«Estoy enamorándome de mi enemigo».Belinda no sabía si enamorarse de Alexander Cameron era o no una buena cosa, pero era un sentimiento que ya existía, quizá desde antes de darle rienda suelta a la pasión. Tal vez escondían sus emociones y sentimientos tras una fachada dura e intolerante.La joven podía hablar por sí misma, pero ¿qué había de Alexander? ¿Cómo se sentía él respecto a ella?—Creo que Alexander siente lo mismo por ti —expresó Andrea tan tranquila y como si pudiera adivinar la línea de los pensamientos de su amiga.—¿Qué?—Digo que no eres la única que se ha enamorado en este juego de tire y afloje que tienen desde que se conocieron, Beli, hay que estar ciego para no ver la chispa que salta entre ustedes cada vez que están cerca. Además, ¿se te olvida que los encontré devorándose como si no hubiese un mañana? —preguntó la chica, haciendo que Belinda se sonrojara.—Exageras —refutó ella con prontitud.—¿Cómo que exagero? Su lengua estaba metida en tu garganta y no vi que
Con el paso de los días, no solo la relación de Alex y Belinda floreció, sino la organización de la boda de Mina y Henry avanzó, las tarjetas se entregaron unos días antes de la boda. Mina no podía creer que Hope, Alana y Daphne organizaran su boda de manera perfecta y en tan poco tiempo, sin embargo, ninguno declinó la invitación y confirmaron su asistencia a la boda esa mañana.Mina estaba segura de que no conocería a la mitad de los invitados, aun así, se sentía muy feliz de que el día tan añorado por ellos llegara.—Te ves hermosa —le dijo Daphne, mientras le ayudaba con la tiara y el velo.—Gracias, fue una buena elección de Hope —dijo ella.—Estaré vieja, pero los buenos gustos los traigo desde la cuna, querida —se defendió Hope, mientras habría la caja donde traía la liga.—¿Tengo que ponerme eso? —preguntó Mina sonrojándose ligeramente.—Pues claro, ¿cuál sería el chiste de no llevarlo? —le cuestionó.Mina asintió.—Confío en ti, Hope —dijo.—Haces bien, Hope sin duda es la me
Los aplausos de los invitados les hicieron separarse y recordar que no estaban solos, que había cientos de personas observando aquel momento tan importante. También debían recordar que sus hijos estaban presentes.Mina miró a Holly, la niña tenía el rostro cubierto, pero sus ojos veían muy bien en su dirección, ella sonrió, Holly no sería Holly si no hiciera de las suyas y su Bastian, tan formal y discreto, que jugaba con la pequeña mano de Evan para no mirarlos.Un ligero carraspeo les hizo girarse para quedar frente el sacerdote, quien les indicó que podían salir para ser felicitados.Esta vez la pareja caminó de la mano a la salida de la iglesia, donde fueron felicitados por amigos y familiares.—¡Lamento llegar tarde! —se disculpó Eloísa, abrazando a Mina.—No te preocupes, la boda fue un poco precipitada —susurró ella para no hacer sentir mal a su mejor amiga, entendía que había cosas que no se podían cancelar de última hora, lo importante era que alcanzó a llegar a la unión reli
«Sí, acepto»Alexander se puso de pie al escuchar la respuesta de Belinda, se acercó a su rostro y le dio un beso apasionado para sellar el inicio de su noviazgo, haciendo que todos los invitados de la boda aplaudieran por aquella nueva relación.Chelsea miró a Larry, como si quisiera una explicación; sin embargo, él se encogió de hombros, estaba igual o más sorprendido que su esposa, pues hablar con su hijo había sido una misión imposible, quizá ahora entendía la razón.—¿Alexander? —llamó la rubia incapaz de quedarse quieta, Chelsea quería conocer a la mujer que le robó el corazón a su hijo, esta era la primera vez que le conocían una novia y eso era decir mucho.La pareja se separó, Alexander tomó la mano de Belinda y miró a sus padres, un sentimiento de culpa y vergüenza le invadió, pues era muy consciente de que no se había comportado correctamente con ellos.—Papá, mamá —dijo, pegando su cuerpo un poco más al de la chica—. Permítanme presentarles a Belinda Ford, mi novia —añadió
