajero. Que todo esto hace parte de la vida para enseñarme alguna lección. No sé, tal vez sí cometí un error en el pasado y no me di cuenta si no hasta entonces.Tal como me pr
Es un poco extraño conversar con una desconocida, pero me resulta entretenido y ahora una rutina hablar con ella de cualquier cosa que se le ocurra cada noche. Al principio me pareció más raro de lo que ahora se me hace, sobre todo, porque ella es una chica que suelta palabrería una detrás de la otra sin cansarse y, hasta en algunas veces, sin sentido.Hecho que no me molesta en lo absoluto, puedo ser tan hablador como ella; sin embargo, me gusta mantener la mente ocupada con su verborrea y todo lo que tiene para contar. Si no fuese por sus mensajes, estaría colapsando una vez más en los pies de Lili o embriagado cuando los recuerdos me invaden de un momento para el otro. La desconocida se ha vuelto un pase directo para no pensar y no sentir cada intercambiamos mensajes; lo cierto es que me saca sonrisas a diario con sus ocurrencias.No sé su nombre y eso lo hace más divertido y casual. Aunque suele poner la inicial siempre que se despide, no me hago una idea de cuál pueda ser su nomb
EmmaPreparar una boda en tan pocas semanas se ha vuelto todo un reto, más por mi trabajo y lo demandante que es, pero tengo batería y disponibilidad de sobra para encargarme de todo a la misma vez. La felicidad que siento por Amelia me hace darlo todo al cien por ciento para que su día sea como en sus más grandes sueños.Pero también nace mi temor y mis inseguridades con respecto a lo que estoy viviendo casi irreal e imaginario con Colin King; mi amor platónico e ideal desde hace cinco años.Luego de ese primer intercambio de mensajes con mi amor platónico e imposible, me cuestioné si era correcto hacerlo, a sabiendas que en cualquier momento nos vamos a tener que ver la cara. Y, aunque he huido de los encuentros una y otra vez con éxito, no siempre será de ese modo. En cualquier momento lo tendré de frente, y es ahí donde todo mi mundo se va a tambalear. Una cosa es hacerse ilusiones con alguien que solo puedes tener en sueños locos y húmedos, pero saberlo real es algo que no espera
Son solo los nervios los que me tienen al borde de un colapso. Son solo los nervios los que me tienen con un enorme hueco en el estómago por donde las lombrices están empezando a emerger y de eso modo a revolcar todo en mi interior. Son solo los nervios los que me tienen apretando como nunca las nalgas para que ni un viento se me pueda llegar a escapar. Son solo los nervios de tener en pocas horas a mi amor frustrado frente a frente que no he podido ni siquiera ponerme el vestido que Amelia escogió para mí.—Si no lo veo, es como si no estuviera presente — me digo a mí misma al espejo, deslizando la yema de los dedos por el encaje del vestido—. Si demuestras los nervios, más rápido te pillan, Emma. Solo relájate.Suspiré profundamente, sonreí y me puse el vestido con precaución para no arruinar el peinado. Retoqué el brillo rosa de mis labios antes de ir en la búsqueda de Amelia a su habitación.—Hola — asomé la cabeza por la puerta, quedando maravillada por lo hermosa y radiante que
ColinMe quedé en completo silencio viendo a la mujer frente a mí, esperando que diga lo que sea que vino a decir; contrario a eso, también mantuvo un silencio denso que estaba empezando a desesperarme. ¿Qué hace aquí? ¿Qué es lo que está buscando? Eso de querer hablar conmigo es más como una excusa para arruinar la boda de Amelia y Harper, porque se nota en las miradas que les da, que le duele que hayan unido sus vidas.—¿Qué es lo que quieres decir, Lili? — corté el silencio que se formó entre todos, atrayendo la mirada de las tres personas a mi lado, seguramente la de mis padres y también la suya—. Habla.—¿Podríamos hablar a solas, por favor?Resoplé molesto, indicando la salida de la iglesia con la mano.Lili le dio una mirada a Harper antes de darse la vuelta y enfilar a la salida.—No es necesario que hables con esa mujer. Es obvio que vino a molestar — Harper se veía enojado, y no era para menos.—Escucharé lo que sea que tenga que decir y le pediré que se vaya. Confía en mí
Todo indica que una maldición me ha caído encima, esa posibilidad abierta de que pueda llegar a ser el padre de ese bebé me tiene con la mente en blanco. Es decir, deseé con todas mis fuerzas tener muchos hijos con Lili, pero eso era cuando estaba tan perdido e idiotizado en ella. Ahora todo cambió, no solo porque ella nunca me amó, sino porque hasta este punto, ella ya no es lo que quiero en mi vida. Sería un completo imbécil si con todo lo que ha hecho, sintiera amor y deseos de firmarlo todo con una máscara de falsedad.Tengo gran parte de la culpa, porque fui yo quien fue a buscarla y acepté acceder a su cuerpo en búsqueda de un amor que nunca ha existido. Aunque para mí esa última vez me supo más a necesidad y costumbre que a amor. Después de todo, no conozco otra piel que no sea la de ella.Existe la posibilidad de que sea el padre de su bebé, ese es un hecho que no puedo cambiar de la noche a la mañana, pero también me enoja que haya tenido el descaro de buscar calor en otro cu