«La mujer desnaturalizada que la abandonó, dejó una nota junto a la bebé, donde pide sea entregada a su padre, Alexander Cameron»«Su padre, Alexander Cameron»«Su padre»El silencio reinó por breves segundo en la oficina, el corazón de Belinda se agitó con violencia dentro de su pecho, mientras su cabeza no dejaba de repetir las palabras de Ana Lucia. ¿Alexander tenía un hijo?«Hija»El llanto de la bebé se escuchó, rompiendo el tenso y sepulcral momento, la pequeña se agitó dentro de la pequeña cuna.—¿Llegó hace un mes? —preguntó ella con voz ahogada. Belinda no era capaz de explicar lo que estaba sintiendo en ese momento, miró a la bebé, la cual dejaron sobre la mesa de su jefa.—Sí.—¿Por qué has demorado tanto tiempo en buscar al padre? —preguntó, negándose a pronunciar el nombre de Alexander, sentía que su nombre quemaba en su garganta.—Llegó muy delicada de salud, quizá había tenido unos días en la incubadora o no sé, Belinda. El pediatra se ocupó de ella todo este tiempo y c
«Tú eres su padre» Alexander se quedó quieto, tan quieto como una estatua de mármol, miró a Belinda y esperó a que ella le dijera que todo era una broma, pero ella no habló, se limitó a mirarlo. —¿Bromeas? —No, la bebé está en el orfanato, esperando por ti —expresó. Alex no sabía qué decir, se movió de un lado al otro y se mesó el cabello con frustración. Él simplemente no podía creer lo que Belinda le estaba diciendo, él no había estado con nadie además de Lisa y ella jamás lo buscó para decirle que estaba embarazada, ella… «Lisa desapareció» Las palabras del padre de Lisa sonaron en su cabeza y fue como un boomerang que lo golpeó y casi lo noqueó. ¿Era Lisa la madre de esa criatura? Un escalofrío le recorrió el cuerpo, abriendo un vacío en su corazón y un nudo se apretó sobre su tráquea impidiéndole respirar. —Belinda… —Solo quiero saber si es tuya, Alex —dijo ella, tocando su brazo. —Sinceramente, no lo sé —respondió mirándola. —La nota dice que lo es… Alex se liberó de
—Estoy nervioso —señaló Alex cuando llegaron al auto. La bebé venía dormida en brazos de Belinda.—Pues no creas que yo estoy en mejores condiciones, estoy nerviosa, ansiosa por saber los resultados —dijo.Alex la miró.—¿El resultado puede cambiar las cosas entre nosotros? —era una pregunta que Alexander no pudo evitar hacer, le carcomía la duda.—Puede cambiarlas, Alex, porque entonces sabrás si es tu hija o no, también tendrás la tarea de buscar a su madre —señaló, mientras Alex abría la puerta y ella subía al auto para acomodarse en el asiento del copiloto.—¿Por qué debería buscar a la madre? —le cuestionó con el ceño fruncido.Belinda suspiró y esperó a que subiera al auto para continuar con la conversación. Era un tema que, aunque no quisiera tocar, debía hacerlo.—¿Por qué, Belinda? ¿Por qué tendría que buscar a la mujer que abandonó a su hija sin importarle nada? —cuestionó.Belinda le sonrió de manera conciliadora.—No sabemos qué fue lo que la orilló a hacer lo que
Los siguientes dos días fueron para Alexander y Belinda un mundo nuevo y su relación no hizo más que fortalecerse. La pequeña Irina parecía sentir el amor en el ambiente y cada día parecía tener más fuerza.—Deja que te ayude —susurró Alexander esa madrugada, el reloj marcaba las tres y diez minutos de la mañana, era la hora habitual en que Irina despertaba.—¿Estás seguro? —preguntó Belinda con cierta duda.—Ayúdame a hacerlo bien, aprendo rápido —aseguró Alexander.—Abre tu camisa —dijo con seriedad.—¿Lo haremos delante de la niña? —preguntó con voz pícara.Belinda achicó los ojos.—Serás un papá canguro esta noche —le dijo.Alexander desabotonó su pijama y esperó a que Belinda le acomodara a la bebé dentro de su pecho. Él tembló al sentir el pequeño cuerpo de Irina, su calor le provocó un cúmulo de emociones y una ternura que no creyó posible creció con fuerza en su corazón.—Ahora vuelvo, iré por el biberón, debe tener hambre, porque el pañal lo tiene seco —dijo Belinda.—Ve, no